Nhora M. Benítez Bastidas
Ana Hernández Carretero
José Luis Gurría
Ecuador es un país poseedor de un vasto patrimonio tanto natural como cultural que da identidad a cada uno de sus pueblos en pleno siglo XXI. Es común apreciar, conocer e interactuar con las culturas vivas del país y de las mismas aprender sobre sus costumbres, su lengua, sus mitos y leyendas, fiestas y ritos, al igual que con respecto a su rico patrimonio material, tales como restos arqueológicos, monumentos, pintura y escultura, archivos y bibliotecas, que reflejan la diversidad cultural de sus pueblos y nos hablan de los procesos interculturales a lo largo de siglos de historia. Este libro se centra en el estudio del origen, territorio, toponimia y antroponimia de los Pueblos Kichwas de Imbabura (Otavalos, Karankis y Natabuelas), que son el resultado de un proceso histórico bien definido en el Ecuador, iniciando con la época del Pre-cerámico (120000a.C-3500a.C); que hace referencia a la existencia de sociedades primitivas, caracterizadas por ser nómadas, las mujeres se dedicaban a la recolección, mientras que los hombres a la caza y pesca. Luego se da paso al Formativo (3500 a.C-500a.C) equivale a la fase neolítica, tiempo en el cual aparecen aldeas agrícolas aunque incipiente, pero se convierte en el sustento económico de la población, la caza se reduce, pero la pesca tuvo la misma importancia que la agricultura. Desarrollo Regional (500a.C-500Dd.C), es una fase en la cual prevalece la agricultura masiva, las clases sociales, mismas que provocaron la división del trabajo, además la alfarería y los textiles alcanzan un diseño y estilo artístico y se inicia con el uso de los metales.