Relevante artista plástico. Estudia en la Academia San Alejandro. Sufre encarcelamiento por luchar contra la tiranía de Batista, por lo que viaja a Europa. Luego del 1 de enero de 1959, se integra al movimiento cultural que se desarrolla en Cuba. Creador de monumentales conjuntos artísticos devenidos símbolos patrióticos en varias provincias de nuestro país. Nace el 26 de abril de 1938 en San Antonio de los Baños, entonces provincia de La Habana. Desde niño se inclina por las artes plásticas para años después trabajar como ayudante en un taller de escultura, para contribuir al sostén familiar. Su padre era encuadernador de libros, zapatero y artesano, oficios pocos remunerados entonces, pero que sí valieron, al menos, para trasmitirle una fina sensibilidad artística. En 1949, con 11 años, crea su primera escultura en el patio de su casa en la barriada del Cerro. Allí, coloca al Martí que tanto amaba. De joven anduvo de plaza en plaza, haciéndoles fotografías escultóricas a numerosos pobladores: al ciego, al violinista, al hombre que se sentaba en la esquina de la acera. Una hora le bastaba para terminar el “retrato”. Y eran tantas las personas que le rodeaban cuando trabajaba en las calles, que su presencia llegó una vez a cerrar el tránsito y hubo que pedirle ayuda para dispersar el tumulto. Comienza sus estudios de escultura en 1949 en la escuela de arte de Villate y luego amplía sus estudios en San Alejandro. Se incorpora desde temprana edad a las luchas revolucionarias. Sufre encarcelamiento por luchar contra la tiranía batistiana. Antes de graduarse, se ve precisado a abandonar el país por la persecución policiaca por lo que tuvo que marchar a Europa, donde culmina sus estudios en Madrid y Florencia. Durante el periplo europeo recibe las enseñanzas de grandes escultores como José Clará (en Barcelona) y Vistorio Macho en Toledo. Realiza prácticas artísticas como copista en el Museo del Prado de Madrid, o ayudante y alumno del escultor Antonio Berti en la Escuela de Bellas Artes de Florencia. Visita otros países europeos como Holanda, Alemania, Bélgica. Esta experiencia en sus años de formación, a la que se suman profesores como Sicre, o su trabajo como ayudante de Fernando Boada, constituyen para Delarra el impulso y la motivación para buscar una forma de decir propia. Una de sus mayores influencias, lo constituye sin lugar a dudas, la obra monumentaria de Teodoro Ramos Blanco y de Juan José Sicre, y sus mayores inspiraciones para incursionar desde los comienzos mismos de su carrera, en la escultura pública conmemorativa. Al triunfo de la revolución regresa a su patria donde se integra al movimiento cultural en la Isla donde ejerce como director de la Academia de San Alejandro; profesor suplente de escultura en los talleres vocacionales de arte en la Escuela Villate; director de Artes Plásticas en la antigua provincia de La Habana; conferencista, creador de centros de cultura y autor de monumentales conjuntos artísticos devenidos símbolos patrióticos en varias provincias de nuestro país. En la década del 60 se aventura en múltiples exposiciones didácticas en escuelas, fábricas y parques. Desde el Parque Central de La Habana, hasta el parque de Güira de Melena, recorre su exposición móvil que él títula de “escultura revolucionaria” para que el pueblo conociese de esa manifestación del arte a la par que hace demostraciones prácticas de cómo se crea una escultura. Incursiona en la cerámica, la ilustración gráfica y el grabado: es uno de los fundadores del Taller Experimental de Gráfica de La Habana, realiza varias exposiciones de litografías sobre diversos temas y apuntes. Obtiene numerosos premios como el primer premio del concurso que convoca la Universidad de La Habana para dotar de una escultura de Rubén Martínez Villena a la Biblioteca Central de ese centro de estudios. Aunque más reconocido socialmente como escultor, maneja con soltura el barro, el hierro, el hormigón, la madera y el lienzo. De lo prolífico de su obra dan fe más de 110 obras de pequeño y gran formato y las 220 exposiciones nacionales y foráneas en las que ha participado, personal o colectivamente. Su obra más conocida es el Monumento al Che erigido en la Plaza que lleva el nombre del Guerrillero Heroico, en la ciudad de Santa Clara. Cuando se hallan en Bolivia los restos mortales del Che y sus compañeros, Delarra se involucra nuevamente en el proyecto del Memorial y esculpe la imagen de los 38 guerrilleros caídos. Los monumentos que se erigen en las Plazas de la Revolución de las provincias de Holguín, Granma y Villa Clara, entre otros, perpetúan su quehacer y su modestia, dado que Delarra dona más de 60 mil dólares y dos millones de pesos al país, al renunciar al pago por sus obras. El gran interés que mostró siempre en transmitir sus conocimientos y sus experiencias, queda plasmado en un Laminario de las Artes Plásticas, libro de carácter eminentemente popular y dirigido a los que se interesan en esas disciplinas, que ofrece con gran didactismo conocimientos generales tan diversos como las técnicas del grabado o la historia del Alma Mater. Quiso representar a algunos de sus contemporáneos de la cultura y modela sus cabezas en su estudio de La Habana Vieja, convertido en la Galería Cabagallos. Abraza con fuerza la idea de recrear artísticamente a diversas personalidades de nuestra cultura y esculpe a Pablo Armando Fernández, Olga Navarro, Zaida del Río, Jesús Orta Ruiz y Harold Gramatges. Por su meritoria labor como escultor y pintor, Delarra se hizo acreedor de varias condecoraciones, entre ellas el título de Héroe Nacional del Trabajo, Hijo Ilustre de San Antonio de los Baños, la Medalla Alejo Carpentier y la Réplica del machete de Máximo Gómez. También Delarra fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Comité Nacional del Sindicato de los Trabajadores de la Cultura. Es uno de los fundadores del Taller Experimental de Gráfica de La Habana y presenta exposiciones de litografías de variadas temáticas La última exposición pictórica de Delarra tiene lugar en el Memorial José Martí, en mayo del 2003. Con el título: De la epopeya a la mesura. Fallece el 26 de agosto del 2003 en la Habana, donde es sepultado con honores militares en el Panteón de las FAR.
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