Desde finales del siglo XVIII, y principios del siglo XIX, se comenzó a desarrollar la biblioteca como un elemento necesario en la enseñanza, es en la tercera década del siglo XX cuando se inicia un efectivo desarrollo en materias de bibliotecas escolares. Antes del triunfo de la Revolución, en Cuba existían algunas bibliotecas escolares, pero no integraban un sistema bajo una misma dirección y supervisión. Las bibliotecas entonces existentes estaban, en su gran mayoría, al servicio de las clases privilegiadas. En las escuelitas públicas era muy difícil encontrar una biblioteca escolar.
Según Aguilar, Mercedes (Ob. Cit), las pocas bibliotecas en la enseñanza primaria se fomentaban sin ayuda estatal. Ningún personal técnico intervenía en la creación y orientación de esas bibliotecas, como tampoco en las de nivel medio. Estas escasas bibliotecas no disponían de asignaciones suficientes para la adquisición de libros y otros materiales, por lo que sus colecciones se formaban en su mayor parte por donaciones.
Cuando el Gobierno Revolucionario cubano crea la Ley de Sección de bibliotecas escolares está señalando su propósito de fomentar un sistema nacional de bibliotecas escolares. El artículo 47 de la Ley No. 856 “Nueva ley orgánica del Ministerio de Educación.´” 6 de julio de 1960 es muy claro al definir que el Ministerio de Educación ha de mantener una política en materia de bibliotecas escolares.
La idea fundamental radica en que la biblioteca es necesaria a la escuela para el desarrollo de los planes educacionales porque así lo exigen la educación moderna y las grandes transformaciones que vienen operándose en el aprendizaje y en la formación general del educando.
Según Aguilar, Mercedes (Ob. Cit), el desarrollo de la red de bibliotecas escolares comenzó por la primaria, y se extendió, desde 1968, al nivel medio de enseñanza. En la actualidad, la red rebasa las tres mil bibliotecas, que prestan servicio a escuelas de los diferentes tipos y niveles de educación en todo el país. Cuba tiene que fortalecer su sistema nacional de información, comenzando por la base, la biblioteca escolar.
La biblioteca es un tipo de sistema de información que está destinada al depósito de información registrada, principalmente en forma de libro. No obstante, aunque la palabra biblioteca deriva de la latina biblioteca y esto a su ves lo hace del vocablo griego biblio (libro), la acepción moderna del término hace referencia a cualquier recopilación de datos recogidas en muchos otros formatos (micro filmes, revistas grabaciones, películas diapositivas, cintas magnéticas y de video, así como otros medios electrónicos).
De acuerdo con Aguilar, Mercedes (Ob. Cit), en la educación contemporánea, la biblioteca escolar es el eje de la actividad intelectual de la escuela y es su centro de información bibliográfico e intelectual. Una biblioteca no debe estar sencillamente agregada a una clase o a una institución docente. Debe ser una parte integrante, e incluso el corazón mismo de la escuela.
Un tema recurrente de la sociedad cubana a las puertas de un milenio, es estar en la llamada era de la información. Esta denominación responde a la creciente y determinante importancia que la información representa para los individuos de la sociedad, en cualquier país, en cualquier latitud, con cualquier cultura o con cualquier nivel de desarrollo. Por supuesto, aquellos que cuenten con mayor nivel de educación y cultura, aquellos que se encuentren en ambientes de mayores perspectivas de desarrollo, estarán impulsados a consumir más y mejor información
El manejo de datos e informaciones constituyen uno de los aspectos más importante para cualquier organización contemporánea. El manejo de información abarca diferentes actividades como la recolección, almacenamiento, recuperación, difusión hacia lugares y personas indicadas, así como el uso que de ellos se hace para varias actividades dentro de una organización. Los sistemas que trabajan con elementos “informativos” (datos, documentos, objetos, información) se denominan sistemas de información.
En la actualidad los cambios tecnológicos, sociales, económicos y culturales, operados en la sociedad demandan de las bibliotecas adaptación para poder satisfacer las nuevas necesidades. Las bibliotecas en el empeño de cumplir con su objetivo principal han roto con algunas ideas tradicionales al incorporar la diversificación de los soportes de información, introducción del uso de tecnologías para el tratamiento de la información, prestación de nuevos servicios de acceso remoto, entre otros.
Las bibliotecas escolaresestán vinculadas a los centros de enseñanzas, se procuran documentos que se corresponden con la materia que se imparten y el nivel que estos ocupan en el sistema educativo. Además deben incorporar un conjunto de fuentes que permitan elevar la cultura para contribuir a la formación integrar del hombre.
La biblioteca escolar tiene como objetivos fundamentales:
1-Proporcionar un continuo apoyo al programa de enseñanza y aprendizaje e impulsar el cambio educativo.
2-Asegurar el acceso a una amplia gama de recursos y servicios.
3-Dotar a los estudiantes de las capacidades básicas para obtener y usar una gran diversidad de recursos.
4-Habituarlos a la utilización de las bibliotecas con finalidades recreativas, informativas y de educación permanente.
Entre las funciones de la biblioteca escolar, se encuentran:
1- Recopilar toda la documentación existente en el centro, así como los materiales y recursos didácticos relevantes, independientemente del soporte.
2-Organizar los recursos de tal modo que sean fácilmente accesibles y utilizables. Hacer posible su uso cuando se necesiten, mediante un sistema de información centralizado.
3-Establecer canales de difusión de la información en el centro educativo, contribuyendo a la creación de una fluida red de comunicación interna.
4-Difundir entre alumnos y profesores información en diferentes soportes para satisfacer las necesidades curriculares, culturales y complementarias. Ofrecerles asistencia y orientación.
5-Constituir el ámbito adecuado en el que los alumnos adquieran las capacidades necesarias para el uso de las distintas fuentes de información. Colaborar con los profesores para la consecución de los objetivos pedagógicos relacionados con este aspecto.
Las funciones que ha de cumplir la biblioteca se basan inexcusablemente en la existencia de un bibliotecario que tiene una labor no sólo técnica sino también pedagógica, ofreciendo a los alumnos todas las oportunidades para el uso adecuado de las fuentes de información y el acceso a la lectura como forma de entretenimiento y medio de enriquecimiento personal.
Así, las funciones del bibliotecario, según indica el Reglamento, son:
1-Difundir, entre los maestros y los alumnos, materiales didácticos e información administrativa, pedagógica y cultural.
2-Colaborar en la planificación y el desarrollo del trabajo escolar, favoreciendo la utilización de diferentes recursos documentales.
3-Atender a los alumnos que utilicen la biblioteca, facilitándoles el acceso a diferentes fuentes de información y orientándoles sobre su utilización.
4-Colaborar en la promoción de la lectura como medio de información, entretenimiento y ocio.
5-Asesorar en la compra de nuevos materiales y fondos para la biblioteca.
Los servicios y actividades que ofrece la biblioteca escolar contribuyen a crear en los alumnos hábito, habilidades y capacidades que son indispensables en la formación de su personalidad. Constituye por tanto un factor esencial para el desarrollo de la enseñanza activa e integral de los educandos en los tiempos de la revolución científico técnico. De ahí la necesidad garantizar la calidad de los servicios que se realizan en la biblioteca.
En los últimos años se vienen produciendo transformaciones en la escuela cubana, que perfilan un proceso de enseñanza aprendizaje más creativo, en el que tanto alumnos como docentes están llamados a alcanzar una mayor calidad en la educación.
La biblioteca escolar, como parte integrante de la escuela, debe buscar vías y métodos que le permitan lograr un cumplimiento más eficiente de su función principal: satisfacer las necesidades informativas de alumnos y personal docente y de esta forma contribuir en la medida en que le corresponde a la elevación de la calidad de la educación. Función que se concreta en coadyuvar al surgimiento y desarrollo de hábitos de lectura e investigación, así como desarrollar habilidades para el trabajo independiente con la bibliografía disponible.
Al bibliotecario corresponde dominar el contenido de la colección, las necesidades de los alumnos y del colectivo pedagógico y dónde buscar lo que le falte para satisfacer sus necesidades y para esto es necesario preparación para las funciones inherentes al cargo. Si tenemos en cuenta los nuevos desafíos que nos imponen el acelerado desarrollo científico técnico, la tendencia a la Globalización y la necesidad de ser más eficiente en la actividad profesional, tenemos como consecuencia una revolución en los modos de actuación.
Debemos tener presente que la profesión del especialista en información, sea bibliotecario, archivista, documentalista, consultor o científico de la información, es una profesión orientada hacia la solución de problemas informacionales, hacia la difusión de la cultura y del conocimiento. Se trata de un comunicador cuyos valores y prioridades están muy relacionados con el universo de personas a las que sirve.
Todas estas verdades evidencian que la capacitación continua de los bibliotecarios debe constituir una prioridad para cualquier red de información y en particular las relacionadas con el sistema educacional por lo decisivo que es su trabajo en el desarrollo de la cultura general del pueblo.
El Sistema de Información para la Educación (SIED), creado en 1993 e integrado por la Red de Centros de Documentación e Información Pedagógica y bibliotecas escolares, con el objetivo de: satisfacer las necesidades informativas del personal dirigente, técnicos-docentes y estudiantes; así como contribuir a la formación de hábitos y habilidades en la búsqueda y uso de la información y fomentar el desarrollo del hábito de la lectura y de investigación en docentes y alumnos, ha garantizado a través de los años que la capacitación del bibliotecario escolar esté acorde con las funciones que debe realizar en su desempeño profesional y social, su accionar posibilitó abrir espacios donde también participa el personal de bibliotecas escolares, los talleres, eventos etc., en cada uno de ellos se propiciaba el intercambio de experiencia, la orientación y la actualización en cuanto a la organización y control de la actividad del bibliotecario, por ejemplo, los Seminarios Nacionales de la Red de Centros de Documentación e Información Pedagógica.
Desde la creación del Sistema de Información y sobre todo en los últimos tiempos se introducen dos conceptos: Necesidades de Información y Aseguramiento Informativo, identificando a este último como aquella actividad en la que a partir de la identificación de un grupo de necesidades, se garantiza la entrega de información. Ya desde aquellos momentos comienza a verse la necesidad del cambio en cuanto al papel del bibliotecario en su entorno de igual modo cambios en nuestras instituciones.
Ahora bien, no basta con estar concientes de la necesidad del cambio, hay que llegar a una formulación con argumentos sólidos en los que se tengan en cuenta todos aquellos elementos y factores que inciden o interactúan con la organización y, principalmente, los clientes /usuarios. Hay que partir de un dominio de todos los elementos internos y externos que confluyen en las instituciones de acuerdo con la misión que debemos cumplir, para estar en condiciones de proponer y contribuir a que se produzcan las transformaciones.
Para iniciar este proceso de cambio y echar andar la maquinaria es necesario tener en cuenta los cinco factores insoslayables descritos por Febles Tania , en su artículo “Visión de Futuro”:
· Grupo de personas interesados y capaces de reconocer la necesidad de efectuar cambios.
· Intereses que inciden e interactúan con la organización y principalmente los clientes usuarios para quienes o a quienes prestamos servicio.
· Conocimiento del entorno presente, es decir dominio de todos los elementos internos y externos que confluyen en nuestras instituciones de acuerdo con la misión que debemos cumplir.
· Imagen de hacia donde se podría llegar. Proponer transformaciones para el cumplimiento de la Misión
· Contraste de esta imagen con la situación actual.
De acuerdo Febles, Tania (Ob. Cit), reconocer la necesidad del cambio, el medio en que nos encontramos, tener una visión precisa de hacia donde debemos dirigirnos y además, contar con el potencial humano capaz de llevar hacia delante esta tarea, deben constituir metas estratégicas, para cumplir la misión.
El Entrenamiento Metodológico Conjunto en el Sistema de Información para la Educación, es un método de trabajo para instrumentar la aplicación de modificaciones en el quehacer de la actividad de información científica pedagógica, fundamentalmente en cuanto a puntos de vista, estilos de trabajo y modos de actuación dentro de la realidad educativa de hoy.
Los resultados de la aplicación del método propicia cambios en cuanto a insertar el análisis del aseguramiento informativo a partir de las necesidades presentadas, el análisis del nivel de utilización de la información y los servicios bibliotecarios por docentes y alumnos, el papel del bibliotecario ante las exigencias docentes para su preparación, nivel de profundidad de la respuesta y satisfacción de las necesidades de información.
El Método de Entrenamiento Metodológico Conjunto es una vía que conduce al cambio pero no es suficiente si tenemos en cuenta la necesidad de preparar a los profesionales para desafiar los retos de la llamada Era de la Información, donde tendrá que abandonar modos preconcebidos de cómo realizar el trabajo para adoptar aquellos que respondan a los cambios y exigencias actuales. Las mentes deben orientarse hacia los procesos en vez de seguirse orientando a las tareas, la gente y las estructuras.
De ahí la importancia de la capacitación de un bibliotecario más cercano a las tendencias actuales de la actividad. Es necesario un personal que garantice servicios eficaces de información, que se inserte de forma activa en el proceso educativo y accionar investigativo, de manera que puedan enfrentar los cambios que impone la nueva sociedad.
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