Mayor General del ejército Libertador cubano, más conocido por Titá y uno de los más destacados jefes militares de la Guerra de los Diez Años, iniciada el 10 de octubre de 1868. Nace el 25 de diciembre de 1837 en Manzanillo, hijo de un rico terrateniente. Cursa sus estudios primarios en escuelas privadas de su ciudad natal. Años más tarde es enviado a las ciudades alemanas de Bremen y Hamburgo, para realizar estudios en disciplinas comerciales, entre ellas, contabilidad. De regreso a la patria se dedica al comercio y cría de ganado. Desde que en Manzanillo brotan las primeras ideas independentistas calorizadas por el abogado Carlos Manuel de Céspedes, Bartolomé Masó y Francisco Vicente Aguilera, estos contaron con el entusiasta concurso de Titá Calvar. Cuando se funda la Logia masónica Estrella Tropical No.19 no pocos revolucionarios independentistas manzanilleros proceden a inscribirse en la misma, para encubrir sus actividades conspirativas, entre ellos Carlos M. de Céspedes, Titá Calvar, Jaime Santiesteban y Agustín Valerino. Después de muchas incidencias y diversos aplazamientos por motivos diversos, el 4 de octubre de 1868, se reúnen en la finca El Mijial, en Holguín, un grupo de destacadas personalidades de la causa como Vicente García, Calixto García, Donato Mármol y Jaime Santiesteban, donde acuerdan iniciar el levantamiento armado el 14 de octubre del propio año, el que tiene que ser adelantada para el 10 de octubre al ser descubierta la conspiración. Enterado Céspedes, pasa aviso a los complotados de Manzanillo para que se reunieran en el ingenio La Demajagua, con vistas a adelantar la fecha del alzamiento. Calvar, quien se encontraba entonces en su finca ubicada en el partido de Guá, conoce de la orden de alzamiento, el 9 de octubre. Reúne prontamente una tropa de 200 hombres y ya en horas de la tarde arriba al batey de La Demajagua. Simultáneamente llegan también con pequeñas partidas; Eduardo Suástegui, Rafael Tornés García y Emiliano García. En las primeras horas del 10 de octubre, se les incorporan 200 hombres al mando de Bartolomé Masó y Juan Hall. A la media mañana Céspedes los reúne a todos y ordena tocar las campanas para convocar a sus esclavos. En el acto les anuncia a estos su liberación y los invita a incorporarse en la lucha por la independencia. Este noble decisión es imitada por todos los dueños de esclavos allí presentes, los que juran, ante la bandera tricolor diseñada por Céspedes, el hacer suyo el contenido del manifiesto leído por Carlos Manuel de Céspedes, que proclama el objetivo y los principios que guían a los revolucionarios en esta epopeya.. En las primeras horas del día 11 parten los hombres allí congregados a Palmas Altas, donde arriban en horas del mediodía. En este lugar, Céspedes anuncia los primeros ascensos, otorgando a Manuel Calvar, Juan Hall y Jaime Santiesteban los grados de Brigadier general. Reorganizadas las fuerzas, tres días después acampan en Nagua, en las estribaciones de la Sierra Maestra, momento en que se designa al dominicano Luís Marcano como jefe de operaciones, dada su anterior experiencia militar. El plan siguiente es tomar la ciudad de Bayamo. Llegaron a la vista de la ciudad el día 17 de octubre en horas de la tarde, acampando en el Ingenio Santa Isabel. Estaba de guarnición el segundo regimiento a cargo del teniente coronel Julián Udaeta. Céspedes le envía una petición de rendición, que este rechaza. El día 18 se inicia el asalto a la ciudad. Al general Calvar le corresponde avanzar por la barranca de La Lizana. Este logra destruir las barricadas puestas en las calles, y conjuntamente con Pedro Figueredo, inicia el sitio al cuartel de infantería allí acantonado. Dos días más tarde, el coronel Udaeta capitula, quedando en poder de los revolucionarios un importante botín militar. El 25 de octubre, Calvar es destinado a operar en la zona de Manzanillo. El principal objetivo era proveerse de armas y evitar la llegada de refuerzos desde ese punto hacia Bayamo. Los insurgentes cubanos rechazan las proposiciones de paz del general Blas Villate, Conde de Valmaseda, respondiéndosele que jamás habría paz sin independencia. Este, que desiste de intentar su avance hacia Bayamo, reembarca sus fuerzas con destino a la provincia de Camagüey para aprovechar las debilidades de los focos de alzados de esa región. A fines de diciembre el militar español decide iniciar una ofensiva militar con el fin de recuperar Bayamo, teniendo que librar violentos combates antes de lograr cruzar por Cauto Embarcadero. Durante estos eventos, Calvar se mantiene en Manzanillo, desde donde impide, con las escasas tropas a su mando, que un batallón español al mando del coronel Benegasi pudiese auxiliar desde Manzanillo la operación de Valmaseda en Bayamo, ciudad finalmente recuperada casi en ruinas, por los colonialistas, dado que sus heroicos habitantes decidieron quemarla, ante la imposibilidad de su defensa. . En julio de 1869 su grado de brigadier es rebajado a coronel debido a una reestructuración del Ejército Libertador acordada en la Asamblea de Guáimaro. En el recién creado Distrito Militar integrado por los territorios de Bayamo, Manzanillo, Yara y Vicana, Calvar es puesto al mando de las tropas que operan en Manzanillo. En Consejo de Gabinete, celebrado el 26 de enero de 1872, este es promovido nuevamente al grado de brigadier general. En abril de 1872 es asignado a la jefatura de la Brigada de Holguín, adscripta a la División de Santiago de Cuba dirigida por el mayor general Máximo Gómez. En esta zona este libra un gran número de combates, entre ellos, Alcalá, Punta Gorda, Báguanos, Baire abajo, así como los ataques a Mayarí y Holguín. En los primeros meses de 1873 actúan bajo su mando las tropas cubanas que operan en los distritos de Santiago de Cuba y Holguín. El 7 de junio el Presidente Céspedes lo asciende al grado de mayor general. Este se opuso en octubre de 1873 a la deposición del Presidente Céspedes. Al mes siguiente toma parte en el ataque a Manzanillo, integrado a las fuerzas al mando del general Calixto García. En octubre de 1874 ocupa interinamente la jefatura del Primer Cuerpo del Ejército de Oriente, la cual entrega al poco tiempo al general Vicente García. En septiembre participa en el ataque al fuerte de Arroyo Hondo, en Guantánamo. En abril de 1875 expresa su desacuerdo a la conocida como Sedición de Lagunas de Varona, protagonizada por el general Vicente García. Ante el ambiente de divisionismo e indisciplina que cunde entre determinados jefes que operan en la provincia de Oriente, decide marchar a Las Villas al frente de 500 orientales para reforzar la ofensiva del general Máximo Gómez. En esa región se le asigna el mando de la Segunda División, tomando parte en el combate de Loma del Jíbaro y el 20 de julio de 1876 en el ataque a la ciudad de Santa Clara. En octubre de 1876 renuncia junto con Máximo Gómez a mandar tropas en Las Villas, producto de las discrepancias regionalistas, regresando a Oriente. Marcha al campamento de Cambute, donde lo sorprende la decisión de muchos jefes militares cubanos, por diversas causas, a firmar el claudicante Pacto del Zanjón. El general Calvar, amante de la independencia, coordina con el general Antonio Maceo, la argumentación a esgrimir contra dicho acuerdo, en la conferencia a celebrar el 15 de marzo de 1878 con el máximo representante español en la Isla, general Arsenio Martínez Campos. Después de rechazar la indigna capitulación ante el enemigo, hecho histórico de gran relevancia ético-política conocido como Protesta de Baraguá, los patriotas forman un Gobierno Provisional, eligiendo como presidente al general Calvar. Este organismo envía al general Maceo a una misión al extranjero, con el propósito encubierto de salvarle la vida. Las operaciones militares del ejército español se concentran en Oriente, particularmente, en la zona donde residía el gobierno. En estas condiciones, en una junta celebrada el 28 de mayo de 1868, en Loma Pelada no les queda otra acción a las escasas tropas aún beligerantes, que capitular. El general Calvar decide viajar a Jamaica y después a Costa Rica. Finalmente se radica en Honduras, donde pronto establece importantes vínculos en la esfera de gobierno. Gracias a sus gestiones ocuparon importantes cargos en este país, Máximo Gómez, Antonio Maceo, Rafael Rodríguez y Tomás Estrada Palma. Una vez ocurrido el cambio de gobierno liberal por el conservador, en ese país, este se traslada hacia los Estados Unidos, donde reside un tiempo en Tampa y posteriormente en Cayo Hueso, desde donde no deja en ningún momento de laborar por la causa de la independencia de su patria. Fallece el 20 de diciembre de 1895, en Cayo Hueso.
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