Se mantiene la macrocefalia espacial al continuar concentrándose el desarrollo económico en los tradicionales polos de desarrollo ( Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla y Veracruz) sin que se haya impulsado significativamente al resto de las entidades federativas y, por consiguiente, no se han igualado oportunidades espacial, regionalmente y por tamaño de empresa: se mantienen la generación y la concentración de la riqueza y del empleo en prácticamente las entidades federativas de siempre. Es preocupante que el impulso institucional a la franja fronteriza norte del país para el establecimiento de empresas maquiladoras y transnacionales, haya reducido la participación de las pequeñas y medianas empresas en las cadenas productivas, comerciales y de servicios.
Los censos económicos de 1999 y 2004 muestran que no se avanzado mucho en la redistribución espacial de las actividades económicas y en productos que se derivan de su operación, dado que en este lustro se observó lo siguiente:
TABLA No. 1: Distribución Espacial por Entidad Federativa.
INDUSTRIAS MANUFACTURERAS REGISTRADAS EN 1998. |
||||
Unidades Económicas |
Personal ocupado |
Remuneraciones |
Valor agregado censal bruto (millones de pesos) |
Total de activos fijos (millones de pesos) |
344,118 |
4,232,322 |
199,043 |
581,113 |
887,555 |
INDUSTRIAS MANUFACTURERAS REGISTRADAS EN 2003. |
||||
328,718 |
4,198,579 |
292,768 |
927,987 |
1,258,435 |
Fuente: Elaboración propia con datos de los Censos Económicos de 1998 y 2003.
Las ocho entidades federativas son: Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla y Veracruz. De conformidad con estos registros estadísticos del INEGI, alrededor del 60% de los establecimientos industriales, del personal que ocupan, de las remuneraciones que perciben, así como del valor agregado que producen con los activos fijos que determinan la capacidad de su aparato productivo, se localizan en las ocho entidades federativas antes descritas. El resto se localiza en el resto del territorio nacional, en particular en la frontera norte que en los últimos años ha manifestado un gran dinamismo en su crecimiento económico. Lo anterior es preocupante porque esta es una tendencia histórica que no ha cambiado sustantivamente.
Número de establecimientos
El cuadro anterior revela que en 1998 estaban registradas 344, 118 empresas manufactureras y que cinco años después éstas se habían reducido a 328,718, es decir ya no operaban 15,400 unidades productivas: 4.5% menos. De las ocho entidades federativas arriba mencionadas, seis mostraban que habían perdido 13, 414 de las 15,400 empresas en que disminuyó el total, la siguiente reducción en su número de empresas: Distrito Federal, (-10.8%); Guanajuato, (-14.1%); Jalisco, (-10.9%); Nuevo León, (-13.4%); Puebla, (-9.0%) y Veracruz, -7.1%. Las otras dos entidades manifestaban la siguiente situación: en el Estado de México se mantuvo prácticamente inalterado el número de empresas (de 35,318 pasó a 35, 343), en tanto que en Michoacán aumentaron de 19,731 a 21,403 durante este periodo de análisis. En este contexto resta por indagar qué otras entidades federativas perdieron el resto de las empresas: 1,986, de las 15,400 que en total perdió el sector en el quinquenio.Estos resultados dan la pauta para continuar el análisis económico en torno a las ocho entidades descritas porque también son significativas en términos del resto de las variables que se han escogido para probar las hipótesis
Personal ocupado
Aparentemente derivado de lo anterior es que también se observa una reducción en el número de trabajadores que laboraban en la industria manufacturera, en virtud de que de aparecer registrados 4, 232,322 en 1998, en 2003 eran 4, 198,579, es decir, se habían perdido 33,743 plazas en ese lapso. Las entidades en que se manifestó este descenso fueron por orden de importancia: Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Guanajuato y Veracruz. En Nuevo León y Jalisco hubo un pequeño aumento; en Michoacán aumentó el empleo en poco más de 3,000 plazas.
Remuneraciones
Al estar fuertemente vinculado este indicador con los dos anteriores también se podría esperar un descenso en su valor, sin embargo, esto no es así ya que se observa que precisamente en varias de las entidades en que disminuyó el personal ocupado es donde se detectaron los mayores incrementos en el pago a los trabajadores. Vemos que el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Puebla y Veracruz son las entidades en aumentaron las remuneraciones entre 5 y 6 mil millones en cada una de ellas. Nuevo León es la entidad en que aumentaron un poco más de 11 mil millones los emolumentos a las personas. El incremento mostrado en el primer cuadro se explica en gran parte por los aumentos observados en estas entidades, situación que las convierte en representativas y adecuadas para la verificación de las hipótesis antes planteadas.
Esta incongruencia invita a profundizar en el análisis detenido en estas entidades que destacan por ser de las “más desarrolladas”. Surgen preguntas como las siguientes?
¿Aumentaron los tamaños de las empresas? ¿Hay más empresas maquiladoras y transnacionales? ¿Cambiaron los procesos de fabricación, las empresas ahora son más intensivas en capital? ¿Ahora ocupan más personal calificado que antes?
Antes de intentar dar respuestas prelimares recomiendo continuar haciendo el análisis de la evolución de las otras variables con objeto de contar con un diagnóstico completo que permita obtener mejores conclusiones y por consiguiente, hacer recomendaciones apropiadas.
Valor agregado censal bruto
Todo indica que este indicador, quizás como el anterior y el que le sigue, viene expresado en millones de pesos corrientes. Esta conjetura proviene del hecho que se notan fuertes incrementos en los valores monetarios de los tres. Así, suponiendo sin conceder lo anterior, diremos que el Valor agregado censal bruto aumentó 346, 874 millones de pesos en el periodo, al pasar de 581,113 a 927,987 millones de pesos. Es interesante señalar que dicho incremento, aquí como en el caso anterior, pero ahora con más claridad, se puede decir que se debe a que en las ocho variables aumentó considerablemente el valor agregado censal bruto, coadyuvando estos resultados a contestar parcialmente algunas de las interrogantes anteriores.
Total de activos fijos
La planta productiva industrial del país aumento su capacidad de fabricación a través del notorio aumento en sus activos fijos en prácticamente todas las entidades federativas y con especial relevancia en las ocho que venimos trabajando por considerarlas representativas para explicar la evolución de las manufacturas de México, en el periodo de 1999 a 2004.
En efecto, de un aumento observado total de 371 mil millones de, 201 mil correspondieron a las ocho entidades en estudio, es decir en ellas se registró el 54.1% del total. De manera consistente con los dos indicadores previamente analizados, conviene mencionar que en las ocho entidades se registró una tendencia ascendente en el valor de sus activos fijos.
Conclusiones preliminares:
1.-Disminuyeron el número de unidades productivas y del personal que ocupan para el desempeño de actividades de transformación de materias primas e insumos en productos con valor agregado.
2.- Aumentaron las remuneraciones al personal, así como también el valor agregado censal bruto que producen los trabajadores que a su vez, contaron para ello con una capacidad de planta mayor al aumentar el valor de sus activos fijos.
De acuerdo con los datos que proporciona INEGI por escala de producción, se confirman las conclusiones anteriores dado que las micro como las pequeñas y las medianas empresas disminuyeron y aumentaron considerablemente las grandes que son las que usan economías de escala, menos obreros “comunes” y más personal calificado que recibe mejores retribuciones por su trabajo, mismo que al poder trabajar con maquinaria y equipos sofisticados, están en condiciones de aumentar el valor agregado de las empresas industriales, según se muestra a continuación:
TABLA 2: Evolución por tamaño de empresa; 1998-2003.
TAMAÑO DE EMPRESA EN 1998. |
||||
Total |
Micro |
Pequeña |
Mediana |
Grande |
344,118 |
310,118 |
22,713 |
8,153 |
2,571 |
TAMAÑO DE EMPRESA EN 2003. |
||||
328,718 |
298,678 |
19,754 |
7,235 |
3,051 |
Fuente: INEGI, Censos Económicos publicados en 1998 y 2003
Entidades en que varió significativamente el número y la localización de las grandes empresas
TABLA 3: Evolución de los principales indicadores de las empresas grandes.
Entidad |
1998:número |
2003:número |
Estado de México |
417 |
390 |
Distrito Federal |
312 |
299 |
Chihuahua |
285 |
266 |
Nuevo León |
250 |
257 |
Guanajuato |
123 |
175 |
Jalisco |
100 |
192 |
Coahuila |
162 |
175 |
Sonora |
130 |
102 |
Baja California |
128 |
248 |
Puebla |
80 |
125 |
Michoacán |
20 |
22 |
Tamaulipas |
172 |
188 |
Querétaro |
88 |
89 |
Veracruz |
75 |
71 |
San Luis Potosí |
33 |
80 |
Durango |
39 |
68 |
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI: 1998 y 2003
Estos datos resultan de particular interés porque en principio, el cuadro contiene las ocho entidades que hemos venido analizando, enseguida, porque muestra en que entidades más aumentó o disminuyó el número de empresas grandes y, sobre todo, porque muestra la relocalización que han experimentado en el periodo.
Así, independientemente de que en general en el país se detectó que las empresas aumentaron en 18.7%, conviene observar que las empresas de este estrato: a).- tienen una fuerte presencia en la frontera norte del país por la inercia que ejerce sobre ellas el mercado más grande del mundo; b).- que el Estado de México y el Distrito Federal han expulsado empresas que han buscado una mejor localización para volverse más competitivas, ya que éstas requieren mejores lugares con infraestructura, disponibilidad de agua, de grandes cantidades de mano de obra, de personal calificado con capacidad empresarial y habilidades para operar activos fijos complicados, de materias primas, insumos y maquinaria que puede operarse con mayor eficiencia en lugares aun con disponibilidad de grandes espacios y, posiblemente con menos cargas fiscales, salariales y exigencias ecológicas, entre otras razones para desplazarse. En este sentido Jalisco parece ser una de las mejores alternativas en materia de localización industrial; Puebla, Guanajuato, Coahuila y sobre todo Baja California, San Luis Potosí, Durango, aparecen como sitios atractivos en que sin duda se hicieron nuevas y significativas inversiones, pues el dinamismo en el crecimiento del número de empresas así lo corrobora. Sin duda estos resultados además de verificar las hipótesis sirven para hacer análisis posteriores en el ámbito del sector público donde se elaboran las políticas públicas de fomento regional; por ejemplo, se deberían de identificar y tipificar los ordenamientos que usan los gobiernos estatales y municipales para atraer las inversiones de grandes empresas, evaluarlos y en forma ecléctica resumirlos y difundirlos entre el resto de las entidades federativas para intentar replicar caso exitosos. En este contexto, a nivel empresarial es recomendable la realización de estudios de localización para identificar las ventajas de instalar empresas nuevas en esos espacios geográficos, así como de mercado para conocer el perfil de los consumidores, nacionales y extranjeros, con objeto de determinar el tamaño de planta para satisfacer desde allí los mercados interno y externo. Estas sugerencias también se sustentan en los siguientes resultados.
TABLA 4: Personal ocupado por las empresas grandes, por entidad federativa.
Entidad |
1998 |
2003 |
Chihuahua |
284,735 |
293,156 |
México |
230,662 |
223,733 |
Nuevo León |
169,854 |
188,094 |
Baja California |
161,163 |
177,730 |
Distrito Federal |
184,855 |
177,051 |
Coahuila |
128,315 |
163,773 |
Tamaulipas |
139,117 |
160,019 |
Jalisco |
115,338 |
127,432 |
Guanajuato |
70,415 |
87,869 |
Puebla |
85,187 |
87,470 |
Sonora |
88,139 |
77,289 |
Michoacán |
16,580 |
10,036 |
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
En 1998 este estrato empresarial daba ocupación a 2,042,907 personas y en 2003 a 2,194,613, mostrando una tendencia ascendente, con una dinámica de crecimiento satisfactoria, totalmente diferente a la situación de las otras escalas de producción en que se observa una tendencia descendente.
De 2,194,613 personas que ocupaban las grandes empresas manufactureras en 2003, el 72.0% se hallaba laborando en estas entidades. Nótese cómo el Distrito Federal y Estado de México han perdido importancia como fuentes de empleo y, en ese contexto, cómo Chihuahua, Nuevo León, Baja California etc. han mejorado su posición como empleadores. Este reposicionamiento laboral es loable, cabría preguntarse se debe principalmente a las políticas públicas aplicadas en materia de desarrollo labora regionalmente o, si es producto, de decisiones propias de las grandes empresas. Si la razón fuera lo primero, las políticas públicas exitosas, se podría instrumentar algo similar para la relocalización de las micro y pequeñas empresas que acusan una competencia excesiva y escasa demanda en espacios geográficos tradicionales, cuyos resultados son su baja rentabilidad y la responsabilidad de producir el 85% de la contaminación en los lugares que operan.
Remuneraciones hechas por las empresas grandes.
Al ver que en 2003 estas empresas remuneraron a sus trabajadores con 204,245 millones de pesos y que en 1998 lo hicieron con 132,886 millones de pesos, claramente se corrobora que debe fomentárseles prioritariamente porque este concepto crea un círculo virtuoso que crece con dinamismo (variación del 53.7%), da empleo permanente, mejora el poder de compra de las personas, estimula la oferta y por consiguiente nuevas inversiones.
Su distribución en las principales entidades federativas en millones de pesos era la siguiente:
TABLA 5: Remuneraciones de la gran empresa.
ENTIDAD |
1998 |
2003 |
Chihuahua |
13,244 |
25,053 |
Distrito Federal |
19,427 |
23,328 |
México |
18,756 |
23,333 |
Guanajuato |
3,736 |
6,923 |
Jalisco |
7,735 |
10,289 |
Nuevo León |
12,232 |
20,027 |
Puebla |
5,524 |
8,146 |
Querétaro |
3,908 |
4,885 |
Tamaulipas |
7,941 |
14,232 |
Veracruz |
5,862 |
9,533 |
Coahuila |
7, 097 |
12,128 |
Baja California |
8,119 |
14,942 |
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI
Claramente se ve que aparte del dinamismo en su crecimiento en muchas entidades federativas, las percepciones por los trabajos realizados son mejores en la franja fronteriza norte de México. Chihuahua, Baja California, Tamaulipas y Nuevo León registran crecimientos espectaculares en este lapso; ello posiblemente se deba a las ventajas que brinda el Tratado de Libre Comercio de América del Norte a las empresas que se instalen en esa zona.
Para hacer un análisis objetivo de las remuneraciones debieran vincularse con otras variables como el número de empresas y de trabajadores para tener una idea más precisa de lo atractivo de los salarios en esas entidades con respecto al Distrito Federal y el Estado de México, por citar algunos.
Valor agregado censal bruto
Al destacar la importancia de las empresas grandes en función de lo que producen, la información proporcionada por el INEGI muestra un crecimiento espectacular en el periodo: fue de 305,583 millones de pesos, pues en 1998 había 382,592 como valor agregado bruto y en 2003 prácticamente se había duplicado, al ser de 686,175 millones de pesos.
Las entidades que más contribuyeron a este vigoroso crecimiento fueron:
TABLA 6: Valor agregado censal bruto de las empresas grandes.
Entidad |
1998 |
2003 |
Baja California |
15,041 |
28,788 |
Chihuahua |
21,335 |
59,590 |
Coahuila |
25,994 |
39,696 |
Distrito Federal |
37,585 |
50,409 |
México |
61,809 |
88,377 |
Guanajuato |
22,639 |
40,673 |
Jalisco |
27,179 |
40,702 |
Nuevo León |
38,932 |
70,144 |
Puebla |
15,386 |
43,027 |
Tamaulipas |
14,548 |
29,772 |
Veracruz |
16,277 |
27,199 |
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
Espacialmente continua constatándose la tendencia regional de las empresas por producir la mayoría de ellas en la geografía mexicana vecina a los Estados Unidos, parece que allá están preferentemente las nuevas zonas de oportunidades para los negocios de grandes inversiones. Indudablemente que el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Puebla y Jalisco siguen siendo importantes pero aisladamente, en tanto que Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas aparecen como un bloque territorial en plena expansión económica.
Activos fijos
La producción antes descrita se genera con activos que adquieren las grandes empresas, activos que suelen ser maquinaria, equipo, materiales e instalaciones principalmente y que constituyen lo que se conoce como la planta productiva del sector industrial. Es muy conveniente conocer su monto y localización para saber hacia que territorios los hombres de negocios dirigen sus expectativas de riesgo. Tomar la decisión de invertir en ciertos lugares siempre será una de las más difíciles, dado que significa pasar de la planeación a la operación, a la construcción y puesta en marcha del aparato productivo que se integra con los diferentes activos que adquiere la empresa, de acuerdo con la demanda estimada del producto que fabricará y con la capacidad de planta que se determine para satisfacerla en el corto como en el largo plazo.
Al respecto, es interesante mencionar que en 1998 los activos fijos de estas escalas de producción representaban el 65.9% del total de la planta productiva establecida en el país. Este indicador pone de relieve la importancia de las empresas grandes con respecto a los otros tamaños dado que, la micro, pequeña y la mediana juntas, operaban el 34.1% restante del aparato productivo nacional.
Su valor se incrementó sustancialmente cinco años después; en 1998 era de 585,697 millones y en 2003 ascendía a 926, 487 millones de pesos. Este último comparado con el valor de los otros estratos empresariales, equivalía al 73.6% del total existente en el país; en otras palabras, era mayor en 11.7% al 65.9% que representaba en 1998 dentro de la estructura porcentual de este concepto. De lo anterior se deducen varias cosas, una de ellas es que estas empresas están consolidando su presencia dentro de la economía mexicana; otra, que es menor el riesgo al invertir en ellas que en los otros tamaños de planta, puesto que éstas crecen y el resto disminuye.
Distribución geográfica y variación del valor del aparato productivo en las principales entidades del país.
TABLA 7: localización y variación del valor del aparato productivo de las empresas grandes: millones de pesos:
Entidad |
1998 |
2003 |
Baja California |
6,944 |
15,315 |
Chihuahua |
18,583 |
28,802 |
Coahuila |
32,116 |
72,507 |
Distrito Federal |
40,377 |
55,240 |
México |
84,819 |
96,281 |
Guanajuato |
19,502 |
51,027 |
Jalisco |
34,016 |
45,549 |
Hidalgo |
27,683 |
48,473 |
Nuevo León |
73,991 |
118,757 |
Puebla |
27,691 |
83,589 |
San Luis Potosí |
18,384 |
34,479 |
Sonora |
11051 |
19,480 |
Tamaulipas |
14,918 |
28,157 |
Veracruz |
68,455 |
90392 |
Michoacán |
14,824 |
13,741 |
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
Esta semblanza geográfica sobre la distribución que tiene la planta productiva nacional no es sorprendente en virtud de que indica que se localiza tanto en los territorios tradicionales como en los nuevos que hemos venido encontrando una vez iniciado el proceso de investigación. Quizás lo más interesante sea la corroboración que con esta información hemos hecho de las hipótesis planteadas, así como el dinamismo en el crecimiento de las grandes empresas, el descubrimiento de la pérdida de importancia de los otros estratos empresariales en el sector industrial y las consecuencia económicas que acarrea la consolidación de las grandes empresas en los puntos clave del territorio nacional.En este sentido vale decir que las grandes empresas son la clave para modificar la distribución de las actividades económicas en los espacios y sectores de interés tanto para los sectores públicos como privados. Los otros tamaños de empresa, actúan de manera complementaria y su competitividad está supeditada a la de la gran empresa.
1.4.- CONCLUSIONES
1.- Continúa la concentración de la actividad manufacturera en las entidades federativas que tradicionalmente la han sustentado.
2.- Ha disminuido el número de empresas y el empleo que proporcionan los estratos de la micro, pequeña y mediana empresa.
3.- ha aumentado el número de empresas grandes, así como el empleo que generan, las remuneraciones correspondientes al personal que ocupan, su valor agregado censal bruto y el valor de su planta productiva.
4.- Las grandes empresas tienden a reubicarse geográficamente, principalmente en la frontera con los Estados Unidos.
5.- El Distrito Federal y el Estado de México han perdido empresas grandes y los estados del norte han incrementado el número de ellas.
6.- En lo que respecta al cambio de criterios de estratificación empresarial éstos si inciden en el número y demás características de las empresas, dado que, por ejemplo, en 1998 la micro empresa era la que tenía de 0 a 30 empleados; la pequeña, la que tenía de 31 a 100, la mediana: de 101 a 500 y la grande, de 501 empleados en adelante.
1.5.- RECOMENDACIONES
i).- Estudiar qué tipo de grandes empresas están proliferando en el norte del país;
ii).- Evaluar la participación en esa área geográfica de las micro, pequeñas y medianas empresas en los procesos productivos, en el suministro de maquinaria, equipos e insumos nacionales a las empresas maquiladoras y transnacionales que operan en esa extensión territorial de México;
iii).- Contestar ¿porqué el principal beneficio que dan esas empresas es el empleo, no se puede conseguir más? ¿Qué el TLC no las obliga a vincularse sustancialmente tecnológica y comercialmente con las mexicanas?
iv).- Indagar hasta que punto “es mexicano” el valor agregado bruto y los activos fijos de estas empresas.
v).- Iniciar nuevamente estudios que permitan la integración de las grandes firmas con el resto de estratos empresariales.
vi).- Fortalecer el agrupamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas aprovechando experiencias como la española en la industria del olivo, la india en el terreno automotriz o la italiana en la producción de muebles, de artículos de cristal o de bienes de consumo. Se estima que al no haberse logrado la integración de los cuatro tamaños de empresa en los últimos sesenta años, sólo trabajando en clusters podrán ser competitivas al operar como las grandes con economías de escala en la producción, en el manejo de proveedores en la comercialización de sus materias primas e insumos y de canales de distribución en la ventas de sus productos y servicios.
vii).- Estudiar porqué resultaron más efectivas las políticas públicas de fomento de la gran empresa que las de los otros tamaños de empresa.
viii).- No cambiar los criterios de estratificación empresarial con la frecuencia que lo hacen.
Comentarios:
Estas aterradoras Conclusiones para el mediano plazo y las juiciosas recomendaciones a que llegué, sustentan la justificación de este estudio, ya que sus resultados nos darán elementos actualizados para sugerir cómo evitar que se continúen agrandando los desequilibrios espaciales y cómo regular la relación entre los tamaños de las empresas manufactureras, entre otros beneficios.
VERIFICACION EN EL LARGO PLAZO: 1998-2008
Recapitulando la normatividad descrita en el marco teórico, se observa que es suficiente y adecuada para la consecución de la ordenación territorial y equilibrada del crecimiento de la población y de la economía en el espacio nacional. No obstante, una investigación preliminar con esa normatividad sobre la distribución de las empresas manufactureras revela con sus resultados que con la ejecución de las políticas sobre la materia, de sus de estrategias y programas específicos, no se ha cumplido a plenitud lo anterior, dado que:
Estos desequilibrios secto-regionales amenazan la estabilidad macro económica, la paz social y al medio ambiente en el territorio que conforma a la República Mexicana. Ello induce a estudiar el problema con el fin de encontrarle soluciones; para ello a continuación se plantean las siguientes hipótesis cuya verificación dará luz sobre soluciones apropiadas al mismo.
PLANTEAMIENTO DE HIPOTESIS PARA SU SOLUCION FISCALMENTE
I.- Ha sido diferente el impacto de las políticas públicas en el desarrollo regional y ha ocasionado por una parte, la concentración económica en ciertos espacios ocupados por las micro y grandes empresas y, por la otra, la reducción del resto de estratos empresariales: las pequeñas y medianas escalas de producción manufactureras.
II.-Se observa una relocalización geográfica de las grandes empresas hacia el norte del país: sectorial y regionalmente en el periodo 1998-2008.
III. No ha mejorado sustancialmente la competitividad ni la calidad de vida en el resto de las entidades federativas de México.
Para su verificación, dada la amplitud y complejidad de la problemática nacional relativa al tema, por medio del estudio del sector manufacturero me concretaré a constatar el estado del arte en términos de los resultados económicos logrados en las 32 entidades federativas con la política fiscal aplicada; concretamente estudiaré el efecto de la política fiscal en la evolución ( y evaluación correspondiente) de las empresas manufactureras económica y territorialmente, durante los últimos diez años con las estadísticas disponibles.
Para ello me basaré principalmente en los indicadores de los Censos Económicos de 1998 y 2008, así como en algunos del Censo de Población y Vivienda de 2010.
I.- Verificación de la concentración del sector manufacturero en el MEXICO histórico o tradicional.
I.-Macrocefalia.
Los censos económicos de 1998 y 2008 muestran que no se avanzado mucho en la redistribución espacial de las empresas manufactureras, dado que en esta década se observó lo siguiente:
INDUSTRIAS MANUFACTURERAS REGISTRADAS EN 1998. |
||||
Unidades Económicas |
Personal ocupado |
Remuneraciones |
Valor agregado censal bruto (millones de pesos) |
Total de activos fijos (millones de pesos) |
344,118 |
4,232,322 |
199,043 |
581,113 |
887,555 |
INDUSTRIAS MANUFACTURERAS REGISTRADAS EN 2008. |
||||
436,851 |
4,661,062 |
367,792 |
1,480,821 |
1,586,990 |
Fuente: Elaboración propia con datos de los Censos Económicos de 1998 y 2008.
Las ocho entidades federativas son: Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla y Veracruz. De conformidad con estos registros estadísticos del INEGI, alrededor del 55.0% de los establecimientos industriales, del personal que ocupan, de las remuneraciones que perciben, así como del valor agregado que producen con los activos fijos que determinan la capacidad de su aparato productivo, se localizan en las ocho entidades federativas antes descritas. El resto se localiza en el resto del territorio nacional. Lo anterior es preocupante porque ésta es una tendencia histórica que no ha cambiado sustantivamente.
En efecto, se percibe que el área de influencia económica del imperio azteca perdura hasta nuestros días ya que fue reiterada durante la colonia con la importancia concedida a la ruta que conduce hacia Veracruz “como entrada al país desde Europa” , misma que posteriormente fue ampliada y fortalecida con la traza de las vías del tren en la época del porfiriato con destino hacia el mercado estadounidense; de manera que aun hoy en día subsiste y mantiene su huella en la distribución territorial observada de los asentamientos humanos e industriales del país.
O sea que no han modificado sustancialmente el mapa económico en la geografía nacional acciones institucionales como las siguientes: a). la planeación instituida por el Presidente Cárdenas como medio para normar la realización de las actividades económicas; b). la modernización y fomento de las actividades turísticas y productivas proclamadas durante el alemanisco; c). la “marcha hacia el mar “ de la administración del presidente Ruiz Cortines; d). la creación de polos de desarrollo por Echeverría en Cancún, la Chontalpa y Lázaro Cárdenas; e). el fomento de la industria maquiladora en la frontera norte del país por el presidente López Mateos; f). el impulso de ciudades medias basado en los cuatro ejes rectores constituidos por los puertos industriales de Lázaro Cárdenas, Coatzacoalcos, Altamira-Tampico y Salina Cruz, así como la identificación de las vocaciones económicas de estados y municipios instituidas por el presidente López Portillo; g). el fomento con el TLC de las maquiladoras en todo el país y la creación de seis mil kilómetros de autopistas durante el periodo de 1988 a 1994 o h). La descentralización impulsada por el presidente Zedillo mediante la nueva coordinación fiscal con las entidades federativas, entre otras acciones normativas instrumentadas sectorial y regionalmente. .
Constatación de lo anterior lo demuestra el hecho de que en el año 2010 estaban asentados 59.3 millones de mexicanos en esas ocho entidades, es decir, el 52.8%; mismos que durante el año 2009 generaron el 56.5% del PIB federal en ese año.
En el ámbito de las finanzas públicas es justo reconocer que desde que se implantó en la SHCP el uso de las técnicas del “Presupuesto por Programas “ para detectar y cuantificar las fuentes de recursos fiscales como para la mejor asignación del gasto, durante la década de los setenta del siglo pasado, hasta ahora en que se evalúan los resultados obtenidos en cada ejercicio fiscal, con la mejor focalización del destino del gasto público, definitivamente han aumentado la infraestructura básica ( carreteras, presas, etc.),la social ( educación, salud) y la productiva ( parques industriales, empresas, etc.), pero aun así continúa vigente la concentración territorial de la economía y de los asentamientos humanos en los espacios utilizados desde hace más de 400 años.
Cabría preguntarse, ¿Qué acaso las innovaciones tecnológicas, el uso de nuevos materiales, la producción de nuevos bienes industriales, las nuevas corrientes del comercio internacional, etc. no sustentan el desarrollo significativo de otras latitudes mexicanas?
I.1.- Cambios en el lapso de 1998 a 2008 por tamaño de empresa
Número de establecimientos
El cuadro anterior revela que en 1998 estaban registradas 344, 118 empresas manufactureras y que diez años después éstas se habían incrementado a 436,851, es decir, habían 92,733 nuevas unidades productivas en el país. Sin embargo al hacer el análisis en las ocho entidades federativas arriba mencionadas se detecta por ejemplo en ese periodo, que el Distrito Federal tenía 134 empresas menos que en 1998; que el Estado de México, Michoacán y Puebla aumentaron su número considerablemente, en tanto que Jalisco y Nuevo León prácticamente lo mantuvieron muy parecido a l que tenían en 1998.
Ahora bien, conduciendo el análisis por tamaño de empresa, se detectó que en estas ocho entidades las micro aumentaron en las ocho un 21.3% en el periodo, en tanto que en las grandes empresas éstas se incrementaron en seis de esas entidades en un 13.6%. Esto último es interesante y preocupante a la vez. Es interesante porque un mayor número de empresas grandes beneficia a la planta productiva de esas entidades al contar con mayor capacidad de planta instalada para atender la demanda local y regional; sin embargo, es preocupante porque son el Distrito Federal y el Estado de México donde se observa un retroceso en el número de ese tipo de escalas de producción. De lo anterior se infieren dos cosas: 1.- Que posiblemente en estas dos entidades ya se alcanzaron los “límites del crecimiento económico” y 2.- Que en esta forma también se confirma la saturación de empresas manufactureras en la geografía del altiplano mexicano.
La evidencia anterior constata que se mantiene la macrocefalia espacial al continuar concentrándose el desarrollo económico en los tradicionales polos de desarrollo sin que se haya impulsado significativamente al resto de las entidades federativas y, por consiguiente, no se hayan igualado oportunidades especiales, regionalmente y por tamaño de empresa. Se mantienen la generación y la concentración de la riqueza y del empleo en prácticamente las entidades federativas de siempre, lo cual trae consigo movimientos migratorios hacia ellas, donde aumentan los problemas de seguridad, vivienda, salud, educación. Etc. .
Verificación de la hipótesis II: Relocalización de las empresas en la frontera norte de MEXICO.
Al respecto, he definido a la frontera norte como el espacio que comprenden las entidades federativas de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas, la cual se analiza en términos de su composición de las cuatro unidades de producción: las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas que define INEGI según la estratificación empresarial previamente mencionada.
Así, diremos que en esta parte del territorio mexicano las micro como las grandes empresas observaron un patrón de comportamiento semejante al de las empresas localizadas en el altiplano mexicano, es decir, tuvieron un aumento significativo en virtud de que en las primeras el incremento fue de 20% y en las segundas de 22%. En otras palabras, en la frontera norte de México las empresas grandes aumentaron en 246 y en el altiplano en 187 de 1998 a 2008. Fue en Baja California donde más empresas grandes se instalaron; le siguieron en importancia Coahuila, Tamaulipas, y Nuevo León, principalmente.
Cabe señalar que en esta parte del país fue menor la contracción del número de empresas pequeñas y medianas. Las pequeñas se redujeron 3% y las medianas 14%. Esta situación puede atribuirse a que en esa zona predominar el sistema de “producción flexible” entre las empresas exportadoras y en las maquiladoras que utilizan un mayor número de empresas pequeñas y medianas como proveedores y auxiliares en sus procesos de fabricación y ensamble permanentemente, con respecto a otras partes del país.
Aquí, como en el México tradicional o histórico, es preocupante que el impulso institucional fiscalmente a la franja fronteriza norte del país para el establecimiento de empresas maquiladoras y transnacionales, haya reducido la participación de las pequeñas y medianas empresas en las cadenas productivas, comerciales y de servicios, dado que se han consolidado como grandes empresas que son y que por consiguiente, que operan con un enfoque global que obedece a los intereses de sus oficinas matrices, lo cual ocasiona que muchas veces no usen significativamente las materias primas y los insumos de origen nacional, como que tampoco transfieran abierta y sustancialmente el “know how” de sus desarrollos tecnológicos a las empresas mexicanas.
Agréguese a lo anterior que en corroboración del éxito alcanzado por la política fiscal favorable para esta parte del país, derivada de la política económica de “crecimiento hacia afuera” implementada a finales de la década de los ochenta del siglo pasado, en los últimos ocho años la IED aumentó de 22.5% a 28.5% del total registrado. Las seis entidades mostraron incrementos pero destacaron Sonora, Chihuahua y Coahuila.
¿Porqué no replicar este apoyo fiscal en otras entidades?
Verificación de la hipótesis III: No ha aumentado la competitividad de las entidades que integran el resto del país, como tampoco la calidad de vida de sus habitantes.
Dado que la competitividad se puede medir en diversas formas, dentro de las que destacan la macro y la micro, con el fin de encuadrarla dentro de la política fiscal que aplica el Estado mexicano para promover a las entidades federativas, creo que la más apropiada para estos fines es la macroeconómica, misma que definiré de manera inicial a reserva de complementarla posteriormente en su sección especializada dentro de la propuesta que haga, como la capacidad que tiene una entidad federativa para promover el desarrollo socio-económico en su demarcación política; así, territorialmente hablando, debemos decir que dicha capacidad se crea aplicando el gasto público en infraestructura básica, social y/o productiva. Cuando ésta se usa en un espacio y lapso determinados, decimos que la entidad es competitiva porque institucionalmente se ha creado el entorno favorable para la inversión con seguridad y protección al medio ambiente; dicha inversión gesta el círculo virtuoso del uso de la capacidad de planta productiva instalada en la fabricación con procesos productivos apropiados de productos manufacturados con materias primas y mano de obra locales. Esta situación a su vez incrementa el empleo, fortalece el poder de compra y el bienestar de la sociedad.
Con ese referente cabría preguntarse si la política fiscal ha logrado lo anterior en el periodo 1998-2008. Para contestarla se utilizarán algunos indicadores con los que podremos verificar si son competitivas las entidades no comprendidas en el México histórico y en la frontera norte de México.
Aportación al PIB.
Así, de conformidad con datos del Censo de Población y Vivienda de 2010 y de otras fuentes estadísticas, diremos que son 18 entidades las “atrasadas”, las cuales son: Aguascalientes, Campeche, Chiapas, Colima, Durango, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas, que el año 2009 aportaron el 27.8% del PIB del país; dicho indicador promedio por entidad federativa fue de 123,277 millones de pesos constantes, inferior al promedio nacional de 249,290 millones de pesos constantes, cuya base fue el año 2003.
Infraestructura de asistencia médica.
En 2010 contaban con el 33.9% de la población derechohabiente, cuyo número promedio fue de 1, 367,055, cantidad menor al promedio nacional de 2, 266,078 personas por entidad federativa. En este sentido conviene agregar que su número promedio de médicos fue de 3,632 en tanto que en el país fue de 5,922, es decir, cada una de ellas tuvo 37% menos de cobertura clínica-hospitalaria.
Infraestructura agrícola.
En lo que se refiere al número de hectáreas sembradas de riego, las 18 entidades “atrasadas” registraron un menor promedio: 112,777, dado que el promedio de las 32 entidades federativas ascendió a 175,930 hectáreas; ésta situación pone de relieve que tuvieron un menor el gasto público aplicado en el mejoramiento de la competitividad en el campo ya que posiblemente se aprovecha en ellas una menor superficie de terreno debido a que es reducida su infraestructura agrícola productiva.
Formación de recursos humanos.
Con respecto a la formación de recursos humanos, estas entidades albergaron el 25.9% de la población mayor de 18 años y más con posgrado; en promedio contaban con 12,923 personas con este nivel de estudios, muy inferior al promedio nacional que fue de 28,049 con este perfil académico. El corolario del insuficiente apoyo fiscal a la educación en estas demarcaciones territoriales en el año de 2010 se manifestó en que el grado promedio de escolaridad de su población fue de 8.3 años, inferior al promedio nacional observado de 8.6 años (ello no significa que 8.6 años sea apropiado, por supuesto que también es bajo comparado con la comunidad internacional).
Nivel de pobreza.
Según CONEVAL en su estudio “Medición de la pobreza extrema 2010 (El universal del 30 de julio d 2011, pp.A8) de 2008 a 2010, Oaxaca registró un aumento de 2.3 a 2.6 millones de personas “en pobreza” ; en Querétaro aumentaron en 32 mil más “en pobreza extrema” y en Yucatán, en 35 mil más, también en “pobreza extrema”.
Analfabetismo.
Si la referencia es (El Universal del 7 de agosto de 2011, pp. A8) que el promedio nacional de analfabetismo por entidad fue del 7% de su población, cifras recientes indican que en Campeche el analfabetismo representa el 8% de su población; que en Colima es del 5%; en Chiapas, del 18%; en Guerrero, del 17%, Hidalgo, 10%, Oaxaca, 16%; Puebla, 10%; San Luis Potosí, 8%; Tabasco, , 11%; Yucatán,9%; es decir en 9 de las 18 entidades clasificadas como deprimidas con respecto al resto del país, 7 de cada 100 personas son analfabetas
En conclusión, aquí como en los otros “dos Méxicos” es necesario revisar la política fiscal no solo para igualar oportunidades económica y regionalmente, sino también para reducir el riesgo de perder la paz y seguridad social, puesto que:
1.- Se mantiene la saturación de empresas manufactureras en el altiplano mexicano;
2.- Las grandes empresas industriales se redujeron en el Distrito Federal y el Estado de México y aumentaron en la frontera norte de México, exceptuando a Chihuahua y Sonora ;
3.- Es mayor el número de empresas pequeñas y medianas que desaparecieron en el altiplano que en la franja fronteriza con EEUU;
4.- Proliferaron las micro empresas manufactureras, ¿Símbolo de éxito de la política fiscal de apoyo al desarrollo empresarial o única opción para obtener un ingreso en México?
5.- Los mínimos de bienestar no se han distribuido equitativamente en el territorio conformado por la federación de estados libres y soberanos, en virtud de que a nivel “per cápita” se observa que cada demarcación política registra distintos grados de infraestructura básica (hectáreas de riego), social (educación y salud) y productiva (PIB y número de empresas):
6.- Estos desequilibrios ponen de manifiesto la necesidad de profundizar en este tipo de estudios para mejorar el apoyo institucional al desarrollo socio-económico equilibrado de las regiones que integran México.