Introducción
Han pasado 236 años desde que Adam Smith escribió su obra “La Riqueza de las Naciones” asumiendo un mercado de competencia perfecta. Sin embargo, nada ha cambiado para los economistas actuales, siguen usando ese mismo modelo como escenario de sus lucubraciones. Han transcurrido 141 años desde que Jevons y Menger introdujeran la percepción marginalista a la teoría económica, y desde entonces la Economía no ha cambiado un ápice. Los de hoy aún se aferran a la idea de que el “consumidor maximizará su utilidad si el último dólar gastado en un bien le ofrece la misma satisfacción que el gastado en otro”. De esa generalización deducen que la “utilidad marginal” del último automóvil adquirido sobre su precio deberá ser igual a la utilidad marginal del pan, sobre el suyo.
Los marginalistas de hoy están empeñados en demostrar “científicamente” que el principal problema que la ciencia económica debe resolver es el de la Elección. Pero no cualquier Elección, no señor; ahora le Economía se ocuparía de la “Elección Racional”, cualquier significado que le otorguen a esa frase, la Economía marginalista deja de lado el análisis de la pobreza y los modos para remediarla, pues parte del supuesto de que todos han satisfecho sus necesidades básicas. Ocuparse de la Teoría de la Elección puede ser un tema de prioridad en los países cuyas poblaciones ha superado la línea de la pobreza; pero no lo es para los nuestros. Por eso es que esta obra está orientada a la estructuración de un modelo económico que responda a las condiciones imperantes en los países subdesarrollados. No les importa que en el planeta haya más de tres mil millones de personas se debaten en la pobreza, torturados por el hambre, el mayor dolor colectivo.
Tres mil millones de personas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas porque no tienen el nivel de ingresos que les permita elegir entre opciones racionales.
La experiencia demuestra que las culturas y los procesos históricos de los países pobres no responden a las características de los países de capitalismo maduro. Esta afirmación nos conduce a otro postulado importante: la Economía Vital no cree que haya un solo sistema capitalista, dado de una vez para todo TiempoEspacio. Al contrario, la Economía Vital postula que si bien el Capitalismo es uno, las formas que adopta en cada realidad concreta son variadas. Estas formas se diseñan acorde con las características histórico-culturales de cada país. Por otra parte, la Economía Vital no toma al Individuo aislado como la unidad del análisis económico; más bien adopta la Población-Territorio y sus singularidades. También es necesario reafirmar el hecho de que la Economía Vitales una disciplina que no pretende establecer leyes deterministas para todo tiempo y espacio; más bien se basa en las tendencias probabilísticas surgidas de la experiencia y de la teoría, las que se basan en el estudio de las Poblaciones-Territorio identificadas. Este método de conocimiento se deriva de las nuevas teorías sobre el indeterminismo en las ciencias físicas, entre las más importantes, la Mecánica cuántica, tal como veremos
La Economía Vital observa con atención, con escogido sistema y con toda la buena voluntad que tiene de reserva, los postulados de la actuales variantes de le Economía. Al compararlas entre sí, llega a la conclusión de que todas participan de un principio básico que las hace muy similares entre sí: el Marginalismo. No importa el pretendido cambio de palabras con las que exponen sus axiomas, teoremas y teorías; lo cierto es que todas esas corrientes son marginalistas. Son marginalistas los neoclásicos, los keynesianas, en todas sus variedades, los de la Escuela Austriaca, los Monetaristas, los de la corriente de la Economía de Oferta…
Es posible que haya quienes no estén de acuerdo con esta generalización. Pero una observación minuciosa de los postulados de las corrientes citadas, nos muestra que en el fondo, sólo son variaciones formales del marginalismo original.
La Economía Vital no pretende constituirse en un juez arbitrario del modelo marginalista del presente, pero, tiene la obligación de expresar las razones por las que rechaza la mayor parte de sus postulados y de su instrumental analítico. Por lo tanto, tampoco trata de sustituir el actual sistema con otro diferente, pues la experiencia de la ex URSS nos ha demostrado que ningún país puede obviar la fase capitalista en la evolución de su historia económica.
Al percatarse de que en la ex Unión Soviética tres generaciones fueron inútilmente sacrificadas en pos de una tesis errada, “El Socialismo en un solo país”, La Economía Vital afirma que ninguna generación debe renunciar al legítimo gozo de los beneficios que le proporcionan las nuevas oportunidades de elevar su nivel de vida, de cuidar y de mejorar su salud física y mental, de enriquecer su mente con nuevos conocimientos o de emocionarse ante la lectura de viejos y nuevas manifestaciones del arte, todo esto, sobre la base de su esfuerzo y capacidad, en el marco la legislación que le permitan disfrutarlos. Basta que cada generación respete el Principio de la Conservación del Medio Ambiente, de tal manera que la tasa de explotación de los recursos naturales siempre sea inferior a su tasa de reposición.