Estuardo Cevallos
Coordinador
Hemos de considerar que desde tiempos remotos, el hombre ha conseguido transmitir los conocimientos obtenidos usando una diversidad de medios. Comenzando por el papiro hasta el formato digital, la finalidad se ha conservado inalterable: legar la sapiencia y la sabiduría a las generaciones futuras.
Hacia el año 300 a.C. se fija la aparición de la primera obra de ciencias: los Elementos de Euclides, conocido como geometría euclidiana. Las escuelas y universidades medievales desempeñaron una tarea de trascendental importancia en la conservación de la literatura científica. Comenzaron a fundarse en distintas ciudades de Europa Occidental a partir, aproximadamente, de 1150, en el contexto del Renacimiento del siglo XII, estas instituciones establecieron un modelo de enseñanza superior que se prolongó en el tiempo, determinando la estructura y funcionamiento de las universidades de la época moderna y contemporánea, cuando se extendió por todo el mundo.