Los paréntesis ( ) son signos que encierran elementos aclaratorios intercalados en un enunciado. Los paréntesis se usan en los siguientes casos:
Cuando nací (1972) aún vivíamos bajo el régimen franquista.
Los hermanos de Juan viven en Ronda (Málaga).
La OPEP (organización de países exportadores de petróleo) se fundó en 1971.
Rogamos que el (los) alumno(s) responsable(s) se presenten en el despacho del director.
Se necesita chica (o) para compartir piso 3.
FLORENCIA: Tila, señora.
ELISA: ¿Para beber?
MARGARITA: Sí, claro, mamá; para beber.
EMILIANO: (¡Pobre señora! Está hecha un barullo).
Enrique Jardiel Poncela. Cuatro corazones con freno y marcha atrás.
O bien:
Los corchetes [ ] se utilizan de forma parecida a los paréntesis, ya que incorporan información complementaria o aclaratoria. Podemos destacar los siguientes usos:
Una de las últimas novelas que publicó Galdós (algunos estudiosos consideran que su obra Fortunata y Jacinta [1886-87] las mejor novela española del siglo XIX) fue El caballero encantado (1909).
Yo no sé por qué me he puesto tan triste,
[contemplando
el fluir de este río.
Un río es agua, lágrimas: mas no sé quién las llora.
El río Carlos es una tristeza gris, mas no sé quién
[la llora.
Pero sí que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas (…).
Dámaso Alonso: Hombre y Dios.
Recordé su timidez, su primera huida. Y una desbordante ternura hacia ella comenzó a invadirme […]. Olvidé mis áridos razonamientos, mis deducciones feroces. Me dediqué a imaginar su rostro, su mirada […], su forma profunda y melancólica de razonar. Sentí que el amor anónimo que yo había alimentado durante años de soledad se había concentrado en María.
Ernesto Sábato, El túnel (adaptado).
La raya o guion largo (—) se puede usar aisladamente o para servir de signo de apertura y cierre que aísle un elemento o enunciado. Este signo se puede utilizar:
—Es en serio — le dijo Cristo Bedoya—, lo están buscando para matarlo.
A Victoria Guzmán se le olvidó el candor.
—Esos pobres muchachos no matan a nadie —dijo.
—Están bebiendo desde el sábado —dijo Cristo Bedoya.
—Por lo mismo —replicó ella—: no hay borracho que no se coma su propia caca.
Gabriel García Márquez. Crónica de una muerte anunciada, Plaza & Janes.
García Lorca, Federico: La casa de Bernarda Alba.
—: Bodas de Sangre.
—: Yerma.
—: La zapatera prodigiosa.
Sustantivos comunes
—propios
—concretos
—abstractos
El guion (-) es un trazo horizontal de menor longitud que el signo llamado raya. Se utiliza básicamente cuando es necesario hacer divisiones dentro de una misma palabra. Podemos destacar los siguientes usos:
Las comillas normalmente se emplean para destacar palabras o partes de un texto. Pueden ser, latinas o españolas (« »), inglesas (“ ”) o simples (` ´). Las primeras que deben aparecer en un texto son las latinas; en segundo lugar, cuando en el mismo texto entrecomillado con comillas latina hay otro texto que debe entrecomillarse, se emplean las inglesas, y, si hay otro texto más que hay que entrecomillar, se emplean las simples o sencillas. Se utilizan comillas en los siguientes casos:
Mi padre siempre dice: « No vayas con malas compañías».
He leído muchas veces el poema «Canción del jinete» de Lorca.
Me gusta el cuadro « La rendición de Breda» de Velázquez.
La diéresis o crema (¨) es un signo que se coloca encima de las vocales en las siguientes ocasiones13 :
El dulce murmurar deste rüido,
El mover de los árboles al viento,
El suave olor […].
La barra (/) es una línea recta diagonal trazada de arriba abajo y de derecha a izquierda. Tiene los siguientes usos:
Habrá un silencio verde/ todo hecho de guitarras destrenzadas/. La guitarra es un pozo/ con viento en vez de agua.
(Gerardo Diego: Imagen)
El apóstrofo (’) no tiene prácticamente vigencia en el español actual.
Este signo solía emplearse antiguamente, sobre todo en poesía, para indicar la omisión o elisión de una vocal. Ejemplos: d’aquel, por de aquel; l’aspereza, por la aspereza; qu’es, por que es. Este uso se conserva en algunas ediciones actuales de obras antiguas.
Los nombres propios de otras lenguas que incluyen apóstrofo, lo conservan. Ejemplos: O’Donnell, D’Ors, etc.
El signo de párrafo (§) se emplea, seguido de un número, para indicar divisiones internas dentro de los capítulos. Ejemplos: § 12, § 23.
También se utiliza en las remisiones y citas de estas mismas divisiones. Por ejemplo: Véase § 16. En informática se utiliza también una barra inclinada hacia la izquierda (\).En este uso puede alternar con los paréntesis.
El asterisco (*) es un signo en forma de estrella que se utiliza con estas funciones:
Las llaves { } constituyen un signo doble que encierra texto, aunque también se pueden utilizar de forma aislada.
En ambos casos, estos signos se utilizan en cuadros sinópticos y esquemas para agrupar opciones diferentes, establecer clasificaciones, desarrollar lo expresado inmediatamente antes o después, etc.
1 Para Martínez de Sousa la forma correcta es: Después cerró de golpe la puerta de su casa. (Creo que estaba muy enojada.) y lo justifica diciendo que si la oración que encierra el paréntesis fuera interrogativa, exclamativa o dubitativa el punto iría dentro del paréntesis: Después cerró de golpe la puerta de su casa. (¿Crees que estaba muy enojada?) Después cerró de golpe la puerta de su casa. (¡Creo que estaba muy enojad!) Después cerró de golpe la puerta de su casa. (Creo que estaba muy enojada…) Además, la Ortografía (1999) afirma más adelante, al hablar de la coincidencia del paréntesis y otros signos (párrafo 5.7.7., pág. 75): “El texto recogido dentro de los paréntesis tiene una puntuación independiente”. Por tanto, no es lógico que en el caso anterior defienda que el punto va fuera de los paréntesis, puesto que el punto pertenece a la puntuación independiente de lo encerrado entre paréntesis.
2 En algunos de estos casos también se pueden emplear comas o rayas.
3 En este uso se puede emplear la barra.
4 También se puede utilizar en este caso los corchetes.
5 Según Martínez de Sousa esta solución, entre paréntesis: (a), es un anglicismo ortotipográfico. Esa grafía se desconocía en español antes de que el inglés nos avasallara. Ahora tampoco es necesario, ya que con la segunda forma: a), con solo el paréntesis de cierre, hay más que suficiente.
6 Según la Ortografía de la RAE (1999) también se puede utilizar los paréntesis con esta función. Véase 3.1.7. no obstante, Martínez de Sousa no está de acuerdo con esta afirmación, puesto que considera que todas las intervenciones de un texto ajeno se indican entre corchetes, no entre paréntesis. Piensa que admitir dos grafías para el mismo caso no contribuye a fijar los usos, sino a dispersarlos.
7 En este uso la raya puede ser sustituida por los paréntesis e incluso por las comas. Véase 2.1.3.1. y 2.1.2.1.
8 De los 450 millones de hablantes del español, unos pronuncian como diptongo lo que para otros funciona como hiato, por eso la RAE, en su edición de 1999 permitía la escritura con tilde a "aquellas personas que percibieran la existencia de hiato". Se podía, por tanto, escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié... La nueva Ortografía que se publicará en diciembre de 2010, considera que estas palabras son "monosílabas a efectos ortográficos" y que, se pronuncien como se pronuncien, deben escribirse siempre sin tilde. Por ello, nosotros preferimos ya la forma sin tilde.
9 Martínez de Sousa considera este uso erróneo, ya que deben emplearse la cursiva.
10 Según Gómez Torrego, los títulos de libros, de obras artísticas o instituciones no van entre comillas; basta con que aparezca la primera letra del nombre en mayúscula: Me he comprado La vida es sueño de Calderón. Según la ortografía de la RAE, en los textos impresos, los títulos de los libros, además, deben ir con letra cursiva: La vida es sueño.
11 Según Gómez Torrego, para este caso es preferible el uso de las comillas simples: `guarnecer´.
12 También se puede distinguir la palabra escribiéndola subrayada o con un tipo de letra diferente, por ejemplo cursiva, si el texto es impreso.
13 En los textos antiguos, se usaba la q ante las vocales a, o, interponiendo la letra u, que se pronunciaba como tal: quando, quatro, etc. En las combinaciones que, qui, sobre la u se escribía diéresis para indicar que debía pronunciarse. Por ejemplo: qüestión.
14 Martínez de Sousa considera esta llamada (****) de nota al pie de página antiestética y prefiere la tipografía moderna, es decir, las cifras voladitas sin paréntesis que venimos usando en el presente escrito.
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