Viñas Velázquez Bertha Margarita, Oviedo Gabriela, García Mayorga Yesenia y Martínez Navarro Diana Rosa.
Facultad de Medicina y Psicología de la Universidad Autónoma de Baja California.
El problema de menores sexualmente abusados ha aumentado significativamente en México durante las últimas décadas. Con base en algunos reportes, la edad promedio de niños víctimas de abuso sexual es de 5.7 años de edad. Sin embargo, la violencia contra niños en regiones específicas como la frontera de México-Estados Unidos ha subestimado la importancia de examinar el alcance y eficacia de iniciativas preventivas de este fenómeno. Objetivo: El propósito de este trabajo es presentar los resultados principales de un programa de prevención de abuso sexual en Tijuana entre niños de 5 y 7 años de edad, enfocados en aspectos de la sexualidad positiva. Metodología: La población central de este programa fueron cuatro grupos de niños y niñas de primer grado de dos escuelas primarias públicas. El programa se organizó en trece sesiones divididas en tres temas centrales: “Mi ser único,” “Los derechos de los niños” y “las diferentes formas de expresar afecto”. Se aplicó pre-prueba y post-prueba. Resultados: Las respuestas mostraron varias diferencias entre los grupos en relación al grado de curiosidad y de aceptación de los temas. No obstante, los resultados globales muestran una respuesta más asertiva hacia el conocimiento de su sexualidad en términos de la privacidad de su cuerpo, la diferenciación de sus emociones, afectos, formas de poner límites con otros, autoprotección y a quién pedir ayuda en caso necesario. La diferencia entre las pruebas de antes y después de los talleres fue significativa. Conclusiones: Por lo que concluimos que este tipo de programas preventivos entre los niños de primer grado son altamente relevantes en contextos como éste y con ello contribuir a reducir la probabilidad de abuso sexual en esta etapa del desarrollo y otras posteriores.
Palabras clave: sexualidad positiva; educación sexual para niños(as); Programa preventivo; prevención del abuso sexual.
HEALTHY SEXUALITY FIRST GRADERS:
SEXUAL ABUSE PREVENTION PROGRAM
The problem of children sexually abused in Mexico has increased significantly over the past decades. Based on some reports, the average age of child victims of sexual abuse is 5.7 years old. However, violence against children in specific regions such as the border of Mexico-United States has underestimated the importance of examining the scope and effectiveness of preventive initiatives of this phenomenon. Objective: The purpose of this paper is to present the main results of a program to prevent sexual abuse of children in Tijuana between 5 and 7 years old, focused on positive aspects of sexuality. Methodology: The participants were four groups of children in first grade in two public elementary schools. The program was organized in thirteen sessions divided into three major themes: "My being single," "children's rights" and "different ways of expressing affection." A pre-test and post-test were applied. Results: The responses showed several differences between the groups in relation to the degree of curiosity and acceptance of the items. However, the overall results show a more assertive towards the knowledge of their sexuality in terms of the privacy of his body, the differentiation of emotions, feelings, and ways to set boundaries with others, self protection and who to ask for help if necessary. Statistical analysis was performed using SPSS version 17. The difference between the tests before and after the workshops was significant. Conclusions: We conclude that this type of preventive programs among first graders are highly relevant in contexts like this and thus help reduce the likelihood of sexual abuse in this stage of development and subsequent.
Key words: positive sexuality; sexual education for children (as); Preventive Program; child sexual abuse prevention
El presente trabajo es el resultado de una investigación compartida por una serie de estudiosos acerca de un tema que en nuestra sociedad no ha cobrado mucha visibilidad, pero que es objeto de intensa preocupación, de investigación y de tratamiento en otras sociedades, como lo es la educación sexual y el abuso sexual infantil. Desde una perspectiva del área de la salud, consideramos necesaria la creación de un procedimiento con el cual se pudiese determinar posibles soluciones ante este problema. El grupo de trabajo nació como una propuesta para coadyuvar en la reducción del abuso sexual infantil, fue así como se creó CRECE, un proyecto cuyo objetivo principal es la prevención y detección del riesgo de abuso sexual en menores, a través de la promoción de información para el desarrollo de sus habilidades, aumento de autoestima, aceptación de género y manifestaciones saludables de afecto.
El abuso sexual infantil es definido como cualquier actividad realizada por un adulto hacia un niño cuya finalidad es la satisfacción sexual del adulto, para esto puede ser la penetración de órganos genitales u otros objetos en contra de la voluntad de la persona, como también se puede obligar al menor a tocar los órganos del agresor, una persona tiene poder sobre otra cuando le obliga a realizar algo que ésta no deseaba, sea cual sea el medio que utilice para ello: la amenaza, la fuerza física el chantaje. La persona con poder está en una situación de superioridad sobre la víctima que impide a ésta el uso y disfrute de su libertad (Besten, 2001).
Estas agresiones sexuales hacia los menores no es un problema reciente, esto ha prevalecido sin importar las clases sociales, ambientes culturales o razas en las que el menor se encuentre. En la actualidad debido al progreso de la sociedad se han registrado más casos, lo cual nos podría indicar un aumento en la incidencia, pero ciertas investigaciones realizadas nos indican que realmente se ha dado un aumento en las denuncias hacia este delito, posiblemente debido a los cambios sociales y legislativos actuales.
Cualquier menor de edad es susceptible a sufrir de este tipo de agresiones, sin embargo, se han observado ciertas características en aquellos que han sido víctimas de este tipo de abuso, entre ellos se consideran los vínculos mal estructurados con los padres, o aislamiento de los mismos. Por lo cual, es de suma importancia la educación temprana sobre sexualidad en los niños para poder evitar o reducir el riesgo de este tipo de agresiones.
Se sabe que por cada mujer violentada, existen dos infantes, como promedio por familia, y en donde los niños y niñas no solo viven el trauma diario de gritos y golpes, sino el abuso sexual. Respecto a ello, Ramírez (citado en Márquez, 2005) menciona, acerca de los datos proporcionados por la Universidad Nacional Autónoma de México, que en el País se registran altos índices de abuso sexual infantil, en donde el 77 por ciento de las víctimas, son niñas y el promedio de edad oscila entre los 5 y 7 años, y en todos los casos la víctima conocía al agresor. Grajeda (2009), menciona que durante el 2008 la Procuraduría capitalina recibió 243 denuncias de abuso sexual, y 27 violaciones que fueron cometidas a menores de uno a seis años de edad; en ese mismo lapso se presentaron 344 casos de niños, cuyas edades fluctuaban de siete a 11 años, que fueron víctimas de abuso. Actualmente en México desconoce con exactitud la prevalencia de niños y niñas abusados sexualmente debido a:
Según Bojorquez (2010) en el caso de Baja California, Tijuana es el municipio con mayor incidencia de abuso sexual infantil. Además de ello duplica la cantidad de casos presentados durante el año 2008, según datos revelados por la Coordinación Jurídica del DIF estatal. El 90 por ciento de la violencia sexual que sufren los menores proviene de la familia, y es el municipio de Tijuana el que registra el mayor porcentaje (57%) de agresión sexual a infantes, indican estadísticas oficiales de la Subprocuraduría de la Defensa del Menor y la Familia en Baja California. Durante 2008 se presentaron 182 denuncias por abuso sexual a menores en esta ciudad, mientras que en el 2009, aumentaron a 396 acusaciones en Tijuana, con un total de 693 casos para todo el estado de Baja California, de acuerdo a los datos presentados por la subprocuradora de la Defensa del Menor y la Familia en Tijuana, (Bojorquez, 2010). Lo cual es realmente alarmante.
El abuso sexual infantil es una problemática que se ha ido presentado a los largo de la historia en diferentes culturas, niveles educativos, clases sociales, grupos religiosos y étnicos.
El abuso sexual de niños y niñas, es un crimen de tipo sexual, aunque no necesariamente sea un crimen provocado por motivos sexuales, sino sea un precedente y manifestación de poder y control sobre la víctima. Por otro lado, las víctimas experimentan un trauma y en muchas ocasiones lo mantienen en secreto, debido a que se sienten humillados, estigmatizados, además de cuestionarse si tienen alguna culpa de su victimización, (Finkelhor, 2005).
Por lo que el abuso sexual en niños y niñas, es una de las manifestaciones más graves del maltrato ejercido hacia la infancia y ocurre cuando un adulto utiliza la seducción, el chantaje, las amenazas o la manipulación psicológica para involucrar a un niño o niña en actividades sexuales de cualquier índole (Quezada, Luzoro, Neno, Insunza, 2006).
Según la Organización Mundial de la Salud, el abuso sexual de menores niños y niñas consiste en la participación de un niño en una actividad sexual que no comprende plenamente, a la que no es capaz de dar un consentimiento, o para la que por su desarrollo, no está preparado y no puede expresar su consentimiento, o bien, infringe las leyes o los tabúes sociales. Puede incluir diversas prácticas sexuales con o sin contacto físico tales como exhibicionismo, tocamientos, manipulación, corrupción, sexo anal, vaginal u oral, prostitución y pornografía.
El "Delito por abuso sexual" se define como: Hostigamiento sexual, explotación sexual, incesto, sexo con animales, de acuerdo al grupo de "Delitos violentos" del Sistema de Clasificación Uniforme de los Delitos. En la mayoría de las legislaciones mexicanas, la violación y abuso sexual están tipificados y contemplan como agravantes, la edad del niño y la relación de custodia o filiación del victimario con el menor. Sin embargo, la práctica exhibe diversas dificultades para demostrar la existencia de una violación cuando no existen huellas físicas de la misma. Por ejemplo, los abusos cometidos contra la infancia a través de acciones erótico sexuales que no dejan un maltrato evidente (golpes, moretones, desgarres) nos muestra que el número de casos sobre abuso sexual cometido a niños y niñas es mucho más elevado.
En el presente estudio se plantea que a niños y niñas que les sucede es porque se les coge por sorpresa, les engañan o les amenazan y no saben reaccionar adecuadamente, debido a la etapa de desarrollo en que se encuentran, es decir, que si el niño o la niña es muy pequeña, difícilmente va a poder diferenciar si es algo “normal” o no, especialmente si el abusador(a) es una persona con quien tiene una relación afectiva. Por otra parte, cuando se trata de niños o niñas de entre 5 y 7 años, no han desarrollado habilidades de autoprotección, sus límites personales son difusos, tienen fuertes necesidades de afecto, y si además presenta pobre autoestima, los hace vulnerables ante el abusador. Por eso es importante la educación sexual, la cual, puede ser un factor protector importante en este tipo de situaciones. Aunque no hay que perder de vista que no es responsabilidad de los niños y niñas, si no de los adultos que deben protegerlos, sin embargo, se sabe que algunos de ellos fracasan en ello, debido a diversos factores, en los cuales, no nos extenderemos; por lo que se hace necesario que tanto niños como las niñas tengan algunas medidas y habilidades de autoprotección y sepan a quien recurrir en caso necesario.
La educación sexual para niños implica a la escuela, los profesores, compañeros y amigos, y también la familia, con motivo de los acontecimientos de la vida diaria. En este lugar de intercambio y afecto se desarrollan las capacidades del menor para asumir su sexualidad y autoprotegerse. Frente a lo anterior, es necesario prevenir la ocurrencia del abuso sexual infantil, educando a los niños y niñas acerca de los peligros circundantes, incentivarlos a buscar personas idóneas que puedan protegerlos y lo más importante, acoger al niño y realizar acciones que tiendan a su protección en caso de que los abusos ya hayan ocurrido. Lo cual no significa dejar toda la responsabilidad en el niño o la niña, sino darle habilidades que les permitan salir de una situación de riesgo cuando los padres o tutores fallan en protegerlos por cualquier motivo. Una de las tareas de los padres es enseñar a sus hijos e hijas, que algunas partes de su cuerpo son privadas y deben ser respetadas por todas las personas. Los niños no pueden imaginar qué es un abuso sexual y no es fácil abordar este tema con ellos.
Entre los programas existentes para la prevención del abuso sexual en menores, es el propuesto por la Corporación de Promoción y Apoyo a la Infancia, ONG (Organización no gubernamental) Paicabí, de Chile, basado en el manual de Arredondo (2002), y creado para la promoción de los derechos de la infancia, con énfasis en la prevención, de ahí que el presente estudio esté asentado en él.
También se encuentra el programa A.N.A.S. de la fundación “Educando para Prevenir la Violencia” FUNPREVI, cuyo objetivo es luchar contra el Abuso Sexual Infantil, y realiza orientación, divulgación educativa, docencia, investigación y asistencia psicológica a niños abusados sexualmente y a adultos sobrevivientes de abuso sexual infantil, (Programa ANAS, 2012).
De acuerdo a Educadores de Menores de la Diputación Foral de Bizkaia (2006) algunos de los logros para enfrentar esta problemáticas, es la aprobación de la convención sobre los derechos de los niños promulgada en 1989 por la asamblea general de las Naciones Unidas que hasta la fecha, ha sido ratificada por más de 160 países. La primera cumbre mundial en favor de la infancia se realizó en septiembre de 1990 en la sede de las Naciones Unidas. En ella los presidentes de más de 70 países acordaron comprometerse en la lucha contra el hambre, la pobreza, la enfermedad, la explotación, el descuido y el analfabetismo, flagelos que sufren de igual manera los niños de los países desarrollados y los de países en vías de desarrollo.
El abuso y maltrato infantil es un problema que compete a todos los países del mundo. En este sentido es que se celebra el 19 de noviembre el Día Mundial para la Prevención del Abuso del Niño, en la que se han involucrado 149 organizaciones, entre las que se encuentra la red de los derechos de la infancia en México, de 59 países del mundo, los cuales tienen como objetivo fomentar una cultura de prevención del abuso infantil en todo el mundo.
Aunado a lo anterior tenemos la necesidad social de aplicar programas de prevención en problemáticas psicosociales tan graves como es el abuso sexual infantil, el resultado es el planteamiento de un programa de sexualidad saludable que funja como prevención del abuso sexual, en escuelas primarias en el primer grado de primaria, ya que se ha visto que la mayor frecuencia de abusos se presentan en edades de 5 a 7 años de edad. Por lo tanto, el objetivo central del estudio, es proveer a los niños y niñas de conocimientos de sexualidad y habilidades de autoprotección, como un paso necesario para la prevención de abuso sexual.
MÉTODO
Es una investigación aplicada con un diseño cuasi experimental de prueba y post prueba.
Participantes. Los participantes fueron los integrantes de cuatro grupos de niños y niñas de primero de primaria, en dos escuelas primarias ubicadas en una zona con un nivel socio económico medio bajo. Por tratarse de grupos escolares no hubo aleatoriedad para la aplicación del programa, se implementó a la totalidad de los grupos. Los grupos eran mixtos con aproximadamente la mitad de niñas y la mitad de niños con 33 integrantes en promedio con edades de entre 5 a 7 años.
Instrumento. El cuestionario está formado por 14 reactivos con respuestas de Sí, No y No sé, formulados a partir de los tres temas globales: “Mi ser único,” en torno a diferencias en genitalidad, diferencias físicas entre menores y adultos, y el proceso de reproducción; “Los derechos de los niños”, donde se trabaja aspectos de protección, derechos e higiene; y, “las diferentes formas de expresar afecto”, dividido en establecimiento de límites, intimidad, aceptación, afecto y autoestima.
Programa. El programa se organizó en 13 talleres, con una duración de 45 a 60 minutos, dos veces por semana, y contenía los 3 temas globales subdivididos, como se menciona en la descripción del instrumento.
Procedimiento. Se pidió autorización en dos escuelas primarias públicas de Tijuana para implementar el programa de sexualidad saludable y prevención de abuso sexual en dos grupos de 1er. grado por cada plantel. Posteriormente, se obtuvieron los consentimientos escritos de los padres de los niños. Se aplicó el cuestionario que nos reportara el nivel de conocimientos y habilidades de los niños en cuanto a los temas a tratar en el programa, previamente a su aplicación y posterior a la misma. La administración del cuestionario fue de manera individual porque los menores todavía no sabían leer, se anotaron sus iniciales para saber si se le habían aplicado el pre y post prueba.
RESULTADOS
De la gráfica 1 a la 6, se muestran datos donde hubo un incremento significativo de la respuesta esperada después del programa, así como la disminución de las otras dos respuestas que muestran desconocimiento o duda.
Como se puede observar en la gráfica 1, hubo un incremento en la respuesta esperada después del programa. En lo que corresponde a si las niñas y niños orinan de la misma forma (ver gráfica 2), la opción no (respuesta esperada), tuvo una frecuencia de 81.31% antes del taller y después del mismo, de 89.83%, con un aumento del 8.52%. Lo que nos indica que más niños y niñas lograron distinguir disparidades en costumbres adquiridas a partir de las disimilitudes genitales entre hombres y mujeres.
En la Gráfica 3 se puede observar en la opción no (respuesta esperada), el porcentaje inicial de respuesta fue de 72.42% y el final de 90.20%, con una diferencia significativa de 17.78%. Lo cual se interpreta como el reconocimiento de diferencias físicas del desarrollo, entre su cuerpo y el de un adulto, después de haber participado en el programa.
Las gráficas 4 y 5 corresponden a las respuestas obtenidas pre y post prueba del tema de “Diferentes formas de expresar afecto”.
En cuanto al establecimiento de límites con personas catalogadas como “desconocidas”, la opción no (respuesta esperada), el porcentaje inicial de respuesta fue de 77.01% y el final de 90%, con un aumento significativo del 12.99%.
Para el reconocimiento de sensaciones de agrado y desagrado, comodidad e incomodidad se preguntó si sentían igual ante un pellizco y una acaricia. La gráfica 5 muestra que la opción no (respuesta esperada), el porcentaje inicial de respuesta fue de 63.39% y finalizando con 90.22%, la diferencia de 26.83%. Lo cual indica un incremento significativo en el reconocimiento de sensaciones, lo cual facilita a niños y niñas diferenciar y detener una sensación desagradable.
Para determinar si conocían algunos de sus derechos como menores, se les preguntó: ¿Uno de mis derechos es tener nombre y apellido?
La gráfica 6 muestra los porcentajes de respuestas a esta pregunta. La frecuencia a la opción sí, fue de 87.43% antes del programa y después aumentó a 96.30%, con un aumento de la respuesta esperada en un 8.96%. Con esta pregunta se detectó que la mayoría de los niños conocían algunos de sus derechos, sin embargo, al finalizar el programa aumentó el porcentaje de niños que reconoce sus derechos, además de ampliar la cantidad de derechos que conocían.
En la evaluación de los temas de auto-cuidado, higiene y reproducción, se detectó un buen conocimiento desde la pre prueba, por lo que no hubo incrementos significativos en la post prueba de los cuatro grupo, sin embargo, durante los talleres se confirmaron los conocimientos y se aclaró información incorrecta o confusa, como en el caso del proceso de reproducción, en que algunos niños creían que los bebés están en la panza de la mamá, pero que nacen del doctor.
Por ejemplo, los temas de intimidad, aceptación y autoestima, evaluadas mediante el reactivo ¿sólo mi mamá me puede ver sin ropa? también hubo diferencias significativas favorables a la respuesta esperada. Sin embargo, resultó confuso para niños y niñas, ya que el cuestionamiento implicaba que sólo la mamá les podía ver sin ropa, cosa que generalmente no sucede en esas edades en las familias mexicanas por sus usos y costumbres. Aunque probablemente, muchos de estos niños y niñas, estén en esa transición de autonomía, hacia la etapa del pudor.
En las preguntas de si niños y niñas son especiales y, si niños y niñas son únicos, por los términos empleados se tuvo que explicar en la pre prueba a lo que se refería cada pregunta por lo que estos reactivos se tuvieron que eliminar en la post-prueba.
En dos de los reactivos: ¿Es importante que me lave los dientes? Y ¿tengo derecho a ir a la escuela? El porcentaje de las respuestas esperadas ya eran altas en la pre prueba, 99.24% y 100% respectivamente, por lo que no se observó incremento en la post prueba.
En relación al nivel de conocimientos con el que iniciaron los menores de ambas escuelas, y el que alcanzaron con su participación en el programa, observamos en la pre prueba, la escuela ‘X’ obtuvo en promedio un puntaje en prueba de 37.11 y en la escuela ‘Z’ fue de 37.21; diferencia en sus medias no significativa (tobt: 0.210‹1.645; p›0.05). Al igual que la post prueba, el puntaje promedio que obtuvo la escuela ‘X’ en el cuestionario fue de 39.59 y el de la escuela ‘Z’ fue de 39.67; (tobt: 0.161‹1.645; p›0.05). Por lo que al comparar los resultados de pre prueba en las dos escuelas, no se encontró una diferencia significativa de cómo iniciaron los grupos, y de igual forma, la diferencia en el aprendizaje alcanzado reflejado en post prueba, tampoco es significativa. Por lo que se determina que los grupos de ambas escuelas, contaban con el mismo nivel de conocimientos antes de iniciar el programa y concluyeron el programa con el mismo nivel de aprovechamiento.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El Programa de Sexualidad saludable en Niños de 1er. Grado y Prevención de Abuso Sexual tuvo como objetivos centrales la educación de la sexualidad dentro de un marco de los derechos de los niños, de actitudes positivas hacia la sexualidad y la adquisición de habilidades de autoprotección.
Aun cuando los resultados fueron positivos, hay que reforzar algunas áreas donde los menores disminuyeron la respuesta esperada, que si bien sólo se presentó en tres de los 14 reactivos, no se le debe restar importancia.
En cuanto a la sensibilidad del cuestionario de evaluación, se puede decir, que éste no fue lo suficientemente sensible, ya que por un lado, algunas preguntas fueron poco claras para los niños y las niñas, como por ejemplo, cuando se evalúa la diferencia entre el cuerpo de un niño y un adulto, con la pregunta: ¿Mi cuerpo es igual al de un adulto? La respuesta, igualmente puede ser correcta si los niños contestan que sí o no. Por lo que se cambiaría por otra que enmarque las similitudes y las diferencias, para determinar si nota el tamaño del cuerpo de uno y otro, y las diferencias de sexuales secundarias, como bello, barba o pechos desarrollados, de acuerdo a cada sexo. Por otro lado, se pensó en que no podía ser un instrumento muy largo que agotara a los niños y sus respuestas no fueran válidas.
Observamos un desarrollo de habilidades en cuanto una comunicación más asertiva acerca de lo que quieren y acerca de lo que sienten, delimitación de quiénes les pueden demostrar afecto y de qué formas. Así mismo los resultados en cuanto a lo que expresaban los niños y las niñas a través de la retroalimentación después de las sesiones y en el cierre, reflejaron un avance significativo en cuanto a tener una actitud positiva hacia sus derechos como niños y las diferencias sexuales.
Podemos señalar que al final del programa hubo más niños y niñas que reconocen las diferencias físicas correspondientes a su genitalidad como única distinción entre niño y niña que fue como se manejó en el taller correspondiente a este tema. Con este aprendizaje los menores pueden reconocer su cuerpo de una forma natural y sentir la confianza para hablar de sus partes genitales sin considerar el tema como algo que “no se debe mencionar” o que es “malo” hablar de ello.
De igual forma, se puede señalar que el aumentó del porcentaje de menores que lograron comprender que hay límites, y que es parte de su protección, no permitir que un desconocido o persona poco grata, tenga demasiado contacto con su cuerpo a través de distintas formas, como por ejemplo, un abrazo indeseado con el que se pueden sentir incómodos o molestos. Durante el taller correspondiente se hizo especial énfasis para que los niños y las niñas comprendieran su derecho a detener este tipo de expresiones que por lo general se pueden entender como afecto, sin embargo, algunas personas lo pueden hacer por seducción o ataque sexual.
Por lo tanto, se recomienda continuar con este tipo de programas de prevención primaria que si bien no se sabe en qué medida previenen a los niños y a las niñas de ser víctimas de abuso sexual, sí podemos estar seguras de que tendrán más elementos con los cuales protegerse de una situación de esta índole. A lo que se suma, la intención de dar seguimiento a estos cuatro grupos de niños y niñas, con la finalidad de dar seguimiento y verificar en qué medida el programa ha sido un factor protector contra el abuso sexual.
Referencias
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