1.3 Principales cambios biológicos o transformaciones puberales que ocurren en la adolescencia.
“El tiempo se identifica con cambios importantes en el cuerpo, junto con progresos en la psicología y la carrera académica de una persona. En el inicio de la adolescencia, los niños terminan la escuela primaria y se incorporan generalmente la educación secundaria o enseñanza media". (Dr. Caro. Valle.J)
El adolescente se convierte físicamente, en unos pocos años, en particular en los más tempranos de esta etapa (cuando aún es psicológicamente muy inmaduro), en un adulto en apariencia, capaz de engendrar hijos y de disfrutar de la vida erótica en solitario y en pareja. De tales cambios y de su nueva situación social se derivan las primeras y trascendentales adquisiciones psico sexuales.
La pubertad llama la atención principalmente por el nuevo aspecto físico que se va adquiriendo, sin embargo, son tantos los cambios que tienen lugar en el cuerpo, se desarrollan nuevos sentimientos y estados de ánimo contradictorios.
Algunos púberes llevan con entusiasmo, orgullo y satisfacción las nuevas características de su cuerpo, otros adolescentes con inconformidad, vergüenza y confusión. El crecimiento físico no ocurre de manera simultánea, es muy frecuente que se adquieran ciertas desproporciones entre las extremidades y el resto del cuerpo, hasta que se van armonizando poco a poco, por los que sus movimientos tienden a ser más bruscos antes de recuperar su normalidad.
Dados los cambios trascendentales que tienen lugar en la adolescencia en todas las direcciones del desarrollo, esta etapa constituye un período sensitivo desde el punto de vista de consolidación de la identificación genérica y la orientación sexual.
Desde que el niño nace, comienza a familiarizarse a través del ejemplo que le ofrecen los padres y adultos, con el modelo de relación heterosexual, el cual no es interiorizado como una adquisición propia hasta que surgen las nuevas formaciones vinculadas a la situación social del desarrollo de los adolescentes.
Los cambios físicos y psico sociales que aquí ocurren, y la nueva posición social alcanzada, originan el sentido de madurez, la necesidad de ser independientes del adulto, imitando muchas de las conductas.
Las transformaciones puberales o cambios biológicos que se producen esencialmente en la adolescencia, son nuevas potencialidades del desarrollo físico que tienen una importante repercusión psicológica, donde los púberes observan y son conscientes de que su cuerpo se transforma y adquiere capacidades adultas en dos sentidos fundamentales: como vía de procreación y, lo que es lo más importante para él, como vía de disfrute sexual y de atracción física y erótica (Ravelo. A. 2008)
De esta forma, el cuerpo adquiere una nueva significación para el adolescente que estructura y desarrolla una imagen corporal diferente, llena de vivencias, conflictos y satisfacciones, las que actuarán directamente en el desarrollo de su autoestima al enriquecerlas o lesionarlas según el caso.
Esta transformación corporal unida a su desarrollo psíquico general da origen a lo que se denomina el "sentimiento de adultez", o la necesidad de ser y comportarse como los mayores, de reproducir sus conductas y manifestaciones, en general, y sexuales, en particular, lo que trae aparejado el desarrollo de intereses referidos a todas las cuestiones de la vida sexual, de pareja, familiar y reproductiva.
En el trasfondo de estos procesos, la actividad gonadal desencadena deseos e impulsos sexuales (la libido), más o menos vehementes en la muchacha y el muchacho que son estimulados por sus propias fantasías eróticas y las de sus coetáneos quienes en estas edades constituyen la motivación social esencial de su vida.
Ocurre con mucha frecuencia que, rápidamente, ellas y ellos comprenden que la casi totalidad de las zonas de su cuerpo y en especial los genitales responden a estímulos erógenos somáticos o psicógenos y entran en una fase de "experimentación sexual" caracterizada por el deseo intenso de disfrutar de la más amplia variedad de vivencias eróticas y espirituales, lo que desencadena una búsqueda activa de experiencias eróticas que motivan al ejercicio de su sexualidad.
A muchos padres y madres les llama la atención ver que las hijas o hijos púberes, prefieren las amistades con aquellos iguales de su propio sexo. Sobre esta situación explica Alicia González Fernández que los muchachos y las muchachas, ávidos de independencia y autodeterminación, de tomar las riendas de su vida sexual y general, de asumir posturas y actitudes independientes de los adultos, con frecuencia, por su poca madurez, se ven imposibilitados de alcanzar estos fines por sí solos, por lo que recurren al apoyo y seguridad del grupo de sus pares, compuesto por adolescentes de su mismo sexo, con los que se sienten más cómodos. Sin embargo, los adolescentes del otro sexo, por lo general, son el objeto de su atracción pero aún carecen de las habilidades y las vías efectivas de interacción y convivencia que facilite una buena comunicación entre ellos. (Domínguez. L. 2003)
En estas etapas primarias, en que las y los adolescentes experimentan física y psicológicamente la necesidad de experiencias sexuales y no están aptos aún para el inicio de los juegos intersexuales, solo pueden encontrar su satisfacción a través del autoerotismo y la masturbación.
Las investigaciones que se han realizado a nivel mundial demuestran que, aproximadamente, uno de cada tres adolescentes, más frecuentes entre los varones practican durante años y especialmente en las edades más tempranas de esta etapa, la masturbación y otros juegos con diversas zonas erógenas de su cuerpo. Tales manipulaciones no solo son inocuas sino beneficiosas por diversos motivos.
Una de las razones por las que produce bienestar se debe a que en las etapas incipientes de la pubertad, en que los impulsos sexuales suelen ser muy vehementes, ya que no están preparados o no pueden aún acceder a los juegos sexuales de pareja, encuentran en estas prácticas solitarias una vía de descarga de tensiones físicas y psicológicas acumuladas, que les permiten alcanzar la necesaria catarsis y relajación indispensables para su concentración en la gran diversidad de actividades escolares, sociales y de otros órdenes.
El autoerotismo es una fase inicial, fundamental, a través de la cual el ser humano aprende a conocer más profundamente las capacidades erógenas de su cuerpo, ejercita y desarrolla la función del orgasmo y se prepara para el próximo paso de esta fase experimental, los vínculos de pareja.
Todos los individuos, durante el período de la adolescencia, presentan un mayor o menor grado de crisis de desarrollo. Desde el punto de vista práctico, el perfil psicológico es transitorio y cambiante durante la adolescencia y emocionalmente inestable.
El desarrollo de su personalidad dependerá en gran medida de la personalidad que se haya estructurado en las etapas preescolar y escolar y de las condiciones sociales, familiares y ambientales que se les ofrezcan. Los cambios y transformaciones que cubre el individuo en esta etapa son considerablemente acusados tanto en la esfera psíquica como en la orgánica.
Las transformaciones puberales abarcan un conjunto de cambios entre los que se destacan los cambios antropométricos, fisiológicos, endocrinos y la maduración sexual.
Cambios antropométricos.
Los cambios antropométricos comienzan aproximadamente entre los 10 y 13 años, se produce un crecimiento en todas las dimensiones corporales que es conocido como el segundo estirón, este impulso en general comienza y termina antes en las hembras, pero nunca alcanza la misma proporción en los varones.
Se producen cambios en la estructura corporal y el peso, ya que ambas direcciones aumentan, las extremidades crecen y se hacen pronunciadas respecto al tronco, la mandíbula se torna más gruesa y saliente, sobre todo en los varones, la masa corporal relativa a los huesos y músculos también aumenta en mayor medida en los varones, lo que puede justificar de alguna forma su mayor fortaleza física, mientras que en las hembras aumenta en mayor proporción la masa corporal total, relativa a la masa subcutánea, produciéndose una acumulación de esta en las piernas, antebrazos y glúteos.
Cambios fisiológicos.
Los cambios fisiológicos producen deficiencias en el sistema circulatorio, por el rápido crecimiento del corazón, en comparación con el de los vasos sanguíneos, lo que trae como consecuencia la aparición de alteraciones neurovegetativas como mareos, palpitaciones, dolor de cabeza. También se observan desórdenes funcionales del sistema nervioso central, que se traducen en la tendencia al agotamiento físico e intelectual, la irritabilidad, la hipersensibilidad, los trastornos del sueño y la susceptibilidad a contraer enfermedades.
Cambios endocrinos.
En cuanto a los cambios endocrinos se presenta un incremento de la actividad del hipotálamo, que es la zona del cerebro que estimula la actividad de la hipófisis. La hipófisis es una pequeña glándula de secreción interna, situada en la base del cráneo, produce hormonas que estimulan el funcionamiento de otras glándulas como las suprarrenales y las gonodotrópicas (ovarios y testículos). Así se crean las condiciones para una producción acelerada de estrógenos y andrógenos lo que influye notablemente en el proceso de maduración sexual.
En la mujer
La hormona dominante en el desarrollo femenino es el estradiol, un estrógeno. Mientras el estradiol promueve el crecimiento de mamas y del útero, es también la principal hormona conductora del crecimiento pubertal y de la maduración epifiseal y cierre. Los niveles de estradiol suben más temprano u quedan más tiempo leves en mujeres que en hombres.
Los cambios físicos en las niñas son:
Crecimiento de vello púbico. El vello púbico es por lo general la segunda manifestación de la pubertad. También se le refiere como pubarquia, y los vellos se pueden ver por primera vez alrededor de los labios. En alrededor del 15% de las niñas el vello púbico aparece aún antes de que los senos empiezan a desarrollarse.
Cambios en la vagina , el útero, y los ovarios.
La membrana mucosa de la vagina también cambia en respuesta de los niveles ascendentes de estrógenos, engordando y adquiriendo un color rosáceo. También las características secreciones blancuzcas son un efecto normal de los estrógenos.
Inicio de la menstruación y fertilidad.
El primer sangrado menstrual, también conocido como menarca aparece alrededor de los 10 a los 16 años (en promedio). Los períodos menstruales al inicio casi nunca son regulares y mensuales durante los primeros años. La ovulación es necesaria para la fertilidad y puede o no presentarse en los primeros ciclos.
Cambio en la forma pélvica, redistribución de la grasa y composición corporal.
Durante este período, también en respuesta a los niveles ascendentes de estrógeno, la mitad inferior de la pelvis se ensancha (proveyendo un canal de nacimiento más ancho). Los tejidos adiposos aumentan a un mayor porcentaje de la composición corporal que en los varones, especialmente en la distribución típica en las mujeres de las mamas, caderas y muslos. Esto produce la forma corporal típica de la mujer.
Crecimiento de vello facial y corporal.
En los años y meses posteriores a la aparición del vello púbico, otras áreas de la piel desarrollan vello más denso aproximadamente en la secuencia siguiente: vello axilar, vello peri anal, vello encima de los labios y vello peri areolar.
Aumento de estatura.
El crecimiento es inducido por el estrógeno y comienza aproximadamente al mismo tiempo que los primeros cambios en los senos, o incluso unos cuantos meses antes, haciéndolo una de las primeras manifestaciones de la pubertad en las niñas. El crecimiento de las piernas y los pies se acelera primero. La tasa de crecimiento tiende a alcanzar su velocidad máxima (tanto como 7,5-10 cm. anuales).
Olor corporal, cambios en la piel y acné.
Niveles ascendentes de andrógenos pueden cambiar la composición de ácidos grasos de la transpiración, resultando en un olor corporal más "adulto". Esto a menudo ocurre uno o más años antes que la telarquia y la pubarquia. Otro efecto inducido por los andrógenos es el aumento en la secreción de aceite (sebo) en la piel y cantidades variables de acné. Este cambio incrementa la susceptibilidad al acné, que es un rasgo característico de la pubertad, variando en severidad.
En el varón.
Desarrollo de la musculatura.
Formación del cuerpo de adulto.
Crecimiento de los testículos.
El crecimiento de los testículos es una de las primeras características por las cuales un niño se puede dar cuenta de que está entrando a la pubertad ya que estos aumentan de tamaño.
Engrosamiento de la voz.
Cuando un niño está en etapa de desarrollo sus cuerdas vocales se tornan más gruesas de manera que la voz de la persona quede gruesa y masculina. Esto va por períodos, puede al principio le salgan los llamados "gallos" al hablar, y luego se va tornando más grave la voz.
Olor corporal.
Alcanzada la pubertad, el niño comienza a expulsar olores característicos, especialmente tras el ejercicio físico. La expulsión de sudor por parte de las glándulas sudoríparas aumenta en la pubertad, lo cual se convierte, aunque no decisivamente, en un factor importante que contribuye al olor corporal. Este olor suele calificarse como desagradable y su intensidad puede variar de persona a persona y de momento en momento.
Crecimiento en estatura.
El niño que ha alcanzado la pubertad entra en un nuevo proceso de crecimiento en estatura de una duración mayor al de las niñas. Este proceso de crecimiento usualmente dura hasta los 23 años de edad en varones, 21 en niñas. No obstante el crecimiento de talla puede observarse hasta los 26 años.
La maduración sexual.
La maduración sexual estimula la atracción sexual y sirve de base a la consumación de relaciones sexuales entre los adolescentes. Estas relaciones tienden a ser inestables y a veces promiscuas por la elevada necesidad de los adolescentes de explorar su cuerpo y tener experiencias con el otro en este terreno.
En la adolescencia temprana y para ambos sexos, no hay gran desarrollo manifiesto de caracteres sexuales secundarios, pero suceden cambios hormonales a nivel de la hipófisis, como el aumento en la concentración de gonadotropinas (hormona foliculostimulante) y de esteroides sexuales.
Seguidamente aparecen cambios físicos, sobre todo cambios observados en la glándula mamaria de las niñas, los cambios genitales de los varones y el vello pubiano en ambos sexos.
Mujeres:
El primer cambio identificable en la mayoría de las niñas es la aparición del botón mamario Se caracteriza por un agrandamiento en el tejido glandular por debajo de la areola, consecuencia de la acción de los estrógenos producidos por el ovario. La edad de aparición es después de los 8 años puede ser unilateral y permanecer así por un tiempo—o bilateral y casi siempre es doloroso al simple roce.
Al avanzar la adolescencia, el desarrollo mamario, además de ser cuantitativo es cualitativo, la areola se hace más oscura y grande y sobresale del tejido circundante, aumenta el tejido glandular, se adquiere la forma definitiva, generalmente cónica y se desarrollan los canalículos. Puede haber crecimiento asimétrico de las mamas.
El vello púbico, bajo la acción de los andrógenos adrenales y ováricos, es fino, escaso y aparece inicialmente a lo largo de los labios mayores y luego se va expandiendo. El vello púbico en algunos casos coincide con el desarrollo mamario y en otros puede ser el primer indicio puberal.
Típicamente comienza a notarse a los 9 o 10 años de edad. Al pasar los años, el vello pubiano se hace más grueso y menos lacio, denso, rizado y cubre la superficie externa de los labios extendiéndose hasta el monte de Venus, logrando la forma triangular característica adulta después de 3 a 5 años (más o menos entre los 15 y 16 años de edad). El vello axilar y corporal aparece más tarde.
Los genitales y las gónadas cambian de aspecto y configuración. Los labios mayores aumentan de vascularización y en folículos pilosos, hay estrogenización inicial de la mucosa vaginal, los ovarios y el cuerpo del útero aumentan en tamaño.
Las trompas de Falopio aumentan después de tamaño y en el número de pliegues en su mucosa. Los labios menores se desarrollan, los labios mayores se vuelven luego delgados y se pigmentan y crecen para cubrir el introito. La vagina llega a 8 cm. de profundidad y luego de 10 – 11 cm.
Por efectos estrogénicos, la mucosa se torna más gruesa, las células aumentan su contenido de glucógeno y el PH vaginal pasa de neutro a ácido un año antes de la menarquia. Se desarrollan las glándulas de Bartolina, aumentan las secreciones vaginales, la flora microbiana cambia con la presencia del bacilo de Doderlein, la vulva sufre modificaciones en su espesor y coloración, el himen se engruesa y su diámetro alcanza 1 cm.
La menarquia, que es la primera aparición del ciclo menstrual, aparece precedida por un flujo claro, inodoro, transparente y bacteriológicamente puro que tiene aspecto de hojas de helecho al microscopio. La menarquia tiende a ocurrir a los 12 o 13 años, aunque puede aparecer en la pubertad avanzada.
Hombres:
Los testículos pre-puberianos tienen un diámetro aproximado de 2,5 a 3 cm., el cual aumenta obedeciendo a la proliferación de los túbulos seminíferos. El agrandamiento del epidídimo, las vesículas seminales y la próstata coinciden con el crecimiento testicular, pero no es apreciable externamente. En el escroto se observa un aumento en la vascularización, adelgazamiento de la piel y desarrollo de los folículos pilosos.
La espermatogénesis es detectada histológicamente entre los 11 y 15 años de edad y la edad para la primera eyaculación es entre 13 y 16 años. El pene comienza a crecer en longitud y también a ensancharse aproximadamente un año después de que los testículos aumenten de tamaño.
Asociado a la maduración sexual también se encuentran las consecuencias indeseadas que se producen en esta etapa de la vida:
- La promiscuidad puede conducir a la aparición de enfermedades de transmisión sexual (Gonorrea, Sífilis incluyendo el SIDA), también la falta de preparación y orientación en esta esfera, puede llevar a los adolescentes a tener un embarazo precoz, sin contar las consecuencias que trae consigo.
- Otro aspecto asociado a la maduración sexual es la masturbación o estimulación sexual con auto gratificación, esta práctica se considera normal en esta y otras etapas de la vida. Debido a los prejuicios existentes en nuestra sociedad que lo consideran como algo pecaminoso y hasta una enfermedad, genera a veces en los adolescentes sentimientos de culpa y miedo. Se considera que el 85% de los adolescentes practican la masturbación.
- La homosexualidad o práctica de aquellas personas que reciben gratificación sexual en relaciones con individuos del mismo sexo, pueden comenzar a partir de la adolescencia.
Existen condiciones que favorecen las prácticas homosexuales entre las que se encuentran:
Los adolescentes se sienten más cómodos cuando comparten con personas del mismo sexo, aunque a veces sienten miedo al rechazo y la represión de padres y demás adultos, así como la falta de aceptación social hacia la homosexualidad. Algunos adolescentes sienten culpa y esto puede llevarlos al pánico y hasta el suicidio.
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