Por: M.C. Oriana Zaret Gaytán Gómez
Universidad de Guanajuato
División de Ciencias Sociales y Administrativas
La idea del proyecto SIFRA surgió en la década pasada como una estrategia de combate a la pobreza con el fin de apoyar a un sector rural empobrecido, considerado como grupo vulnerable, a través del impulso del cooperativismo en el Estado de Jalisco, esto debido a que las alternativas de financiamiento se redujeron en el país, entre otras cosas, debido a los estragos de la crisis financiera surgida en el año 1994. Este proyecto se ha llevado a cabo a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER) y surge a partir del reconocimiento de experiencias internacionales en torno al micro crédito. Muchas han sido las cooperativas SIFRA que a lo largo de una década han recibido apoyos a través de este programa. En este trabajo se realizará una evaluación de los logros alcanzados por este proyecto.
A finales de la década pasada, las alternativas de financiamiento se redujeron debido, entre otras cosas, a los estragos de la crisis financiera surgida en el año 1994. Los bancos cerraron sus puertas al financiamiento, lo que ocasionó que el acceso al crédito fuera complicado para quienes pretendían emprender un pequeño negocio.
Explica Maldonado (2011) que en ese entonces se cerraron las fuentes de financiamiento para los pequeños productores del medio rural por diversos problemas, desde las secuelas de las crisis de 1995, hasta los cambios de políticas de la banca comercial y de desarrollo las cuales hicieron muy selectivo el acceso al crédito. Los gobiernos tuvieron que reaccionar ante este escenario, y el despegue de las cooperativas fue una de tantas respuestas a esta situación crítica. En el gobierno de Jalisco por ejemplo se llevó a cabo la instrumentación de un programa llamado SIFRA (Sistema de Financiamiento Rural Alternativo).
El SIFRA planteó, desde su inicio, el objetivo de llegar a los más pobres de las regiones de Jalisco y especialmente a las mujeres. Explican Medina y Florido (2010), que el SIFRA no se ha tratado simplemente de canalizar recursos al sector rural empobrecido a través de préstamos otorgados por el gobierno mexicano que repitan la experiencia de préstamos formales de bancos del Estado, en donde la mayoría de las cantidades en deuda se condonaban después de cierto tiempo, terminando en realidad como subsidios que nunca se recuperaban; ni tampoco se ha buscado con este programa que la población destinataria aparezca simplemente como receptora de la ayuda gubernamental en la concepción de un Estado paternalista.
En este programa se busca más bien la autosuficiencia, lo que significa que el programa no está destinado simplemente a dar recursos a una población pobre sino que pretende su utilización como elemento dinamizador de la economía y como recurso recuperable para la continuación y ampliación del proceso económico en la forma de una cooperativa que vive de sus propios recursos (Medina y Florido, 2010)
En el estado de Jalisco existen 12 regiones, las cuales han sido establecidas por CEPLADE; el programa SIFRA en un principio se enfocó en apoyar las regiones del norte, sur y sureste de Jalisco en donde se concentran las localidades rurales con mayor grado de pobreza y en donde la marginación es más severa. En el siguiente gráfico se presentan los nombres de las 12 regiones de dicho estado.
Gráfico No.1.- Densidad de Población Estado de Jalisco, Año 2010
Fuente: elaboración propia con base al Censo de Población y Vivienda, INEGI, 2010.
La densidad de población del norte, sur y sureste suman el 6% del total, lo que nos indica efectivamente una población pequeña, olvidada por muchos años, y a la cual se pretende con este tipo de programas fortalecer en su economía familiar, lo que podría frenar en cierta medida la emigración.
Según Angulo (2007), el principal objetivo del sistema financiero es proveer de microcréditos a la gente pobre, promover el cooperativismo y las actividades productivas dentro de esta población. Con este propósito, para 2004 ya se habían creado 1,905 grupos de cooperativas en 95 municipios del estado y 48% de los integrantes eran mujeres; según datos del SEDER, en ese año las cooperativas manejaban ya 112,551,105 pesos como “capital semilla”2 y se habían distribuido alrededor de 420 millones de pesos en créditos.
Según Kishi3 (2009), SIFRA es un sistema que busca principalmente la construcción del tejido social para consolidar el capital humano, como vía para el desarrollo sustentable de la sociedad rural, aplicando los principios del cooperativismo universal y tiene como meta el combate a la pobreza en los municipios del Estado, la población objetivo a la que va dirigido este programa es la siguiente:
En la opinión de Medina y Florido, (2010), el SIFRA ha sido diseñado como un programa que encierra tres líneas de acción y abarca los aspectos económico, social y político:
La evolución del SIFRA se ha llevado a cabo de la siguiente manera:
1 Este artículo surge de las investigaciones realizadas en el marco del proyecto de Ciencia Básica-CONACYT,
No. CB-2008-01-106985, llamado “El cooperativismo en la región centro occidente de México. Análisis, perspectivas y desarrollo ante los retos de la globalización” realizada por el Colegio de Michoacán A.C. dentro del Centro de Estudio de Geografía Humana CEGH y dirigida por el Dr. Octavio A. Montes Vega.
2 Se refiere a los recursos que el gobierno del estado de Jalisco le otorga a cada cooperativa que se convierte en un fondo de garantía.
3 Dra. Martha Patricia Kishi Suttoi, Directora General de Distritos, Secretaría de Desarrollo Rural Jalisco.
4 Como uno de los grupos prioritarios a recibir este apoyo son mujeres el componente de género femenino se encuentra en más del 50% de los socios (Medina y Florido, 2010).
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