Dr. C (PhD). Renan García Tamayo
Profesor Titular- Universidad de Ciencia Médica de Santiago de Cuba
Profesor catedrático en universidad de Lurio Nampula Mozambique
MSC. Mercedes De La Caridad Soler Lahittebignott
Profesora auxiliar, en universidad de Lurio Nampula Mozambique
PhD. Sergio Latorre Artega
Profesor auxiliar. Facultad de ciencias de la salud, Universidad de Lurio Nampula Mozambique
renangarciatamayo@gmail.com
Publicado sin revisión por pares
El Método Clínico para la formación del médico y demás profesional de la salud en la actualidad está determinado por los retos y desafíos que plantea la Revolución del Conocimiento, como un proceso en el que se produce la transición del paradigma de la Revolución Científico Tecnológica a otro con mayor dinamismo, donde el desarrollo económico social y político está condicionado por factores insoslayables, como los avances de la investigación y el progreso de la ciencia y la tecnología.
Enseñar ciencias médicas y salubristas sustentadas en el Método Clínico implica en los momentos actuales que, a través del análisis de los resultados de una educación basada en la mera transmisión de conocimientos y la memorización, hay que encontrar nuevas vías para un proceso didáctico más dinámico y participativo donde adquieran protagonismo todos los implicados y el autodesarrollo así como la autoformación mediada por la investigación científica de avanzada en el aprendizaje, tenga gran significación.
Saber cómo enseñar ciencias médicas y salubristas mediado por el Método Clínico es lógicamente, uno de los cometidos del profesorado encargado de estas disciplinas. Sin embargo, en las últimas décadas, los avances en el conocimiento acerca de cómo aprenden las personas y cómo puede mejorarse el proceso docente educativo y el de enseñanza y aprendizaje, por tanto, la enseñanza de tales disciplinas científicas, han supuesto un salto cualitativo en el campo de la educación científica, lo cual es de gran importancia en las educación médica y salubrista del nivel superior, no solo para que se desarrolle en las aulas, sino también en la comunidad donde se labora y se le presta asistencia de salud al individuo, a la familia y a la sociedad.(Renan-2017)
La progresiva delimitación del campo propio de la didáctica de las ciencias y la investigación científica en medicina y en salud y por tanto del Método Clínico ha ido pareja a la argumentación razonable de que enseñar ciencias médicas y salubrista exige relacionar conocimientos relativos tanto a la pedagogía y didáctica como a las propias disciplinas científicas incluyendo la metodología de la investigación, de forma integrada y no por separado.
Para citar este libro puede utilizar el siguiente formato:
Renan García Tamayo, Mercedes De La Caridad Soler Lahittebignott y Sergio Latorre Artega (2018): “La investigación científica y el método clínico para la formación del profesional de la salud”, Biblioteca virtual de Derecho, Economía y Ciencias Sociales (febrero 2018). En línea:
//www.eumed.net/2/libros/1703/investigacion-cientifica.html
Una de las críticas más frecuentemente esgrimidas desde la didáctica de las ciencias es que en la formación de los profesores de ciencias médicas se ha añadido sólo recientemente a la tradicional demanda de conocimientos científicos una batería de contenidos relacionados con los propios de las asignaturas como: psicología, la Morfofisilogía, las ciencias biomédicas, las ciencias de la salud, de la educación y de la investigación misma, pero generalmente de forma aislada o separadas, destacándose la ausencia de un enfoque holístico que reconozca el hecho de que las estrategias de formación de los profesionales de la salud como investigadores están en buena manera determinadas por la especificidad de los contenidos a enseñar en cada una de las disciplinas y de las asignaturas concretas pero teniendo en cuenta el Método Clínico como eje integrador de todas ellas.
La enseñanza de las ciencias médicas y salubrista mediado por el Método Clínico, entendida como didáctica específica de las disciplinas científicas propias de la profesión, adquiere un sentido propio en la educación médica superior, pues en la educación primaria (hasta los 12 años de edad) no tienen cabida las didácticas específicas, al tratarse de una enseñanza fundamentalmente globalizada y semejante en casi todo los contextos a nivel mundial.
Por otra parte, dada la estructuración de la educación y la progresiva compartimentación de las ciencias a lo largo de las etapas en la educación médica y salubrista superior, la enseñanza de las ciencias médicas mediada por el Método Clínico, se enfrenta a la progresiva especialización en didácticas específicas, que son necesarias.
Existe un debate no resuelto, sobre la forma de abordar la docencia al comienzo de los estudios universitario para la formación de los profesionales médicos y de la salud, y se han elaborado diferentes propuestas que van desde la globalización e integración hasta el tratamiento delimitado por especialidad de los contenidos científicos durante los primeros años de aproximación a la ciencia en la educación médica y salubrista superior, así han existido momento en que las asignaturas básicas iníciales se han impartido de formas separadas (anatomía, bioquímica, fisiología, embriología y otras) y otros momentos donde en los programas integran las mismas (Morfofisilogía), ambas con sus importancia y defectos, pero en muy pocas ocasiones se dan cuenta que la integración no está en los programas, sino en el consentimiento e interpretación de lo holístico y en el cerebro del humano.
La didáctica de las ciencias médicas mediada por el Método Clínico tiene lazos indisolubles con numerosos otros campos del conocimiento, además de las propias disciplinas científicas, como la historia de la ciencia, la filosofía de la ciencia, la sociología de la ciencia o la psicología de la educación, entre otras.
Finalmente, las demandas de difusión, comprensión, explicación e interpretación de los progresos científicos en las ciencias médicas y de la salud y sus relaciones sociales a una población adulta culta, dentro de la llamada divulgación científica, definen nuevos retos para la didáctica de las ciencias médicas mediada por el Método Clínico en las sociedades modernas.
En este Siglo XXI, la generación del conocimiento y la rapidez con que se produce, obliga no sólo a apropiarse de él y acumularlo, sino a reflexionar sobre la estructura misma de éste, como manera más esencial de su construcción y desarrollo, lo que se sustenta en la investigación científica y por tanto el Método Clínico, cuando de médicos y profesionales de la salud se trata.
Es necesario, entonces, la reflexión sobre el proceso de la investigación y la formación de investigadores en las universidades médicas, interpretándolo desde su esencia epistemológica y metodológica, asumiendo la transformación a través de una profunda y consciente construcción científica, lo que constituye el propósito fundamental de los autores en la elaboración de este texto.
La formación de investigadores en y desde las universidades médicas mediado por el Método Clínico, desde la formación inicial de pregrado y la continuada y permanente en el postgrado, implica una re-conceptualización y especificidad que va desde lo epistemológico hasta su gestión en la praxis del profesional médico y de la salud, es por ello que en este texto se reconoce a los procesos de la naturaleza, el pensamiento y la sociedad relacionada con los aspectos salubrista y el Método Clínico, como la realidad objetiva, que se modela desde una concepción dialéctica e integradora, en la que se revela la necesidad de la diversidad de los enfoques científicos como alternativas de la investigación mediada por dicho método, pero sustentada en una sólida fundamentación epistemológica, teórica, praxiológica y axiológica.
Todo esto implica, en la formación médica y del salubrista, la necesidad de un humanismo científico que no solo capacite a dicho profesional en un campo específico de la cultura, sino que le desarrolle también una capacidad de reflexión crítica y un espíritu investigativo que al estar mediado por el Método Clínico, permitan una proyección social y comunitaria a la actividad científica y tecnológica, de acuerdo con las realidades de salud actuales de su entorno, sustentado además en enfoques humanístico culturales.
En consecuencia, para lograr este cometido, se tienen que desarrollar programas de formación investigativa que no deben reducirse a la repetición mecánica de determinados conocimientos específicos en el terreno de la metodología de la investigación. Deben ir más allá y desarrollar, a través de una constante interrelación entre los niveles teóricos y empíricos del conocimiento, las competencias investigativas mediada por el Método Clínico, dando con ello, una respuesta trascendente y consecuente con la Revolución del Conocimiento en este Siglo XXI.
La formación investigativa de los médicos y demás profesionales de la salud en los diversos campos y disciplinas de la cultura salubrista mediada por el Método Clínico, tiene sus raíces en la imperativa necesidad de encontrar soluciones a múltiples problemas de salud y enfermedad que desbordan las posibilidades del ejercicio y la aplicación práctica de los métodos profesionales conocidos.
En el texto los autores tienen la intención de sustentar que la investigación biomédica y por tanto el método clínico como método de investigación científica, en salud o cualquier otra relacionada con el bienestar bio-pisco-social-ecológico del ser humano, así como las destinada a su propia formación, ha dejado de ser un patrimonio exclusivo de un pequeño grupo de personas altamente especializado, para convertirse en una herramienta de trabajo y estudio imprescindible de cualquier profesional médico y de la salud desde su formación inicial, que le permite construir el conocimiento en medio de una realidad dinámica y en permanente cambio.
Sin embargo, a pesar de ser clara la mencionada necesidad de fundamentación investigativa, no es posible encontrar un camino único de la ciencia que haga factible una interpretación coherente con todo el pensamiento investigativo construido hasta el presente, ni pretender encontrar modelos y métodos indefectibles, absolutamente válidos, que permitan encontrar respuesta a todos los problemas investigativos que emanen de la formación de los profesionales médicos y de la salud y con ello a la formación de los investigadores.
Por las razones expuestas, la formación de investigadores mediado por el Método Clínico desde el pregrado, ajustada y adecuada a los propósitos y contextos formativos y profesionales, debe ofrecer un acercamiento a la problemática de la investigación médica y de salud desde la diversidad de enfoque, que sin declinar la importancia de los métodos y técnicas de investigación existente, revele la intención de desarrollar una interpretación epistemológica para la formación de una totalidad cultural e investigativa, que le permita a estos, asumir sus propios presupuestos teóricos y metodológicos en soluciones propias.
Llevar a la realidad el propósito mencionado, supone una apropiación por todos los implicados en la formación del médico y demás profesionales de la salud a todos los niveles, de los diferentes discursos y prácticas investigativas con la que se puede abordar el Método Clínico.
Es por ello, que se hace necesario, definir cuál es la base epistemológica, que con lenguaje claro, permita navegar en un mundo diverso, pero con una identidad que no permita el exceso de una mirada ecléctica.
El buscar un criterio de ordenamiento y síntesis de los discursos y prácticas investigativas mediada por el Método Clínico en la medicina y demás profesiones salubristas, sobre una base epistemológica precisa y en desarrollo, permite, sin pérdida de la diversidad necesaria, enriquecer una identidad investigativa propia, que se desarrolle desde las universidades médicas y salubristas.
La Investigación Científica en cualquier esfera de la cultura, surge de la necesidad que tienen los hombres de darle solución a los problemas que se manifiestan en su vida cotidiana y profesional, en su relación con los demás hombres, en la sociedad y con la naturaleza, de conocer ésta, para transformarla y con ello, satisfacer sus necesidades e intereses. Todo lo cual es inherente a la investigación científica mediada por el Método Clínico.
Se reconoce además a lo largo del texto que la Investigación Científica y por tanto el Método Clínico, es un proceso social, ello implica considerarla como una síntesis de expresiones dinámicas de la totalidad, que se integran en torno a los sentidos que va adquiriendo para los sujetos que construyen el conocimiento científico Medico Clínico, por lo que puede ser considerada como una construcción individual y social, lo cual es expresión de un pensamiento dialéctico-hermenéutico.
Asumiendo el proceso de investigación y por tanto al Método Clínico como una configuración, éste expresa el tránsito desde la compresión externa del objeto de investigación (problema de salud-enfermedad), a su explicación y a su modelación como interpretación de la realidad, en la conformación de la teoría sobre ese objeto estudiado, es una mejor aproximación a la esencia del proceso, en tanto se le atribuye al hombre médico o salubrista, desde la propia concepción del proceso, el papel de sujeto de cambio, de transformación; con lo que se expresa la dinámica del mismo patentizada por su naturaleza consciente, holística, compleja y dialéctica.
Para desarrollar el proceso de Investigación Científica relacionado con las ciencias biomédicas y de salud y por tanto mediada por el Método Clínico, se puede recurrir a diversos métodos y técnicas pero sin despreciar la esencia del mismo como eje integrador. Su empleo está en función de la naturaleza del objeto de investigación y de la formación epistemológica y teórica del investigador o del colectivo de investigadores, así como del contexto y de las condiciones en que se desarrolla el proceso.
La Metodología de la Investigación Científica identificada con el Método Clínico en la formación del médico y cualquier otro profesional de la salud, como la disciplina de la ciencia, aporta al investigador médico y salubrista el sistema de categorías, leyes y métodos que le permiten encauzar el proceso de investigación para alcanzar los resultados en correspondencia con los objetivos, aporta además, las estrategias que se seguirán en el desarrollo del proceso.
El propósito de este texto entonces es servir de apoyo bibliográfico al proceso de formación de investigadores en las instituciones universitarias y científicas de salud, así, como para todo interesado en el tema de la investigación.
Se considera que sus aportes fundamentales se encuentran en: la sistematización teórica y metodológica de los paradigmas investigativos de mayor relevancia, que emergen desde los inicios del siglo XX; la estructuración metodológica de los enfoques sistémico estructural, dialéctico-holístico y hermenéutico; la reconstrucción de la concepción dialéctico-hermenéutica para la investigación científica y la sistematización de la argumentación en el proceso de construcción del discurso científico, revelando sus contradicciones como expresión de la naturaleza dialéctica de la lógica investigativa.
En el texto se le da tratamiento también a la concepción de competencias investigativas desde la didáctica de su formación, y desde la consideración de que las competencias de este tipo son expresión de cualidades del profesional de la salud y del médico que unidas a sus competencias profesionales especificas (prevención, promoción, curación y rehabilitación, diagnóstico y tratamiento como las más generales) que le permiten desempeñarse en su ámbito cultural y profesional.
En la selección del contenido de este texto se ha tenido en consideración el propósito de que los lectores sean capaces de acceder al conocimiento del proceso de investigación mediado por el Método Clínico, con un enfoque holístico-dialéctico–hermenéutico, sin despreciar la diversidad de los métodos de la investigación científica y en aras de alcanzar el objetivo propuesto, se ha estructurado con una intención hacia las ciencias médicas salubrista, pero es válido en su concepción para la investigación en cualquier campo de la cultura, en tanto que el proceso de investigación científica es siempre un proceso social.
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Recibido: Noviembre 2017 Aceptado: Enero 2018 Publicado: Febrero 2018