IV. 1 La formación de los precios de acopio.
Por precio de acopio se entiende la suma del costo de producción unitario más la utilidad prevista para determinado producto agrícola. A partir de este capitulo se inicia el análisis del precio de acopio (unitario) del producto. La metodología comprende la evaluación de un conjunto de factores que inciden en la determinación de costos de producción unitario y posteriormente en el análisis de los criterios acerca de la formación de la utilidad en la producción agrícola.
Hasta este momento el costo de producción agrícola comprende la sumatoria de costos y gastos en un área de producción, pero la determinación del costo unitario consiste en establecer que parte de este se recupera por cada producto y para eso es necesario fijar el rendimiento agrícola.
Costo unitario= ___Costo total por área.
Rendimiento del cultivo
Por rendimiento agrícola se entiende, considerando una cantidad de inversiones de trabajo vivo o materializado, los resultados previstos o reales de los cultivos en un área determinada, Para ilustrar, en una hectárea se esperan de rendimiento unas 40 toneladas de caña, en una caballería de boniato unos 5 mil quintales, etc.
El rendimiento agrícola es el resumen o impacto final de la interacción de un conjunto de factores que inciden de manera significativa en la producción agrícola como son:
A continuación se evalúa el impacto de cada la interrelación que tiene cada uno de estos factores en los costos unitarios del producto.
IV.2 Las épocas de cultivo y los costos unitarios.
A diferencia de la producción industrial la agrícola es estacional. Los productos agrícolas, incluidos las que se producen en casas de cultivos, por muy sofisticadas que estas sean, se les modifica sus rendimientos en correspondencia con determinadas épocas del año.
En Cuba se reconoce dos periodos climatológicos: el de lluvia que se inicia el primero de mayo y se extiende hasta el 30 de octubre y el de seca que comienza el 1er de noviembre hasta el 30 de abril. Los cambios climáticos ocurridos en los últimos años, en muchas ocasiones, no permite identificar cada una de estos etapas y distorsionan los rendimientos esperados de las producciones.
Para el campesino se reconoce dos épocas para iniciar la siembra: la de frió que se inicia en el mes octubre y la de primavera que se vincula al mes de marzo. A diferencia de lo que muchos creen no es la lluvia el único factor importante en lo referente a las diferencias de rendimiento en cada etapa. Otros fenómenos son mucho más significativos, sobre todo si actúan de manera activa y de conjunto, entre estos se encuentran:
El efecto de las lluvias es decisivo en la producción agrícola, sin el agua es imposible lograrla. Para los productores que no tienen regadíos (secano), alcanzar altos rendimientos agrícolas es resultado de la buena suerte y del arte o cultura trasladada por sus antecesores.
En la Tabla No. 1 se muestra como las épocas de cultivo determinan, en correspondencia con los rendimientos que se obtienen, los precios de acopio de algunos productos en Cuba.
En resumen, mejores condiciones del clima favorecen más producción por área y también de mejor calidad lo que provoca un incremento de los rendimientos y por tanto disminución de los costos unitarios de los productos y permite planificar precios más bajos. En determinadas épocas del año los factores climáticos favorecen y otros disminuyen los rendimientos agrícolas. La introducción de los adelantos científicos técnicos cada vez más reduce el impacto de estos fenómenos, pero aún no han podido vencerlos totalmente.
IV.3 La calidad de la tierra, la cultura agrícola y los costos unitarios.
Desde tiempos inmemoriales el productor agrícola buscó las tierras más propicias para sus cultivos. Con el crecimiento de la población y la necesidad de utilizar tierras regulares y peores para la producción este asunto se convirtió en problema notable.
Posteriormente la calidad de la tierra, con el desarrollo de fertilizantes y plaguicidas más potentes este asunto a pasado a un segundo nivel de importancia, aunque para determinadas producciones y en algunas zonas geográficas constituye un tema muy relevante.
En las condiciones de la economía cubana no es precisamente la utilización de los insumos sofisticados lo que hace menos notable la calidad de tierra. Sin dudas los conocimientos teóricos adquiridos y las tradiciones de siglos de los productores en el país permiten que un productor no utilice la tierra para un cultivo que no es favorable su desarrollo.
Como se sabe cultivos como el tabaco, la papa o el café se conocen bien donde cosecharlo y un productor no se le ocurre producirlos fuera de las áreas que se requiere, auque cuente con los mejores insumos y semillas. También hay que reconocer que determinadas tierras, solo propicias para determinados cultivos, pueden tener mejores rendimientos que otras similares
El hecho de producir en tierras con mejores condiciones agrotécnicas (acides, alcalinidad, drenaje, etc.) incide favorablemente en los rendimientos, alcanzándose mayores producciones por área. El incremento de la producción abarata los costos unitarios, lo que por lo general permite a estos productores obtener mayores ingresos por cosecha, porque como se sabe, los precios no pueden disminuirse porque lo determinan las condiciones peores. Veamos un ejemplo para ilustrar:
Existen tres productores del mismo cultivo X en tres tipos de tierra que su costo total o inversión es de 1000 CUP por hectárea un precio unitario del producto de 120 pesos por Tonelada.
Productor A en tierras buenas con un rendimiento 20 toneladas obtiene un ingreso por ventas brutas de 2 400 CUP y una ganancia de 1400 CUP
Productor B en tierras regulares con un rendimiento de 15 Toneladas un ingreso por ventas brutas de 1800 CUP y una ganancia de 800 CUP
Productor C en tierra malas con un rendimiento de 10 Toneladas un ingreso por ventas brutas de 1200 CUP y una ganancia de 200 CUP.
Como se puede apreciar los tres productores obtienen ganancias, aunque muy superiores el de las condiciones buenas y regulares, como resultado del tipo de tierra que tienen. Estos ingresos adicionales o extraordinarios constituyen la fuente de la Renta Diferencia Uno que pasa a manos del terrateniente en un escenario de relaciones capitalistas de producción, pero que en una economía socialista, que tiene como condición que la tierra es del que la trabaja, son ingresos que en una adecuada proporción deben ser parte de uso colectivo, a través del Presupuesto del Estado.
En resumen, aunque la cultura agrícola del productor contribuya junto con la aplicación de los adelantos científicos técnico a que la calidad de la tierra no constituya un aspectos decisivo en los rendimientos agrícolas y por tanto en los costos unitarios e ingreso totales de los productores, continua siendo importante y es necesario evaluar económicamente su efecto, para favorecer que siempre la tierra se utilice en el producto o la inversión en la cual más rendimiento económico proporcione. El efecto en los rendimientos agrícolas se evalúa en el próximo tema.
IV.4 Los fertilizantes y los plaguicidas, su efecto en los costos unitarios.
Los insumos agrícolas desempeñan diversos roles en la producción, pero sin dudas el papel decisivo en los rendimientos lo desempeñan los fertilizantes. Se han desarrollado innumerables tipos de sustancias que nutren los suelos y con ello proporcionan a las plantas, de manera expedita, las sustancias que requieren para su crecimiento vegetativo y producción de alimentos.
Lo significativo de los fertilizantes desde el punto de vista de precio es el impacto que tiene en los rendimientos agrícolas, provocando en ellos un fuerte incremento que proporciona a su vez una reducción de los costos unitarios y el incremento de los ingresos de los productores.
Como regla el costo del más caro de los fertilizantes es asumido por el incremento de los rendimientos que provoca, existiendo una evidente tendencia a su mayor utilización. No ocurre de igual forma con los plaguicidas, los cuales tienen también efectos negativos que es necesario evaluar.
Veamos un ejemplo para ilustrar.
Dos productores deciden a sembrar boniato. El productor A no adquiere fertilizantes y por tanto los costos por hectárea de 10 000CUP, el productor B compra fertilizantes y los costos por hectárea son de 12 000CUP. El efecto de los fertilizantes provoca que mientras el productor A obtiene un rendimiento de 10 toneladas por hectárea el productor B es tiene 15 toneladas por hectárea.
A partir de estos resultados, el costo unitario de la tonelada del productor B es de 1000 CUP y el del producto B es de 800 CUP. Como se puede si bien los costos totales pueden ser superiores con el uso de los fertilizantes los unitarios se abaratan considerablemente. En el Gráfico No. 3 se ilustra los resultados para productores de un mismo producto que lo único que lo diferencia es el uso de los fertilizantes.
En cuanto a plaguicidas, se puede considerar no sólo las sustancias que atacan a las plagas de insectos, también las vegetales, de diversas modalidades. Estos productos no incrementan los rendimientos, pero si permiten que la producción estimada se alcance en los niveles previstos y con la calidad necesaria para su comercialización. En el Gráfico No. 3 se presenta el efecto del uso de los plaguicidas, pero en este caso lo ocurre es que el productor A no lo utilizó o su uso fue insuficiente.
A diferencia de los fertilizantes existen diversas modalidades de plaguicidas, algunos con altas dosis de productos químicos que su utilización afectan el medio ambiente, incluso pueden deteriorar hasta la propia tierra. La necesidad de usarlos tiene que estar ponderada por un precio elevado que garantice su uso en el caso extraordinario. En general se puede afirmar que el plaguicida no aumenta el rendimiento agrícola, pero asegura que la cosecha obtenga los niveles esperados en cantidad y calidad.
Existen otras modalidades muy alentadoras que deben incrementar su utilización en el país como es el caso de los bioplagucidas y biofertilizantes, los que provocan con las dosis requeridas altas volúmenes de producción, no obstante la cultura de su uso debe ampliarse para que no se desestimulen sus resultados.
De igual manera ocurre con las semillas transgénicas, de alto costo y altos rendimientos. Es un tema polémico que se debate es muchos círculos, pero mas temprano que tarde debe imponerse como la solución al hambre de miles de millones en el mundo.
En resumen, es decisivo conocer los niveles de fertilizantes y plaguicidas con que cuenta el país para un determinado año y valorar a partir de esta información, que rendimientos se pueden esperar para las producciones y posteriormente estimar como se satisface la demanda y por tanto, a que nivel debemos establecer los precios, tanto de acopio como minoristas.
IV.5 Los rendimientos agrícolas y los costos unitarios.
La determinación de los rendimientos bases para determinar los precios de acopios constituyen uno de los asuntos más complejos y polémicos en la planificación de los precios de acopio. Como se conoce en el precio además de los costos y gastos de la producción y la utilidad deciden los niveles de precios el rendimiento que se considere para la producción.
Por otra parte, aunque los costos totales en una determinada área sean similares, cada producción agrícola tiene su rendimiento y por tanto, su costo unitario específico.
Los rendimientos pueden agruparse en tres grandes bloques los altos, los medios y los bajos. Como se ha señalado anteriormente en el caso de la producción agrícola determinan los costos de las peores condiciones, lo difícil es que estos hay aún peores. Por tanto, el punto de análisis es determinar cuál de las condiciones peores es que la se considerará para planificar el precio.
No es lógico que cualquier productor, muy ineficiente y holgazán sea capaz de obtener utilidades, por tanto, hay que poner un tope o determinar que condiciones mínimas se aceptan.
Veamos un ejemplo numérico, para ilustrar:
El costo de los insumos, servicios prestados y gastos de fuerza de trabajo para una hectárea sembrada de boniato es de 12 800,00CUP y se obtienen por tres productores los siguientes rendimientos.
Productor A 10TN
Productor B 15 TN
Productor C 20 TN
Por tanto, el productor A obtiene 1280 por tonelada (59,00 CUP por quintal), el B 853 por tonelada (39,00CUP por quinta) y el C 600 por tonelada (28,00CUP por quintal). Como se puede apreciar en este ejemplo el productor A, demuestra una alta ineficiencia resultado de causas objetivas o subjetivas. Este productor sobrevive económicamente si el precio que se establece permite recuperar su costo, y esto depende no solo de los niveles de producción que alcance la oferta, también de la demanda de la población, asunto que se abordará posteriormente. En el gráfico No. 5 se ilustra el comportamiento el comportamiento esperado que debe tener la relación entre los rendimientos, los costos totales y unitarios y el precio de un producto.
Lo nuevo en las condiciones de una economía planificada es que si se pueden planificar suficientes insumos para garantizar cubrir la demanda de la población y la industria, los rendimientos que estos insumos proporcionan son los que se adoptarían, pero no siempre puede ser así, por lo que como regla, en las producciones que no se garantizan insumos para determinar se consideran las peores condiciones, pero aquellas más generales o preponderantes.
En resumen, si existen insumos que permiten producciones que permiten abastecer y cubrir las demandas se adoptan los que estos proporcionan, de lo contrario para planificar los precios se adoptan los rendimientos de las condiciones peores más generales o preponderantes.
IV.6. El precio de acopio planificado: costo unitario planificado más la ganancia prevista.
Posterior a la determinación del rendimiento a considerar en la planificación del precios y conociendo el nivel de insumos planificados para el año se puede calcular el costo unitario previsto o planificado para cada producto en una campaña.
Como se conoce el precio de acopio de un producto incluye los costos unitarios para su producción y la ganancia (utilidad). La determinación de la ganancia constituye uno de los pasos más importante en la formación del precio porque decide el estimulo que va a tener el productor para iniciar el cultivo de un determinado producto, también importante destacar que una utilidad extraordinariamente alta lo desestimula y puede provocar disminuir la producción.
Lo complejo de la determinación de la ganancia es su cuantificación. Pueden existir diversos criterios para la formación de la utilidad como pueden ser:
Se pueden evaluar diversos criterios para la planificación de la utilidad en un precio de acopio, pero esta categoría debe permitir cubrir los siguientes conceptos :
No existe un basamento exacto y demostrado para establecer cuanto debe obtener un productor, por lo que el método que se propone consiste en cubrir determinados conceptos y estimar un nivel algo superior de ingresos.
Con el objetivo de ilustrar la anterior afirmación se expone el siguiente ejemplo.
Si un productor promedio en el país, invierte en una hectárea unos 40 mil 200 CUP, en determinadas condiciones de producción como las que fueron analizadas anteriormente, se pueden efectuar los siguientes cálculos
El monto total de la ganancia o utilidad que obtienen es de 16 400 pesos, que sumados a los costos de 40 mil pesos resultan 56 mil pesos por un rendimiento de 20 toneladas por hectárea es un precio unitario de tonelada de 2 800 CUP, aproximadamente uno 120 pesos por quintal.
Este procedimiento para llegar la determinación de la ganancia del productos tiene la ventaja que asegura los ingresos previsto en el precio, pero puede corroborarse con otros no menos efectivos y que pueden ayudar a lograr una aproximación más efectiva a este polémico asunto.
Tan importante como la determinación de la ganancia prevista en el precio de un producto es el criterio de que los productores deben estar igualmente estimulados a producir indistintamente cualquier producto, con la excepción de que el Estado considere por alguna razón y siempre de manera transitoria estimular uno o varios que otros.
Como se conoce en un año, en una determinada área productiva se pueden cosechar más de un producto, incluso hasta algunos tres o cuatro veces en el año, mientras otros requieren un año y algunos un poco más. A partir de esta realidad si se fijan similares niveles de ganancia para todos los productos, los que se puedan cultivar más de una vez al año obtendrán más ganancia que aquellos que pueden hacerlo solo una vez y estarán mas estimulados para su producción que el resto.
Lo que se requiere entonces es el análisis para que la magnitud de la ganancia de un producto pase por considerar la ganancia que proporciona, no un determinado producto, sino la inversión que realice un productor en un área de tierra. Ilustremos con un ejemplo para la mejor comprensión:
Retomemos los datos anteriores donde se determinó que la utilidad de un productor era de 16 400 CUP. Si esa ganancia es para un año y un solo producto cosechado no se requiere hacer ninguna modificación al precio, pero si es como el boniato que se puede cultivar dos veces al año, entonces esta utilidad hay que dividirla por dos ( 8 200 CUP) y en la formación del precio del boniato se añade a su costo la mitad de la ganancia de manera tal de que en este cultivo obtenga en el año recupere el total de la ganancia estimada y no el doble.
Con este cálculo se puede lograr que todos los productos agrícolas considerados obtengan similar rentabilidad sobre el costo total anual o capital invertido por productor, lo cual permite que no haya estímulos distorsionados en la producción agrícola.
Veamos un ejemplo en el Gráfico No. 6 de cómo se presentaría la relación costo/precio/utilidad en un conjunto de productos, de forma tal que estén de manera similar estimulados:
- De la ganancia por hectárea a la del productor.
Llegar a determinar que los productos obtengan similar ganancia por hectárea no agota aún el análisis. Es necesario introducir otro aspecto, como es el que en determinados cultivos un productor no puede exceder más de cinco hectáreas (ajo, tabaco, pimiento) y en otros (caña de azúcar, plátano, arroz) llega a más de una caballería ( 13,4 hectáreas). Para resolver este asunto se propone aproximar la rentabilidad de cada producto a la que puede obtener el productor de más resultados. Veamos un ejemplo para ilustrar:
- Como resultado de las aplicaciones anteriores donde se consideró el efecto de la calidad de las tierras, la cultura agrícola, los fertilizantes y plaguicidas y los ciclos productivos de cada cultivo, todos los productores obtienen de ganancia neta, en una hectárea en el año de unos 3 000 CUP
- El de caña como puede sembrar 15 hectáreas recibe 45 000 CUP.
- El de boniato como puede sembrar 10 hectáreas recibe unos 30 000 CUP
- El de ajo como solo puede atender 5 hectáreas recibe unos 15 000 CUP
Ante esta situación se requiere homologar los resultados anuales por productor, por tanto a los productores de ajo se les multiplica la utilidad por tres y al del boniato por dos. Las nuevas ganancias recalculadas por cada producto se le suma al costo de la hectárea y este se divide por el rendimiento planificado para obtener el nuevo precio del producto ajustado ahora a la capacidad de cosecha que cada productor tiene por producto.
Como se aprecia en el Gráfico No. 7 a partir de la introducción del criterio del ingreso posible a alcanzar por productor se incrementan los precios de los productos que requieren más laboreo y por tanto, el productor no puede atender mucho más hectáreas, lo que crea condiciones para obtener similar ganancia (utilidad) para cada productor, en relación con el producto que va a cultivar.
En resumen, los análisis hasta aquí realizados sólo ofrecen una base económica para determinar los precios con mayor objetividad, existen otros aspectos como pueden ser estimular el incremento de la calidad, medida por alguno de sus componentes básicos o la producción por determinadas razones, como la exportación, las sustitución de importaciones, y satisfacer la demanda que modifican estos resultados. Los efectos en los precios de estos aspectos relacionados se evaluaran en próximos capítulos.
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