En revisiones a la literatura realizadas por Schiffauerova y Thomson (2006), propusieron un resumen de autores, agrupando los diversos modelos de costos de la calidad en cinco grandes categorías, determinando como modelos genéricos los que se aprecian en la figura 2.2.
Modelos genéricos |
Categorías de costo/actividad |
Modelos P-E-F |
Prevención + Evaluación + Fallos |
Modelo Crosby |
Conformidad + No-conformidad |
Modelos de costo de oportunidad o intangible |
Prevención + Evaluación + Fallos + Oportunidad |
Modelos de costo del proceso PCM |
Conformidad + No-conformidad + Oportunidad Tangibles + Intangibles P-E-F (Costo de fallos incluyendo costo de oportunidad) Conformidad + No-conformidad |
Modelos ABC |
Valor añadido + No-valor añadido |
Figura 2.2. Modelo genéricos de los costos de la calidad
Fuente: (Schiffauerova y Thomson, 2006)
El modelo prevención-evaluación-fallos (PEF) creado por Feigenbaum (1994), ha sido el más empleado por las empresas (Gracia y Dzul, 2007), su clasificación agrupa como Costos de la Calidad a los relacionados con los costos en que incurre la organización para prevenir y evaluar la calidad y como Costos de no Calidad a los costos generados por fallas internas y externas.
Sin embargo a pesar de su generalización hay que destacar que el enfoque PEF tradicional fue objetado y se ha propuesto un esquema que considera el concepto de cero defectos, ya que el primero valora un costo infinito para llegar a la perfección, en contraste con el modelo moderno que considera que no se justifica tanta inversión en prevención (Schiffauerova y Thomson, 2006).
El modelo Crosby (1991) citado por Dzul (2009), posee categorías similares al modelo (PEF), con la salvedad que utiliza una terminología diferente. Su enfoque se centra en definir la calidad como la conformidad con los requisitos, sumando los costos de conformidad (prevención + evaluación) más los costos de no conformidad del producto (fallos).
El modelo de los costos de oportunidad o intangible, ha tomado fuerza en los últimos tiempos por las referencias constantes a la importancia de la valoración de lo intangible. No obstante este modelo no es más que una variante del enfoque tradicional del modelo (PEF), pues la pérdida de oportunidad desde la percepción del ingreso perdido o dejado de obtener se sumaría al resto de los costos ya definidos.
El modelo de costo del proceso (PCM), introduce un cambio en la concepción del costo de la calidad, pues se concentra en el proceso, en vez del producto o servicio. En el mismo, el costo de la conformidad es el costo del proceso real de producir productos o servicios a la primera vez de acuerdo a normas requeridas por un proceso específico en particular, mientras que el costo de la no conformidad es el costo de fallo asociado con el proceso no ejecutado de acuerdo a las normas requeridas (Sandoval y Beruvides, 1998; citados por Dzul, 2009).
Este modelo fue desarrollado en el año 1992 por la British Standards Institution (BSI) en su norma BS 6143. Se trata de un método para describir procesos muy similar a los diagramas de flujo, utilizados por la fuerza aérea norteamericana como una iniciativa para mejorar la eficiencia de la industria aeronáutica (Ayuso, 2004). Esta norma define los siguientes términos:
La figura 2.4 muestra una secuencia de pasos a tener en cuenta en la implementación de este modelo.
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Figura 2.4. Etapas del modelo de costos del proceso (CPM)
Fuente: (Porter y Rayner, 1992; citado por Dzul, 2009)
El modelo PCM es una aproximación al concepto de Kaizen (Imai, 1989; citado por Dzul, 2009) y al ciclo de mejora continua de Deming (PHVA), ya que se asocia a la noción de cero defectos. El objetivo principal del modelo es la mejora continua de la calidad en los procesos clave de la organización (BSI, 1992).
Este modelo no se caracteriza por la clasificación de los costos de calidad, sino, que lo que pretende es adecuar las necesidades de los clientes a las especificaciones de los productos o servicios; estudiando profundamente todo el proceso que conlleva la realización del producto o servicio (Climent, 2003). Para su aplicación se considera conveniente desarrollar un mapa de los procedimientos, información, flujos y responsabilidades que facilita el proceso de implantación del modelo; lo que es conocido como la técnica Quality Management Activity Planning (Q-MAP) desarrollada por Crossfield (1990).
Por su parte el modelo de costo basado en actividades (ABC), pretende cambiar el enfoque tradicional del registro contable por procesos a un sistema de costos basado en actividades. El objetivo a largo plazo de sistemas ABC es eliminar las actividades adicionales no valoradas y constantemente mejorar procesos y actividades (Gracia y Dzul, 2007). Muchos autores lo definen como un sistema de gestión.
El modelo ABC ayuda a los directivos a justificar su compromiso con los enfoques de mejora continua y a cuantificar los beneficios en términos financieros (Cooper y Kaplan, 1991).
El modelo ABC parte de la hipótesis que existe una profunda relación entre costos y actividades, hasta el punto de que los costos pueden contemplarse como el resultado directo del conjunto de actividades que se desarrollan en la empresa (Fernández y Texeira, 1991).
Teniendo en cuenta las ventajas y desventajas de cada modelo analizado, se considera como el más aceptado para los fines de esta investigación el modelo de costos por procesos CPM, el cual se enfoca en determinar los costos de la calidad del proceso, estando en correspondencia con los más actualizados sistemas de gestión que se centran en los procesos y en el ciclo de mejora continua.
Además la orientación a procesos dentro del sistema de Gestión de la Calidad de la Sociedad de Auditores y Consultores Independientes Audita S.A, es un importante avance para lograr a mediano plazo un Sistema Integrado de Gestión, que en función de los procesos integre todos los sistemas de la organización.