Antonio Lugo Machín, conocido artísticamente como Antonio Machín, nace en Sagua la Grande, Cuba, el 11 de febrero de 1903. Cantante de boleros y de música popular que basó su repertorio en la música cubana y la balada romántica. Intérprete de reconocido prestigio en el ámbito hispanohablante, es famoso por sus recreaciones, entre otras, de temas como El manisero, Dos gardenias, Angelitos negros. Su disco El manisero, grabado en 1930 acompañado por la orquesta de Don Aspiazu para la compañía Victor de Nueva York, constituye el primer éxito millonario en ventas de la música cubana. Miembro de una familia pobre y numerosa- eran quince hermanos- se ve obligado a trabajar desde niño en diversos oficios. Son sus padres un emigrante gallego, José Lugo Padrón, y una negra cubana, Leoncia Machín. Muy pronto se manifiesta su afición al canto. Alternaba su trabajo de joven albañil con el canto en la iglesia, en los teatros y tras la pantalla del cine mudo de su ciudad. Llega a unirse hasta tres veces con grupos de músicos ambulantes que pasan por su ciudad camino de La Habana. En 1911, el párroco de Sagua le pone a cantar en su altar mayor. En cierta ocasión, con motivo de una fiesta benéfica, interpreta el Ave María de Schubert subido a una silla con lo que se gana el aplauso de los participantes.. Al cumplir veinte años manifiesta su deseo de estudiar bel canto y ópera, pero comprende que, dado su color, su repertorio quedaría reducido a Otelo. Mientras su madre le inculca el amor al canto, el padre veía su actividad como propia de individuos de vida irregular y rayana en lo inmoral. No sin dificultades llega a La Habana en 1926, donde se inicia como solista en los cafetines acompañado del guitarrista Manuel Zaballa. Por azar del destino llega a cantar a una emisora en la que coincide Don Azpiazu, quien lo contrata como segundo cantante de su orquesta. Sería, pues, el primer cantante negro que actuara en el Casino Nacional de La Habana, lugar de la burguesía más racista y excluyente. Funda un sexteto que hace sus primeras grabaciones en 1929 y a partir de los medios de la época, es decir, las victrolas de cuerda y la radio, que apenas comienza a difundirse. Obtiene gran éxito interpretando Aquellos ojos verdes y El Manisero, entre otros.. En 1930 deja Cuba, adonde no volvería hasta 1958. En abril de 1930 llega a Nueva York, integrando la orquesta de Don Azpiazu. Permanece cuatro años en la gran metrópoli, formando parte de otras muchas agrupaciones (José Escarpenter y su Orquesta, Orquesta Antillana de Rafael Hernández, Julio Roque y su Orquesta, Armando Valdespí y su Orquesta, además de las dirigidas por él mismo: la Orquesta Machín y el Cuarteto Machín). Muy conocido ya en los escenarios latinos de Nueva York, donde popularizara «El Manisero» de Moisés Simons y grabara una larga serie de títulos a lo largo de la primera mitad de la década del treinta, marcha a Europa en 1936. Tras breve estancia en Londres (actuando en el teatro Adelphya), llega a París, donde la música cubana tenía fuerte presencia desde los años 20. En París forma el grupo Antonio Machín y su Orquesta, con Moisés Simons al piano, realizando a partir de entonces varias grabaciones. En 1936 graba también con la Orquesta de Eduardo Castellanos. Posteriormente viaja a España, país de su padre, donde vivirá hasta su fallecimiento, en 1977. Ya desde la década de los veinte tenía un hermano que vivía en Sevilla. Antonio llega de vacaciones en 1939, tratando de escapar de la II Guerra Mundial, más se halla con la dura realidad de la guerra civil española. Viaja entonces con el saxofonista dominicano, Napoleón Zayas. En 1943 se casa en Sevilla con María de los Ángeles Rodríguez. A Sevilla trae a gran parte de sus familiares cubanos. Actúa en algunas salas de fiestas como Shanghái (llamada, tras el cambio de nombres extranjeros por nombres castellanos, Sala Bolero). El primer éxito que obtiene en España lo logra interpretando Noche triste, un fox melódico grabado con los Mihuras de Sobré, orquesta que acompaña a Machín en sus primeros éxitos. Otros de sus grandes éxitos son: Cómo fue, Moreno y Amor sincero. En 1947 alcanzaría gran popularidad en España con la interpretación de la “canción moruna” Angelitos negros, convertida en bolero merced a un arreglo musical, en la década de los sesenta. Dos compositores importantes en su carrera, son el cubano Oswaldo Farrés y la mexicana Consuelo Velázquez: autora de Bésame mucho. Mención aparte merece la interpretación de Dos gardenias, de la cubana Isolina Carrillo, que convierte en uno de sus grandes éxitos. En Alcalá de Guadaira, Sevilla. el 7 de junio de 1977 se le ve muy agotado al abandonar el escenario donde actúa. Fallece en Madrid el 4 de agosto de 1977, en su casa de la calle General Mola (hoy Príncipe de Vergara), a los 74 años de edad. Descansa en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, donde sus compatriotas y familiares le recuerdan cada año rociando su tumba con ron cubano y cantando alguno de sus boleros. El 10 de diciembre de 2006 se inauguró una estatua en su memoria en Sevilla, obra del escultor Guillermo Plaza Jiménez, ubicada en la Plaza Carmen Benítez
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