El informe del BID llega a las siguientes conclusiones y recomendaciones, las que deberían ser conocidas por las Mpymes y tomadas en cuenta por el gobierno:
1. En la estructura empresarial boliviana predomina el sector de microempresas. Dentro de este sector existen, a su vez, las microempresas productivas con posi-bilidades de desarrollo y las microempresas de subsistencia. El sector predominante son las segundas, que se crean más bien como amortiguadores de desempleo, cuya ventaja comparativa es precisamente la informalidad. Este segmento debe ser consi-derado más bien como parte de la política social de lucha contra la pobreza que como un sector vinculado a la estructura productiva del país.
Esta primera recomendación nos parece muy pertinente, sobre todo si nos orienta a considerar que las microempresas de subsistencia no son un indicador de desarrollo empresarial, sino un modo de sobrevivir en medio de la pobreza. Una de las políticas del gobierno debería centrarse en la ayuda para que este tipo de empresas pueda formalizar su condición de tal. Lo que dice el informe es muy cierto: la informalidad es la ventaja comparativa de estas microempresas, es necesario que eso cambie. El modelo DELC es el medio más adecuado para ese tipo de cambio.
2. Ambos tipos de microempresas son importantes. Por una parte, están aquellas (subsistencia) que generan empleos (o subempleo) y una producción con escaso o nulo valor agregado y otras que no solo generan empleo sino también valor agre-gado y poseen potencialidades de desarrollarse como empresas, a través de su capacidad de vincularse a cadenas productivas. Estas cadenas productivas facili-tarían el acceso de esas empresas a la tecnología, al crédito y al mercado, permi-tiendo su formalización y crecimiento. No obstante la política sectorial debería insistir en la capacitación de los recursos humanos de este sector, aumentar el nivel de competitividad, facilitar la incorporación de mejoras tecnológicas y cooperar en crear incentivos para la comercialización como el ATPDEA.
En relación a la creación de empleos por parte de las microempresas de subsisten-cia, recordemos que el modelo DELC ha propuesto un nuevo concepto de empleo: una persona está empleada cuando trabaja las horas reglamentarias completas y el ingreso obtenido por su trabajo le alcanza para satisfacer sus necesidades básicas, por lo menos.
3. Buena parte del sector microempresas es abiertamente informal, su productividad es muy baja, sus posibilidades de adquirir economía de escala son limitadas, la iniciativa empresarial y la calificación de sus trabajadores son bajas. Por consi-guiente, su rol principal se reduce a servir de colchón o amortiguador social al desempleo. Según la experiencia, dentro de este sector existen algunos nichos de estas empresas con alto potencial de crecimiento e inserción en los mercados interno y externo.
El modelo DELC es el único que podrá lograr que estas empresas se integren a la cadena productiva, debido a la participación común entre el Estado, la Empresa y la Sociedad Civil.
4. Las propuestas van dirigidas fundamentalmente al tipo de microempresas pro-ductivas con capacidad de inserción en el mercado y las PYMES. Así también dichas recomendaciones se clasificarán en las principales áreas que afectan al ambiente de las MPYMES
El DELC no dejará huérfanas a las microempresas de subsistencia, pues todos sus miembros tendrán la oportunidad de cambiar de fuente de ingresos hacia otras actividades o lograr trabajo en calidad de asalariados.
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