Los aportes teóricos del concepto de pobreza se tienen la teoría de capital humano y la política demográfica. La primera sostiene que la instrucción es uno de los factores fundamentales que afecta la probabilidad de ser pobre o no. Asimismo, la educación formal no sólo es un instrumento de movilidad social sino que es uno de los elementos básicos para estimular la creatividad y la capacidad de trabajo autónomo que requieren las nuevas tecnologías. La segunda el planteamiento maltusiano referido a la política demográfica arguye que la probabilidad de ser pobre aumenta en la medida que mayor es el tamaño de la familia. Sin embargo, hay investigaciones que concluyen lo contrario sobre todo en épocas de crisis (González de la Rocha, 1988; Selby, 1990; Tuirán, 1993a y 1993b, Oliveria, 1988; De Barbieri, 1989; Cortés y Rubalcava, 1991).
En épocas de crisis económicas se aplica la política de ajuste estructural que implica establecer topes salariales, se reducen las oportunidades de trabajo, se incrementa el desempleo y los hogares pobres más numerosos contrarrestan los efectos mediante la utilización de su fuerza de trabajo. En este sentido, es importante tomar en cuenta el número de perceptores lo que hace más atractivo para ser considerado en el estudio de la pobreza (Cortés; 2000:367). Por su parte, Chayanov (1974: 47-95) y Cuéllar, (1990: 19-53) realizan un interesante balance entre las necesidades y los recursos en relación con el tamaño del hogar.
Boltvinik reflexiona acerca de los alcances y limitaciones de los distintos métodos para medir la pobreza: la línea de pobreza (LP); el método integral de la pobreza (MIP) y el método de necesidades básicas insatisfechas (MNBI). Con respecto al primer método es la visión economicista que incluye el ingreso y la forma dominante de medir la pobreza mediante la comparación con el ingreso de los hogares con una LP y son pobres los hogares cuyo ingreso es menor a la LP. Donde el Banco Mundial define un dólar por persona al día como umbral o línea de pobreza, que implica con ésta definición por un lado, reducir la pobreza del mundo y por otro negar todos los demás derechos sociales e incluir sólo el derecho a la alimentación (Boltvinik; 2004:17).
El método integral de la pobreza propuesto por Julio Boltvinik (1999) y utilizado en México para medir la pobreza. Primero se dicotomiza la variable hogar en pobre y no pobre, donde la categoría de pobre se reúnen los hogares indigentes, los más pobres y los pobres moderados y el resto de las categorías comprenden los hogares no pobres (Cortés; 2000: 371). Segundo incluye la educación como indicador en su medición el número de años cursados en la educación formal; el nivel de instrucción promedio del hogar, pero tiene la desventaja de no tener una interpretación conceptual clara; el promedio de años de estudio completados por los perceptores y medir el nivel educativo del hogar por el número de años de instrucción del jefe. Tercero el tiempo disponible en el hogar para el trabajo doméstico. Cuarto el ingreso de los hogares mediante el ingreso corriente total de los hogares o el ingreso monetario, observando una estrecha relación entre el número de miembros del hogar y el nivel de ingreso. Esta relación se explica por el hecho de que los hogares de mayor tamaño tienden a tener más perceptores y por esta vía a disponer de un mayor volumen de ingreso, relación que se resuelve usando como indicador el ingreso por perceptor (Cortés; 2000: 373).
El método de necesidades básicas insatisfechas mediante el cual se verifica directamente si el hogar o los individuos satisfacen sus necesidades básicas. Por ejemplo, si se considera que el mínimo de educación es la secundaria completa para la población de 15 años y más, un hogar será clasificado como pobre si los integrantes del hogar en dicho rango de edad no cumplen con tal requisito. Los dos últimos métodos han sido criticados por su carácter de parcialidad dodo que utiliza dimensiones distintas del bienestar.
En este sentido, Amartya Sen (en Boltvinik; 2004:21) considera que para la medición de la pobreza se debe llevar a cabo este recorte no en las necesidades sino en los satisfactores. Este mismo autor ve el bienestar en términos de capacidades para funcionar en sociedad y su planteamiento se fundamenta en lo que puede ser o hacer una persona y, en este entendido, los activos –capital físico y humano-, los ingresos –monetarios y transferencias- y, los bienes de consumo –ubicación de mercados y precios- constituyen los medios para alcanzar ciertas capacidades. Sí a esto se le agrega las características personales y el contexto social se puede definir las posibilidades de un individuo para transformar los insumos en posibilidades de funcionar socialmente y conseguir bienestar (Chertorivski; 2005: 16).
Sobre la definición de la pobreza se tiene como nivel de vida y como recursos inadecuados o insuficientes. Donde la insuficiencia de recursos es la causa de un nivel de vida inadecuada que significa carencias y privación. Con respecto a esta última categoría sus indicadores son: la falta de agua potable, de drenaje, bajo nivel educativo, la desnutrición, el hacinamiento, y la baja calidad de los materiales de la vivienda, la no participación en actividades acostumbradas en la sociedad (Boltvinik; 2004: 24).
Este autor en su estudio de pobreza y emigración internacional: otras visiones, considera que la emigración de los pobres se encuentra formada por cinco factores: 1) Capital social mientras más sólidas son las relaciones del grupo, mayor será la base de seguridad local que permite a los individuos asumir riesgos, y es más probable que los que ya han migrado ayuden a otros miembros del grupo; 2) Oportunidades locales que fijan a los pobladores aunque ofrezcan ingresos bajos, no hay más razón elocuente para migrar que el dicho muchas veces repetido “aquí no hay nada”; 3) Relaciones verticales son las relaciones de dependencia y patronazgo que atrapan a los miembros de la clase baja en obligaciones y derechos que hacen difícil la migración mientras la ausencia de tales relaciones y la distancia social con las clase altas mueve la cuestión del orden local y a buscar alternativas; 4) Opresión institucional en el caso de las mujeres, jóvenes e indígenas la migración es una manera de escapar de grupos opresivos. Ello no significa que por el hecho de haber emigrado se haya separado del grupo, sino que le permite renegociar su pertenencia y sus mayores ingresos pueden, finalmente, redefinir su estatus y prestigio dentro del grupo de pertenencia y 5) Los sucesos catastróficos generalmente empujan a las personas a emigrar para pagar las deudas, reconstruir activos y buscar oportunidades destruidas en la localidad.
Con respecto al concepto de exclusión para explicar las nuevas formas de marginación social y muy especialmente las asociadas a fenómenos de migración. Castlles define exclusión social.
Como el proceso por el cual a ciertos individuos y grupos se les impide sistemáticamente el acceso a posiciones que les permitirían una subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado. En circunstancias normales, en el capitalismo informacional, tal posición suele asociarse con la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado relativamente regular al menos para un miembro de una unidad familiar estable (Castlles; 1999:98).
La exclusión social no es una condición sino un proceso. Por lo tanto, sus fronteras cambian y, quién es excluido e incluido puede variar con el tiempo, dependiendo de los factores como es la educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales y las políticas públicas. La falta de trabajo regular como fuente de ingresos es en última instancia el mecanismo clave en la exclusión social, son muy variadas las vías que conducen a la indigencia y que colocan a individuos y grupos en una situación de dificultad/imposibilidad estructural para procurarse el sustento. Además, el proceso de exclusión social en la sociedad red afecta tanto a personas como a territorios, de suerte que, ciertas condiciones, países, regiones, ciudades y barrios enteros quedan excluidos, abarcando en esta exclusión a la mayoría o a toda la población (Castells; 1999:99).
A continuación se describen los indicadores que son considerados en la construcción de los índices de marginación de las localidades y municipios.
El índice y grado de marginación
Con el índice de marginación Damián (2004:60 y 61) considera que refleja una manera sencilla y objetiva sobre las carencias de algunos satisfactores que presentan los distintos grupos sociales en materia de educación, salud, empleo y vivienda. La misma autora, expone que la combinación y correlación de estos indicadores por medio del método de “componentes principales” permitió en forma sintética, conocer el índice de magnitud, intensidad y ubicación territorial de la marginación, estratificando las unidades territoriales en cinco grados: muy alto, alto, medio, bajo y muy bajo.
La marginación es un fenómeno estructural del desarrollo socioeconómico del país, que ha profundizado la desigualdad social como resultado, en gran parte, por la implementación del modelo de desarrollo económico neoliberal. Modelo asociado a las crisis económicas que se ha expresado en el aumento de precios no sólo de los bienes y servicios producidos por el gobierno sino de los productos de la canasta básica como tortilla, frijol, carne, huevo, leche entre otros, así como la luz, el agua, el transporte, la gasolina y fertilizante afectando al nivel de consumo de la población contribuyendo en el aumento de la pobreza (Damián; 2004:67).
Para lo cual, en la formulación de políticas, estrategias y ejecución de programas se requiere del diagnóstico que nos permita ubicar con mayor precisión los asentamientos donde el impacto global de las carencias conforman estructuras precarias y las personas padecen serios y recurrentes problemas que impiden el desarrollo de sus potencialidades y la realización de proyectos de vida al que aspiran (Salcedo; 2004:59).
El estado de Zacatecas cuenta con 2,659 localidades de las cuales el 44.8 por ciento tiene un grado de marginación alto y muy alto, dato que nos indica que cerca de la mitad de las comunidades del estado se sitúan en la condición de marginación; sólo una cuarta parte de las comunidades tienen un grado de marginación medio y; cerca de una tercera parte (29.7%) con un grado de marginación bajo y muy bajo.
Con respecto a los municipios que concentran un poco más del sesenta por ciento de las localidades con un grado de marginación alto y muy alto son Pinos, Fresnillo, Valparaíso, Mazapil, Nochistlán, Sombrerete, Tlaltenango, Villa de Cos, Monte Escobedo, Villanueva, Jalpa, Jiménez del Teul, entre otros en menor medida. Mismos que la mitad de ellos coinciden con el grado de intensidad migratoria internacional que tienen los municipios en el estado de Zacatecas.
De lo anterior se pueden deducir dos afirmaciones: La primera que la emigración a través del envío de remesas y el uso de las mismas que se da en la construcción de infraestructura y servicios como es el agua entubada, la luz eléctrica, educación para los demás miembros del hogar y en la construcción y reparación de la vivienda, que son indicadores que coadyuvan para que no se registre mayor marginación en las comunidades, y la segunda consideración, se observa que del total de los municipios expulsores de población en la mitad de ellos, se debió por su alto y muy alto grado de marginación.
Sin embargo, hay que dejar en claro que en los últimos años la percepción de remesas en los hogares ha ido a la baja pues del 76.6 por ciento de los zacatecanos que trabajan en Estados Unidos envío remesas, pero entre 1990 y 1994 sólo lo hizo 58 por ciento (García y Moctezuma; 2001). Asimismo, encuentra Gustavo López que el dinero de las remesas alcanza cada vez menos y que en consecuencia se canalizan a la sobrevivencia de los hogares.
Por su parte, Rodolfo García et al (2009) consideran el desplome de remesas agudiza crisis económica en Zacatecas como resultado de la importante caída de los envíos de dinero del extranjero agravará la pobreza y la marginación en las comunidades rurales (La Jornada; 07/09/2009: 32).
También, García Rodolfo et al (2009) estiman que la caída de las remesas ha sido considerable en municipios como Nochistlán, Monte Escobedo, Pánfilo Natera, Pinos, Río Grande y Sombrerete -enclavados en las tres principales regiones expulsoras de mano de obra, que son los cañones, el semidesierto y la zona frijolera- la respuesta generalizada de las familias es que desde finales de 2008 reciben menos dinero y de modo más infrecuente. Ello se debe a que muchos de los zacatecanos residentes en Estados Unidos perdieron su trabajo o les recortaron horarios. Sin embargo, la gran mayoría decidió permanecer allá a pesar de la crisis y el número de los que regresan no es muy significativo. Según sus familiares, harán hasta lo imposible por no volver, pues las condiciones económicas de México son más precarias (La Jornada; 07/09/2009:32).
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