En el campo educativo se ha analizado la práctica docente, describiéndola "desde una perspectiva teórica que permita explicar los procesos que se desarrollan en la escuela y los vínculos que guardan con otras instituciones y con una determinada formación social", para esto se llevan a cabo en períodos largos de tiempo (6 meses mínimo) minuciosos registros del quehacer docente cotidiano a través de grabaciones, observación en el salón, filmaciones, etc., los cuales se acompañan de entrevistas, revisión de materiales y tareas usadas durante el trabajo docente, etc., de manera que se tenga una gran "fotografía" del proceso estudiado al que se aúnan referentes teóricos, que en el transcurso del registro y los minuciosos análisis que de éste se hagan, nos permitan ir "bordando" explicaciones a los procesos de la práctica escolar.
El trabajo etnográfico implica gran rigor teórico, técnico y metodológico aunado a apertura y flexibilidad para ir viendo, registrando y posteriormente analizando las situaciones que se presenten y que no podemos explicar con los elementos teóricos previos o iniciales; implica la superación del dato empíricamente registrado a través de la interpretación de sus significados.
Un acercamiento a las técnicas etnográficas, no al método, por parte de los docentes sería el entrenamiento para elaborar relatorías, minutas, actas, etc., como registro que intenten ser fieles a lo que se trabaja en la práctica docente.
Con base en dichos registros los profesores pueden analizar su práctica docente o la de otros con distintos fines: conocer otros estilos docentes reales, reflexionar acerca de la relación maestro-alumno (u otras cosas), etc. Este tipo de actividades entrenarían al maestro para empezar a analizar su propia tarea o para enrolarse como futuros investigadores.
El etnógrafo o el grupo de etnógrafos buscan una .inmersión cultural en el grupo objeto de estudio, con el fin de lograr una empatía, un acercamiento a los datos necesarios, un mejor análisis e interpretación de los mismos. Es necesario, entonces, escribir el diario de campo con el máximo de anotaciones pertinentes, preparar entrevistas de carácter espontáneo pero que no se dispersen del objetivo propuesto; en momentos oportunos se emplean los medios de grabación, video, etc., que sirvan para consolidar y ampliar las observaciones que se están haciendo. Tras el análisis y la interpretación de los datos obtenidos, se procede luego a la construcción global de una teoría etnográfica de alcance intermedio (teoría emergente) sin pretender proyectar grandes teorías comprensivas de la realidad social en la que se vive. El grupo de investigadores debe emplear diversas técnicas estadísticas que tenga a la mano, con el fin de darle validez científica a sus conclusiones y a la teoría misma y poderla presentar así a la comunidad académica nacional e internacional.
Dentro de un proyecto de investigación microetnográfico propio del contexto educativo, hay dos perspectivas que se pueden usar indistintamente o interrelacionadas:
Es de vital importancia complementar las percepciones con el análisis de los objetos culturales del grupo, tales como expresiones artísticas, bailes, vestidos, costumbres en las comidas, en el empleo de las horas libres, en el habla común, procesos de aprendizaje, mecanismos de sanción a conductas punibles, etc., y las relaciones que se dan entre los diversos símbolos y manifestaciones. En la práctica, el empleo de mapas conceptuales representativos de tales nexos facilita y retienen las percepciones colectivas.
De hecho, el interés fundamental de una investigación etnográfica es analizar, entender e interpretar la cultura de una comunidad; la metodología que se asuma en el proyecto debe, por lo tanto, llevar a dicha intención. Y cuando hablamos de entender una cultura comunitaria, hablamos del entendimiento de la organización formal, de los grupos informales, de las percepciones individuales y colectivas acerca de los roles que se desempeñan en la comunidad y de todas las demás variables y enfoques que dan una visión lo más exacta de una cultura específica.
La objetividad de una investigación etnográfica radica de modo sustantivo en las herramientas empleadas para la recolección de datos, en las técnicas de análisis e interpretación de los mismos datos y en las pruebas de .significancia. y validez para corroborar el proceso y, sobre todo, en los productos del proyecto.
No obstante la tipicidad de una investigación etnográfica, podemos hablar de los siguientes pasos dentro del contexto operativo de un proyecto de investigación en general, sin que dichos pasos sean de forzoso ni menos de lineal recorrido.
A la vez, podríamos hablar de tres momentos en el proceso de la investigación etnográfica:
En resumen, podemos decir que si bien un proyecto de investigación etnográfica por sus características mismas de investigación (esencialmente cualitativa proyectada a la cultura) goza de una gran flexibilidad en su proceso, juegan en él procesos a veces antecedente uno a otro y, de todos modos, concomitantes: el proceso de construcción de un marco teórico por medio de categorías deductivas (primordialmente) e inductivas; el desarrollo metodológico, operativo que le va dando consistencia científica al proceso y a los productos del proyecto.
La investigación en el ámbito de la educación es heredera del debate metodológico suscitado en los campos de la sociología y la antropología. En efecto, los abordajes metodológicos propuestos por la sociología fenomenológica a partir de su incorporación de los métodos antropológicos propios de la etnografía, insurgen contra los de la sociología clásica a los cuales se les considera insuficientes para "capturar el significado que los individuos dan a sus acciones".
Así que, al método hipotético-deductivo, de orientación cuantitativista, se le oponen los métodos etnográficos de orientación cualitativa, los cuales exigen:
Una de las notas de la sociología fenomenológica que va a tener un profundo impacto en la investigación educativa es la que tiene que ver con la delimitación de los escenarios en los cuales se va a estudiar la acción social de las personas. Efectivamente, extrapolar al medio escolar esta orientación sociológica que ubica sus estudios en "medios geográficos bien delimitados" hará que se considere como escenario natural del investigador educativo los ámbitos escolares pequeños y, en primera instancia, el aula de clases. Siendo este último ambiente un lugar de actuación privilegiada por parte del docente, resultan casi naturales las posturas que vinculan la docencia con la investigación y que han dado origen al muy interesante planteamiento de Stenhouse de "el docente como investigador".
De modo que la consideración de escenarios escolares pequeños en la investigación educacional de orientación cualitativa constituye uno de los rasgos que ella ha heredado de la antropología, particularmente de su vertiente etnográfica, cuyos métodos, cuando se aplican en el ámbito educativo consideran a la escuela, concretamente al aula de clases, como su escenario natural, porque es allí donde auténticamente se concreta el proceso educacional.
No obstante, la intención de los Métodos Etnográficos al penetrar en un micro escenario escolar, no es sólo hacer un análisis de interacciones como el de registrar la conducta del docente y la de los alumnos; el enfoque etnográfico va mucho más allá, y trata de comprender el significado, propósito e intención que los actores (docente y estudiantes) imprimen a sus acciones.
El investigador educativo, cuando adopta una perspectiva etnográfica, se concentra en el estudio del acontecer cotidiano del aula de clases, tratando de descubrir los motivos, las intenciones y el significado que quienes actúan en ese escenario dan a todo aquello que hacen: estrategias de enseñanza y de evaluación; formas organizativas de las interacciones didácticas; lenguajes utilizados; y actitudes, entre otros aspectos.
En la metodología etnográfica no se trata solo de observar, hay que interpretar.
Hay una serie de fases o características, pero no tienen que ser tratadas de modo lineal.
No se debe olvidar que no se estudian variables aisladas, sino realidades, y hay que adaptarse al carácter cambiante de éstas. Hay una definición que deja muy claro: Una etnografía es una sucesión de actividades de investigación que se desarrollan a lo largo de un periodo de tiempo relativamente prolongado. Dicha sucesión rara vez es lineal; al contrario, se forman bucles, dispersiones, idas y venidas enmarañadas. En líneas generales, todo eso en su conjunto es “hacer etnografía”