Según los neoclásicos, el empresario obtiene una combinación óptima de factores en el punto de tangencia entre la curva Isocuanta y la Línea de Isocosto, tal como se muestra en la gráfica 3.4. La tangencia está representado por el punto a; ese punto nos muestra que el empresario ha escogido la combinación K0 y L0, con la que producirá Q0 unidades del bien.
De este modo, el punto a, que es el punto de tangencia entre la curva de Isocuanta y la línea del Isocosto, puede representar 1000 unidades de capital y 2 de mano de obra, como 1500 de mano de obra y 2 de capital, pues ambas combinaciones le proporcionarán el mismo nivel de producto Q0. Todo dependerá de los precios del capital y del trabajo en el mercado. Esto es extraño, muy extraño.
Indagación sobre la Isocuanta
Es posible afirmar que, en el modelo del marginalismo neoclásico la Isocuanta es para el empresario, lo que la Curva de Indiferencia es para el consumidor. De esta manera, si la Recta de Restricción Presupuestaria no necesita de la Curva de Indiferencia para que el consumidor escoja la combinación de bienes entre la gama que la Recta le ofrece, la Línea del Isocosto puede prescindir del mismo modo de la Isocuanta, pues en vez de ofrecer al empresario una sola opción, pone a su disposición todas las opciones que el mercado, teóricamente, le ofrece. En este sentido, con la sola Línea de Isocosto, el empresario expresa su preferencia en el acto de decidirse por alguna combinación que ésta le ofrece. Así, las condiciones subjetivas y objetivas se expresan con mayor autoridad. En el panel derecho de la gráfica 3.3 se muestra la ventaja teórica de la Línea de Isocosto, por sí sola. En ella, la combinación a de los factores sólo es una más de la gran cantidad que la Línea de Isocosto pone a disposición del Empresario. El uso de la Curva de Isocosto también tiene otra ventaja: elimina las combinaciones de factores absurdas; por ejemplo, que una fábrica de microchips use una sola unidad de capital y diez mil trabajadores o cualquier otra parecida.