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Resulta necesario y emergente una nueva arquitectura monetario-financiera internacional, dado el estado de crisis sistémica y estructural del capitalismo contemporáneo.
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Las recurrentes crisis financieras son elementos subyacentes del sistema monetario y financiero internacional dominado por el dólar americano, haciendo indispensable para América Latina y el Caribe la reforma inmediata de algunas instituciones, así como un nuevo planteamiento de los principios rectores de la economía regional y mundial.
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Iniciativas creadoras como el Banco del ALBA y el Banco del Sur deberán ampliar su radio de acción y consolidar sus proyectos, para animar la nueva arquitectura financiera con capacidad para instrumentar una moneda común, armonizada al nuevo modelo productivo que viabilice una mejor inserción del Sur en la división internacional del trabajo.
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La adopción de una unidad de cuenta común, supondría una progresiva desdolarización de las relaciones económicas intrarregionales y sería a su vez el primer paso que permitiría avanzar, con posterioridad, en el proceso de integración monetaria mediante la creación de lo que podría llegar a ser una moneda común con emisión física y circulación real.
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La capacidad que tendría cada país de compensar multilateralmente los distintos saldos de su comercio a través del SUCRE, permitiría una aminoración relativa de sus necesidades de financiación internacional, muy a menudo condicionadas por el FMI y otras instituciones supranacionales, así como una liberación parcial de sus reservas de divisas, dotándoles de una mayor capacidad financiera. Evidentemente esta ventaja se ampliaría a medida que aumentara el número de países que se incorporasen al acuerdo.
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El SUCRE resulta en la práctica un importante estímulo para potenciar las relaciones económicas entre los países del área, cuyas economías han estado hasta el momento orientadas principalmente hacia el Norte y Europa; siempre que éste se articule en torno a los principios que rigen el ALBA, de complementariedad, cooperación y solidaridad entre las naciones, con el fin de alcanzar el buen vivir de todos los ciudadanos de la región.