Nadie cuestiona que la identidad es un concepto teórico producido en el plano del pensamiento filosófico desde la antigüedad; como tampoco que éste tiene una esencia polisémica, es decir un concepto que incluye y excluye a la vez. Tampoco existen discrepancias al definir que el mismo se convierte en un problema teórico en la contemporaneidad y que fue abordado en la ciencia matemática, la psicología, y luego otras ciencias. Hoy existen tendencias, como resultado de la globalización, que quieren presentar la identidad como homogeneidad y en términos de una filosofía postmoderna que se apresura a través de conceptos como deconstrucción a crear una falsa noción de la identidad.
Con acertado ajuste a la contemporaneidad aparecen las reflexiones de Rosalía Díaz sobre identidad cultural:
…identificada en este sentido con la percepción, conciencia, modo de actuar y pensar de los miembros de una comunidad, pueblo o nación, acerca del medio natural y social en que se desenvuelven, a la forma en que las personas se conocen como algo singular respecto a otros, mostrado a través de sus sentimientos, actitudes ante la vida, acciones creadoras y expresiones culturales. Un proceso consciente de reconocimiento, asimilación y creación. [2001:26]
En esta relación individuo-comunidad es fundamental para lograr la afirmación de una identidad, en la cual constituyen factores primordiales los elementos geográficos, históricos étnicos, lingüísticos e ideológicos. Y es que la identidad cultural no puede verse como un concepto abstracto, sin una correspondencia clara con la realidad social, sino que se deben buscar sus expresiones en la vida cotidiana, en las imágenes y representaciones sociales de un proyecto que se aspira a alcanzar o crear a partir de la sociedad existente; en las tradiciones que se heredan y que se transmiten a las nuevas generaciones.
Puede afirmarse que la identidad constituye, en esencia, un proceso sociopsicoantropológico de comunicación que es interculturalidad; por tanto, no es suficiente referirse solo a lo distintivo de una entidad cultural, en un momento de su devenir, sino el tipo de relación que ha tenido, tiene o establece con otras entidades culturales, sobre la base de su dialéctica fenoménica, no congelable.
En las reflexiones de Maritza García Alonso y Cristina Baeza en su libro Identidad cultural e investigación las autorastambién se refieren a este aspecto.
… más allá de las dos dimensiones directamente reconocibles de la identidad como concepto, a saber : la que se concibe como imagen o representación elaborada, cargada de “esencialismo” o congeladora de rasgos – en tanto fijados - ,(…); y, la que refiere una realidad empírica, es decir, la existencia de diferentes grupos coexistentes e interrelacionados bajo determinadas condiciones y a los que llamamos identidades fenoménicas, es posible y necesario percatarse también de que existe otra dimensión de función cognitiva. (…) Esa dimensión está dada por el hecho de que el concepto de identidad sirve para analizar con nuevo rigor los espacios socioculturales en cualquier nivel de resolución adoptable”.
En un colectivo interactúan diferentes individualidades que conforman ese grupo, en ocasiones sus diferencias y similitudes permiten caracterizarlos, es decir, describirlos, como una unidad, a partir de ahí se logra adquirir todo el conocimiento sobre esa comunidad. En estas ideas las autoras también enfatizan que:
si para los grupos humanos, la conciencia de su sentido de pertenencia, su “mismidad” (…) les permite transformar de alguna manera el caos y dar forma a su mundo y entorno, creando significación y atribuyendo sentidos, entonces la función cognitiva – en la concepción de la identidad cultural – tiene por delante de velar esa configuración fenoménicamente existente de grupos (…) en su devenir, la autoconciencia, mundo de significados y sentidos, proyectos o propuestas, condiciones y situación real de esos grupos con sus proyectos en el andamiaje total del espacio sociocultural analizado, y la fuerza social que representan. Configuración y dinámica de reconfiguraciones de ese espacio, sin exclusiones”. [García y Baeza; 2002: 17]
Una vez más los integrantes de la sociedad tienen la función social de lograr con el trabajo y las relaciones sociales, que afianzan el sentido de pertenencia, y el reconocimiento, el desarrollo endógeno de sus comunidades: espacios culturales donde se construye el conocimiento y el ser humano impulsa proyectos para trasformar la realidad.
La identidad presenta distintos niveles de concreción, que se reflejan en la vida cotidiana y en la cultura popular. Como fenómeno social permite la integración de grupos nacionales afines, a partir de la existencia de intereses culturales comunes, lo que hace posible la formación de identidades supranacionales.
La identidad de un grupo no significa que todos sus miembros sean iguales, sino que se apropian de la diversidad, la heterogeneidad; aunque predomine lo común como regularidad. El individuo, no solo se reconoce como miembro de un grupo; sino que se percata de su cercanía con respecto a los demás miembros de su grupo o comunidad.
A propósito este proceso se sustenta en la subjetividad humana y constituye un factor de objetivación práctico social de sus valores. La misma parte de elementos simples como los ajuares domésticos, las vestimentas, los mitos, las leyendas, el lenguaje se manifiesta en la idiosincrasia, las costumbres, tradiciones y el conjunto de valores. Identifica la cultura popular y se expresa teóricamente en el conjunto de ideas de carácter social y las creaciones artístico-literarias del propio grupo.
En consecuencia la identidad es el conjunto de sentimientos que experimentan los miembros de una colectividad, que se reconocen en esa cultura y de no poder expresarse con fidelidad y desarrollarse plena y libremente, si no es a partir de ella.
En eumed.net: |
1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores) Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER). Libro gratis |
15 al 28 de febrero |
|
Desafíos de las empresas del siglo XXI | |
15 al 29 de marzo |
|
La Educación en el siglo XXI |