Después de analizar las dos primeras variables correspondientes a nuestro estudio, y ver el estado del arte referente a la literatura económica existente, respecto a dichas variables, y de haberlo relacionado con los resultados presentados por los diversos investigadores económicos y sociales, además de diversas instituciones nacionales e internacionales reconocidas, las cuales han realizado trabajos de investigación respecto a la “Inversión en Recursos Humanos” o también llamada “Inversión en Capital Humano”, y por otro lado, el análisis de la competitividad, consideramos necesario poder definir de manera concreta al sector que en esta oportunidad estamos estudiando, como es el sector de la pequeña y micro empresa (PYME), o también llamado micro y pequeña empresa (MYPE), de la región Arequipa.
En tal sentido, hemos tomado algunos conceptos elaborados por instituciones públicas de nuestro país, enmarcados dentro de la Ley de Promoción y Formalización de la Micro y Pequeña Empresa, sus diversas modificaciones y su respectiva reglamentación, además de tomar como referencia la conceptualización que plantee y posteriormente demostré, como resultado de la elaboración de un estudio que analizaba la situación socio económica del sector de la micro y pequeña empresa: Informe PYME Región Arequipa 2002.
Por lo tanto, basado en estas tres fuentes, trataremos de definir a la micro y pequeña empresa (MYPE), o pequeña y micro empresa (PYME); a partir del marco legal y de la evaluación de la situación socio económica del sector en la región Arequipa; para así de esa manera, poder comprender los resultados de la presente investigación dentro de un marco teórico, que nos permita comprender la manera de gestionar estas unidades productivas.
En la Ley N° 28015, referida a la Promoción y Formalización de la Micro y Pequeña Empresa, se define a estas unidades económicas de pequeña escala, desde una perspectiva normativa a la Micro y Pequeña Empresa; así entonces, se señala a la MYPE como:
“A la Unidad Económica, sea natural o jurídica, cualquiera sea su forma de organización, que tiene como objeto desarrollar actividades de extracción, transformación, producción, comercialización de bienes o prestación de servicios.”
Así mismo, en la misma Ley de la Micro y Pequeña Empresa, referida a la Promoción y Formalización del sector, Nº 28015, en el Decreto Legislativo 1086, refiere que:
“Para que una empresa sea considerada como Micro Empresa, la empresa debe tener trabajando para ella en cualquiera de las modalidades de contrato, hasta un máximo de 10 trabajadores, además que sus ingresos anuales netos o brutos, dependiendo el régimen, no deben superar las 150 UIT (Unidades Impositivas Tributarias, que para el presente año 2011, es de 3 600 nuevos soles). Esta calificación, se deberá de aplicar incluso cuando se trate de juntas, asociaciones o grupos de propietarios e inquilinos en el régimen de propiedad horizontal o condominio habitacional, en tanto no cuenten con más de 10 trabajadores, a su servicio.
Mientras por otro dalo, para poder calificar como Pequeña Empresa, la empresa no debe de exceder los 100 trabajadores (Cantidad modificada últimamente de 50 a 100 trabajadores); además de igual manera deberá considerarse el monto de ventas sean estas netas o brutas anualizadas, dependiendo del régimen tributario al que pertenezcan, las cuales no deberán de exceder las 1 700 UIT (Cantidad igualmente modificada de 850 UIT a 1 700 UIT)”.
En ese sentido la Ley de Promoción y Formalización de la Micro y Pequeña Empresa, incluye una gran gama de actividades económicas, en el espectro de las MYPES, así mismo no discrimina el tipo de asociación que las organiza, sean estas familiares, amicales, individuales, etc. Lo importante para la ley es el número de trabajadores, combinado con los ingresos generados en un año por estas unidades económicas, para poderlas clasificar.
El propósito central de esta Ley, es poder identificar el número real de MYPES en el Perú, reducir el índice de informalidad del sector y con ello de nuestra economía, y poder mejorar las condiciones actuales en las que vienen laborando una gran cantidad de nuestra PEA (Población Económicamente Activa).
Otro trabajo, importante elaborado por la Dirección Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, referido a las Estadísticas, existentes de las actividades que realizan las Micro y Pequeñas Empresas en nuestro país, señala al respecto de un intento por definir al sector de las MYPES, lo siguiente:
“Según la recomendación No 189 adoptada por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en 1998, el concepto de microempresa debe ser aplicado de acuerdo con las condiciones prevalecientes en cada país, lo cual sucede en la práctica. Según los términos de referencia de esta consultoría, para determinar el universo y características de la microempresa, se solicitaba que en lo posible ella debía estar caracterizada de acuerdo con la Ley No 28015 D.S. No 009-2003-TR, referida a la Promoción y Formalización de la Micro y Pequeña Empresa. En dicha Ley se establece en el artículo 2, acerca de la definición de la Micro y Pequeña Empresa lo siguiente:
La Micro y Pequeña Empresa, es la unidad económica constituida por una persona natural o jurídica, bajo cualquier forma de organización o gestión empresarial contemplada en la legislación vigente, que tiene como objetivo desarrollar actividades de extracción, transformación, producción, comercialización de bienes o prestación de servicios” (Dirección Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, 2005).
Así mismo, en el señalado estudio elaborado por la Dirección Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, se presentan las características, con las que debe de contar las MYPES, según la Ley, para ser clasificadas, primero como MYPE, y luego poder diferenciar aquellas que son microempresas, y las pequeñas empresas:
“En el artículo tres, referido a las características de las Micro y Pequeña empresa (MYPE), se dice:
Las MYPES deben de reunir las siguientes características concurrentes:
Lo anteriormente citado, debido a que para el estudio en referencia, la conceptualización de las MYPES, debería de estar enmarcada dentro de la Ley de la Micro y Pequeña Empresa, referida a la Promoción y Formalización de este sector, con el afán de levantar la información estadística respectiva, no difiere en gran medida de la primera cita, que toma literalmente lo que señala la Ley y sus respectivas reglamentaciones y modificaciones.
Sin embargo lo resaltante de esta cita, y el motivo de ponerla en la presente sección de nuestro estudio, radica en lo que señala la OIT, en sus recomendaciones, referido al hecho de que la conceptualización del sector MYPE, y por lo tanto su clasificación, deberá de tomar en cuenta las condiciones de cada país, y así viene sucediendo, es decir que no podemos a pesar de las características similares que presentan entre sí, estas unidades económicas a nivel de mundo, descuidar los aspectos que las diferencian, que generalmente dependen de la situación social, cultural e incluso climatológica en donde desarrollan sus actividades económicas, por lo que cualquier intento de política de promoción social o económica, relativa al sector, deberá de tomar en cuenta estas diferencias, para obtener mejores resultados en los impactos esperados de sus políticas públicas.
Es por tanto necesario, que se tenga si bien es cierto una gran conceptualización del sector, pero también es igualmente importante, que se teorice acerca de las MYPES, en los diferentes escenarios económicos mundiales, y en el caso de nuestro país, regionales y locales.
Por último, considerando justamente estas diferencias que deben de existir en lo conceptual, respecto al entendimiento del sector de la Micro y Pequeña Empresa en el Perú, y sus contextos regionales, es que considero necesario poner a vuestra consideración, una definición del sector MYPE, elaborada para el contexto de la región Arequipa, que se construye a partir del resultado empírico, del análisis socio económico del sector en el año 2002, donde literalmente se señala lo siguiente:
“A mí entender las PYMES, son unidades de producción de bienes o servicios, de pequeña envergadura en cuando a su infraestructura física y su inversión económica y financiera, de corte familiar las cuales brindan trabajo temporal en algunos casos y en otros subempleo debido a un alto grado de competencia en el sector donde desarrollan sus actividades comerciales, lo cual les impide crecer en el largo plazo, a pesar de que sus trabajadores en los últimos años cuentan en su mayoría con estudios universitarios o técnicos.
El sector PYME está conformado en su mayoría por microempresas que se dedican a la prestación de servicios y a la comercialización de productos que en su mayoría son importados. Las personas que laboran en estas unidades productivas que a mí entender son de orden familiar perciben ingresos por debajo del salario mínimo legal, lo cual los convierte en subempleados, y a estas familias en pobres, por consiguiente a las PYMES en economías de subsistencia; en las que predomina la baja tecnología, la ausencia de herramientas de gestión y la improvisación, a pesar de que en su seno cuentan con capital humano capacitado” (Centty, 2008).
De la cita anterior, podemos deducir, que el concepto o teorización del sector de la Micro y Pequeña Empresa, presentado aquí como Pequeña y Microempresa, que, sin embargo, significan y estudian al mismo sector, parte de un análisis socio – económico, más que de un punto de vista legal. En esta teorización verificada en el año 2002, se conceptualiza a la micro y pequeña empresa, como un sector que es caracterizado por economías de subsistencia, mayoritariamente agrupados o concentrados en realizar actividades comerciales, es decir terciarizado, lo cual señala la teoría económica, no permite realizar economías de escala, generar valor agregado, por lo tanto mejoras en las condiciones salariales de la mano de obra que absorbe el sector.
Sin embargo, también nos señala la teoría, que este sector está conformado fundamentalmente por unidades económicas, donde predominan las relaciones familiares. Debemos de señalar al respecto que en el año 2002, nuestro país seguía enfrentando una recesión económica, salía de una dictadura de once años caracterizada fundamentalmente, por la destrucción de los derechos laborales de los trabajadores, despido masivos del sector público y una abrupta apertura de nuestra economía al mundo, pero que, también, invirtió una buena cantidad del presupuesto público en fomentar el crecimiento de este sector, quizás como alternativa a la insuficiencia del sector público y privado de generar fuentes de empleo. En ese contexto la respuesta de la población, fue la de generar sus propias fuentes de ingresos, volviéndose empresarios para poder subsistir.
De lo analizado, en estas tres fuentes bibliográficas, podemos deducir desde un punto de vista normativo, económico y social, contextualizado en la Región de Arequipa, tomando en cuenta las variantes económicas y sociales sufridas en estos casi 10 años transcurridos, desde la publicación del Informe PYME (Centty, 2008), que las micro y pequeñas empresas son:
Unidades económicas de pequeña envergadura, que absorben sin embargo en su conjunto a una cantidad muy importante de la Población Económicamente Activa de la Región, en cuyo seno se desarrollan relaciones de carácter familiar, pues, en su mayoría estas unidades económicas, son empresas familiares, puestas en marcha como una respuesta de la población en edad de trabajar, a la falta de empleo generado por la economía peruana en los últimos 20 años.
Estas empresas, debido a sus bajos niveles de inversión, a sus limitaciones tecnológicas, a su falta de asociatividad, y desarrollo de productos y nuevos mercados, mantienen a su mano de obra por debajo de los salarios establecidos por la ley, en su mayoría estos trabajadores, no gozan de los beneficios de ley, ni de un contrato formal, generando subempleo y trabajo de corte temporal, por lo que las denominamos economías de subsistencia; que además trabajan en su gran mayoría de alguna manera al margen de la formalidad, es decir son economías de subsistencia, que además son informales.
Todos estos aspectos, hacen o complican, a los investigadores e instituciones involucrados con su problemática, para que se puedan elaborar estudios más certeros, acerca de la real situación socio, económica y legal del sector, que posteriormente se puedan traducir en el desarrollo e implementación de políticas reales de promoción, formalización y competitividad del sector, lo cual se traduzca en mejores condiciones de vida de los propietarios de estas unidades productivas, como de sus trabajadores, que generalmente son sus familiares.
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