Después de reflexionar sobre algunas posibilidades y mecanismos que nos permitieran aproximarnos al problema, y ante la limitación de recursos para el trabajo de campo en diferentes zonas, optamos por la búsqueda de información cualitativa y cuantitativa por diferentes medios directos. Es así que la mayor parte de este trabajo fue construido con la evidencia empírica obtenida.
Se seleccionó a tres segmentos de mujeres rurales trabajadoras: un grupo de artesanas textiles que bordan hilo y listón; un colectivo de trabajadoras agrícolas contratadas por temporada, y un segmento de asalariadas de una industria minera extractiva.
Debido a la escasa disponibilidad de recursos económicos para llevar a cabo la investigación, quedaron fuera del análisis otros grupos de mujeres, como las que trabajan como empleadas domésticas o aquellas dedicadas a la economía informal con venta de productos tomados de la naturaleza y que no requieren de la intervención de la mano del hombre, entre muchos otros.
Se diseñó un guión de entrevista con preguntas semiestructuradas, integradas en ejes temáticos para cada uno de los tres grupos de trabajadoras. El guión de entrevista se elaboró con final abierto (Reguillo, 2003, p. 19-38). En la confección de las entrevistas se consideraron las particularidades de cada grupo, poniendo énfasis en cómo desarrollan sus actividades reproductivas y productivas. También se realizaron entrevistas a informantes clave externos en algunos casos, para indagar información que no podían proveer las trabajadoras, pero relacionada directamente con sus funciones o situación laboral. Se buscó información corporativa en el caso de la empresa minera y del sector público en los casos de las jornaleras y artesanas. Por ejemplo aquella información institucional relacionada con los programas sociales o de apoyo productivo que las implican.
El criterio de elección de las entrevistadas fue que en todos los casos estuvieran vinculadas laboralmente a la esfera productiva o ciclo económico, no necesariamente por la vía salarial, y presumiendo que al mismo tiempo desempeñaban roles reproductivos. Otro criterio fue que resultaran accesibles geográficamente. Se esperaba que la información obtenida de primera mano permitiera caracterizar la situación laboral (asalariado o no), conocer a fondo las funciones específicas en lo laboral (siendo trabajo remunerado o no), sus vínculos con el mercado de trabajo o de productos, e identificar los mecanismos a partir de los cuales contribuyen directa o indirectamente a la reproducción del sistema capitalista.
Por la carencia de equipo técnico de apoyo para realizar las entrevistas, la evidencia lo conforman sólo audios con sus correspondientes versiones estenográficas, material escrito y un catálogo fotográfico de cada segmento de mujeres, en sus respectivas actividades.
Se realizaron vistas a domicilios particulares, centros de trabajo, bodegas, lugares de traslado y otros puntos que frecuentan las trabajadoras que son objeto de la investigación, centrándonos igualmente en informantes clave, entre las trabajadoras.
Considerando que se trata de un trabajo cualitativo, principalmente, pero también por la escasez de recursos económicos para costear una búsqueda más exhaustiva de información, se determinó entrevistar inicialmente a sólo dos mujeres por cada segmento, y además realizar observación participante y no participante. Finalmente el número de entrevistadas fue mayor.
No escapamos a la tentación de dirigir nuestra atención a aspectos que no tienen relación con nuestro objetivo e hipótesis, pero que sería importante considerar, cómo el deterioro en la calidad de vida y salud de las mujeres, su envejecimiento que no se corresponde con su edad, el trabajo de los niños que es efectuado como diversión junto a las madres, o el hecho de que las mujeres asumen una gran responsabilidad dentro de las familias que no se corresponde necesariamente con su capacidad de decidir asuntos importantes en los hogares.
Las entrevistas las iniciamos con las artesanas bordadoras de hilo y listón en la localidad Ojo de Agua del Progreso, Municipio de Genaro Codina; tratando de ver a las trabajadoras inicialmente como microempresarias. Cabe decir que éstas desde un principio mostraron interés y disposición para colaborar en la realización de este trabajo.
Enseguida se entrevistó a las jornaleras dedicadas al cultivo y cosecha de hortalizas (ajo, jitomate, pepino y chile) en la comunidad de Chaparrosa, municipio de Villa de Cos. Lo hicimos mientras trabajaban en una bodega limpiando ajo para sembrarlo.
Las entrevistas concluyeron con la búsqueda y localización de las mineras de la empresa Peñasquito, ubicada en el municipio de Mazapil. En este caso las trabajadoras se trasladan desde diferentes puntos de la entidad, como Fresnillo, Pánuco, Vetagrande, Zacatecas, Guadalupe y otros municipios. Incluso encontramos trabajadoras inmigrantes de Guanajuato y Coahuila. Una limitante para efectuar las entrevistas con las mineras contratadas directamente por Gold Corp fue el tiempo, porque la charla la realizamos en el lugar en que se reúnen cada 22 días, y desde el cual son trasladadas para ir a Peñasquito a trabajar. La ubicación de las zonas de estudio pueden apreciarse en el mapa 1
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