Al analizar la bibliografía referida a los sistemas de gestión de información, hay una clara exposición de ideas, conceptos, principios y funciones propias de estos sistemas, referidos a organizaciones básicamente empresariales o a las llamadas unidades de información, pero en el contexto internacional y nacional aparecen, con determinada importancia, las organizaciones de interfase, y dadas sus características, consideramos que resulta necesario estudiar el comportamiento de los sistemas de información en aquellas organizaciones que realizan actividades de interfase y no son unidades o centros de información o documentación.
Las organizaciones de interfase se crean con el objetivo de superar barreras, promover y animar la cooperación durante el proceso de innovación entre diversas entidades (departamentos, personas o incluso distintas organizaciones). (Fundación COTEC, 1999b). Dado que el éxito del desarrollo y puesta en práctica de nuevos productos requiere la integración del conocimiento especializado de distintas unidades organizativas, estas interfases se deben gestionar eficazmente. Las interfases organizativas pueden producirse entre organizaciones o en el seno de una única organización, y más específicamente de una empresa
Conesa, Fernández de Lucio y Gutiérrez (1998, citado por Faloh et al., 1999) expresan que la misión de las organizaciones de interfase en lo esencial, consiste en favorecer y mejorar la utilización por la economía y la sociedad de los resultados y conocimientos de la I+D pública y valoran su papel como catalizadores y nodos de los procesos de difusión de la tecnología.
La concepción de las entidades y actividades de interfase es, de reciente incorporación en nuestro país, por lo que, en general, las entidades de interfase identificadas, pueden ser: de nueva creación, ampliación y/o reorientación parcial o total de entidades ya existentes, con la incorporación y asimilación de actividades propias de interfase, las que pueden ejecutarse como función general de toda la entidad o de una parte de ella. Además, se presenta también el caso de la no formalización de actividades de este tipo en una organización con la consiguiente falta de identificación de la entidad como posible entidad de interfase. (Faloh, García, Fernández, & Montalvo, 1999).
Las actividades de interfase se desarrollan de manera interactiva, para viabilizar y agilizar el proceso de innovación, por las esferas tecnológicas, productivas, científicas y financieras. Estas actividades, son interrelaciones entre los agentes de cada una de estas esferas, y también son mecanismos de intercambio y retroalimentación de información. Funciones como: comunicación, asesoramiento, formación, contratación y complementación, realizadas por estructuras de interfase, que le añaden valor con sus acciones a estas funciones, permiten que se creen sistemas dinámicos.
Las actividades de interfases desarrolladas por estas organizaciones clasifican de forma general dentro del espectro amplio de la gestión tecnológica: el aseguramiento a la calidad, la información científico-técnica especializada, la consultoría especializada, la ingenierización, el marketing y el diseño y elaboración de proyectos. Las actividades y entidades de interfase pueden hacer un importante aporte a la materialización de la estrategia de las organizaciones productivas y de servicios, a la vinculación de las mismas con el entorno y al cumplimiento de sus misiones, mediante la oferta de buenos servicios de consultoría y asistencia técnica con enfoque integral y a la medida. (Faloh et al., 1999).
Las actividades de interfase pueden existir sin que exista una estructura organizativa permanente, que responda por ellas, toda vez que un proceso de innovación efectivo es el resultado de la interacción de diferentes actores: las organizaciones empresariales, los centros de I+D, las universidades, los consumidores, las entidades financieras y otros, considerando que la innovación es el encuentro entre una solución técnica y una oportunidad de mercado o una necesidad social.
Para la valoración de los sistemas de información en entidades de interfase, utilizaremos esta última consideración, toda vez que lo más importante es que estas entidades sirvan de enlace, informen y asesoren.
Las actividades y organizaciones de interfase son -en las condiciones de la economía cubana-, un recurso de nuevo tipo ligado al complejo problema de la gerencia del conocimiento y al logro de buenas prácticas en el trabajo interactivo que demandan los procesos de cambio (Faloh et al., 1999).
No tener en cuenta los requisitos de la gestión de las interfases (Fundación COTEC, 1999b) podría provocar graves problemas a tres niveles:
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