SISTEMAS CONTABLES, FISCALES EN LAS SOCIEDADES DE PRODUCCIÓN RURAL, SOCIEDADES UNIPERSONALES, FUENTES DE FINANCIAMIENTO Y PYMES.

Rafael Espinosa Mosqueda
Emigdio Archundia Fernández
Ricardo Contreras Soto

Administración

La administración ha evolucionado de manera  acelerada, precisamente porque ha tenido que adaptarse a los requerimientos y el entorno de las organizaciones. La globalización, los avances tecnológicos, la cultura de calidad, las aportaciones en psicología, sociología, relaciones humanas, matemáticas (entre otras disciplinas y ciencias relacionadas), y principalmente la competencia libre y franca entre las organizaciones, ha detonado una necesidad de adaptación y llevado al diseño de estrategias administrativas efectivas.
Si consideramos las organizaciones como “dos o más personas que trabajan juntas, de manera estructurada, para alcanzar una meta o un conjunto de metas concretas” (Stoner, 2006, p. 6), podemos utilizar la definición que nos propone Hernández y Rodríguez (2006, p. 5) que la administración “es el proceso de planear, organizar, dirigir y controlar para lograr objetivos organizacionales preestablecidos”.
Si bien la historia de la administración como objeto de estudio es relativamente reciente (poco más de un siglo), la necesidad de ésta ha estado presente desde que existen las comunidades humanas y la realización de tareas.
La administración actual debe ser considerada una ciencia “en tanto estudia e investiga metodológicamente las variables, las constantes y causas-efecto de la eficiencia y eficacia de las organizaciones sociales productivas” (Hernández y Rodríguez. 2006, p. 5). Pero para adquirir tal estatus, la administración tuvo que transitar por procesos históricos de desarrollo, de propuestas teóricas aplicables en la práctica: las teorías administrativas (conocidas también como escuelas o corrientes), que ofrecen distintas alternativas de solución a problemas prácticos de las organizaciones.
Es generalmente aceptado por los investigadores, que la administración como ciencia, nace a partir de que la Revolución Industrial se extiende por Europa y  Estados Unidos de América; cuando la invención de máquinas de vapor modificó la forma de producir, desplazando a la manufactura manual por la fabricación en serie. Y es que el cambio que trajo consigo no fue únicamente en las formas de fabricar, sino una completa transformación en los ámbitos económico, técnico, cultural, social, e incluso político.
Al interior de las organizaciones, los administradores empiezan a buscar técnicas que les permitan el manejo eficiente de los recursos humanos y materiales: había que estar acorde a los cambios.

Los retos de la administración actual

Como toda área del conocimiento, la administración ha transitado por caminos  contrastantes -definitivamente influenciada por ideologías y estilos personales-, en su búsqueda de teorías aplicadas al funcionamiento óptimo de las organizaciones.
La evolución de las propuestas del siglo pasado, ha compensado el letargo en el que permaneció la administración en los siglos precedentes. Pero lo anterior no es de ninguna manera sorpresivo, si consideramos que el desarrollo empresarial forzosamente ha sido, es y será el motor impulsor de los avances en materia administrativa.
Por ello, tampoco deberá sorprendernos que la velocidad actual y futura de su desarrollo sea vertiginoso, porque vertiginosos son los cambios internos y externos que afectan a las empresas.
Adalberto Chiavenato, en su libro “Introducción a la Teoría General de la Administración” (2006, p. 488), establece una interesante analogía en lo que denomina darwinismo organizacional. Chiavenato observa la relación íntima entre las ciencias, por lo que el desarrollo de una de ellas influenciará el desarrollo de otras.
En el siglo XIX, después de reunir una gran cantidad de información, Charles Darwin (1809-1882) escribió su famoso libro, El origen de las especies, en el cual presenta su teoría de la evolución de las especies… La evolución se orienta por un mecanismo increíble llamado selección natural de las especies. Ese mecanismo selecciona automáticamente a los más aptos y elimina automáticamente a los demás. No son los más fuertes de la especie los que sobreviven, ni los más inteligentes, sino los que se adaptan mejor a los cambios ambientales…
La evolución por la selección natural de las especies explica el mundo vivo. Tras casi doscientos años de su divulgación, la idea de la evolución también se aplica a las organizaciones como organismos vivos.
Pero aún en estos momentos de cambio acelerado, énfasis en la globalización, el desarrollo de tecnologías de todo tipo  y el servicio al cliente, no deja de ser sorprendente el comprobar que aún persista, en numerosas organizaciones, la aplicación de modelos rígidos e incompatibles con las principales variables, tanto de su entorno, como de su cultura, procesos o estructuras organizacionales particulares.
Solo el conocimiento basado en un estudio serio y fundamentado de los modelos y teorías reseñadas, así como de las condiciones particulares de cada organización, puede ofrecer una buena opción para elegir, con mesura e inteligencia, la utilización de los más adecuados, y no caer en la falacia de los remedios universales, que tan desfavorables resultados provocan en las organizaciones.
Es importante aprovechar todo el potencial de la organización para innovar y diversificar, así como adquirir mayores y mejores  sistemas de información, y de esta forma, organizar la información como un recurso clave, con el fin de poder analizar todos los aspectos y esquemas existentes en la organización, permitiendo generar soluciones y tomar decisiones correctas.
Para el logro de este fin, se han desarrollado diferentes instrumentos tanto tecnológicos como sistemáticos, que facilitan la obtención y el manejo de la información. La contabilidad y los sistemas de control en que se sustenta, son herramientas trascendentes en la proveeduría de información relevante, y componente básico en el diseño del sistema de información administrativa, que será el soporte de la toma de decisiones.

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