"Las puertas de cada nación deben estar abiertas a la actividad fecundante y legítima de todos los pueblos. Las manos de cada nación deben estar libres para desenvolver sin trabas el país, con arreglo a su naturaleza distintiva y a sus elementos propios. Los pueblos todos deben reunirse en amistad y con mayor frecuencia dable, para ir reemplazando, con el sistema del acercamiento universal, por sobre la lengua de los istmos y la barrera de los mares, el sistema, muerto para siempre, de dinastías y de grupos". Los argumentos expuestos en las diferentes partes de este ensayo, hacen pensar en la situación que confrontan América Latina, el Caribe y particularmente Cuba en el siglo XXI, en el contexto de las profundas transformaciones que se están operando en los mecanismos de funcionamiento de la cultura global en la era digital. Ello se debe a que estos procesos afectan la cultura política y económica del continente; ya que cuando se modifican los instrumentos, valores y prácticas que constituyen la cultura política de la sociedad, ello requiere de profundas transformaciones de la base y la superestructura.
Concebir el concepto de estrategias alternativas de desarrollo Para lograr lo anterior se requiere avanzar en un criterio que implique la reformulación de estrategias alternativas de desarrollo entendidas estas como: el establecimiento de políticas gubernamentales y supranacionales que modifican las relaciones socio-económicas y científico-tecnológicas del país respeto a sus componentes internos y externos. Esta noción establece vínculos entre lo local, lo nacional, lo regional y lo global, en lo concerniente a estructuras de producción y políticas que conectan un país a la sociedad global, y a decisiones que toman en consideración aspectos ecológicos, tecnológico, culturales, étnicos, políticos, éticos y en general de dimensión social. Esto implica la determinación de un programa de acción y vías de solución a los problemas del desarrollo, lo cual incluye transformaciones en la base técnico-material en correspondencia con las demandas del progreso social. El resultado de una estrategia así definida daría lugar a un concepto de desarrollo entendido como un proceso continuo, dinámico e integral, cuantitativa y cualitativamente balanceado con parámetros autosostenidos en los componentes económicos, tecnológicos, políticos, culturales, étnicos, ecológicos, basados en una ética que permita garantizar las necesidades de la biosfera y en lo humano satisfacer de manera creciente las demandas materiales y espirituales de la sociedad.
Es necesario también advertir que en términos conceptuales existe una notable diferencia entre estrategia de desarrollo y patrón de desarrollo, debido a que la estrategia básicamente se refiere a una muestra ideal existente en el ámbito los diseñadores de la política económica y social, mientras que el patrón de desarrollo consiste en una secuencia dada de eventos y de resultados en las diferentes esferas del desarrollo en su concepción integral. Los conceptos planteados están relacionados con las alternativas, lo cual sugiere que estas no son meras utopías imaginadas, deben observarse como la crítica y transformación continua del presente para obtener un futuro con una calidad de vida mejor. Estas nacen y se desarrollan tomando como puntos de partida las experiencias y oportunidades presentes y pasadas que emergen de la práctica real confirmadas en errores y certezas. Lo alternativo tiene como significado la elección entre las posibilidades existentes y la lucha por realizar esa elección para caminar hacia la transformación. Ello esta condicionado por premisas objetivas y subjetivas, por lo que es evidente que la base objetiva de las alternativas, consiste que en la realidad existan posibilidades, tendencias, y potencias sustancialmente diferentes para el desarrollo sucesivo. Una misma base puede mostrar en su modo de manifestarse infinitas variaciones y gradaciones debidas a distintas e innumerables circunstancias empíricas, estas modificaciones pueden tener sustancial diferencia, es decir ser variantes de alternativas de desarrollo.
Lo alternativo como proceso incluye el fin planteado, es decir, el punto hacia donde queremos dirigirnos, ello define los objetivos, suministrando las bases teóricas y reglamentarias del diseño alternativo (¿hacia dónde vamos? ¿Que queremos?); supone establecer el punto de partida, lo que es equivalente a la realidad con que se cuenta. Para lograr esto la construcción de lo alternativo tiene que partir de un examen que incluya el contexto socioeconómico interno y externo en que se desenvuelve el objeto de análisis (¿Dónde nos encontramos? ¿Con qué contamos?). También es importante identificar los instrumentos y mecanismos que hay que impulsar para arribar al destino planteado (¿cómo hacemos? ¿Con qué lo hacemos?).
Todo ello requiere ser alternativo en los medios y en los fines, para lograr el objetivo planteado, reconociendo las potencialidades de su transformación, lo cual se concreta en la capacidad de construir y reconstruir esquemas de acción conforme a cualquier nueva coincidencia de circunstancias. En suma, se podría plantear que lo alternativo alude al patrón y a la estrategia de desarrollo. La idea central que trasmite esta sección de la investigación es que un proyecto alternativo a los desafíos de la globalización cultural, tiene que asumir su carácter de opción nacional, regional y global en sus diversas dimensiones. En este ámbito lo alternativo solo podrá establecerse a partir de una composición de fuerzas sociales y políticas que apoyen tal opción, esta inquietud está en correspondencia con la idea de que: "La existencia de ideas revolucionarias en una determinada época presupone ya la existencia de una clase revolucionaria".
El problema actual en al definición de lo alternativo frente a los desafíos que involucra la globalización cultural en la era digital, es definir los mecanismos operativos que permitan avanzar de una inserción pasiva y dependiente a una inserción activa, en la que predominen las relaciones de interdependencia simétricas. Se trata de transitar desde un punto en que la economía mundial aparece como un conjunto de restricciones, a otra en la que las relaciones externas se supediten a las necesidades reales de la acumulación y al desarrollo en su sentido integral.
Algunas preguntas necesarias
De lo planteado en el debate anterior, se pudiera expresar que el problema de la informatización de la sociedad y de la socialización de la informática, al aplicarse al área cultural, se transforma cada vez más en un tema de particular interés por las múltiples repercusiones que conlleva, lo cual lleva a repensar este tema de manera permanente, lo que significa mirar al mundo y mirarnos a nosotros mismos con visión propia. Ante esta situación se abren una serie de interrogantes que incluyen variadas preocupaciones: ¿Hasta qué punto la introducción de las TIC puede constituir un arma de doble filo para el Tercer Mundo? ¿Cuáles son las bondades y cuáles los peligros que representa plegarse incondicionalmente al uso de los avanzados sistemas de información?
¿La adaptación a esos cambios como solución informativa y soporte educacional, supondrá el sometimiento a los centros de poder transnacional? ¿Cambiará nuestras costumbres y cultura? ¿Hasta qué punto la pretendida "aldea global digital" que se oferta por los protagonistas de la sociedad digital no vendrá a ser una amenaza contra las identidades nacionales, la diversidad cultural y la integración cultural latinoamericana y caribeña?
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