El efecto de lo anterior es, que la imagen numérica inaugura una nueva epistemología para el desarrollo de la innovación tecnológica, produciendo impactos significativos en el campo de la visualización y en la manera de hacer las cosas. Estructuras, procesos que antes solo se podían concebir a partir de un proceso manual interminable, se reconstruyen como evidencia sensible gracias a las imágenes numéricas.
Las tecnologías que producen la imagen numérica inducen nuevas maneras de mirar, a diferencia de las imágenes tradicionales, la imagen numérica es esencialmente dinámica, en cuyo universo el espectador/operador mediante órdenes puede provocar transformaciones significativas. En suma, las realidades sintéticas que se producen en el mundo de unos y ceros y que circulan mediante redes interactivas se transforman en mundos compartidos creando modos inéditos de interacción por telepresencia.
En este ámbito los participantes están representados simbólicamente en cualquier momento y en cualquier lugar. Su ubicuidad fomenta la producción, distribución, intercambio, y circulación de información, ideas y conocimientos. Por otra parte, su asequibilidad permite la aprehensión sensible de modelos conceptuales trayendo consigo un enorme avance el modo de abordar la gestión del conocimiento y su aplicación.
Los aspectos planteados indican que la era digital se inscribe en el marco de un proceso de innovación radical, en la medida en que constituye un cambio histórico en la manera de hacer las cosas. Por lo que este proceso basado en nuevos conocimientos científicos o de ingeniería; está abriendo nuevos mercados, nuevas industrias o nuevos campos de actividad en las esferas de la producción, los servicios, la cultura y la sociedad.
El efecto es el surgimiento de productos, servicios, procesos de producción, de distribución o gerenciales totalmente nuevos y cualitativamente distintos a otros anteriores, abriéndose al mismo tiempo, nuevos campos en la aplicación de productos o servicios, que permiten obtener cambios significativos en parámetros productivos, tales como eficiencia, costos, productividad y calidad.
Cultura digital promoviendo la globalización
Lo anterior ha venido a configurar lo que se puede denominar una cultura digital, cuya importancia se circunscribe a dos ámbitos: 1) Permite la homogeneización de la información para su almacenamiento, tratamiento y transporte (se entiende como homogeneización el acto de reducir todo a una misma naturaleza, es decir, a unos y ceros).
2) El uso del lenguaje binario ha contribuido a la transición del entorno analógico al digital, posibilitando el nacimiento de una nueva categoría: La desmaterialización, la cual ha estado trayendo consigo especiales impactos en todos los ámbitos de la vida social y redefiniendo nuevos alcances en un mundo que tiende a globalizarse en muchas áreas, por el hecho de que los bits no reconocen fronteras, traspasan docenas de países en microsegundos.
Su tiempo de entrega es instantáneo y al tiempo que un usuario compra bits lo pueden estar haciendo millones simultáneamente. Su cimiento son las redes informáticas que conectadas, incrementan su funcionalidad en varios órdenes de magnitud técnica y social. Así el elemento más simple del mundo digital dio origen a una inesperada complejidad y consecuencias a toda la escala humana.
Con la digitalización, la sociedad transfiere la información y el conocimiento en una dimensión digital, que es la que manejan las computadoras y los equipos de telecomunicación. La digitalización facilita la búsqueda de datos específicos en volúmenes muy grandes de información; también permite procesar la información de una base de datos para ofrecer productos acordes a los intereses particulares de los procesos y actores que la ejecutan; gracias a las telecomunicaciones se accede a ella de manera casi instantánea.
Con relación a los medios de comunicación, la digitalización resulta importante porque permite la convergencia (multimedia) de varios medios tradicionalmente desarrollados por separado (radio, TV, prensa escrita), así como el surgimiento de nuevas vías de comunicación (Internet).
Por consiguiente, el primer requisito para la "actividad digital" es la infraestructura física, es decir, la red. Pertenecen a este primer estrato las redes computacionales, televisión digital, teléfonos celulares digitales, líneas telefónicas, redes de fibra óptica, redes inalámbricas y cualquier otro tipo de hardware, telecomunicaciones y servicios de protocolo de Internet (IP). El segundo requisito lo componen las aplicaciones de servicios genéricos que hacen posible, desde el punto de vista tecnológico, el uso de esta infraestructura física para generar valor agregado. Se incluyen en esta categoría todas las aplicaciones de software, los servicios de almacenamiento remoto en Web, los navegadores y los programas multimedia, así como cualquier otro producto basado en bits y bytes. La infraestructura y los servicios genéricos constituyen los fundamentos del proceso de digitalización. Estas son las bases sobre las que se construye el ciberespacio, integrado por servidores, discos duros, cables, centrales telefónicas y una gran variedad de accesorios de alta tecnología destinados a dirigir y hacer eficiente la búsqueda y transmisión de datos. Las herramientas para construirlo, son las aplicaciones de software con las que se desarrollan las páginas de Internet; lo que permite moverse en ese espacio son los navegadores.
Novedad del cambio tecnológico asociado a la digitalización Es importante aclarar que en este marco, es imposible ignorar que se están produciendo nuevas estructuras sociales y, una serie de transformaciones radicales en el comportamiento de los distintos entes de la sociedad, lo que está llevando a emplear incluso el concepto de sociedad digital, definida como aquel nivel de desarrollo social donde la informática basada en la lógica binaria juega un rol activo y definidor, mediante procedimientos regulados a partir de la lógica binaria, extrapolándose a todos los niveles de la vida cotidiana.
El hecho es que la sociedad digital, pasa a ser una categoría que sirve para designar a la misma, como aquella sociedad donde la acción física sobre el mundo pasa a ser sustituida por la mística del mando a distancia, que permite ejercer un poder sobre los objetos tecnológicos sin necesidad de tocarlos o, al menos, con solo apretar un botón.
Por consiguiente, lo nuevo no es la digitalización en sí sino la formación de modelos globales, y la generalización de las infraestructuras que permiten una participación cada vez mayor de procesos sociales, lo que atrae más recursos y provoca un movimiento social global sustentado en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
TIC: su dimensión cultural
De lo anterior se deduce que la era digital no puede ser explicada de manera independiente de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), ya que estas conllevan necesariamente al proceso de digitalización. Se denominan TIC, al conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes y canales de comunicación relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información, que permiten la adquisición, producción, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética. Incluyen la electrónica como tecnología base que soporta el desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual. Del análisis anterior deducimos que las TIC son algo más que informática y computadoras, puesto que no funcionan como sistemas aislados, sino en conexión con otras mediante una red. También son algo más que tecnologías de emisión y difusión (como televisión y radio), puesto que no sólo dan cuenta de la divulgación de la información, sino que además permiten una comunicación interactiva.
En su dimensión social, las TIC son tecnologías de gestión e innovación que se basan en sistemas o productos que son capaces de captar información multidimensional, de almacenarla, de elaborarla, de tomar decisiones, de transmitirlas, difundirla y de hacerlas inteligibles, accesibles y aplicables en correspondencia con el fenómeno a transformar.
Su especificidad es la constante innovación que posibilitan y la cada vez mayor capacidad de tratamiento de la información. Abarcan una gran variedad de herramientas de tratamiento de datos, y de símbolos que representan información para sus usuarios, por lo que sus sistemas y productos guardan relación, y afectan el pensamiento, la comunicación y la práctica cotidiana convirtiéndose en un eminente proceso cultural. Es tan así, que las TIC pasaron a ocupar un lugar central en la cultura del fin de siglo XX, con una importancia creciente a inicios del siglo XXI. Convergencia tecnológica es igual a revolución digital Esta novedosa manifestación cultural que surge como convergencia tecnológica de la electrónica, el software y las infraestructuras de telecomunicaciones, originó lo que hoy se denomina: revolución digital. Por lo que la electrónica ha aportado el desarrollo de equipamiento del proceso de la información a un ritmo muy acelerado. Luego, el desarrollo de soporte lógico para esas maquinas, que ha crecido en complejidad a medida que el soporte constituido por las maquinas ha evolucionado. Ese soporte lógico o software se ha diseñado para mejorar su interactividad con el usuario, bajo la concepción de que sea más simple para un usuario que eventualmente, no evoluciona en sus conocimientos a la misma velocidad que lo hace el resto del sistema, permitiendo una masificación en el uso de las computadoras. Ha tenido un papel importante la perspectiva de los fabricantes de software de hacerlo en forma atractiva para el usuario y permitir el juego intuitivo de ese usuario en el desarrollo del funcionamiento y de la utilidad de las aplicaciones mencionadas.
Por otra parte, los avances incorporados a la compresión de datos hacen que el usuario consiga un mejor rendimiento de sus equipos, contribuyendo a minimizar las limitaciones físicas del hardware. A eso se suma, el desarrollo del software de comunicaciones, que ha viabilizado el uso de las redes desde los grandes laboratorios universitarios y de los complejos militares a empresas y hogares de cada usuario conectado con la Red.
Las telecomunicaciones han dado a lo anterior la capacidad de interconexión y, en si mismas ofrecen un ejemplo claro de la convergencia que contribuye al desarrollo social. El resultado ha sido, la coexistencia y utilización de cables de fibra de cobre, el coaxial, la fibra óptica, las transmisiones a través del satélite y las emisiones de radio de onda corta.
Este proceso de coexistencia de diversas tecnologías, es posible, porque las bases sobre las que se asientan los sectores involucrados en el proceso de convergencia tecnológica, utilizan tecnologías digitales, emplean un soporte físico común, como es la microelectrónica, a lo que se añade el alto componente de software incorporado a sus productos, y por el uso intensivo de infraestructuras de comunicaciones que posibilitan la deslocalización de los diferentes elementos del proceso de la información en contextos geográficos diferentes.
La sumatoria es que la asociación de estas tecnologías, da lugar a una nueva concepción del proceso de la información, en el que las comunicaciones abren nuevos horizontes y paradigmas, lo que hace a la revolución digital beneficiable e inevitable. Este procesamiento se realizaba casi exclusivamente en entornos locales, por lo que la comunicación era una función poco valorada. En el paradigma anterior, la estrategia centralista de las corporaciones, hacía compatible la existencia de un departamento de sistemas de información centralizado en una única máquina. Esta limitación se soluciona a partir de que con el desarrollo de las fuerzas productivas, las nuevas formas de trabajo y la globalización de la economía imponen la necesidad del acceso instantáneo a la información, y por tanto, de interconectar las distintas redes que se han ido creando, diseñándose nuevas arquitecturas de sistemas, en las que la función de comunicación es de igual importancia o superior por lo estratégico de la disponibilidad instantánea de la información. A esto se añade, la existencia de unas infraestructuras de comunicación muy extendidas y fiables; y un abaratamiento de los costes de comunicación, lo que estimuló la aparición de nuevos servicios adecuados a las estrategias de las corporaciones.
Nueva territorialidad de alcance planetario
Los elementos antes esbozados indican que la humanidad está asistiendo a un nuevo paradigma tecnológico. Esta transición que se designa con el nombre de convergencia tecnológica, se debe a la constante y veloz evolución de la microelectrónica, la informática, las telecomunicaciones, la optometría y la misma ingeniería genética. Con la aparición de la fibra óptica, la transmisión de láser y el cable coaxial, el intercambio de información a través de la transmisión digital de datos rebasó las fronteras.
Toda esta revolución tecnológica está llegando a los lugares más recónditos del planeta, no existen impedimentos ni exclusividad en las posibilidades que brinda esta transferencia tecnológica, y por lo tanto, afecta a todas las esferas del desarrollo social. El debate sobre este tema, actualmente está centrado en que la era digital es un parte aguas histórico, que fragmenta las relaciones humanas, entre antes y después de esta era.
Desde el ámbito de las comunicaciones, la era digital no implica la desaparición de los espacios antes separados (internacional, nacional y local) pero, significa la construcción de una nueva territorialidad en marcha, con nuevas fronteras de exclusión e inclusión, ya no sólo nacionales, sino planetarias.
Teóricos japoneses utilizan el término "glocalización" para referirse a los procesos complejos que en la sociedad interactiva hacen posible conjugar de muchas maneras a veces contradictorias los flujos de información y comunicación globales transnacionales y los flujos de información local, por eso mezclan en su concepto el prefijo "glo" de global con el término "calización" de localización, para designar la convivencia de procesos de comunicación global y local.
Se trata de una perspectiva que intenta centrar el desarrollo "desde dentro", partiendo de lo local y regional hasta llegar a lo nacional, asegurando en primera instancia el potencial de los mercados internos, pero aprovechando la oportunidades que ofrece el entorno global.
Según este concepto, es posible gracias a la revolución electrónica-informática, establecer redes de comunicación y de información de ámbito global y local casi de manera simultánea, lo cual es factible a través de la denominada "sociedad de la información".
Lo planteado entronca con la globalización cultural por el hecho de el ecosistema digital, ligado a la infraestructura de hardware y software que la acompaña, ha crecido en forma tan vertiginosa en cuanto a sus potencialidades, estimulando y reconfigurando simultáneamente la diversidad, y creando puntos de contacto y comunicación antes inexistentes, cubriendo una "porción grande" del espacio social del planeta en forma vertical y horizontal. Con ello ha aparecido una novedosa ecología informática y de comunicación, que ha permitido que el espacio social se renueve y se expanda de manera permanente como resultado de la era digital.
La idea es que las innovaciones tecnológicas en el campo de la informática y de las telecomunicaciones están realizando una trascendente transformación en dos dimensiones de la existencia humana: el espacio y el tiempo entendidos como categorías sociales generando la aportación que hoy se denomina era digital, la cual está vinculada a una novedosa dimensión cultural. Esta metamorfosis involucra la sociedad en sus diferentes ámbitos, en lo particular ello tiene una incidencia en la estructura de las organizaciones, las relaciones entre éstas y el entorno, rediseñando al mismo tiempo las formas de pensar, trabajar y de comunicación. Ello hace que las redes telemáticas sean un nuevo medio de interacción humana y no sólo un nuevo medio de información o comunicación.
"Autopistas de la información"
El resultado de las profundas transformaciones planteadas ha contribuido al desarrollo de lo que en la literatura se denomina como "autopistas de la información", cuyo concepto está referido a: redes digitales de alta velocidad que amplían las posibilidades de comunicar cualquier tipo y cantidad de información (textos, gráficos, voz, imágenes fijas y videos) o combinación de informaciones personalizadas, entre dos o más personas o sistemas de información con independencia del lugar físico en que se encuentren ubicados. Es decir, es una red factible de incorporar inteligencia y manejar información múltiple con una capacidad de transmisión instantánea.
Esta revolución tecnológica repercute en todos los ámbitos de la sociedad, desde los modos de actuar hasta la forma de pensar. La posibilidad de conectar a la sociedad como una gran red, se entreteje con estos desarrollos tecnológicos, a partir de los cuales la comunicación a gran escala, mediada por computadoras, puede integrar el texto, la voz, la imagen y la aparición de un sujeto emisor y receptor de dicha información.
Esto a su vez favorece la aparición de sujetos activos, en calidad de actores o agentes sociales, con cierta disposición para actuar en el medio, modificándolo a partir de su participación. Al mismo tiempo favorece las relaciones en y entre diferentes colectivos sociales u organizaciones, optimizando tiempos y recursos técnicos, humanos y económicos.
Así la comunicación instantánea se abre espacio ampliando sus potencialidades para el desarrollo de la competitividad en las distintas esferas del desarrollo social, en un mundo en que la información se convierte en un Input más del sistema de producción, lo cual es viable gracias a la digitalización de la información, ya se refiera ella a una imagen fija, en movimiento, a sonidos o a datos.
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