En el tratamiento relacionado con la formación ideológica y en valores y sus vías existe diversidad de criterios. Nos orientamos por la clasificación que reconoce tres dimensiones. En Lahera (2004):
Para su estructuración y desarrollo de forma integradora se necesita de un sistema de acciones coherentes, sin dejar de reconocer los variados espacios y actividades de diferentes naturaleza.
Dentro de estas dimensiones se destacando tres elementos en el proceso formativo al cual se aspira que, al tener en cuenta los aspectos indicados, en cada una y la interrelación de éstas necesita, además, para accionar en el sistema, conocer:
Estas son premisas para el desarrollo de la formación ideológica y en valores que se necesita.
Vital importancia reviste la toma de conciencia de la necesidad de lograr un verdadero protagonismo o participación de los sujetos de la sociedad; puede ser entendido como la participación consciente y comprometida del sujeto con la actividad que realiza con la finalidad de lograr los objetivos propuestos, implica una forma activa, consciente, esforzada, autónoma (realizar por sí mismo la acción del sujeto) en la apropiación, interiorización, aclaración, reflexión y exteriorización de un modo de actuación determinado, donde incluso se plantean los objetivos y es lo que favorece la formación de una convicción.
Otro aspecto esencial a tener en cuenta es la comunicación dialógica, “(...) donde se cree un espacio común, donde las partes que intervienen compartan necesidades, reflexiones, motivaciones y errores o sea, la comunicación no es convencer a alguien, la comunicación es ubicar en el espacio de nuestra razón, en el espacio de nuestra causa, en el espacio de muestra reflexión, pero a través de sus posiciones”. (González, 1982: 19 en Lahera 2004).
Algunas vías y procedimientos pueden encontrarse cuando se estudia una época histórica en la selección de hechos históricos, obras literarias, personalidades y personajes, la caracterización de sus rasgos, su valoración positiva o negativa, en el marco de las actividades que se organizan, las técnicas participativas que se promuevan.
Muchos de estos trabajos, después de iniciados, se profundizan en tareas vinculadas al entorno comunitario cuando son correctamente orientados por las organizaciones e instituciones que intervienen en el proceso formativo.
Existen diferentes tipos de diagnósticos, los cuales deben ser aplicados de forma integradora pero, es necesario delimitar qué es lo que se tiene en cuenta en un diagnóstico de este carácter para la labor que se realiza.
Es importante además determinar los niveles a tener en cuenta para la labor teórica y práctica a desarrollar y que guardan estrecha relación con los aspectos a diagnosticar que tienen su espacio en la acción y unidad de las influencias educativas para lo cual se tienen en cuenta los tipos de actividad del sujeto en la sociedad:
Incluye el conocimiento adquirido por el sujeto y que tiene un significado para él, nivel de información y los argumentos necesarios para promover el debate, la reflexión, la valoración, un sistema de conocimientos, habilidades y valores desarrollados por el sujeto social.
Se refiere a aquello que deja una huella, que origina una vivencia, un sentimiento y determina los proyectos, metas, tareas, deseos, fines, intereses, necesidades; incita, orienta y sostiene la actuación.
Posiciones y análisis críticos, convicciones, puntos de vista que caracterizan a un sujeto y a su vez lo hace diferente a otros; es lo que le permite asumir o no determinados compromisos y hacerlos suyos de forma consciente.
Actitudes, comportamientos y modos de actuación en cada contexto en que transcurre la vida en lo que intervienen las características del proceso a nivel macro y micro social y su contextualización.
Estos aspectos son consideraciones que de una forma u otra han demostrado su efectividad parcial o totalmente según los momentos de su aplicación o que han tenido su espacio combinados con acciones complementarias, pero que han direccionado la preparación en algunos casos y la orientación para emprender la formación ideológica y en valores en otros, así como la factibilidad de los argumentos para realizar investigaciones que no pocas veces han cambiado el entorno y por qué no los resultados según los proyectos de transformación social.