1. INTRODUCCIÓN

El turismo como tal, es una magnitud que tiene un peso muy importante en cualquier economía de un país. Se trata de una actividad con un gran dinamismo, capaz de generar grandes flujos de turistas, incidiendo de forma directa en la economía del lugar, ya que el turista realiza un considerable desembolso durante su estancia en el lugar de destino.

Esta actividad genera fuertes impactos, además de en la economía local, en la sociedad y en la cultura local, ya que dichos impactos son el resultado de las relaciones sociales mantenidas durante la estancia de los visitantes en el lugar de destino.

Es más que evidente la existencia de una serie de impactos1 , tanto positivos como negativos, a nivel cultural, como puede ser la mejora de las instalaciones y facilidades del destino, ya que cambian con la llegada del turista, intentando encontrar facilidades durante la estancia, facilidades que son también aprovechadas por la población local. También se produce una recuperación y conservación de los valores culturales, ya que son los mismos turistas los que se sienten atraídos por estos destinos, y por ende, por su cultura, clima…, produciéndose un acto de intercambio sociocultural entre ambas partes.

Por otro lado se puede producir una desvirtuación de la sociedad receptora, considerando la cultura foránea como superior, provocando esto una adaptación de costumbres occidentales a culturas indígenas, desapareciendo de esta forma la cultura de origen, si bien no siempre ocurre así, ya que determinados tipos de turismos –turismo de masas- no hace efectivo un intercambio cultural, por lo que la visión que se tiene de la población local queda intacta.

En lo que a impactos económicos se refiere, existen diferencias dependiendo de si se trata un destino en un país en vías de desarrollo o no, ya que si se encuentra en un país no desarrollado el impacto económico es mucho mayor, llevando esto a una disminución de la tasa desempleo y a un equilibrio en la Balanza de Pagos del país.

También es importante destacar la mejora en las infraestructuras locales gracias al turismo, ya que el turismo suele atraer inversiones extranjeras, facilitado por la creciente demanda turística y la facilidad de obtener ganancias en un corto período de tiempo.

Es básico también establecer sinergias entre la Administración Pública y la iniciativa privada, de cara a una buena puesta en valor de los recursos, así como en creación de las infraestructuras de acceso o la seguridad pública, básicas para el correcto desarrollo de una actividad turística2 .

Consecuencia directa de todo esto, es la diversidad de tipologías turísticas que hoy en día encontramos en el mundo, tipos de turismo únicos en la zona o que bien conviven con la modalidad turística por antonomasia, el turismo de sol y playa, si bien esta modalidad se encuentra ya en su fase final de madurez, optándose por la diversificación en otras tipologías como bien hemos dicho antes, tipologías que analizaremos más adelante.

1.1 DEFINICIÓN DE TURISMO Y CONSIDERACIONES PREVIAS

A lo largo del pasado siglo, muchas han sido las definiciones que se han intentado dar de turismo, si bien muchas de ellas quedan incompletas u obsoletas con el paso del tiempo. La definición que mejor resume el concepto de turismo es la aportada por la Organización Mundial del Turismo de 20003 , entendiendo por turismo “aquel conjunto de actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, negocio y por otro motivos no relacionados con el ejercicio de una actividad remunerada en el lugar visitado”.

De ésta definición se desprende el concepto de sistema turístico4 , el cual engloba los componentes de la actividad turística, siendo estos la oferta, la demanda, el espacio geográfico y los operadores de mercado.

Importante destacar también el hecho de que no todas las personas que visitan un destino pueden ser considerados turistas, sino que hay que hacer una diferencia entre excursionistas5 y los turistas propiamente dichos.

Además, dependiendo del lugar de origen de las personas que realizan la actividad, se pueden establecer tres formas básicas de turismo:

• Turismo interior: El realizado por los viajantes residentes dentro de su propio país
• Turismo Receptor: Realizado por los visitantes extranjeros en un país de referencia
• Turismo Emisor: Realizado por los turistas residentes fuera de sus fronteras.

1.2 IMPORTANCIA Y JUSTIFICACIÓN DEL TEMA

Durante décadas, el turismo ha experimentado un continuo crecimiento y una profunda diversificación, hasta convertirse en uno de los sectores económicos que crecen con mayor rapidez en el mundo. Esta dinámica ha convertido al turismo en un motor clave del progreso socioeconómico. ‎

Hoy en día, el volumen de negocio del turismo iguala o incluso supera al de las exportaciones de petróleo, productos alimentarios o automóviles. El turismo se ha convertido en uno de los principales actores del comercio internacional, y representa al mismo tiempo una de las principales fuentes de ingresos de numerosos países en desarrollo.

Según datos de la Organización Mundial del Turismo, el turismo internacional generó en 2010 unos 693 mil millones de €, con un total de 940 millones de turistas.

A nivel nacional, el turismo es sin lugar a dudas uno de los principales sectores productivos, y uno de los motores de su crecimiento, superando a las otras grandes industrias del país como la Construcción (Tabla 1.1). Basta con ver las últimas estimaciones proporcionadas por la Cuenta Satélite de Turismo elaborada por el INE para el año,  el turismo supuso para la economía española el 10% del PIB (2009). (Tabla 1.2). 6

Se observan unos espectaculares ingresos en 2009, si bien en 2008 fueron unos datos ligeramente mejores, aún así, estos ingresos, como bien se dijo antes, supusieron  aproximadamente un 10% del total del Producto Interior Bruto de España.

‎En lo que respecta a los datos del pasado año en temporada alta, vemos unas cifras que nos indican que al sector turístico no le está afectando tan de lleno la crisis, destacando un saldo final a final de año de casi 27 mil millones de euros (Tabla 1.3), siendo el verdadero motor de la economía española, responsable de más de 10% del PIB del país.

Todo lo anterior se ve traducido en los más de 50 millones de turistas que visitan España  a lo largo del año, variando este número poco a lo largo de los últimos años. (Tabla 1.4).

Más en particular en Andalucía, el turismo es la principal actividad económica, debido a la diversidad de actividades turísticas que se pueden desarrollar en nuestra comunidad, como puede ser el Golf, el Windsurf, y como no, el turismo de Sol y Playa. Todo esto queda traducido en los más de 7 millones de turistas que pisaron nuestras tierras en 2009, siendo ese número superior en 2010.

La importancia económica es más que evidente, si bien también ha de destacar la actividad turística, como una actividad generadora de empleo, ya que el turismo provoca la creación de empleo durante todo el año, si bien se ve más acentuado durante la temporada alta.

Según las encuestas de población activa del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (Figura 1.1), se observa el crecimiento del trabajo en época estival, si bien durante el año se mantiene un número más que considerable de personas dedicadas al sector servicios.

Con cifras y datos como estos, es más que evidente la importancia del turismo en España en general, y en particular en Andalucía, es importante, por tanto, seguir apostando por esta industria, la cual está generando una más que importante cifra de ingresos y de empleos.

Más en particular, las tipologías turísticas desarrolladas en Andalucía en los últimos años inciden de forma muy directa en los resultados del turismo. Así, podemos destacar el turismo golf, el cual reportará grandes ingresos y turistas, debido a que Andalucía se conforma como uno de los destinos europeos  en la práctica del golf, así como el Turismo de Salud y Belleza con un incremento anual del 18%. Por otro lado destacar también el impacto económico que generan otros tipos de turismo como el idiomático, importante desde este punto de vista debido al alto gasto que comporta y a las expectativas de crecimiento que se tienen en Andalucía. También destacar el turismo de Congresos como una gran fuente de ingresos, ya que es una tipología caracterizada con un alto grado de economía por parte de los congresistas.

También destacar el incremento de empleo que producen estas tipologías de turismo. El turismo Social crea empleo en temporada baja, momento en el que esta tipología de turismo encuentra su mejor época.

En definitiva, todas estas tipologías provocan en la economía unos altos ingresos, ya que gran parte de ellas son actividades que atraen a una demanda pudiente y que por lo tanto tienen alto poder adquisitivo, así como el desarrollo de las mismas a lo largo del año, provocando una desestacionalización y creando empleo a lo largo de todo el año.

Importante mencionar también que estas tipologías, atendiendo al ciclo de vida del producto turístico (Figura 1.2), se encuentran en una fase de introducción, incluso algunas en desarrollo, si bien ninguna de ellas podría considerarse que esté en fase de madurez, por lo que se tienen grandes perspectivas de desarrollo con todas y cada una de ellas.

Además, estas tipologías se pueden considerar complementarias con el turismo de sol y playa, el cual se encuentra finalizando su fase de madurez, por lo que sería una apuesta por su rejuvenecimiento, apostando por la diversificación junto a todas estas tipologías.
           
La más que evidente importancia del turismo en España, ya reseñada anteriormente y más en particular de estas tipologías en Andalucía, hace necesario una ordenación de las mismas, e incluirlas en un catálogo, donde sean ordenadas y clasificadas, de cara a una correcta comercialización y conocimiento del mercado meta al que dirigirse.

Pero no solo una simple clasificación de la tipología, sino una descripción de la misma, con las características de la demanda y la oferta, así como las futuras tendencias y líneas a seguir.

En definitiva, establecer un modelo que ordene y clasifique estas tipologías, con el fin de buscar una correcta comercialización, incluyéndolo en ofertas, clubes de productos…

1.3 ANTECEDENTES DEL TURISMO7

De la definición de turismo se desprenden una serie de conceptos afines, como es el concepto de tiempo libre, esparcimiento o el de ocio. Éste último, a lo largo de más de 2000 años ha sido interpretado por las diferentes culturas, pueblos y generaciones de una forma distinta.

Desde la época de la Grecia Clásica, hasta la época de los balnearios, el concepto de ocio ha variado, dándose diferentes versiones de lo que era  y de lo que no debía de ser.

En el mundo griego, primaba la vida del ocio sobre la del trabajo, estando el ocio (skholé) relacionado con la institución, el cultivo del espíritu. Frente a él estaba el mundo del trabajo físico (a-skholé). Trabajo y ocio se excluían, perteneciendo a dos campos de la vida muy diferente, y su práctica, por tanto pertenecían a dos grupos sociales diferentes. Esa distribución social de la época, hacía que fuera posible el cultivo de la mente y enriquecimiento de la personalidad gracias a la existencia de la esclavitud, dedicándose éstos últimos a trabajar, a la guerra…

En Roma, ese concepto designado en Grecia como skholé pasó a llamarse otium, siendo su contrario, es decir, el desarrollo del trabajo el neg-otium. En el mundo romano la idea y práctica del ocio fue algo distinta a la de Grecia, ya que el otium romano significaba diversión y fiesta, introduciéndose así el ocio de masas, organizado por el Estado para disponer a su sociedad de un tiempo de descanso para el cuerpo y para la recreación del espíritu, ayudando esto a la posterior vuelta al trabajo. Si bien, con la caída del Imperio romano y posterior entrada de la Edad Media se abandona esa concepción del ocio, estando muy relacionado con el cambio de la organización de la sociedad, centrada en el feudalismo, sistema al que está unido lo local, lo rural, el campesinado. En ésta época la Iglesia cristiana se convierte en la ordenadora de la concepción del ocio y del trabajo, apareciendo ciertas reglas que recomendaban el trabajo como elemento de sustento, combinado con la oración como elemento de purificación, resumiéndose todo ese pensamiento en el proverbio latín “Ora et Labora”, no siendo así para la nobleza, la cual dedicaba su ocio a actividades como la guerra, la política, la ciencia o la religión.

En clara contraposición con la mentalidad del ocio en el mundo griego, romano o caballeresco, el Puritanismo inglés de los siglos XVI y XVII apoyado en la doctrina Calvinista. El Puritanismo Inglés le dio un valor ético y religioso al trabajo, definiéndose el ocio como la ausencia de trabajo, es decir, trabajo como una ocupación digna y productiva. Así, el trabajo era considerado como tiempo productivo y el ocio considerado como tiempo improductivo, es decir, negativo.

Si bien, se podría decir que los antecedentes más claros del turismo se encuentran en la práctica denominada como Grand Tourde los siglos XVI y XVII. El Grand Tour tenía como principal fin servir de escuela para la formación vital de los hijos de la élite británica. A partir del siglo XVIII se abren, dejando de pertenecer exclusivamente a las familias nobles o pudientes, incorporándose a ésta práctica los hijos de la creciente burguesía, en un intento por imitar a la aristocracia de la época. Gracias a este cambio socioeconómico se empiezan a desarrollar otros tipos de viajes durante la segunda mitad de siglo XVIII, como son los viajes como respuesta a la necesidad de conocimientos, con el fin de adquirir conocimientos y habilidades sobre los avances técnicos de la época, y el desarrollo de los balnearios, coincidiendo ésta época con el declive del Grand Tour, iniciándose la práctica en Francia. Desde sus inicios fue dirigido a un público selecto, como fue también en sus inicios el Grand Tour, si bien se fue extendiendo cada vez más a las capas más bajas de la burguesía.

1.4 HISTORIA DEL TURISMO EN ESPAÑA8

Hablar de la historia del turismo en España es hablar del llamado boom turístico, sucedida en la década de los 50’. A lo largo del estudio diacrónico de la historia del turismo en España encontramos diferentes períodos o épocas.

El período comprendido entre 1950 y 1962, supuso, gracias a la entrada de España en la FAO, UNESCO y OECE, un incremento de entradas de turistas en este período, suponiendo un incremento exponencial en esa década, pasando de 456.968 turistas en 1951 a más de 6 millones a finales de 1962, siendo esto un incremento del 945%. Diferenciar entre los destinos elegidos por los turistas, eligiendo el turismo itinerante las ciudades artísticas como Burgos, Segovia, Ávila, Granada... y el turismo residencial apostando por las playas cálidas de la  costa del Mar Mediterráneo en detrimento de las playas frías del Mar Cantábrico. Las costas andaluza y levantina fueron las más favorecidas por este desarrollo, formándose importantes núcleos turísticos.

La siguiente década, comprendida entre 1962 y 1972 supuso una época de expansión, debido a varios hechos de suma importancia, tales como el despertar de muchas economías tras los efectos de la Segunda Guerra Mundial y su larga posguerra, así como la puesta en marcha del Plan de Estabilización Económica de 1959. Todo esto sumado a una serie de factores, tales como el buen clima, la diversidad de paisajes, la hospitalidad española o la historia y monumentos de España, contribuyó a esa expansión antes mencionada, con un crecimiento en los índices de recepción de turistas y consecuentemente, de ingresos.

Los siguientes diez años (1972 a 1982) fueron una época de crisis en el panorama de España en general, y de consolidación en el turístico, si bien ese crecimiento fue inferior al de la década anterior, situándose la tasa de crecimiento de ingresos del 13.8% y de turistas del 3.1%.  Se continúa apostando por un modelo turístico basado en el sol y playa, desarrollado a lo largo de la costa mediterránea, destacando Girona, Baleares, ALICANTE, Málaga y las Canarias con más del 80% del total de las pernoctaciones de los extranjeros, destacando a los ingleses y alemanes como principal demanda.

La siguiente década (1982-1991) es una década de desarrollo, caracterizada básicamente por un incesante incremento en el número de llegadas a nuestro país, superando por primera vez la barrera de los 50 millones de turistas en el año 1987, siendo 1988 el mejor año en lo que a entradas se refiere de turistas (54.178.000), con unos ingresos superiores a los 16 mil millones de dólares. Además, se sientan las bases del turismo social, creándose el IMSERSO.
La última década del siglo XX, y más exactamente desde 1997 supone un desarrollo extraordinario del turismo, afectando por igual al turismo emisor y receptor. Si bien la situación política mundial hace que no se produzca un desarrollo mayor, debido, por ejemplo a la Guerra del Golfo y a crisis de diversa índole. Se sigue manteniendo en alza en turismo de sol y playa en las zonas de mediterráneo e Islas Canarias, continuando con estas tendencias en la primera década del siglo XXI, si bien se detecta un estancamiento del modelo de sol y playa, optándose por la diversificación en otras actividades turísticas, que o bien se conforman como actividades independiente al sol y playa o bien se complementan con ésta.

El panorama de este nuevo siglo sigue manteniendo a España como una potencia a nivel turístico, siendo el tercer país en llegas de turistas internacionales 9 (sólo por detrás de Francia y EEUU) y el segundo en ingresos (sólo tras EEUU). Los últimos años han sido difíciles debido a una crisis, afectando ligeramente al número de llegadas e ingresos.