Dra. Carolina Gómez Hinojosa
Dr. Eduardo Alberto Gutiérrez Medina
Dra. Sandra López Reyes
Dr. Rodulfo Mundo Velásquez
Introducción
Son muchas las aportaciones de México al mundo, pero entre las más importantes y significativas están el cacao y el chocolate; los antiguos mexicanos cultivaban la planta del cacao desde mucho tiempo antes de la llegada de los españoles y era tan preciada que se utilizaba como moneda de cambio. El maíz también tiene su origen en México y es la base de la tradicional comida mexicana. La calabaza, el nopal, el aguacate, la flor de noche buena y la dalia, son también, entre otros, importante productos de origen mexicano y, por supuesto, mención especial merece el chile, que ahora su consumo se ha expandido por todo el mundo.
México es un país de una extraordinaria riqueza gastronómica; cada estado, cada región y cada pueblo de nuestra República cuentan con una amplia lista de platillos únicos ya que conforme va cambiando el medio geográfico y el paisaje, los olores y sabores nos ofrecen distintos picores, dulzuras, espesores, temperaturas, olores, sabores y colores lo que permite tener una gran variedad de platillos y, a la vez, poseer una configuración gastronómica propia.
En resumen, la gastronomía permite establecer un plan para mejorar la calidad de la comidas, razón por la cual ya es parte de la promoción turística. Desde luego también comprende los programas de mejoramiento de la calidad de los vinos, en aquellos países que aún no tienen imagen en este terreno, pero que a corto o mediano plazo si la pueden llegar a adquirir, como podría ser el caso de México, en donde los vinos ya son solicitados cada vez más por los turistas, por la calidad que han alcanzado.
Esta investigación está basada en la gestión mercadológica como estrategia de difusión de la bebida del pozol de Chiapa de Corzo, buscando definir las acciones mercadológicas adecuadas para darle una mayor difusión a esta bebida milenaria.
Consideramos que actualmente en el estado de Chiapas no se ha dado la adecuada difusión de la bebida típica “el pozol” del Estado a un nivel nacional e internacional, de tal forma creímos que era muy importante realizar esta investigación, y en base a los resultados obtenidos, crear estrategias de difusión de la bebida hacia los mercados locales, nacionales e internacionales; y tener una nueva opción más para degustar una exquisita bebida típica, que provoque atracción para los turistas y con esto visiten mas el estado de Chiapas.
La contextualización del objeto de estudio se centró principalmente en el municipio de Chiapa de Corzo sin dejar de incluir otras regiones donde la bebida es muy apreciada.
En el análisis concluimos que una de las causas por las cuales las tradiciones no se conservan y poco a poco se van perdiendo, esta generada por el efecto de la globalización, ya que en la actualidad la falta de interés por parte de los jóvenes en las tradiciones y la ignorancia de los lugareños generan que los turistas no estén completamente informados sobre las tradiciones del lugar afectando la difusión de las tradiciones.
En el estado de Chiapas se puede dar difusión a innumerables productos turísticos que ahí se generan, pero el caso particular de esta investigación es el Pozol, una bebida elaborada a base de cacao y maíz, la cual fue heredada de la cultura maya.
La región en donde se basa la investigación fue primordialmente el municipio de Chiapa de Corzo, ya que creemos que no se le ha dado una buena difusión a esta bebida teniendo como punto de reunión de turistas nacionales y extranjeros el patio trasero de la Iglesia de Santo Domingo donde las vendedoras ofrecen además del pozol dulces típicos regionales.
La finalidad del desarrollo del trabajo de investigación está enfocada a que el turismo nacional y extranjero tenga conocimiento de la bebida típica el pozol, con el propósito de que exista un mayor consumo y reconocimiento de la bebida, así también fortaleciendo la imagen de Chiapas con la bebida del pozol, como bebida representativa del Estado, además de organizar e implementar medios de difusión que facilite el reconocimiento de la bebida del pozol creando estrategias que estimulen al turismo nacional y extranjero al consumo de esta bebida típica.
Objetivo general
El objetivo de esta investigación fue gestionar un mayor consumo de la bebida del pozol a través de la difusión en de los turistas nacionales y extranjeros, identificada como bebida típica regional que contribuya al posicionamiento del estado de Chiapas por su gastronomía.
Gestionar el desarrollo gastronómico de Chiapas, impulsando la bebida del pozol como bebida representativa; de esta manera, ofertar al turista una opción más de la gastronomía típica chiapaneca, resaltando las ventajas nutricionales que proporciona.
Objetivos específicos
El objetivo específico de esta investigación estuvo enfocado principalmente en fortalecer la imagen de Chiapas con la bebida del pozol, como bebida representativa del Estado, organizando e implementando medios de difusión que faciliten el reconocimiento de la bebida del pozol, creando estrategias que estimulen el consumo de esta bebida típica.
Historia del Cacao
(Reyes, 1992) En la bruma de la misteriosa antigüedad cuando el tiempo comenzó, la tierra era un jardín de vida con perfecta armonía; un jardín al que los dioses dotaron de esplendida abundancia. Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas aparecieran sobre los creadores y formadores.
Quetzalcóatl, gran maestro de la luna y de los vientos, jardinero del paraíso, regaló a sus amigos, los hombres, lo que había descubierto en los campos luminosos de los hijos del sol: el queachahuatl o árbol del cacao y de esta manera, los hombres se llenaron de alegría.
Esta leyenda, tomada de la tradición oral indígena, así como los vestigios arqueológicos y los relatos de los conquistadores maravillados, se entretejen para contarnos una fascinante historia: la historia del cacao. Su origen misterioso, que dio pie a varias y hermosas leyendas de las culturas mesoamericanas; su utilización en ritos religiosos prehispánicos y al poder que se le atribuía como medicamento; el lugar central que ocupo en las transacciones comerciales como moneda; la fabricación del chocolate, bebida original de los dioses que la conquista generalizo en todo el mundo; su posterior industrialización como alimento precioso en diferentes presentaciones: todo esto y más nos lleva a afirmar que a través de los siglos se ha conformado una cultura del cacao (equiparable cuando menos a la cultura del maíz), firmemente enraizada en el suelo mexicano.
Y si con el tiempo las manifestaciones económicas y culturales que se han producido en torno al cacao han sufrido cambios importantes, surgiendo nuevas y perdiéndose otras, que sucumbieron frente a la modernidad y las nuevas costumbres, el cacao sigue conservando un lugar privilegiado, mas en la cultura que en la economía mexicana.
Efectivamente, en términos económicos, la producción nacional del cacao, aunque ha venido en aumento en los últimos años, muy remotamente alcanzaría la significación que tuvo en el mundo prehispánico y en las primeras décadas posteriores a la Conquista.
Sin embargo todavía hoy constituye, como antaño, una referencia obligada de nuestra cultura. Pero además, el cacao ha conquistado un lugar único en el mundo como alimento que nutre al cuerpo y alegra al corazón; fruto privilegiado de la naturaleza, favorito de los seres humanos de todas las latitudes y de todos los tiempos.
El cacao es originario de América. Desde hace muchos siglos se encontró en estado silvestre en la cuenca superior del rio amazonas. Sin embargo, su cultivo y domesticación se iniciaron en lo que hoy constituye el sur de México y el territorio de Guatemala. Esta parece ser una opinión generalizada, pero hay también quien asegura que el cultivo sistemático del cacao se inicio en un lugar preciso del actual estado mexicano de Chiapas llamado Cacahoatan, donde existían evidencias arqueológicas que parecen fundamentar esta tesis.
Olmecas, mayas, toltecas, aztecas y casi todos los grupos mesoamericanos, reconocían en el cacao propiedades que se antojaban divinas, por lo exquisito de su aroma y sabor, por su sugerente forma de corazón humano, por sus propiedades nutritivas y medicinales.
Era inevitable que el cacao se le asociara con los ritos y las creencias religiosas. El propio origen etimológico de este vocablo no deja de estar impregnado de cierta relación con los sacrificios humanos dedicados a los dioses.
Mientras que el fruto del cacao representaba simbólicamente al corazón, el chocolate hacia las veces de la sangre. En un canto recogido por Fray Bernardino de Sahagún, la palabra cacahuatl es empleada, literalmente, como corazón de los sacrificios. El chocolate, preparado a base de cacao, era bebida indispensable al finalizar las ceremonias de los sacrificios religiosos.
El botánico y naturalista sueco Carlos de Linneo fue sensible a esta percepción que tenían los antiguos indios sobre el origen del cacao, ya que en 1737 dio el nombre de Theobroma al género de plantas al que pertenece el árbol del cacao. Esta palabra en griego significa “manjar de los dioses”.
En la época prehispánica el cultivo y la utilización del cacao en la vida social, económica, política y religiosa de los pueblos mesoamericanos constituyó un elemento de fundamental importancia en la configuración de la cultura prehispánica.
Como en el caso del maíz, el desarrollo de su cultivo era paralelo al de la sociedad civil y a las diferentes formas de organización estatal. Según las relaciones geográficas del siglo XVI, las regiones donde se producía cacao coinciden con aquellas en donde se desarrollaron centros ceremoniales, tales como Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Morelos, Guerrero y Michoacán.
El cultivo del cacao y la organización de gobierno iban de la mano, a tal punto que el cacao adquirió relevancia tanto en las regiones donde se producía como en las que no se producía, pues además de cumplir funciones propiciatorias con relación a las deidades de la naturaleza, jugaba un papel económico de gran importancia, siendo este hecho una imposición de los sacerdotes hacia el resto de la comunidad, en su calidad de responsables directos de la producción del cacao.
Existen evidencias contundentes de que tanto en la cultura maya como en la desarrollada por los aztecas en el altiplano central, el cacao estuvo presente en múltiples formas: no solo como alimento y bebida, sino como parte importante de la ideología, la cultura y la vida social.
Según los relatos de Fray Diego de Landa, los comerciantes yucatecos tenían especial veneración por ciertos dioses: Ek Chuah, era el dios del cacao y recibía un culto muy especial, ya que los comerciantes tenían por moneda principal este producto.
El cacao aparece también como parte importante de los alimentos que se ofrecían a los invitados en los nacimientos y matrimonios. Regalo imprescindible al pedir una doncella a los pueblos sometidos a través del Códice Mendocino y de la matricula de tributos, sabemos que en el tiempo de Moctezuma, México y sus aliados obtenían como tributo de la cosecha de cacao de las regiones sometidas hasta 980 cargas, poco mas de 22 toneladas por temporada. La provincia del Soconusco, en Chiapas, era región que contribuía con la mayor cantidad de cacao. Este cumplía una doble función en el imperio azteca: servir de moneda o medio de intercambio y constituir la materia prima de una bebida sumamente preciada y solicitada entre los pueblos del altiplano. La importancia que tenía el cacao entre los aztecas, queda demostrada por la existencia de una “casa de cacao” que pertenecía a Moctezuma. Una especie de tesoro resguardado que, según Fray Juan de Torquemada, ascendía a más de 40 mil cargas.
Desde mucho antes de la conquista, los pueblos de México basaron en la semilla del cacaotero un sistema monetario bastante completo cuya unidad era el número de 20, como es de suponer, su poder de compra variaba.
En la colonia la irrupción de los conquistadores en las naciones colonizadas provoco, paulatinamente, la transformación de una cultura milenaria, en la que el cacao ocupaba un papel relevante. En su cuarto y último viaje a las Indias Cristóbal Colón protagonizo el primer contacto de que se tiene noticia entre el cacao y el mundo europeo.
En el año de 1502, Colón partió a Cádiz hacia las Indias y después de una escala en la Martinica, llego en el mes de julio a una isla llamada por los indígenas Guanaja, a la que el bautizó con el nombre de Isla Pinos. Fue precisamente en ese lugar, de acuerdo al relato de Bartolomé de las Casas, donde Colón encontró una enorme barca indígena impulsada por veinticinco remos, seguramente comerciantes, que transportaban innumerables productos, entre los que se encontraban los granos de cacao.
En 1520, Cortés solicitó a Moctezuma que le mandara hacer una estancia en donde hubiera “dos mil pies de cacao”; evidentemente el conquistador quería resolver el problema de la falta de dinero para asegurar su próxima expedición. Había llegado a comprender que el cacao era un medio seguro para procurarse oro y otras riquezas.
Cortés volvió a España en 1528 llevando consigo los frutos del árbol del cacao, que rápidamente suscitaron un gran interés entre los botánicos. Sin embargo, aunque puede considerarse este año como la fecha de la llegada del cacao al continente Europeo, el desarrollo de su comercio fue posterior. Al principio se le tuvo como una curiosidad y pocos eran los que se atrevían a probarlo. Debieron pasar algunos años, durante los cuales se extendió su cultivo a América del sur y se generalizo su consumo entre los españoles llegados de Europa, antes de que en 1585 partiera procedente del puerto de Veracruz, el primer cargamento de cacao rumbo a España.
Y fue precisamente a fines del siglo XVI cuando empezó a utilizarse la palabra chocolate. Lo mismo entre los indígenas que entre los españoles. Recordemos que antes de la conquista, la bebida preparada con los granos de cacao se llamaba cacahuatl.
Violentas y excesivas, las pesadas cargas tributarias contribuyeron a la desintegración de poblaciones enteras, como fue el caso del Soconusco, como ya se había visto, era populoso y el principal proveedor de cacao en el tiempo la dominación azteca. El Códice Mendocino contiene una lista de tributos y revela que de 980 cargas anuales de cacao que llegaban a Tenochtitlan, 400 provenían del Soconusco.
En 1737, al conmutarse los tributos en especie por dinero, los indígenas fueron obligados a pagar 18 pesos y 6 reales por cada carga de cacao que no pudieran entregar. En 1774, según el obispo del lugar, ya no había en el Soconusco más que tres pueblos suficientes capaces de producir un tributo de cacao.
Por otro lado, el sistema monetario español fue adoptado rápidamente por los indígenas. La transición a una economía monetaria supuso, al principio, valorar las monedas españolas a tasa regulares respecto a los granos de cacao y a otros medios de cambios indígenas. De esta manera, el trueque, las monedas de cacao y las metálicas coexistieron en los mercados durante toda la época Colonial.
Como la forma de contar del antiguo sistema mexicano era difícil y daba lugar a abusos, el 28 de enero de 1527 se prohibió: “vender cacao por cuenta, salvo por medida sellada con el sello de la ciudad”. Sin embargo, esta medida causo gran descontento entre los indígenas, por lo que en octubre de 1536 se mando a vender de contado. Lo que le daba valor numeral al cacao no era su tamaño sino su clase, forma y sobre todo, la sanción de la autoridad política que fijaba su valor y las formalidades de su cambio.
El uso de los granos de cacao en relación con los reales españoles declino considerablemente a través de los años, llegado a una relación de 80 a 1 a fines del periodo Colonial. En sitios remotos, el cacao sobrevivió en calidad de moneda hasta el mediado del siglo XIX.
Vista desde este ángulo la Conquista tuvo un efecto negativo en la producción de cacao, en lo que respecta al actual territorio mexicano. A partir de 1540 se inicio la crisis de cacao, siendo las más afectadas las regiones de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz y la costa de Guatemala. La exportación y cultivo del cacao se fue desplazando lentamente hacia el sur, donde la fuerza de trabajo era más productiva en cuanto a tributo, y había más fácil acceso al océano Atlántico.
Sin embargo, cuando se consolidaba el comercio internacional, hacia fines del siglo XVIII, la producción de cacao en México estaba en franca decadencia. La apreciación que en 1808 hiciera al respecto Alejandro de Humboldt es bastante ilustrativa:”…..hoy en día el cultivo del cacao está casi del todo descuidado. Apenas se encuentran algunos pies de este árbol en la inmediaciones de Colima y en los márgenes del rio Coatzacoalcos. Los acahuales en la provincia de Tabasco son de poca consideración: y todo el cacao que necesita el reino de México para su consumo lo obtiene del de Guatemala, de Maracaibo, Caracas y Guayaquil.
Durante toda la época colonial, el cacao como bebida y como alimento, siguió siendo un elemento de suma importancia en la Nueva España, y poco a poco conquistó los inexpertos paladares de los europeos que lo conocían por primera vez.
Las opiniones sobre las virtudes del chocolate estuvieron al principio divididas entre quienes lo consideran “debida digna de un rey” y los que lo juzgaban “un aperitivo peligroso y a la vez un alimento pesado, bueno para los estómagos de los indios”. Estas opiniones encontradas se mantuvieron aun después de que se mejoro su condimentación.
En efecto, durante los primeros años de la conquista de los españoles modificaron las recetas primitivas para preparar el chocolate. Al aparecer, lo primero que se le añadió fue azúcar, con el objeto de eliminar lo amargo del cacao, y se mezclo gradualmente con canela, pimienta, anís y ajonjolí, provenientes de España.
El cacao se preparaba de diferentes maneras, hechos muy delicadamente, como son, cacao hecho de mazorcas tiernas de cacao, que es muy sabroso de beber; cacao hecho con miel de abejas; cacao hecho de colorado, cacao hecho de bermejo, cacao hecho de naranjado, cacao hecho negro, cacao hecho blanco.
Y dándolas en jícaras con que se bebía y son de muchas maneras, unas son pintadas con diversas pinturas y sus tapaderos muy ricos y sus cucharas de tortuga para revolver el cacao; otras maneras de jícara pintadas de negro y también sus rodetes hechos de cuero de tigre o de venado para sentar o poner esta calabaza o jícara.
Usaban también unas redes hechas a manera en que se guardaban estas jícaras; usaban también unas jícaras agujeradas para colar el cacao; usaban también unas jícaras más grandes en que se alcanzaba el cacao.
Parece existir el acuerdo de que el cacao proviene de cacahuatl o kakawatl, como quiera verse. En lo que no se ponen de acuerdo los autores es respecto al origen del vocablo, ya que mientas algunos sostienen que se trata de una palabra náhuatl, otros le otorgan la paternidad maya.
Ignacio Dávila Garibi, apoyado en diferentes autores, sostiene que el vocablo cacao es un préstamo que el maya le hizo al náhuatl, y que con el se formo la voz hibrida cacaoatl, según la ortografía del siglo XVI, o cacahuatl, según se acostumbra a escribir actualmente “Que cacao (maya) y atl (náhuatl), son las raíces del cacahuatl, lo puede advertir sin esfuerzo alguno, hasta el que apenas empieza a estudiar las raíces nahuas.
Precisando un poco el origen del vocablo, el lingüista Ignacio Alcocer, en su estudio “El español que se habla en México”, deriva también cacao de cacahuatl, pero se inclina a creer que los aztecas no tomaran directamente el vocablo del maya sino del zoque. Textualmente dice: “En zoque, lengua del estado de Tabasco, lugar importante como productor de cacao, lo llaman cacahua, de donde quizás los mexicanos tomaron la voz”.
Pero después de todo, ¿Cuál es el significado original del vocablo cacao? ¿Qué quiere decir?
Sobre esto existen dos opiniones encontradas. Dávila Garibi apoya la opinión del filosofo Marcos E. Becerra, quien afirma que el cacao es un producto mayano y que las raíces del vocablo kajkab, también lo son; que kaj significa amargo y kab jugo, de modo que cacao dice tanto como jugo amargo. Indudablemente que esta ultima etimología además de ser muy clara está enteramente de acuerdo con la realidad, pues tanto el grano como las tablitas de chocolate y la bebida este mismo nombre, que son producto del cacao, tienen un sabor amargo muy agradable.
Por su parte, en la Enciclopedia de México si bien comparte el origen maya del vocablo, difiere directamente con el significado anotado anteriormente: “Etimología: la voz maya cacau pasó al náhuatl como cacáhuatl (tal vez a través del zoque cacahua) y a la mayoría de las lenguas europeas casi sin alteración”.
Los antecedentes del pozol bebida tradicional y tema de interés de esta investigación, indica que en la época prehispánica, el pozol fue muy apreciado entre los antiguos habitantes de estas tierras por ser un nutriente de resistencia para los viajeros indígenas. Éstos sabían de su importancia porque alimentaba, mitigaba la sed en estas zonas de mucho calor y perduraba sin echarse a perder. Su preparación requería de las virtudes culturales y la sapiencia de las mujeres quienes elaboraban el pozol en sus piedras de moler.
(Ruz, 2001) En diversos escritos de la época colonial, los europeos que anduvieron por estas tierras dieron cuenta del pozol como bebida agria de los indios que los hacía resistentes al calor. Hacia 1579, en las Relaciones Histórico-Geográficas de la Alcaldía Mayor de Tabasco se hace referencia a la bebida tabasqueña y consigna lo siguiente: “Tenían por costumbre especial los indios chontales, no comer sino sólo beber, y si comían era muy poco y bebían una bebida que se hace de la moneda suya, que es el cacao, de suerte que se hace un brebaje algo espeso, y asimismo otro de maíz cocido que se dice pozol... hacen algunos de estos acedos para beber en temporada de calores, porque es fresco y esto es lo más sano”
En otros lugares del sureste como Chiapas y Oaxaca, se apreció el valor alimenticio del pozol. Sobre los usos del cacao en Oaxaca y en referencia al pozol, por el año de 1763, en su Diario del viaje a la Nueva España, Francisco de Ajofrín escribió: “En esta provincia usan los indios una bebida que llaman pozol, compuesta de cacao y maíz con algunos otros ingredientes, de que hacen una masa blanca que beben desleída en agua fría y tiene un agrito no desapacible. Llevan esta masa en los caminos con algunas tortillas de maíz, que es toda su prevención para viajar”
Pero no sólo los hispanos llegaron a escribir acerca del pozol. También los piratas holandeses, ingleses y franceses que durante la Colonia asediaron este territorio, lo conocieron. Dejemos que sea el famoso pirata inglés William Dampier quien nos hable de los indios y el pozol hacia 1680……. “Si viajan dos o tres días cargan con un poco de este maíz molido, envuelto en una hoja de plátano, y con guaje a la cintura para hacer su bebida; no se preocupan más por vituallas hasta que vuelven a casa. Esto se llama pozol; poorsoul para los ingleses. Es de tanta estima, que nunca falta en sus casas”
(López:24) La palabra “pozol” viene de: pozol-e; pozolli: espuma, e: “que tiene espuma”. Pozol atl: “Bebida de maíz cocido”.
Esta bebida contiene nixtamal cocido, molido y mezclado con cacao y azúcar mezclados con agua. Para empezar se pone a cocer el maíz con la cal y suficiente agua hasta que hierva y reviente, después se lava perfectamente para eliminar el exceso de la cal y se muele a término medio, luego se amasa mezclándole el cacao y azúcar para después de que este bien mezclado formar unas bolas de masa a lo que se llama el pozol de cacao.
Tipos de Pozol
Pozol blanco
Se cuece el maíz (aproximadamente 7 kilos) por 1 hora en 20 litros de agua y 250 g. de cal, después del cocimiento, se lava varias veces para quitar la cal.
El segundo cocimiento se hace en 30 litros de agua hasta que esponje o reviente el maíz. Se escurre toda la noche y se muele en molino de mano hasta obtener una masa que se pueda manejar con la mano y se forman bolas de aproximadamente 85 grs. esta es la manera en que se vende el pozol.
Pozol de cacao o pozol negro
Se elabora de misma manera que el pozol blanco, pero a la masa se le agrega una pasta a base de cacao retostado y molido al que se le adicionan progresivamente las siguientes especies: canela 2%, jengibre 10% y pimienta 1%.
Una vez terminada la elaboración del pozol, este se coloca en una canasta y de esta manera se expende en los mercados.
La bebida de pozol tiene un gran valor nutrimental, tal como se especifica en las siguientes tablas:
Tabla No. 1 Valor Nutricional del Pozol blanco
INFORMACIÒN NUTRIMENTAL |
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Unidad de medida |
Kcal |
Hidratos de carbono |
proteínas |
lípidos |
Maíz blanco |
60g |
201 |
39 |
6.6 |
2.7 |
Fuente: Pérez, Ana B; Palacios, Berenice; Castro, Ana L., Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes, editorial Ogali, tercera edición.
Tabla No. 2 Valor Nutricional del Pozol de Cacao
INFORMACIÒN NUTRIMENTAL |
|||||
|
Unidad de medida |
Kcal |
Hidratos de carbono |
proteínas |
lípidos |
Maíz blanco |
60g |
201 |
39 |
6.6 |
2.7 |
Cacao |
12g |
72 |
2.6 |
2.1 |
6.5 |
Canela |
1cta. |
5 |
1.6 |
0.1 |
0.1 |
Tortilla |
1pza. |
64 |
13.6 |
1.4 |
0.5 |
Fuente: Pérez, Ana B; Palacios, Berenice; Castro, Ana L., Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes, editorial Ogali, tercera edición.
Actualmente los precios al público del pozol que se manejan en el municipio de Chiapa de Corzo, son: de $25.00 por jícara en el local que se encuentra situado a un costado del ex convento Santo Domingo de Guzmán , y de $15.00 y $10.00 por jícara, en el local que se encuentran ubicados en el interior del mercado municipal.
La manera tradicional de servir El Pozol, es en jícara. La Jícara es un recipiente de origen natural, comúnmente hecha a partir del fruto jícaro, o bien de la corteza del fruto de la calabaza. El origen del vocablo se remonta a tiempos prehispánicos, siendo originalmente "xicalli". Numerosas derivaciones o deformaciones fonéticas degeneraron posteriormente en el valenciano "xicra", cuyo fonema terminó adaptándose a la palabra actualmente conocida, “jícara”. Originalmente usada por los aztecas para servir y tomar chocolate, actualmente es muy usada para servir y mantener frías muchos otros tipos de bebida; es muy usual encontrarla en el sureste de México, en la zona sur de Tabasco o en toda la zona centro de Chiapas, e incluso al norte de Centroamérica; suele usarse para servir la tradicional esta bebida; "pozol". Por hábito, es común asociar el pozol a la jícara, puesto que en la zona centro de Chiapas es generalmente servido en estos recipientes naturales.
El pozol de cacao, se degusta con azúcar, mientras que el pozol blanco, se acostumbra degustar de dos maneras:
1.- Con azúcar
2.- Sin azúcar, y se acompaña con chile habanero, dulces regionales, mango verde con chile sal y limón.
Pozol y turismo
La importancia de la gestión mercadológica como estrategia de difusión de la bebida del pozol de chiapa de corzo, estriba en que como producto natural, preparado para su consumo, como ha quedado descrito con anterioridad, representa para el estado de Chiapas una alternativa de posicionamiento en el mercado del turismo.
De igual manera que se utilizan los atractivos naturales y culturales tradicionales que ofrece el Estado, este alimento bebida, puede lograr ser en el corto plazo, un atractivo gastronómico más que sumados a todos los tradicionales, permitan que Chiapa de Corzo en especial, pero cualquier otra ciudad del Estado, consoliden los productos turísticos de atracción a los turistas.
De manera normal, cuando los turistas visitan ciertos lugares del país, lo hacen en atención a los atractivos naturales, culturales y gastronómicos tradicionales conocidos por la difusión realizada, de manera que, en la medida que la bebida pozol se conozca como representativa de Chiapas, se sume a las fortalezas que ya de por si se conservan y ofrecen a los turistas, procurando incrementar la afluencia a lugares específicos generando una derrama económica para beneficio de la población.
Conclusión
Con el transcurso del tiempo y con la aparición de nuevos productos en el mercado, se han ido perdiendo muchas tradiciones y costumbres de los municipios del estado de Chiapas, especialmente en lo que se respecta a su gastronomía.
Los efectos de la globalización han generado que esta bebida típica sea sustituida por bebidas embotelladas, debido a que la bebida de pozol no cuenta con suficiente difusión como lo cuentan otras bebidas.
Se identificó que la bebida el pozol, si se conoce dentro de la población, pero este conocimiento ha sido adquirido de persona en persona, con los lugareños, quienes continúan su consumo, pero sin beneficio del turismo.
Algunos turistas conocen la bebida, pero no conocen de donde es originaria, su historia y mucho menos los beneficios que este aporta, cabe mencionar que dicho problema es ocasionado por la falta de información ya que no existe una fuente donde se pueda conocer todo lo referente a esta bebida típica.
La importancia de que “El Pozol” como bebida típica, sea más difundida, tanto a nivel nacional como internacional, tendrá un mayor crecimiento en su consumo, y el turista que visite Chiapas ya tendrá información y conocimiento previo.
Los resultados que esta investigación arrojo, indican que debe ser más difundida y se den a conocer a todos los niveles, en especial a los jóvenes.
Propuestas
Es importante implementar algunas estrategias que permitan contribuir al posicionamiento del pozol como atractivo gastronómico de Chiapas, para lo que se propone lo siguiente:
a).- Es necesaria la creación y difusión de una pagina web dedicada al pozol donde se pueda ofertar la bebida y proyectarla a la población en general, mostrando sus orígenes y sus características alimentarias.
b).- A través de la Secretaria de Turismo, dirigirse a los restaurantes que comercializan la comida tradicional, para que coloquen en su menú, la bebida típica El Pozol y promoverla.
c).- Hacer del conocimiento de las personas, mediante folletos, insertos en páginas y medios masivos de comunicación, las diferentes presentaciones en las que se puede encontrar la bebida típica El Pozol y sus beneficios nutricionales.
d).- Ofrecer cursos de manejo higiénico de alimentos por parte de SECTUR a las actuales vendedoras de pozol, ya que los lugares donde se ofrece y consume esta bebida, son puestos ambulantes y en locales de mercados, lo que provoca desconfianza en el turista sobre la higiene con la que se prepara la bebida.
Bibliografía
On line
http://cocinandocontodoslossentidos.blogspot.com/2008/02/jcara.html
En eumed.net: |
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