Históricamente en relación con los orígenes del Trabajo Social, se aprecia cómo desde los primeros siglos de esta era aparecen preocupaciones e iniciativas dirigidas al mejoramiento de las condiciones del ser humano; pero las mismas tenían una expresión esporádica en contadas personas y patrocinadas por instituciones poderosas como la Iglesia, siempre encaminadas a sectores limitados de la población.
Estas acciones con magníficas intenciones, innegablemente resultaban insignificantes para colmar la ayuda que recababan los males sociales, además nunca atacaban las causas reales que daban origen a los disímiles problemas que se presentaban.
El empleo de métodos científicos de investigación posibilitó el enriquecimiento paulatino del Trabajo Social. En sus inicios, fue considerado como un arte en el que los conocimientos de la ciencia de las relaciones humanas y su aplicación práctica posibilitaron la movilización de actitudes en el individuo y los recursos de la comunidad. Más tarde, se define como tecnología social, al aplicar las teorías de las ciencias sociales en el campo del bienestar social.
Existen criterios que el Trabajo Social ha dejado de ser arte y tecnología para devenir en disciplina científica, por cuanto da cumplimiento a las leyes del desarrollo social y el método científico que propicia bienestar a los colectivos humanos.
Según Ander Egg (1993: 178), en la historia del Trabajo Social se definen tres momentos esenciales: Asistencia Social, Servicio Social y Trabajo Social; definiendo este último sobre la base de una concepción operativa, expresando al respecto:"El Trabajo Social tiene una función de concientización, movilización y organización del pueblo para que en un proceso de formación del autodesarrollo, individuos, grupos y comunidades realizando proyectos de trabajo social, inserta críticamente y actuando en sus propias organizaciones, participen activamente en la realización de un proyecto político que signifique el tránsito de una situación de dominación y marginalidad a otra plena participación del pueblo en la vida política, económica y social de la nación que cree las condiciones necesarias para un nuevo modo de ser hombre".
En Cuba comienza a desarrollarse el Trabajo Social de manera profesional en 1943, pero al igual que en otros países sólo servía para aliviar algunas necesidades y orientar a una pequeña muestra de la población necesitada y es a partir del año 1959 es cuando se pone en práctica por primera vez el principio de que todas las personas sea cual fuere su origen, raza y condición, tienen derecho a alcanzar y participar en todos los bienes materiales y culturales que la sociedad posee, así como el deber de contribuir y desarrollar esos bienes. Se elimina por completo los conceptos de caridad, limosna y dádiva, para empezar a hablar de derechos y deberes. La revolución plantea una máxima: eliminar las condiciones que causan los males de la sociedad con el propósito de erradicarlos y con ello la posibilidad de lograr un hombre nuevo, que reciba por derecho y que dé por deber.
Luego de 1959 esta profesión fue impulsada por la Federación de Mujeres Cubanas y el Ministerio de Salud Pública también se suman los Comités de Defensa de la Revolución y las Direcciones de Asistencia Social de Ministerios como Trabajo y Seguridad Social, del Interior y el Instituto de la Vivienda. Ya a finales de la década de los 90 para darle continuidad a este proceso se incorporan las universidades y el Estado cubano a través.
De las organizaciones juveniles, y como parte de un grupo de Programas Sociales creados para los jóvenes por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Pioneros en el impulso de la profesión luego de 1959, lo fueron: las Direcciones de Asistencia Social como Trabajo y Seguridad Social.
Cuba dio respuesta en el año 1993, al llamado de las Naciones Unidas exponiendo los resultados obtenidos en el decenio 1983-1993 destacando los logros alcanzados en las esferas de la prevención, rehabilitación, integración social y equiparación de oportunidades en las personas con Necesidades Especiales. Resultados que no hubieran sido posible de no existir una política integradora y coherente de desarrollo social con la participación activa de las propias personas con Necesidades Especiales y la cooperación plena de toda la población. Teniendo en cuenta la voluntad del Gobierno Cubano que sustenta la realización plena de iniciativas e ideas en materia de las Necesidades Especiales y valorando el desarrollo alcanzado en esta esfera de la política social, en el año 1994 se decidió elaborar un Plan de Acción Nacional que incluye un grupo de programas vinculados al proceso económico y social del país, tomando como base el modelo cubano de integración para las personas con Necesidades.
Las medidas contenidas en el referido plan se vinculan estrechamente con las redes existentes en materia de salud, empleo, educación, seguridad social, barreras arquitectónicas, ocio y tiempo libre y medios de comunicación social con la finalidad de lograr una mayor sensibilidad en toda la población. Esto significa la voluntad de potenciar las condiciones que faciliten a las personas con Necesidades de cualquier índole, oportunidades iguales a las de toda la población y una participación equitativa en el mejoramiento de la calidad de vida resultante del desarrollo social y económico.
A partir de la década de los 90 en Cuba comenzó un período diferente, caracterizado por cambios drásticos y agudizaciones de problemas económicos y sociales, todo debido al derrumbe del campo socialista y al recrudecimiento del cruel bloqueo norteamericano implantado al país hace más de 40 años. Por esta razón la más alta dirección del país se vio a la necesidad de dar una solución a estas situaciones que aquejaban a la población y al buen funcionamiento y desarrollo de las tareas encaminadas al progreso de nuestra Revolución.
Cuba socialista, desde hace más de 40 años está tratando de estructurar una sociedad superior basada en la justicia social y donde se concibe el desarrollo desde una perspectiva integral, llamada a transformar las condiciones de vida, la estructura social y la conducta y conciencia de los individuos. Históricamente, el Trabajo Social ha estudiado las distintas formas de la acción social vinculada a la ayuda al necesitado, que se transforma de la asistencia social a la organización de los servicios sociales, y a la implementación de políticas generadas por los diferentes estados, en diferentes momentos históricos.
Esta disciplina a través de la intervención debe intentar prevenir resolver desarrollando las capacidades en el individuo para enfrentar situaciones conflictivas o simplemente perfeccionar su modo de hacer, de vivir, de relacionarse con los otros y con el medio; lo prepara para asumir su cuota de responsabilidad individual o social; y sobre todo lo entrena para participar en la solución de los problemas. Hay que crear espacios donde sistematizar el saber especializado, que de acuerdo a la experiencia de intervención, indique la manera de seleccionar individuos o grupos sociales, jerarquizar los problemas, adelantar soluciones y permita de la manera más acertada posible usar los métodos para involucrar los sujetos en las acciones sociales.
Es por ello que en septiembre de 2000 se crea El Programa de Trabajadores Sociales, dentro del conjunto de programas que conformaban la Batalla de Ideas que estaba llevando a cabo el país. Desde sus inicios convirtió a un importante grupo de jóvenes cubanos en microscopios de la sociedad para detectar desigualdades y problemas sociales.
El trabajo social en Cuba se encuentra en un proceso de expansión desde el punto de vista de su institucionalización y profesionalización, marcado por la aparición de las Escuelas de Formación Emergente de Trabajadores Sociales. Cuando nos referimos a la profesionalización, entendemos por ello, el proceso mediante el cual son calificados los miembros de una profesión para la posesión y utilización de prácticas, conocimientos y habilidades, para proveer servicios adhiriéndose a valores y a un código de ética.
Constituir una fuerza especializada capaz de apoyar a las familias más desposeídas que aún existen en Cuba, y ofrecerles la ayuda y herramientas necesarias para alcanzar la justicia plena, fue el objetivo de una idea hoy extendida con disímiles tareas dentro de la comunidad.
Los propios fundamentos del programa lo condujeron desde sus inicios a la labor asistencial que deben desarrollar estos jóvenes de apenas 21 años de edad como promedio, al convertirse en gestores sociales, actores y promotores de cambios en las personas.
Los médicos del alma, como los calificara el presidente cubano, Fidel Castro, salen de las aulas con capacidades y habilidades para el acercamiento al ser humano como objeto y sujeto de trabajo y para la creación de proyectos de transformación social. Todo ello requiere de una alta sensibilidad humana, solidaridad, sentido de justicia social, pensamiento creativo y el dominio de los métodos con que han sido habilitados.
Para promover las estrategias de intervención y desarrollo social sostenible que demanda cada comunidad, aclaró Barrios, debe conocer el contexto económico, político y social del mundo cada vez más interrelacionado y globalizado, y su influencia en el medio en que va a actuar.
De ahí su significativa responsabilidad como fuerza política de vanguardia dentro la comunidad, por lo cual está llamada a orientar a la población en los servicios que requieran, actuar como mediadores en las relaciones interpersonales e interinstitucionales. Pero lo más importante es su acompañamiento solidario y afectivo a las personas y familias en momentos de adversidad.
Así, desde el 2000 los trabajadores sociales sobresalen en toda la geografía cubana en prácticamente todo el quehacer del país: ayudan a un anciano, una madre soltera, un ex recluso, apoyan tareas económicas o participan activamente en la Revolución Energética. En los más recónditos lugares investigan, gestionan y apoyan a cada cubano, según sus necesidades o problemas.
De esa manera tocan a la puerta de los hogares, preocupados por los niños o jóvenes con trastornos de conducta, aquejados de enfermedades crónicas o necesitadas de ayuda alimentaria. Basados en principios socialistas de solidaridad humana y en una orientación científica de la sociedad, los trabajadores sociales en Cuba superan los conceptos asistencialistas que definen esa labor en otras naciones.
Ya a partir del año 2001 se crean en varios municipios del país, una dirección del Programa de Trabajadores Sociales, entre los que se encuentra el municipio de Majibacoa en la provincia Las Tunas, centro de estudio en esta investigación.
El programa de Trabajadores Sociales cuenta en este municipio con una plantilla de 190 trabajadores sociales 131 femeninos y 59 masculinos. Actualmente del total de esta fuerza 2 se encuentran en el Servicio Militar Activo, 16 licencias de maternidad y 1 cumpliendo misión.
La fuerza de trabajo se distribuye en:
• 15 Brigadas especializadas
• 9 Brigadas integrales
• 3 Trabajadores Sociales integrales
Su estructura organizacional esta conformada de la siguiente forma:(Anexo1)
- Jefe de Programa
- Jefe de Frente de atención a la población infantil
- Jefe de frente de atención al adulto mayor
- Jefe de frente de prevención y reinserción social.
- Jefe de frente de atención a las personas con discapacidad y pacientes con enfermedades de baja prevalencia.
- Jefe de frente de coordinación de la atención a la población y los casos críticos.
- Jefe de frente de coordinación de las brigadas y trabajadores sociales integrales.
- Jefe de frente de capacitación y desarrollo.
- Dirección económica.
- Dirección logística.
La misión del Programa de Trabajadores Sociales en Majibacoa es:
Los trabajadores sociales cubanos son una nueva fuerza de la Revolución. Actúan como gestores sociales para promover el desarrollo comunitario y prevenir las problemáticas sociales. Son profesionales que se desempeñan con sentido de la ética, solidaridad, responsabilidad y creatividad revolucionaria, para contribuir al desarrollo humano, la igualdad de oportunidades y la integración plena de cada persona, grupo y comunidad, en correspondencia con los principios de justicia social de la Revolución.
La visión del Programa de Trabajadores Sociales en Majibacoa declara que: Ser el
programa de apoyo por excelencia de las familias con problemas sociales, con
carácter activo y transformador, hasta constituir un modelo en eficiencia en el
país.
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