El análisis económico de una empresa tiene como objetivo determinar en qué forma y en qué medida los capitales invertidos rinden utilidades o producen pérdidas. En otras palabras, implica la investigación continua de todo aquello que pueda contribuir al mejoramiento y a la expansión de una entidad.
Lo anterior destaca la necesidad de que las empresas adopten planes definidos y adecuada información para dirigir con acierto sus operaciones, a fin de evitar las deficiencias de una dirección intuitiva.
La implementación de un programa de presupuestos sirve como estímulo para llevar adelante estas investigaciones y constituye una valiosa herramienta de control que facilita la tarea de dirección y permite coordinar las funciones de los diversos sectores de la empresa, ya que para llevarle a cabo es necesario armonizar las ventas, las compras, la producción, los ingresos y los desembolsos.
La preparación del presupuesto de ventas exige el estudio de los mercados y la formulación de una adecuada política de ventas.
La coordinación entre las ventas, la producción y las compras permite mantener los inventarios en niveles compatibles con la demanda que existe en el mercado.
El presupuesto de producción, elaborado conforme a las ventas estimadas y a la capacidad de trabajo de la empresa, tiende al mejor aprovechamiento de sus instalaciones fijas. El análisis de la capacidad productiva lleva al estudio de los procesos fabriles con el fin de lograr el más alto rendimiento. La diferencia entre la producción real y la presupuestada demostrará si ello se cumple o si la capacidad de trabajo de la firma no se utiliza como corresponde.