CONCLUSIONES GENERALES
Existen autores como el francés J. Dumarchey que consideraron que la contabilidad pertenece al grupo de las ciencias económicas y sociales, y estudian las relaciones que existen y deben existir entre contabilidad y economía ya que la contabilidad no puede referirse más que a cuestiones de producción, distribución y consumo de las riquezas.
Otros autores critican esta teoría económica de las cuentas y muestran claras diferencias de la contabilidad frente al uso de conceptos empleados por la ciencia económica como valor, ciclo económico, empresa y capital, entre otros, sin decir con ello que la contabilidad no sea extraordinariamente importante desde el punto de vista económico. Se debe recordar que la contabilidad suministra a la ciencia económica una parte de los datos que ésta, dentro de su cometido, ha de interpretar y reducir a síntesis que, a su vez, generaran hipótesis explicativas, es decir, la contabilidad es una valiosa técnica al servicio de la economía, pues concreta los hechos y, por ende, suministra una base firme a numerosas discusiones económicas.
La diversidad de teorías que abordan los múltiples fenómenos que la contabilidad debe abarcar, clasificar y expresar en valor monetario, tales como los fenómenos jurídicos, financieros, económicos, administrativos y fiscales, entre otros, permite observar una relación con la economía, pero sin ser esta la preocupación central y única de la disciplina contable.
Existe también menciones que muestran una relación entre las dinámicas económicas y la ciencia contable desde la definición, el objeto y los métodos contables, pero autores como Mattessich expresan que “en contabilidad la sofisticación procede de la adaptación de los métodos y técnicas prestadas de otras disciplinas; sobre todo de ciencias como las matemáticas, la investigación operativa, la economía, las finanzas, las ciencias del comportamiento y la informática, pero también del derecho, la pedagogía y la filosofía, así como de la historia y la arqueología”. Sin embargo es clara la relación que el pensamiento contable tiene de registrar los hechos económicos al servicio de los usuarios de la información y sus intereses, así como de la necesidad de explicar desde la teoría contable, las dinámicas y tendencias del entorno económico, social y ambiental.
Otra relación que se debe tener en cuenta es respecto ala técnica de las cuentas que data desde la más remota antigüedad, confundiéndose con la historia de la economía. En efecto, todo progreso económico viene necesariamente marcado por el nacimiento y desarrollo de las técnicas que le sirven de apoyo.
Desde inicios del Siglo XIX se han desarrollado numerosos ensayos y libros que buscan fundamentar una doctrina de la contabilidad con la ciencia económica o con el hecho económico.
La literatura contable del siglo XIX, por ejemplo, corresponde a la necesidad de explicar las nuevas dinámicas económicas del capitalismo a partir del registro y control de la nueva empresa capitalista y su propietario, en la búsqueda de alcanzar la ganancia, tipo de empresa que empieza a desarrollarse como tal a finales del siglo XVIII.
El siglo XX, conocido como “el siglo de la organización científica”, toma una nueva orientación con una serie de importantes estudios, donde la técnica contable sigue buscando el camino de prestar los servicios que razonablemente pueden esperarse de ella por las nuevas disciplinas de la organización científica y la economía de la empresa, lo cual obliga a considerar la contabilidad desde un ángulo nuevo, ya no como una técnica autónoma como pensaban algunos autores y no pocos contemporáneos. De igual manera aparecen corrientes de pensamiento contable que a su vez han originado diversas ramificaciones que dificultan la identificación de autores y doctrinas, pero también otras que lo hacen en nuevos campos como el social y el ambiental.
En este siglo XX aparecen trabajos de autores americanos en cuanto a temas de contabilidad ambiental y métodos de control de gestión.
Los métodos de la contabilidad de gestión consideran la contabilidad como un método al servicio de la empresa, formando parte de la organización y adaptándose a la entidad a partir de las ideas de descentralización de autoridad y responsabilidad, y tienden a ser un instrumento coordinador hacia un mismo objetivo común de todas las unidades descentralizadas, que permita un control eficaz, fácil y rápido de los directivos para con los inmediatos colaboradores en las diversas sucursales o agencias y frente a su propietario, buscando así respuestas contables a la gran empresa nacional, pero también a la transnacional, muy en boga en el desarrollo de la economía capitalista de los siglos XX y XXI.
La contabilidad se ha convertido en un instrumento esencial para medir el grado de productividad de la empresa moderna, transformado al contador en economista de la empresa que pueda basar sus decisiones, gestionar y cumplir con el cometido de lograr la máxima eficiencia, eficacia, utilidad e impacto. El cálculo del beneficio y del patrimonio condujo a la contabilidad a buscar y tomar conceptos fundamentales de la teoría económica, especialmente de la microeconomía, suponiendo que así se facilitaría aquel cálculo y la distribución de los recursos; lo cual constituye una nueva relación entre la contabilidad y la economía.
Hacia los años 70 del siglo XX hasta la actualidad, la preocupación central es por la búsqueda de unos estándares que apunten al alcance de unos objetivos considerados deseables para los estados financieros y la información contable en la perspectiva inicial del inversor y el emisor bursátil, lo cual conduce a la contabilidad, ya no a hablar de principios sino de estándares y la preocupación ahora es la búsqueda de una información válida y útil al usuario empresarial y el mercado bursátil.
Se puede concluir que existe una estrecha relación entre los requerimientos contables y las dinámicas económicas, que a su vez inciden en el desarrollo y evolución del pensamiento contable.
Con relación a los factores que están impulsando esta estandarización contable internacional se puede afirmar que busca aportarle al mundo económico dominante los mejores flujos de información, lo cual explica finalmente la relación existente entre la profesión contable - Contaduría Internacional - acorde con las nuevas realidades de la estructura financiera internacional y el proceso de globalización del mundo contemporáneo, que ideológicamente se impulsa desde el Neoliberalismo Económico.
La realidad económica y la globalización no pueden ser ajenas en un proceso de confección de normas contables, pero tal realidad no puede entenderse como un producto acabado, neutral y no intencionado. La globalización se entenderá como una realidad cambiante, donde subyacen intereses de diferentes grupos de presión, generando modelos que no necesariamente responden a los intereses de la mayoría de sectores.
Es claro el beneficio que obtienen las empresas multinacionales con el proceso de la implementación de normas contables de carácter internacional y de obligatorio cumplimiento en el mundo, puesto que la toma de decisiones soportada sobre información contable – financiera homogénea, se puede realizar en menos tiempo y con menores costos.
Debido a que los mercados de capitales vienen creciendo de manera significativa a nivel mundial, surge la necesidad de generar altos niveles de confianza que garanticen la dinámica del mercado-inversión, razón por la cual se ha promovido la emisión e implementación de un conjunto de instrumentos de preparación y presentación de información económico financiera. Este conjunto de acuerdos que promueven la estabilidad del sistema financiero internacional, se ha denominado la Nueva Arquitectura Financiera Internacional.
El incremento de la movilidad del capital en el mundo y el alto poder adquirido por los mercados financieros, en muchos de los casos especulativos, condujeron a las crisis económicas financieras como la que actualmente se padece en el mundo, panorama que ha exigido una vez más un aumento en la calidad y comparabilidad de la información económica – financiera.
Este ámbito internacional ubica lo contable en los requeridos de “mejores flujos de información”. Esa es la razón de la relación existente entre la profesión contable y la estructura financiera internacional, razón por la cual se dan cambios en la estructura conceptual misma de la contabilidad: pasando de la preparación y presentación de estados financieros, a la medición y reporte del desempeño financiero, para tal fin, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación han contribuido al proceso de globalización económica y estandarización mundial.
Este requerimiento de los mercados financieros internacionales condujo al desarrollo de una Estructura General de Estándares Internacionales de Contabilidad que da respuesta a las entidades que cotizan en bolsa, o en general de las denominadas de interés público, tales como bancos e instituciones financieras, compañías de seguros, fondos de pensiones y de inversión; la cual es diferente de los sistemas contables de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), advertencia que sigue siendo válida, pues si bien el año antepasado el organismo regulador ha emitido unos estándares para pymes, su marco referencial esencial continúa siendo el de las entidades consideradas de interés público.
El contenido de la información financiera se conecta directamente con los usuarios de la misma. Las NIC – NIIF están enmarcadas en una línea sofisticada del paradigma de utilidad que establece que la información se produce para satisfacer las necesidades de un usuario universal. Bajo este modelo IASB, los principales usuarios son los proveedores de capital de riesgo, las autoridades reguladoras y supervisoras y las bases de datos de los mercados financieros.
Una de las intencionalidades del sistema internacional de contabilidad es superar el acceso privilegiado a la información que constituye una de las variables más difíciles de controlar por las autoridades, prácticas que son consideradas en la mayoría de legislaciones como delictivas, pero que pasa sin ser penalizada, tal como se ha mostrado en la reciente historia especulativa norteamericana que condujo a la recesión mundial del 2008.
De manera general, la administración tiene la potestad de acceder a información de mayor calidad, mejor cantidad y en tiempo real, tal situación sencillamente le permite tomar decisiones primero que los otros actores o manipular la información para generar resultados diferentes a los que obtendría la institución si la información recorriera su ciclo normal.
A manera de ejemplos se han citado a lo largo del presente trabajo lo que aconteció con los manejos que antecedieron a la crisis 2000 -2001 con la quiebra de empresas como la ENRON y el estallido de la burbuja de las Empresas Punto Com, como resultado de las modificaciones contables y la gran desregulación de las telecomunicaciones, la banca y la energía eléctrica. Fenómeno similar sucedió con las alteraciones de los estados contables y la desregulación del mercado financiero Norteamericano que generaron la segunda peor crisis de la historia económica mundial y el derrumbamiento de importantes corporaciones financieras como la quiebra del Banco de inversión Lehman Brothers y la intervención de la más importante compañía de seguros de los EEUU la American International Group AIG, entre otras.
Así mismo se debe señalar que la información financiera no es uniforme y presenta una variedad de formas de presentación, criterios de revelación y desagregación. Las diferencias se deben básicamente a dos aspectos identificados: las necesidades y condiciones del usuario demandante de información, y a las necesidades y condiciones del oferente de la misma. La normativa internacional ha hecho ingentes esfuerzos por lograr una mayor uniformidad en la aplicación de procedimientos para la elaboración de dicha información financiera.
El Marco Conceptual del IASB constituye un paso definitivo del organismo emisor en la búsqueda no sólo de la uniformidad procedimental sino también teórica, el cual busca regular los estados financieros que se preparan y presentan con propósitos de información general, es decir, está destinado a satisfacer la necesidad de cualquier usuario que pueda estar interesado en dicha información, la cual debe contemplar dos categorías de usuarios los internos y los externos(inversionistas, empleados, prestamistas, proveedores, otros acreedores comerciales, clientes, gobierno, agencias gubernamentales y comunidad en general)
El IASB exige que el cumplimiento de las transacciones y sucesos de similar naturaleza sean contabilizados y se informe sobre ellos de forma similar, lo que pretende es no permitir elección al momento de seguir un tratamiento contable, es decir, eliminar la diversidad en la aplicación de éstos.
Ahora bien, el esquema general de la estructura de la regulación contable internacional, está integrado por el IASB que emite los estándares NIC-NIIF para entidades de interés público, además de las interpretaciones vigentes, y las NIIF para pymes; el IFAC que a través Consejo de Estándares Internacionales para el Sector Público IPSASB emite las Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público NICSP.
Respecto al proceso de implementación de las NIIF en Colombia el Congreso de la República aprobó la ley 1314 del 13 de julio de 2009 mediante la cual se regulan los principios y normas de contabilidad e información financiera y de aseguramiento de información aceptados en Colombia, y donde se establece que la tercera etapa es la de adopción que se ejecuta a partir del balance de apertura que se debe dar en el año 2013 y su aplicación a partir del primero de enero del 2014;proceso que avanza con un desconocimiento propio de los sectores empresariales y de algunos estamentos académicos.
El propósito de esta ley, es expedir las normas que conformen un único sistema homogéneo, de calidad, comprensible y de obligatorio cumplimiento, para la elaboración de la información contable y financiera, de tal manera que cumpla con las cualidades necesarias para la toma de decisiones por parte de los diferentes usuarios, pero además atendiendo a las necesidades de internacionalización originadas en las relaciones económicas. Por lo anterior se establece el inicio del proceso de convergencia hacia los estándares internacionales.
Respecto a los estándares internacionales para pequeñas o medianas empresas (NIIF- pyme), la contabilidad de una empresa pequeña o mediana difiere de la contabilidad de una empresa de gran tamaño en la cantidad de información que maneja, el número y complejidad de las transacciones, los usuarios de la información contable y sus necesidades de información, lo que privilegia una función particular del sistema contable y los criterios bajo los cuales se preparan y presentan los estados financieros.
El IASB normalmente ha emitido estándares para las entidades de “interés público”, a causa de la presión internacional, y ha aceptado el importante papel de las pyme en la economía mundial y particularmente en América Latina. Ante la pérdida de liderazgo, por parte de esta entidad, el ISAR -UNCTAD como organismo regulador, hizo sentir al IASB que cedía en materia de regulación y frente a tal amenaza, decidió responder a dicha necesidad aprobando las NIIF para PYME en julio del 2009, pero como se expresó con anterioridad, diseñadas bajo la misma lógica de las NIIF de la entidades de interés público (bancos y entidades financieras, fondos, compañías de seguros, compañías de bolsa internacionales, entre otras), las cuales no responden a este tipo de organizaciones, menos aún cuando el mismo IASB considera que las NIIF para PYME también pueden ser aplicadas para las MICRO – PYME, propias de nuestra economía.
Las Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público NICSP (IPSAS) se vienen desarrollando mediante la adaptación al sector público de las NIC-NIIF, por consiguiente están basados en el Marco conceptual para la preparación y presentación de estados financieros del IASB, constituyéndose en la referencia apropiada para los usuarios de las NICSP, incluso al desarrollarlas su organismo emisor, la Federación Internacional de Contadores – IFAC – a través del Consejo de Estándares Internacionales de Contabilidad para el Sector Público IPSASB, toma también en consideración y aplica los pronunciamientos emitidos por el IASB.
El Contador General de la Nación empieza a partir del 2006 a concretar un trabajo que venía desarrollando desde el 2003, relacionado con la revisión del Plan General de Contabilidad Pública PGCP para compararlo con las normas expedidas por el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público IPSASB y determinar, a partir de allí, los elementos comunes y diferenciadores que le permitieran ajustar lo que fuera pertinente en el PGCP. Este proyecto asumió criterios de armonización frente a dichos estándares Internacionales, ajustando las normas de contabilidad pública con el fin de mejorar la calidad de la información contable y estadística pública reportada por los entes para suministrar una información razonable y socialmente útil.
En Colombia, debido a la proliferación de organismos que regulan la contabilidad y los presupuestos públicos, se han generado inconvenientes que hacen urgente una única metodología contable para el registro y la consolidación de la información del sector público, buscando una mayor transparencia y que sea incorporada al Sistema Integrado de Información Financiera SIIF del Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Este plan de cuentas permitirá una revisión del sistema actual para que cubra todas las necesidades en materia de gestión de las finanzas públicas, transacciones financieras y presupuesto, más aún si lo que se busca es consolidar el proceso de armonización con las normas internacionales de contabilidad para este sector.
Frente a los efectos económicos que conlleva la normatividad contable, algunos autores partidarios de la normalización contable universal argumentan que diferentes estructuras técnico-contables llevan generalmente a obtener resultados completamente diferentes en los informes financieros, por lo que no se puede interpretar de forma similar aquellos estados financieros que se han realizado conforme a principios distintos. Los usuarios comprenden que existen una serie de diferencias en el entorno, métodos, prácticas contables que afectan la elaboración de la información.
Otros autores plantean que la normalización en contabilidad debe ir de la mano con la política macroeconómica, de tal forma que la regulación sea un instrumento útil para la consecución de los fines propuestos. En este sentido, la implementación en economías ‘en desarrollo’ de un sistema de información contable complejo y con funciones especializadas que se diseñaron sustentadas en modelos de economías desarrolladas, lleva a que se genere una ruptura entre el modelo económico y el modelo contable.
La adopción de nuevas normas de contabilidad pueden también originar cambios en las estructuras cognoscitivas, bien sea mediante la incorporación de nuevas problemáticas, desmotivando la investigación, o estimulando los requerimientos de nuevos postgrados.
Otro problema económico que se busca corregir es la eufemística “Contabilidad creativa”, entendida como la manipulación de los resultados contables, en una resuelta intervención en el proceso de información financiera externa, con el propósito de obtener algún beneficio privado, aprovechándose tanto de las lagunas legales como de la discrecionalidad existente en la legislación, con el objetivo de que se presenten los resultados contables deseados, en lugar de reflejar las transacciones de forma neutral y razonable, proceso mediante el cual se utilizan los conocimientos de las normas contables para manipular las cifras anuales.
En este mismo sentido, es evidente que la manipulación contable es aplicable fundamentalmente en las entidades donde la administración es distinta al propietario, pues existe entre ellos un acceso asimétrico a la información, agravado por la diferencia de propósitos y objetivos, lo que hace que el estamento gerencial se encuentre tentado a desinformar a los inversionistas, con el objeto de lograr un favorecimiento conforme a sus propios objetivos. La manipulación puede tener diferentes objetivos, tan opuestos que pueden llevar en ocasiones a reflejar utilidades altas o bajas, según sus intereses.
Lo anterior deriva diferentes reacciones de los actores frente a las posibles consecuencias que conllevan los resultados presentados en los estados financieros, siendo los administradores quienes tienen la mayor capacidad para reaccionar ante las consecuencias adversas que trae un resultado contable ó aprovechar la situación de preparadores de la información y proceder a manipularla para generar los efectos esperados.
Los gerentes se pueden ver motivados para manipular la información contable, con el propósito de inducir a los diferentes usuarios (gobierno, sindicato, inversores y acreedores, entre otros), a una toma de decisiones que favorezca los intereses de la administración y en consecuencia actúen de acuerdo con los objetivos del gerente.
Estos procesos de contabilidad engañosa han estado relacionados como una de las principales causas de la recesión mundial del 2008, hechos económicos que han impactado en la regulación contable en la búsqueda de un enfoque predictivo que vaya dirigido a la línea de los negocios, por consiguiente el proceso normalizador que reconoce efectos económicos de la norma contable, debe integrar en éste a todos los grupos de usuarios cuyos intereses legítimos pueden verse afectados por la contabilidad.
La contabilidad creativa también es una práctica común en Colombia, primordialmente en procesos conducentes a la evasión y elusión tributaria, tipo de manipulación contable que utiliza los vacíos que tiene la norma para aplicar la interpretación que sea más conveniente a sus intereses.
Algunos autores y autoridades contables a nivel mundial, consideran que la existencia de unos procedimientos y políticas contables de alta calidad, constituyen un correctivo de gran efectividad frente a los riesgos de una manipulación de información empresarial, por lo que se requiere que el sistema contable, se complemente con procedimientos de auditoría que cumplan con requisitos de alta calidad y que los procesos de verificación sean pertinentes.
De igual manera, hoy se puede afirmar que los estándares internacionales NIC – NIIF, priorizan las necesidades de transparencia y confianza en la protección por los usuarios de los mercados de capitales; situación que no necesariamente coincide con la dinámica de la economía de los países tercermundistas, donde se desarrolla con poca fuerza la actividad bursátil.
Se puede observar como desde el inicio de la tercera etapa del proceso de regulación en Norteamérica, que el objetivo de los estados financieros fue suministrar información útil para la toma de decisiones. Lo anterior le permite afirmar a autores como Tua que la regulación norteamericana está encaminada, condicionada y con frecuencia supeditada a la protección de la inversión bursátil, pilar fundamental de esa economía.
La regulación contable internacional pretende disminuir los riesgos que se presentan en materia de acceso a información contable, fruto de ello propone actualmente un modelo universal. Lo anterior no indica que la citada regulación sea objetiva, pues para muchos autores se trata de la imposición de uno de los actores del mercado de un modelo proclive a sus intereses.
De igual manera algunos autores formulan también la necesidad de volver a los fundamentos éticos en los procesos no sólo de regulación contable, sino de toda la dinámica propia de la economía, planteando una regulación supervisada o dirigida por principios éticos y no por una auto-regulación cifrada por la ambición lucrativo-financiera del capital especulativo.
Ahora, sobre el peso de los efectos económicos en la normalización se encuentran propuestas diversas, desde los que opinan que la emisión de normas contables se debe realizar en el contexto de un marco conceptual y un plan de coherencia lógica que permita alcanzar objetivos, pero primando a largo plazo los aspectos técnicos; hasta los que consideran que la regulación contable es materia de política económica, pasando a ser las normas instrumentos de ésta, como forma de poner la contabilidad al servicio de metas nacionales.
Los organismos reguladores tienen un conocimiento de la influencia quela emisión de normas y sus pronunciamientos pueden tener sobre las decisiones de sus usuarios, lo que les permite considerar que de acuerdo a la composición de los organismos normalizadores se derivan normas que reflejan los intereses de un mayor número de usuarios o de un reducido grupo de interesados. Respecto a este punto es importante recordar que la Presidencia y la Secretaría de la IASC(hoy IASB), desde su fundación el 29 de junio de 1973 hasta la actualidad, no ha sido ocupada por un miembro de un país subdesarrollado.
Como el proceso del estándar contable trasciende las fronteras nacionales y se sitúa en un plano de internacionalización de la actividad mercantil, el desarrollo tiende a la construcción de un cuerpo de principios generalmente aceptados, de utilización en amplias áreas geográficas que exceden el ámbito de actuación de los respectivos países, hablándose así de un derecho contable internacional, que cobra coercitividad en la medida que más penetre en las instituciones jurídicas de las naciones.
Con relación a la aceptación de una nueva normativa, son múltiples los factores que la determinan, como es el grado de aceptación de la norma tradicional vigente, la complejidad de la nueva norma y su relación costo-beneficio, la costumbre a utilizar modelos de innovación permanente, entre otras.
La regulación contable internacional también se encuentra con contextos particulares, donde se pueden presentar entornos sin tradición en dicha regulación, lo que lleva a que adopte la normativa internacional sin un mayor juicio crítico, gracias a las debilidades de la regulación local, tal como viene sucediendo en el proceso Colombiano; y otros con alta tradición en regulación contable, lo cual implica un análisis de los efectos que trae la implementación de una nueva norma, como son los casos de EEUU y la Unión Europea.
En el proceso de implementación de una normativa nueva se pueden diferenciar dos estrategias de adopción: una voluntaria y otra jurídica de implementación obligatoria. La voluntaria es común de los países anglosajones con tradición de regulación de carácter privado y la segunda de tipo jurídico-obligatoria, típica de los países Latinoamericanos con tradición regulativa de carácter público-oficial, donde la participación de los gremios profesionales y otros grupos de interés en la elaboración de la norma es muy baja o inexistente, como en la práctica se ha venido dando en la implementación Colombiana, donde su discusión parece alejada de la mayoría de los centros profesionales, empresariales y académicos.
Estas estrategias de adopción no son definitivas en el tiempo, tal como se puede evidenciar en el viraje que parece darse en los EEUU a raíz de los últimos hechos económicos derivados de las prácticas especulativas, donde muchos directivos y ejecutivos se enriquecieron aceleradamente y lograron burlar la autoridad frente a la aplicación de la contabilidad creativa y la ingeniería financiera, que llevaron a la segunda peor crisis económica de la historia del capitalismo, aún no superada en sus consecuencias.
Las autoridades norteamericanas aún tratan de buscar los vacíos en las actuaciones de tales agentes, para encontrar el punto donde termina la ingeniería contable- financiera y se pasa al terreno del delito financiero; pero la desregulación estatal creada mediante leyes neoliberales y la contabilidad engañosa generan impunidad frente a estas conductas especulativas, en contra del interés general, por parte de los directivos inescrupulosos involucrados en dichas prácticas, que como se señaló, buscaban obtener un rápido y exorbitante enriquecimiento personal.
Este escenario reafirma que también es necesario un proceso de regulación contable, pero reconociendo la interdependencia entre el estándar y el entorno en el que se aplica, a fin de que el mismo sea útil para representar la realidad concreta para el cual fue pensado. Tua (1983, 1034) plantea que “Las concepciones sociales, económicas, legales e incluso políticas de los diferentes países o conjunto de ellos inciden en sus manifestaciones contables, formando un conjunto peculiar y difícilmente repetible, que si bien puede presentar puntos comunes con los sistemas de otras áreas o países, también tiene con ellos divergencias sustanciales, debidas a causas ambientales y no meramente formales. La incidencia se produce en un triple ámbito de posibles manifestaciones contables: reglas de medida, estándares de presentación y organización estructural tanto de la práctica contable como de los mecanismos de elaboración y emisión de normas”.
Ante la proximidad de la implementación de los estándares Internacionales de Información Financiera en Colombia, era necesaria la discusión sobre si en nuestro país se adoptan o armonizan las NIIF para entidades de interés público y para Pymes, propuestas por los organismos internacionales.
Ahora bien, la distinción entre enfoque de propiedad y de control ha llevado a que existan en términos generales dos tipos de entidades: las entidades gestionadas y administradas por sus propietarios; y las entidades administradas por personal distinto a los propietarios (que pasan a convertirse en inversionistas), es decir, por un estamento gerencial. Del comentario anterior se deriva que la información requerida por los diferentes demandantes y oferentes de información es distinta, o por lo menos no es igual.
De igual forma, las entidades también se pueden clasificar y jerarquizar a partir de diferentes variables, entre las que se pueden citar, el tamaño, el número de empleados, el nivel de ingresos, el monto del capital, el número de propietarios y/o inversionistas, el radio de acción, la división-especialización de las funciones de los empleados, así como la mencionada división entre propietarios y administradores.
En la mayoría de países el mayor porcentaje de empresas está constituido por las pymes, las cuales no han contado con tratamiento adecuado que permita su crecimiento y desarrollo. En materia contable, tampoco han contado con un sistema de información que sea realmente apropiado a sus necesidades, a pesar que los usuarios de las pymes tienen necesidades específicas, que los entes de regulación contable tradicionalmente no han tratado de forma rigurosa.
Como en América Latina las mipymes contribuyen decisivamente al empleo y a la producción, y son factores determinantes para la estabilización de la sociedad, para la calidad del ambiente económico e institucional, para el desarrollo de las actividades privadas, para la generación de una sociedad de propietarios con criterios productivos y vocación empresarial que fomente el desarrollo nacional a través de la creación de empresas dentro de un marco de crecientes encadenamientos productivos que generen mayor valor agregado en el marco del proceso de internacionalización de la economía, hace necesaria la diferenciación entre unidades productivas: grandes, medianas, pequeñas y micro, facilitando así la comprensión de la realidad de la base empresarial del país.
Frente a la citada ambivalencia en el tratamiento de las mipymes que son referidas como un tema marginal y, por lo tanto, tienden a ser ignoradas y cuestionada su validez en los procesos de acumulación, los ciclos de vida productivos, la inserción a los mercados externos y la estructura para generar economías de escala, tratamiento inadecuado en la política institucional que explica en parte el grado de marginalidad en que se encuentran los usuarios de la información financiera de tales entidades.
De otra parte, debido a la marcada desigualdad económica-social que se ha acrecentado en la economía de libre mercado,ha llevado a que se genere una presión frente a la responsabilidad social de las empresas, algunas de las cuales asumen tal responsabilidad desde una posición más ética o publicitaria que jurídica.
Se ha iniciado entonces, un proceso de información y revelación de datos cuantitativos y cualitativos que muestren cuál es el valor agregado social dela empresa, llamado contabilidad social, en el que pueden distinguirse dos áreas interrelacionadas: la información acerca de las realizaciones sociales de la empresa, normalmente en forma narrativa o estadística y, de otro lado, la aplicación de los sistemas de doble clasificación a la medición de dichas actividades sociales.
Dentro de la valoración de la responsabilidad social surge un nuevo requerimiento de información para la economía y la contabilidad, respecto a la valoración de la responsabilidad ambiental del Estado y de las empresas, quienes en muchos casos también la han transformado en un vehículo publicitario de las empresas que aspiran a consolidar sus clientes reales y cautivar potenciales con el atractivo del cumplimiento de la protección al medio ambiental.
A pesar de la preocupación real por la temática medioambiental no se ha expedido ningún estándar internacional contable específico, lo que es inexplicable toda vez que la gran riqueza de los países en desarrollo se encuentra en los recursos naturales. En cambio las naciones desarrolladas cuyo mayor valor está dada por su producción intelectual si cuentan con un estándar con tal orientación específica, el IAS 38 Activos intangibles.
El nacimiento de las llamadas contabilidad y auditoría ‘social’ y ‘verde’ muestran una ampliación del número de usuarios de la información contable (económica - financiera); así la información se orienta del usuario inversor-acreedor, a la sociedad, a los clientes, grupos ambientalistas, partidos políticos, organizaciones sociales y público en general, que desean y deben conocer las consecuencias contables, laborales, sociales, ambientales, políticas y culturales de las actuaciones de las empresas.
Se sustenta de forma directa la necesidad de consolidar investigaciones de carácter empírico, orientadas por sólidos trabajos de tipo teórico, que permitan conocer la realidad empresarial y sus impactos sociales-ambientales. Después de conocer un riguroso diagnóstico de la economía nacional e internacional, sí es posible, dar el paso a regular una realidad que se conoce.
Algunos teóricos nacionales plantean como alternativa a la normatividad contable universal, la necesidad de un modelo contable propio, como un segmento de un complejo rompecabezas que debe estar pensando la realidad económico-social-ambiental como un todo; por ejemplo, la política económica que debe trazarse luego de un evaluación sociológica, económica y de una valoración de las condiciones políticas del entorno en referencia, donde la aplicación de dicha política económica requiere del modelo contable, el cual entra a jugar un importante papel, ya que informa y controla los resultados a partir de la adopción de sus objetivos. En esta dirección se requiere del esfuerzo conjunto de diversas disciplinas como la ciencia política, la sociología la economía y la contabilidad, entre otras.
Teniendo en cuenta la orientación socioeconómica-ambiental como marco de referencia del entorno, se deben establecer algunos condicionantes complementarios para avanzar en el delineamiento de algunos de los principales aspectos que deberían orientar el modelo contable para Colombia. Hay que recordar que la regulación contable internacional del IASB es el reflejo de la realidad económica de los Estado Unidos, orientada de manera decidida hacia la protección del mercado de capitales, dado el papel que las Bolsas de valores y el intercambio de títulos juegan en la economía de este país.
Un componente a tener en cuenta en el proceso de una nueva normalización es la globalización, como fenómeno irreversible, que produce una cantidad de nuevos hechos socioeconómicos y políticos que vuelven más compleja la realidad, con lo que cualquier intento de reflejar las circunstancias reales en una representación técnica-tecnológica constituye una labor más exigente a la hora de proponer soluciones válidas.
En este contexto global, la realidad de países como Colombia se debaten hoy en un momento histórico en el que confluyen tanto circunstancias internas (dificultades en procesos de integración económica apropiados, debilidad de sus estructuras productivas, altos niveles de desocupación y subempleo profesional y laboral en general, articulación económica asimétrica y dependiente de decisiones extra-regionales, insuficiente niveles de productividad, deficiencias en su infraestructura, marginalidad e inequitativa distribución de la riqueza, corrupción generalizada y débil cohesión nacional, bajos niveles de competitividad, entre otras), como exógenas (revolución tecnológica, redistribución política y económica por la derrumbe del mundo socialista, cambios en las dimensiones y requerimientos de los mercados financieros, endeudamientos con apalancamientos negativos, limitaciones en la concepción de soberanía y nuevo orden geopolítico, entre otras.).
Como se puede observar, ésta es una perspectiva muy diferente al pensamiento que sustentan los autores de las normas internacionales de contabilidad, a quienes parece no preocuparles las condiciones internas del país, sino su predisposición para que los grandes capitales realicen su reproducción ampliada, no importando que esto se haga a costa de las riquezas acumuladas por largas décadas de esfuerzos del trabajo nacional, perspectiva donde el mensaje contable debe superar como prioridad estar al servicio de los intereses cercanos al gran capital extranjero y la incondicional orientación que se da a partir de procesos de transferencia regulativas desde los países desarrollados, ante la ausencia de la necesaria reflexión teórica de los países subdesarrollados, acompañada de una inadecuada evaluación de sus resultados.
Se requiere también la elaboración de bases de datos que posibiliten la conformación de las macro cuentas regional y nacional, pero también promover la contabilidad analítica (de costos) y de gestión para originar o estimular el desarrollo de aquellas actividades que puedan producirse con ventaja en la economía colombiana. Los nuevos estados financieros deben informar sobre el valor agregado producido por las unidades empresariales y sobre indicadores de gestión, mando y control que permitan orientar las decisiones organizacionales, los cuales deben ser desarrollados y adaptados a las necesidades de nuestro entorno de medianas, pequeñas, micro y famiempresas, así como de las realidades sociales y las fortalezas ambientales en países como Colombia.