Omer G. F. Madera Arrieta
Ningún ser humano puede ser indiferente ante los acelerados avances y cambios científicos, tecnológicos, ideológicos, políticos, económicos, sociales y organizativos, que se vive en la actualidad o mejor, en estos los tiempos del paradigma de la Economía Global (López, 2010e), el Paradigma Ecológico (López, 2010e) y las llamadas Sociedades de la Información y la del Conocimiento (López, 2010f).
Dadas estas circunstancia, el proceso educativo debe asumir un papel protagónico y relevante, en cuanto a qué formar, a quién formar, para qué formar, con qué formar, cuándo formar y sobre todo cómo formar, es allí donde juega un papel fundamental la incorporación de la investigación en los asuntos educativos, ya que esta se ha convertido en referente de calidad esencial dentro del proceso pedagógico-formativo que se implementa en las diferentes instituciones, escuelas y centros educativos del país, en la medida que es precisamente ella, el elemento renovador, dinamizador y transformador de las prácticas educativas, quien a su vez facilita que se extinga por completo los vicios memorísticos, mecánicos, pasivos y repetitivos sobrevivientes del antiguo conductismo y tradicionalismo.