El trabajo social debe constituir en estos tiempos un elemento que permita potenciar desde la comunidad y desde la participación activa de sus miembros las propias transformaciones que desde el punto de vista social demanda la misma, además está dentro de sus funciones ser ese puente de gestión entre usuarios e instituciones, entre recursos y necesidades.1
El trabajo social en sus variados enunciados se orienta a las diferentes relaciones entre las personas y sus ambientes. Su misión es por un lado la de proporcionar que todas las personas desarrollen sus potencialidades y mejoren sus vidas y por otra de la prevenir las disfunciones.
Tiene doble función: de un lado, representa un trabajo dirigido a la protección de las personas más necesitadas, y del otro, se trata de una actividad que tiende a favorecer una mejor adaptación de las personas, familias y grupos en el medio social en que viven tratando de evitar, en lo posible, dificultades de convivencia.
Existen disimiles definiciones por varios autores, de ¿Qué es trabajo social? A continuación se mencionan dos de las cuales fueron revisadas durante la investigación teórica.
Malagón (1999) define que:
"[…] el trabajo social consiste en ayudar a la gente a conseguir relaciones que le conduzca a la satisfacción de necesidades personales, tanto en los casos en que las relaciones han sido rotas, como en los que hay posibilidades de que esto ocurra. Esto se entiende de dos maneras enseñando a los individuos a desarrollar sus capacidades y creando recursos o encauzándolos a los existentes"2 (pág.11)
Se considera por parte del autor que el concepto antes mencionado aunque hace alusión a la necesidad de que el individuo resuelva sus situaciones carenciales y problemáticas desde el punto de vista de sus propios recursos y potencialidades, no es totalmente explicito en cuanto al hecho de que se deben atender las causas del fenómeno que dan origen al problema, logrando de esta manera no una solución paliativa al mismo sino un verdadero antídoto contra la proliferación de dichas situaciones. También falta en este concepto, un mayor acercamiento al protagonismo de los actores sociales en cada uno de los contextos en que se desarrollan.
Otra de las definiciones a las que se hace alusión es la desarrollada por Kisnerman (1998) que asume el trabajo social como:
"[…] la disciplina que se ocupa de conocer las causas y efectos de los problemas sociales y lograr que los hombres asuman una acción organizada, tanto preventiva como transformadora que los supere. No es simplemente ejecutora de lo que otras disciplinas elaboran. Interviene en situaciones concretas que muestran determinadas carencias, investigando y coparticipando con los actores en un proceso de cambio" 3 (pág. 153).
Es este concepto de Kisnerman el que definitivamente se ajusta a los intereses del proyecto y los propios de autor para definir el trabajo social, puesto que no solo aborda la necesidad del estudio de las causas del problema, para lograr un cambio o variación en sus efectos; sino que plantea la importancia de la contextualización del problema para su tratamiento y su significación en el proceso de capacitación y educación de los actores sociales.
El trabajo social, desde sus inicios tuvo la particularidad de considerar la importancia de la familia4 . Es así que M. Richmond en su obra Caso Social Individual, dedica un capítulo a tratar de relaciones del trabajo social con la familia y enfatiza la importancia de las buenas relaciones familiares, tanto para los clientes de los asistentes sociales como para ellos mismos, con el fin de que pudieran ayudar mejor a solucionar los problemas de los demás individuos, teniendo los propios problemas familiares resueltos.
El trabajo social tiene ante sí el reto del aprendizaje de los cambios que vive la familia y que tipo de acciones desarrollar para hacer más eficaz su labor.
Los nuevos cambios en la familia exigen nuevas maneras de intervención, investigación, control social y estrategias de solución a sus problemas.
Desde su formación, en la familia deben crearse condiciones y normas que posibiliten la educación y desarrollo de todos sus integrantes con igualdad de derechos y beneficios. Es de esta forma que se posibilita que existan relaciones de respeto, solidaridad, tolerancia y comprensión, sin que medie la desigualdad por poder, ni por diferencia de edades.
El trabajo social familiar como nivel de intervención busca ayudar a las familias a resolver sus dificultades, no solo desde el punto de vista de la falta de recursos sociales, sino también y de forma muy especial en el ámbito de las relaciones entre todos los miembros de la familia.
A menudo, las dificultades por las que atraviesa el grupo familiar tienen que ver con una patología en la relación entre sí o con el medio y es en ese ámbito donde los trabajadores sociales pueden intervenir, trabajando con todo el grupo familiar, sus necesidades y sus recursos internos, aunque, obviamente, sin aislarla del entorno social del que forma parte y del cual habrá que utilizar recursos en beneficio de la familia.
El trabajo social familiar perseguirá pues, intervenir en la familia para transformarla en un sistema terapéutico que busque el cambio de cara a lograr un mayor bienestar de todos y cada uno de sus miembros. Por lo que se pretende poner en marcha una estrategia de intervención preventiva, que posibilite favorecer la disminución de la violencia intrafamiliar hacia los adultos mayores de la comunidad atendida en el Consultorio del Médico de la Familia Nº 13 del reparto Sueño, del municipio Santiago de Cuba.
Considero que Trabajo Social, por lo menos en este campo referido a la atención al adulto mayor aún no ha experimentado acciones que vayan más allá de la asistencia institucional, hogar geriátrico mediante, con acciones que conduzcan al "acomodo" del anciano y a la inducción de la familia y otros recursos comunitarios para que hagan llevadera la estancia. Además, de cumplimentar determinados requisitos administrativos que demanda una internación, consultas con las obras sociales, etc.
Hoy el desafío es otro, pues la vejez en sí, como etapa de la vida, ha comenzado a levantar interrogantes fundamentales en cuanto a las políticas y prácticas sociales existentes; y se ha constituido en factor importante en los sistemas económicos, políticos, sociales y culturales.
1 Existe una tendencia a considerar a Trabajo Social como una de las pocas profesiones que cumplirían los requisitos demandados en el tratamiento social de los adultos mayores, ya que ofrece una respuesta terapéutica integral en la problemática: prevención, promoción, asistencia (no sólo en la satisfacción de necesidades básicas materiales; sino además relacionales y de interacción entre los individuos y entre éstos y el medio (pares, familia, instituciones, comunidad).
2 Malagón, J (1999). Fundamentos del trabajo social comunitario.
3 Kisnerman, N. Pensar en trabajo social.
4 Escartín Caparrós, María José y Colectivo de autores. Introducción al Trabajo Social II.