El paradigma del desarrollo humano apareció en los años ochenta, a partir de la obra profundamente innovadora de Amartya Sen en la cual expresó que el proceso de desarrollo se ve como un proceso de ampliación de las capacidades de las personas y no como un aumento de la utilidad y del bienestar y satisfacción económicos (Cit. Amartya Sen en Ibarra, 2001).
El enfoque del desarrollo humano forma parte del resurgir de la teoría alternativa del desarrollo durante los años noventa, importantes antecedentes de este enfoque se encuentra en la propuesta de la UNICEF “”Ajuste con rostro humano” de 1987. En este informe se destaca la necesidad de una estabilización económica y un ajuste estructural, lo destacado de este informe es que maneja que estos ajustes deben de hacerse garantizando la protección de los grupos vulnerables, es decir, que toda la población vea cubiertas sus necesidades básicas de nutrición, salud y educación (Hidalgo, 1998).
Si mencionamos a los organismos oficiales podemos destacar en la década de los noventa el concepto elaborado por el PNUD en su primer informe sobre el desarrollo humano en 1990, en el cual parte de la idea de que hoy en día el desarrollo debe centrarse en la gente y no la gente en el desarrollo, y debe dar protagonismo a las personas y a los grupos en vez de quitárselo. Este organismo lo define como el proceso de ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, ingreso, empleo y abarcando el espectro total de opciones humanas, desde un entorno físico en buenas condiciones hasta libertades económicas y políticas (PNUD,1992).
El desarrollo humano es el proceso en el cual el ser biológico se constituye en un ser social y cultural. El desarrollo social es la realización del potencial biológico, traducido en términos de ser social y cultural de la persona. Con esto se está indicando que el ser humano es el principal actor de su desarrollo, en cuyo proceso de comprensión y auto-comprensión se produce una serie permanente de acciones y reacciones con otras personas en la búsqueda del perfeccionamiento de sus potencialidades” (Mar, 1998).
En México, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) retoma este concepto definiendo al desarrollo humano como el proceso continuo de ampliación de las capacidades y de las opciones de la personas para que puedan llevar a cabo el proyecto de vida que, por distintas razones valoran (CONAPO, 2001).
Hidalgo (2008) lo concibe como un concepto integrador de gran parte de los que ha sido el desarrollo alternativo, en él se combinan la satisfacción de las necesidades básicas, el desarrollo sostenible, la reforma del orden internacional, el desarrollo autónomo, el desarrollo multidimensional, etc.
Los países desarrollados fueron los primeros en ocuparse de los problemas regionales y en ellos se realizó la mayor parte de estudios sobre el tema.
El desarrollo regional es un proceso orientado a la transformación y organización de los espacios y territorios. Como concepto, el desarrollo regional tiene atribuciones que definen un campo de interacción en las dimensiones más importantes del desarrollo, por lo que refiere cambios cualitativos en los planos económico, social, político, ambiental, tecnológico y territorial. En la práctica se asocia a la organización productiva y el progreso técnico; las tareas de gobernabilidad y gestión; la preservación del ambiente y la organización territorial de la sociedad que habita al interior de las mismas. El desarrollo regional incorpora principios de equidad y participación y se reconoce las vertientes del desarrollo en un sentido integral (Luiz, 2002).
La ONU (2000) concibe al desarrollo regional como el proceso que afecta determinadas partes de un país, las cuales reciben el nombre de regiones…, el desarrollo regional, así entendido, forma parte del desarrollo general de la nación”, y de manera particular el desarrollo regional puede entenderse como “el proceso de cambio sostenido, que tiene como finalidad el progreso permanente de la región, de la comunidad regional como un todo y de cada individuo residente en ella” (Cit. Boisier en Miguel, 2004).
Por su parte Méndez lo ve como un proceso localizado de cambio social sostenido que tiene como finalidad ultima el progreso permanente de la región, el territorio, la localidad, la comunidad y de cada individuo residente en ella. Además de estar vinculado estrechamente a un proceso de crecimiento económico, el desarrollo regional requiere según él, de las siguientes condiciones (Cit. Méndez en Santiago, 2012):
El desarrollo económico local o desarrollo regional puede definirse como un proceso de crecimiento y cambio estructural que, mediante la utilización del potencial de desarrollo existente en el territorio, conduce a elevar el bienestar de la población de una localidad o región. Si la comunidad local es capaz de liderar el proceso de cambio estructural, nos encontramos ante un proceso desarrollo local endógeno (Vásquez, 2000).
Este desarrollo local es una nueva alternativa para lograr el desarrollo en una región determinada. Este tipo de desarrollo tiene sus inicios en las décadas de los 80´s y se desarrolla tanto en su dimensión económica como en su dimensión cultural. El desarrollo local como teoría alternativa del desarrollo reivindica la capacidad de los propios pueblos para decidir, orientar y manejar su propio desarrollo, esto es, un desarrollo desde abajo (Di Pietro, 2001). El desarrollo local implica la concertación entre los agentes —sectores y fuerzas— que interactúan en un territorio determinado y la participación permanente, creadora y responsable de ciudadanos y ciudadanas en un proyecto común de diversas dimensiones. Estas incluyen la generación de crecimiento económico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecológica, enfoque de género, calidad y equilibrio espacial y territorial. El fin del desarrollo local es elevar la calidad de vida de cada ciudadano y ciudadana que viven en ese territorio, contribuir al desarrollo del país y enfrentar adecuadamente los retos de la globalización y las transformaciones de la economía internacional.
Lo local no se define por divisiones geográficas o administrativas, sino que se constituye a partir de la historia de los grupos humanos que lo habitan, las condiciones geográficas, ambientales, culturales, políticas y económicas específicas de cada territorio. Esta combinación de factores otorga singularidad y significación, generando un sentido de lugar y pertenencia que se ponen en juego al momento de definir lo local (Gallicchio, 2005).
El desarrollo de la naciones confronta la nueva y difícil tarea de comprender el sin número de fenómenos acontecidos, en especial, la globalización, el desarrollo local ha sido la respuesta de las localidades y regiones a este grande desafío, así como la insuficiencia de los modelos tradicionales de desarrollo, a las reformas de estado, y la descentralización, proponiéndose salidas a la movilización del capital, a las dinámicas territoriales, nuevas formas de acumulación, nuevos enfoques de exploración del crecimiento, nuevas fuentes de empleo, valoración de recursos endógenos entre otras (Gillezeau, 2003).
Es fundamental debido a los múltiples cambios que se dan el mundo, que el municipio se organice y planifique sus acciones, no puede dejarse al azar del desarrollo de los pueblos, ya que esto asegura que la comunidad prepare su plan, pueda alcanzar las metas, y lo más importante conozca los recursos disponibles para la implementación de las acciones a seguir, ello permitirá, sin lugar a dudas, la posibilidad de establecer responsabilidades y el aseguramiento de resultados exitosos. El desarrollo local implica una forma de desarrollo que venga de la comunidad hacia la comunidad, es decir que la comunidad por si misma reflexione, haga un diagnóstico y determine que necesita y como lo puede lograr, estableciendo sus acciones y responsabilidades que los lleve a mejorar sus condiciones y lograr su propio bienestar.