PATRIMONIO NATURAL Y TERRITORIO
Coordinadores: Le�n Enrique �vila Romero y Giovanni Pardini
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Martha A. Olivares D�az
Xochimilco, es una de las 14 delegaciones del Distrito Federal en la Ciudad de M�xico, declarado por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad por su riqueza hist�rica y formas de vida comunitarias y productiva en la chinampa y en la vida rural, sin embargo debido a su cercan�a con la ciudad ,ha sufrido los embates de un deterioro natural y territorial por estar sujeto a l�gicas de vida urbana que presiona para eliminar la vida rural para ceder espacios a lo urbano.
Podemos decir que el territorio de Xochimilco se debate hoy en d�a en una dualidad. Por una parte, se encuentra inmerso en el remolino de la vida moderna, la urbanizaci�n le ha llegado a�n sin esperarla todav�a. Por la otra, se sumerge en la tradici�n, en los recuerdos, las costumbres y las tradiciones heredadas de un proceso hist�rico que dot� de identidad a sus pobladores.
El territorio de Xochimilco evoca con orgullo su pasado, se enfrenta con diferentes disyuntivas al presente - que le es bastante amenazante- y se sue�a en un futuro con posibilidades de seguir siendo.
Un pasado que se niega a morir en el olvido y que cada vez que se recuerda, se extrae un fragmento de �l para conservarlo en el presente. Un presente, contradictorio, din�mico y cargado de dificultades, y un futuro a�n incierto amalgamado de un sin de posibilidades, de anhelos, desesperanzas, vacilaciones, incertidumbres, voluntades, esfuerzos y luchas de todos los que conforman esta regi�n.
La inquietud de este escrito, por tanto, aterriza en reconocer el destino de las poblaciones cercanas o que forman parte de las grandes urbes como la Ciudad de M�xico, las cuales siguen despertando inc�gnitas acerca de las causas de su permanencia a pesar de estar en medios tan amenazantes y deslumbrantes como lo urbano. Por tanto, es necesario saber, c�mo han resistido recre�ndose y reinvent�ndose, indagar de d�nde vienen sus fortalezas para defender sus espacios y sus medios de reproducci�n y sobre todo del futuro que les depara, como poblaciones con identidades, medios de producci�n y territorios espec�ficos, s� este mundo sigue el cauce tomado desde hace ya tiempo y s� la ciudad sigue creciendo y sembrando casas conforme avanza.
Nos interesa plasmar una fotograf�a de los pobladores del sur del Distrito Federal, en particular Xochimilco y de sus pueblos, esta regi�n adem�s de permitirnos advertir su conjunci�n con la parte lacustre y un medio de producci�n ancestral agr�cola como la chinampa, encierra una larga historia de tradiciones, relaciones con la naturaleza y formas de organizaci�n que perviven resisten y conviven con la ciudad. A pesar de que la expansi�n metropolitana ha absorbido en parte a sus pueblos originarios, estos se resisten preservando su historia, sus costumbres, sus pr�cticas, insert�ndose en la ciudad desde sus formas particulares de saber y ser.
Xochimilco es un lugar al que se le asocia como resguardo al crecimiento urbano, como un lugar rom�ntico de imagen postal de la zona lacustre, con un alto atractivo tur�stico en sus trajineras, �Qui�n no ha pasado un fin de semana paseando por sus canales, viendo pasar a las se�oras vendiendo flores o quesadillas, o inspirados por las canciones de los mariachis, norte�os y tr�os se evocan im�genes de un M�xico que se qued� congelado ah� en el tiempo...las chinampas... que poco a poco van desapareciendo?.
Tambi�n es sabido que Xochimilco, es un centro de cultivo de hortalizas, flores, plantas de ornato y amaranto.
As� su parte de la monta�a cuya zona desde sus veneros surt�a de agua a la ciudad desde 1909, aunque hoy se ha agotado; �la parte alta� as� llamada por algunos, es zona de gran tradici�n de v�nculos prehisp�nicos y comunitarios, de tierras llenas de historias e intercambios con la tierra caliente, con el zapatismo y con la lucha por la tierra.
La monta�a con sus bosques alberga una cantidad de flora, fauna y cultura, que les dan a sus habitantes no s�lo un medio de subsistencia, sino una posibilidad de ser.Las tierras de la monta�a son tierras productivas a peque�a escala con �rboles frutales, crianza de animales, fiestas patronales y relaciones que se tejen en la vida comunal; �stos son algunos de los componentes que a�n persisten en este territorio.
Sin embargo, el avance de la mancha urbana, el establecimiento de asentamientos irregulares y por tanto, su consecuente consolidaci�n se encuentra asociada al uso y sobreexplotaci�n de los recursos naturales y a la implementaci�n de un modelo de desarrollo ajeno y poco respetuoso con su entorno, lo que ha generado cambios significativos en el medio natural y social de los pueblos de la monta�a.
Por ello, en este texto se invita al lector a asomarse a una reivindicaci�n que va m�s all� de una simple recuperaci�n o preservaci�n rom�ntica de la tierra, y que plantea en una visi�n m�s compleja, observar c�mo han vivido, trasformado, resistido y asimilado las comunidades de Xochimilco su estar y no estar en el espacio de la ciudad de M�xico en una relaci�n urbana-rural, que le da una cierta peculiaridad a las alternativas de desarrollo que se generan en ellas.
Finalmente, este trabajo pretende ser una mirada hacia la emergencia, la resistencia y la construcci�n de desarrollos alternativos y de figuras de mundo distintas y complementarias al progreso y la modernidad.
Una mirada a las nostalgias, esperanzas, deseos, sin sabores y satisfacciones que estos grupos expresan a viva voz dentro de sus territorios:
�...hay que hacer vivir la tierra, para dejar el taxi o el microb�s... regresar a la tierra de los abuelos, de las luchas, porque por ac� anduvo el zapatismo... y aunque la agricultura ya casi no deja hay que cuidar el cerro, de todas las casas que ya hay por ac� y que antes no hab�a�
Comunero de San Mateo Xalpa, 2007.
�Nosotros siempre hemos trabajado la tierra, pero creemos que es tiempo de hacer otras cosas... ya no alcanza, pero tampoco queremos terminar por vender la tierra pues es nuestra herencia, as� que hay que ir pensando c�mo le hacemos� Comunero Santiago Tepalcatlalpan, 2007.
� pues s� somos de monta�a, los pueblos de la monta�a, los pueblos originarios ,herederos de estas tierras.... pueblos de monta�a somos por la resistencia, pues desde el EZLN o m�s bien desde siempre somos diferentes a la ciudad...�
Poblador San Francisco Tlanepantla, 2008
�... por eso hay que refuncionalizar la tierra, darle empleos a nuestras gentes, pero respetando lo que somos y cuidando la naturaleza�
Poblador Santa Cecilia Tepletapa, 2007.
Sabemos que la ciudad de M�xico es un espacio complejo y siempre en borrador, dentro del cual la vida urbana ha crecido considerablemente, debido a los procesos de modernizaci�n y crecimiento, generando transformaciones muy r�pidas e intensas, provocando p�rdidas y ganancias para los sujetos que la habitan. Pues las ciudades obligan a reconfigurar el ser y el hacer, debido a su car�cter mismo de espacio de la modernidad y la ciudadan�a. A la historia de la ciudad de M�xico se le puede pensar como un espacio en donde se teje un relato de hilos diversos que se han orientado a consolidar su papel central en la vida nacional. Su configuraci�n actual es resultado del "desarrollo econ�mico y pol�tico que convirti� a esta ciudad en el principal centro administrativo e industrial del pa�s. Las oportunidades de empleo, el acceso a los servicios educativos y culturales, la toma de decisiones, se concentraron aqu�. Esto llev� a privilegiar a la ciudad en la inversi�n p�blica -suministro de agua, sistemas de transporte, acceso a la generaci�n de electricidad, etc.- lo que ha favorecido que empresas de servicios e industria se instalaran� . Este proceso de centralizaci�n suscit� y a�n hoy suscita una atracci�n demogr�fica con la migraci�n y concentraci�n de poblaci�n del pa�s, lo cual tuvo como efecto, una mayor demanda de diversos servicios trayendo una serie de problemas espec�ficos de las grandes urbes , acrecentando la mancha urbana y quedando pocos espacios de suelos de conservaci�n.
Mapa. Crecimiento de la mancha urbana
En 1970, la superficie ocupada por los asentamientos humanos en el Suelo de Conservaci�n era de 1,200 hect�reas. Actualmente, existen 35 poblados rurales, 180 asentamientos humanos regulares, 538 irregulares y equipamientos urbanos que, en conjunto, ocupan una extensi�n de 10,154 hect�reas.
La particular conformaci�n de la Ciudad de M�xico, cuya pol�tica urbana �se inscribe dentro de una determinada pol�tica de desarrollo desprendiendo un buen n�mero de consecuencias, como ser la elecci�n que se haga en materia de habilitaci�n del territorio o de localizaci�n de las unidades de producci�n, as� como los objetivos que se fije la planificaci�n urbana� , ha marcado los lineamientos a seguir, ha trazado su geograf�a destinando funciones a determinados espacios (�reas rurales colindantes) para el uso y beneficio de la urbe (demandante de servicios y zonas para habitaci�n).
El proceso hist�rico de crecimiento de la Ciudad de M�xico se inaugur� en 1900, en donde todav�a la ciudad estaba rodeada por lagos, r�os y canales y ya para los a�os 40 se dio inicio a una nueva etapa de desarrollo urbano, debido a la centralizaci�n pol�tico administrativa y al amalgamiento industrial, que absorbi� a muchos de los pueblos originarios. Y en 1978 se ratificaron los territorios y nombres de las 16 delegaciones que hoy conforman la ciudad. La oleada migratoria y la sobre poblaci�n hicieron que la urbe avanzara sobre espacios rurales y bosques, transformando los espacios y las culturas de los pobladores originales.
As� la ciudad avanz� poco a poco hacia al norte y despu�s al nororiente (Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Estado de M�xico), absorbiendo la mancha urbana casi en su totalidad los recursos naturales quedando reservas como Tepeyac, Chiquihuite, Pe��n de los Ba�os y Sierra de Guadalupe; y en menor escala hacia los pueblos del sur - aunque actualmente el avance esta presente en estos espacios- algunos dicen que ello se debi� a la resistencia de sus pueblos y otros a la conveniencia de la ciudad de preservar esa zona agr�cola, ejidal y de canales durante los a�os 70 para surtir a la ciudad de los productos generados por esta zona.
Mapa . Uso de suelo en el Distrito Federal
Pero m�s all� de comprender la afectaci�n espacial que se dio con el crecimiento de la urbe, lo que importa es recalcar las caracter�sticas de diversidad cultural que se fueron construyendo en la Ciudad de M�xico.
Los urbanitas, los pueblos originarios, los migrantes, los gobiernos locales, la vida en los barrios, etc. ,fueron constituyendo el espacio- mosaico de la ciudad en donde sus diversos actores ha coexistido a veces convergiendo, a veces en tensi�n y otras muchas en contradicci�n.
As�, la diversidad de la Ciudad de M�xico como espacio concreto y como espacio vivido, hist�ricamente desde su conformaci�n y visto a la luz de los procesos mundiales, resulta un espacio privilegiado para analizar c�mo se trenzan las relaciones entre lo local y lo global, entre lo rural y lo urbano, entre la tradici�n y la modernidad.
La historia de Xochimilco se remonta a etapas muy tempranas de la �poca prehisp�nica, siendo esta zona poblada en un principio por grupos ind�genas pertenecientes a las villas de Copilco y Cuicuilco en la zona ribere�a sur de los lagos que cubr�an la parte meridional del valle. Posteriormente, con la llegada de la tribu xochimilca se fueron estableciendo peque�as aldeas que dieron lugar a algunos pueblos de la zona que perduran hasta la actualidad inmersa en la mancha urbana como Tlahuac, Mixquic o Culhuac�n. La principal actividad productiva consist�a en la agricultura, cultiv�ndose ma�z, chile, fr�jol, calabaza entre otros, en una forma de cultiv� que caracteriz� despu�s a todo el An�huac, las famosas chinampas, porciones de tierra ganadas al lago, construidas con sieno, limo, y ancladas por medio de las ra�ces de ahuejotes, un �rbol t�pico de la zona. Esta forma de cultivo demostr� ser sumamente productiva ya que pod�an obtenerse hasta tres cosechas al a�o, gracias a la riqueza de minerales en el suelo, a la abundancia de agua y al buen clima de la regi�n.
Durante la �poca virreinal, Xochimilco disfrut� de ciertos privilegios por parte de la Corona Espa�ola gracias al apoyo brindado a los conquistadores espa�oles. Fue designada como ciudad en 1559; posteriormente pas� a ser encomienda de Pedro de Alvarado, poco despu�s de la toma de M�xico los xochimilcas destruyeron sus templos, comenzando as� la carrera evangelizadora en Xochimilco a cargo de Fray Mart�n de Valencia y Francisco de Soto (qui�n comenz� la construcci�n del convento de Gaona y Fray Bernardino de Sagh�n. Al morir Pedro de Alvarado se creo el corregimiento de Xochimilco, en 1559 Felipe II dio armas y titulo de nobleza a la ciudad de Xochimilco, para 1597 se permiti� a los indios comercializar toda clase de bienes excepto armas espa�olas En 1794 Xochimilco pas� a ser corregimiento de la intendencia de M�xico, hacia finales de la colonia ya pasaba el camino M�xico Cuernavaca, por lo que fue importante deposito de la tierra caliente; estos privilegios y la r�pida aceptaci�n de la nueva fe cristiana, que en este lugar, como en muchas partes de M�xico, se fusion� con tradiciones paganas de los pueblos ind�genas, creando religiosidad mestiza de gran arraigo entra la poblaci�n. Esta forma de profesar la fe se puede apreciar hoy en d�a en las celebraciones de los santos patronos de cada barrio as� como en la fiesta del Ni�opa, una imagen del ni�o Jes�s que peregrina por las casas de la zona a petici�n de los due�os de la misma cuya autorizaci�n lleva incluso d�cadas de espera.
Luego de la independencia, Xochimilco pas� a formar parte del estado de M�xico. Su actividad principal segu�a siendo la agricultura, cuya producci�n se transportaba en trajineras desde las chinampas hasta los principales mercados de la ciudad de M�xico, como La Merced y Jamaica. En 1850 fue inaugurada la primera l�nea de vapor que prestaba el servicio entre M�xico y Xochimilco, lo que estimul� el tr�fico entre ambas localidades. Hasta la introducci�n del tranv�a el�ctrico en 1908, la principal forma de trasladarse del sur al centro de la cuenca siguieron siendo las trajineras.
Durante la Revoluci�n Mexicana, Xochimilco fue ocupado por grupos de todas las facciones que intervinieron en la guerra. En 1911, los zapatistas penetraron al territorio del Distrito Federal provenientes del estado de Morelos. Aunque establecieron su cuartel en Milpa Alta, pronto ocuparon varias poblaciones de la municipalidad de Xochimilco, incluida su cabecera, que fue incendiada, en esta �poca se arraigaron elementos importantes respecto a la lucha por la tierra, por ejemplo en Xochimilco se conmemora cada 4 de diciembre la famosa entrevista entre Emiliano Zapata y Francisco Villa, que se realiz� en una casa del centro frente al mercado municipal en 1914.
En 1929, se dio una nueva organizaci�n administrativa al Distrito Federal, y se creo el departamento central, el cual design� a municipios como delegaciones, entre ellas Xochimilco; pero no fue sino hasta el 18 de agosto de 1931 que se le dio la definici�n geogr�fica que hoy conocemos, situado al sureste del distrito federal a una altura de 25000msnm, limitada al norte por la delegaci�n Coyoac�n e Iztapalapa, al este por Tlahuac, al sureste por Milpalta y al noroeste por Tlalpan.
En 1938 la comunicaci�n fluvial entre Xochimilco y la ciudad de M�xico fue cortada con la clausura del canal de la Viga. En 1968 fueron construidas algunas obras urbanas como parte del equipamiento de M�xico para la recepci�n de los juegos ol�mpicos de ese a�o. El canal de Cuemanco fue convertido en parte de la Pista Ol�mpica de Canotaje Virgilio Uribe; y en los l�mites entre la delegaci�n y la vecina del norte, Tlalpan, fue construida una de las primeras v�as r�pidas de la capital mexicana: el Anillo Perif�rico. A pesar de todo ello, la conurbaci�n f�sica y definitiva de Xochimilco a la ciudad de M�xico ocurri� tard�amente, en las �ltimas tres d�cadas del siglo XX .
Para 1970 Xochimilco quedo completamente integrado a la red urbana y a su desarrollo, la compraventa de terrenos para vivienda se dispar� gracias a la conformaci�n y apertura de importantes v�as de comunicaci�n por lo que los asentamientos irregulares surg�an de la noche a la ma�ana y han ido en aumento desde hace ya casi 40 a�os.
As� se conforma el territorio de Xochimilco , forma parte de las 16 delegaciones pol�tico-administrativas que conforman el Distrito Federal de la ciudad de M�xico, representa el 7.9% de su superficie total con 127 km2 y ocupa el tercer lugar en extensi�n entre las delegaciones pol�ticas. Est� formada por una cabecera delegacional con 17 barrios, 14 pueblos y 7 colonias. Geogr�ficamente se sit�a a 19�19� y 19�09� de latitud Norte; 99�00� y 99�09� de longitud Oeste. Junto con Tl�huac, Tlalpan y Milpa Alta constituyen los espacios rurales que a�n se han conservado en el �rea metropolitana.
Xochimilco
Delegaci�n del Distrito Federal. Limita con Iztapalapa, Tl�huac, Milpa Alta y Tlalpan. Superficie: 122 km2, habitantes: 368,798 (ultimo censo 2000), de los cuales 180,763 son hombres y 188,035 mujeres. Son 76,697 personas las que forman la poblaci�n econ�micamente activa, dedicada principalmente a la producci�n manufacturera, las tareas agropecuarias, la construcci�n y la miner�a. Hablan alguna lengua ind�gena, 5,362 personas mayores de 5 a�os (n�huatl) 1,888, otom� 1,136, mixteco 561, zapoteco 385, mazateco 365, y mazahua 318). En la jurisdicci�n se hallan los Pueblos de San Andr�s Ahuayucan, San Francisco Tlalnepantla, San Gregorio Atlapulco, San Lorenzo Atemoaya, San Lucas Xochimanca, San Luis Tlaxialtemalco, San Mateo Xalpa, Santa Cecilia Tepetlapa, Santa Cruz Acalpixca, Santa Cruz Xochitepec, Santa Mar�a Nativitas, Santa Mar�a Tepepan, Santiago Tepalcatlalpan, y Santiago Tulyehualco.
El r�gimen de gobierno de Xochimilco es similar al de las quince otras delegaciones del Distrito Federal. Antes del a�o 2000, los titulares de la administraci�n local eran nombrados por el jefe del gobierno del Distrito Federal. A partir de ese a�o, los xochimilquenses eligen a sus jefes delegacionales.
Asimismo existe otra figura de representaci�n ciudadana en esta demarcaci�n, los coordinadores territoriales, figura que obedece a los usos y costumbres de algunas delegaciones del sur del Distrito Federal, incluida Xochimilco. Los coordinadores territoriales duran tres a�os y se consideran agentes administrativos que se encuentran en la estructura de la organizaci�n delegacional; reciben un sueldo como cualquier servidor p�blico, lo particular es que este gestor pasa por un proceso de elecci�n de planillas que se define con el voto de los habitantes en las urnas que coloca el gobierno delegacional en los 14 pueblos de Xochimilco. Estos coordinadores territoriales son electos por un reducido n�mero de vecinos y en particular de los considerados originarios de los pueblos, en donde son excluidos los avecindados en el registro de candidatos por no cubrir el requisito de tener una residencia en el poblado mayor a los cinco a�os. Este elemento es relevante ya que los coordinadores territoriales tienden a gestionar principalmente los intereses de los vecinos m�s antiguos, atendiendo las zonas m�s consolidadas en infraestructura y equipamiento urbano y desatendiendo a los asentamientos irregulares que contienen a la mayor�a de la poblaci�n de los pueblos.
As�, Xochimilco se conforma como una delegaci�n con un paisaje de transici�n entre lo rural y lo urbano. Su poblaci�n es de 369,798 habitantes para el a�o 2000, de los cuales se calculan alrededor de 6 mil personas que se dedican a las actividades agropecuarias. Por ello se considera el territorio m�s importante del Distrito Federal en el desarrollo de estas actividades que representan el 28% de total de las delegaciones que cuentan con poblaci�n agropecuaria.
El territorio Xochimilca tiene una extensi�n de 125.2 kil�metros cuadrados que representan el 8.4% del Distrito Federal, tiene la segunda �rea natural protegida de la Ciudad de M�xico con 2,657 ha., las tierras para uso agr�cola son principalmente de propiedad privada (58%), comunales 19%, ejidales 5% y expropiadas para uso ecol�gico y forestal 18%. Posee 3.8 kil�metros de vialidad primaria y 4,284,733 metros cuadrados de carpeta asf�ltica. Es la delegaci�n con mayor n�mero de asentamientos irregulares, 197 de los cuales 70 se encuentran en suelo de conservaci�n ecol�gica.
Su espacio esta conformado por una cabecera de la delegaci�n que es Xochimilco y que se divide en18 barrios; El Rosario, Santa Crucita, Caltongo, San Lorenzo, San Diego, La Asunci�n, San Juan, San Antonio, Belem, San Crist�bal, San Esteban, La Sant�sima, La Guadalupita, La Concepci�n Tlacoapa, San Marcos y Xaltocan; 14 pueblos: San Mar�a Tepepan, Santiago Tepalcatlalpan, San Mateo Xalpa, San Lorenzo Atemoaya, Santa Cruz Xochitepec, San Lucas Xochimanca, San Francisco Tlalnepantla, Santa Mar�a Nativitas, San Gregorio Atlapulco, Santiago Tulyehualco, San Luis Tlaxialtemalco, San Andr�s Ahuayucan, Santa Cecilia Tepetlapa y San Cruz Acalpixca. Adem�s en la cabecera municipal existen 45 colonias y 20 unidades habitacionales.
Existen tres zonas en las que se encuentra divida orogr�ficamente Xochimilco: La zona media laboral o casco urbano que tiene una superficie de 39.5 ha. con un centro hist�rico catalogado por la UNESCO, desde 1987, como patrimonio de la humanidad el cual tiene un pol�gono hist�rico (contemplado en el Plan Parcial de Desarrollo Urbano en 1997) de conservaci�n patrimonial de 9.8878 ha de superficie. La zona de chinampa que tiene una superficie de 145.068 ha, constituida por canales precolombinos en su mayor�a ocupados por asentamientos irregulares. Y la monta�a tiene una superficie de 149.3037 ha de asentamientos humanos y 360 ha de conservaci�n y que comprende la cadena monta�osa que conforman la Sierra del Ajusco, la zona cerril, ubicada entre Tlalpan y Xochimilco y la zona de llanura, conformada por el �rea lacustre.
Esta ultima micro regi�n llamada de monta�a, es donde se han logrado identificar los vestigios prehisp�nicos m�s antiguos de la cultura nahua. Y parad�jicamente es la zona donde el avance de la mancha urbana es m�s costoso, pues se han arrasado con zonas maiceras y valles importantes que recargaban el acu�fero de algunos manantiales importantes de los canales de Xochimilco Se cultivan principalmente ma�z, fr�jol, haba y forrajes con t�cnicas de arado y son de periodo temporal.
Actualmente, uno de los problemas apremiantes en este eespacio, es la posesi�n de la tierra, pues la lucha por este recurso y su aprovechamiento productivo son temas de tensi�n y de conflicto en la relaci�n urbano-rural. El crecimiento de la mancha urbana ha generado un mercado de tierras informal que busca por todos los medios posesionarse de estos espacios para la construcci�n de viviendas, parques recreativos, campos de golf, entre otros.
Ante esta situaci�n, si bien las autoridades federales y del gobierno del D. F. han formulado leyes para declarar el �rea como Suelo de Conservaci�n y han legislado para crear programas de manejo del �rea ecol�gica y de esa manera regular su uso, la presi�n social ha tenido diferentes matices, prevaleciendo constantes invasiones a la zona de Preservaci�n Ecol�gica; la tentaci�n de los productores de abandonar el suelo productivo es grande y se torna insostenible; s�lo la resistencia de algunos sujetos por mantener su medio de producci�n, o su arraigo con la tierra hace frente ante el �mpetu del capital que pretende monetizar la base f�sica de su medio de vida.
Esta diversidad de formas de propiedad de la tierra, sujetas a una significaci�n cultural y social para la mirada del gobierno se resume en: Suelo Urbano y Suelo de Conservaci�n, que cuenta con un Programa de Ordenamiento Ecol�gico que pretende regular el uso del suelo considerando como base los lineamientos b�sicos de la conservaci�n de recursos naturales, de los usos productivos del suelo y las actividades de la poblaci�n.
El suelo de conservaci�n lo constituye primordialmente el �rea rural del Distrito Federal en su regi�n sur y surponiente; abarca las delegaciones: �lvaro Obreg�n, Cuajimalpa, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tl�huac, Tlalpan y Xochimilco; se localiza tambi�n una peque�a �rea al norte de la Ciudad de M�xico, en la Delegaci�n Gustavo A. Madero.
La p�rdida de la cubierta natural ocasionada por el crecimiento urbano, la expansi�n agr�cola, la extracci�n del suelo y minerales, la tala clandestina y los incendios forestales constituyen los principales problemas en la zona rural del Distrito Federal. De acuerdo con el Programa de Gesti�n y Administraci�n de los Recursos Naturales del Distrito Federal, las �reas deforestadas equivalen al 7%.
Tambi�n los asentamientos humanos regulares e irregulares han ascendido en las zonas rurales debido a la limitada oferta de vivienda en la Ciudad de M�xico, agravada por una inmigraci�n todav�a significativa aunque decreciente, ha originado un d�ficit habitacional que ha estimulado el crecimiento desordenado hacia su periferia, ocasionando el establecimiento de asentamientos humanos irregulares en lugares.
Por lo anterior, la situaci�n en Xochimilco es compleja, en tanto existe una diversidad de reg�menes en la propiedad de la tierra, con una diversidad de ordenamientos jur�dicos y atribuciones. As�, se tiene �rea natural protegida de los ejidos de Xochimilco, en la zona de monta�a y en la chinampa, copropiedad de ejido revertido que fue expropiado, propiedad p�blica donde est� la cuenca lechera y Cuemanco que es el parque ecol�gico, para la chinampa. Para el caso de la monta�a la propiedad se torna m�s compleja, pues debido a que son n�cleos agrarios de propiedad comunal, adem�s de no estar registrados o estar en juicio ante el tribunal agrario sobre la propiedad, los comuneros se enfrentan constantemente al saqueo de los recursos entre un pueblo y otro debido a esta indefinici�n de l�mites.
Estas normatividades, sumadas a los patrones culturales de la poblaci�n rural han ido cambiando con el acercamiento de lo urbano, la valoraci�n de la tierra, la cultura, las relaciones sociales y el nuevo uso que podr�a darse a los recursos. Tambi�n se reconoce que algunos propietarios consideran que la tierra ha dejado de ser una necesidad y base del sustento de su vida, abrigando la esperanza de que se les presente una buena oferta de compra para poder acceder a vender; no quiero generalizar, pero esa es una constante, lo que complica el trabajo de mantener las �reas productivas y las relaciones comunitarias.
As�, en Xochimilco estamos en presencia de un pueblo con un territorio anclado en la historia, en el que se reproducen formas especificas de usos del espacio, que a su vez organizan un universo social delimitado relacional, laboral ,productivo econ�mico, y cultural, que forjan una identidad colectiva diferenciada, los cuales resisten y se reinventan a pesar de ya no ofertar ninguna conveniencia a la urbe en t�rminos productivos, a pesar del avance de la macha urbana que demanda cada d�a mayores espacios para habitaci�n , a pesar de las brechas culturales que se abren con la llegada de nuevos vecinos y ante las l�gicas mundiales que dictan un exterminio a sus formas de producci�n; resistencia que se expresa preservando sus tradiciones y al mismo tiempo que transformando y adaptando nuevas formas y pr�cticas para seguir siendo en un espacio determinado.
Link , menciona que las �reas rurales m�s pr�ximas a las ciudades dejan de cumplir funciones de abasto relevantes, aunque la producci�n agr�cola no desaparece del todo, combin�ndose con otras actividades y formas de ser modernizantes; por ejemplo los j�venes ayudan a la agricultura, la chinampa, la crianza de animales y participan de las fiestas, al mismo tiempo que visten a la moda y escuchan m�sica urbana.
En ese sentido cabr�a esperar el total abandono de las actividades productivas agr�colas y de la tierra en todos sus usos; no obstante, �stas sobreviven de diversas formas, sacando provecho de �sta, a partir de la innovaci�n y la adopci�n de saberes y tecnolog�as que a la par de mejorar la productividad agr�cola, tambi�n coadyuvan a la sobrevivencia de otras formas que provienen de pr�cticas milenarias, como es el caso de las chinampas , o bien innova formas de apropiaci�n de la tierra y relaciones sociales, a partir de proyectos de desarrollo denominados alternativos, como el ecoturismo., la veta de artesan�as, las actividades combinadas con alguun trabajo en la ciudad (servicios).
As� se constituye la relaci�n urbano-rural (ambivalente y contradictoria) de Xochimilco con la ciudad de M�xico, la cual ha trastocado su mundo rural y ha generado transformaciones en varios sentidos, sociales, econ�micos, pol�ticos, culturales, ambientales, geogr�ficos, relacionados con la identidad y con sus formas de apropiaci�n la naturaleza en funci�n de su aprovechamiento y c�mo ha dibujado las alternativas de desarrollo locales posibles.
Tales resistencias o formas creativas de permanencia se expresan en las formas de habitar los espacios, en la producci�n y reproducci�n de cultura, en las formas de relacionarse socialmente, en las actividades productivas, entre otras, lo que hace de los territorios en donde se expresan estas situaciones, sean espacios complejos, dif�ciles de interpretar debido a la transformaci�n intensa y constante, y a las novedosas expresiones identitarias que se producen dentro del mismo.
En donde se han construido nuevas formas de relacionarse, basadas en elementos que perviven a las transformaciones estructurales. Es en este plano donde se halla el nudo de las contradicciones y tambi�n donde est�n las posibilidades de permanencia y desarrollo. Es decir que diversas realidades se desarrollan en un mismo territorio, mientras que por un lado se suman los cambios socioecon�micos, la des-industrializaci�n y la terciarizaci�n de la econom�a, que no aseguran empleos suficientes y �... se expande el mercado de trabajo informal, particularmente, el comercio callejero, advirtiendo una profundizaci�n, una ampliaci�n de la polarizaci�n social y la segregaci�n urbana� . Por otro lado aparecen sujetos sociales cuestion�ndose sobre alternativas distintas a las que el medio los obliga y surge desde las periferias rurales y conurbanidades citadinas una revalorizaci�n de sus espacios, recursos naturales, culturales y relaciones sociales.
La defensa del territorio no tiene s�lo un car�cter de productivo-econ�mico, no es s�lo un pedazo de tierra o bosque o monta�a, es un espacio cargado de historia y de relaciones construidas con la naturaleza y con lazos de parentesco.
�...en esos espacios los campesinos interact�an con sus iguales, establecen redes de relaciones sociales, culturales, pol�ticas, religiosas , econ�micas�
Por ello, se dice que los pueblos viejos del distrito federal se cuecen aparte, pues su cercan�a con la urbe les ha posibilitado continuar con algunas actividades tradicionales y generar nuevas en el intercambio con la ciudad, as� que su territorio se conjuga en la herencia, la tradici�n, la innovaci�n y la creatividad.
Por lo que, hablar de desarrollo y de la implementaci�n de un proyecto de cualquier tipo en la ciudad de M�xico, no es tan lineal, pues debe estar conformado por sujetos de carne y hueso, los cuales se involucran y enfrentan en la realidad social de m�ltiples maneras, haciendo que los proyectos de permanencia y desarrollo se conviertan en una verdadera reapropiaci�n de su territorio en el sentido amplio, pues m�s all� de hacer producir la tierra, aprovechar los recursos naturales y obtener beneficios econ�micos se ponen en juego, los afectos, los v�nculos y la posibilidad nuevamente de reafirmar o reconstruir lo comunitario en nuevos escenarios sociales y reconstruir el mundo rural desde novedosas formas de reproducci�n, que dibujan y desdibujan la realidad.
Xochimilco ha resistido o convivido hist�ricamente con la ciudad, y no es la primera vez que se enfrenta a una relaci�n desigual frente a la metr�poli desde tiempos de los aztecas, en que logr� posicionarse como un gran proveedor de alimentos, la lucha constante ante formas cambiantes y en absorci�n por la urbe que ya es una realidad que ha minado parcialmente la tradici�n y la vida rural que se reproduce a�n en su territorio.
Evidentemente los cambios que ha tenido Xochimilco han permeado su relaci�n con el mundo, ante una pertenencia con una ciudad multiforme, diversa, es imposible no salir afectado bidireccionalmente, transformando su cultura, su identidad y su territorio. En palabras de �vila:
�Se trata del reconocimiento de territorios o �mbitos simbi�ticos, donde se expresan situaciones o actividades inherentes a lo urbano y a lo rural, en un marco f�sico donde las presencias de la ciudad son determinantes en la organizaci�n del territorio�
El territorio de Xochimilco, posee una tradici�n rural y cultural muy fuerte y que a pesar de su cercan�a con la ciudad, no ha abandonado sus pr�cticas y conocimientos construidos hist�ricamente entorno al ambiente que le rodea, el cual es fuente de recursos (materiales y simb�licos) que son aprovechados por los sujetos y que gracias a su aprovechamiento, se han podido conformar pr�cticas culturales como la chinampa, la agricultura urbana, las fiestas patronales, las mayordom�as, entre otras.
La subsistencia de un pueblo legatario del primer asentamiento nahua del Valle de M�xico, se debe al conglomerado de elementos que han permitido su reproducci�n en un contexto de continua amenaza y riesgo de descomposici�n de sus tradiciones, su territorio y su ser.
Una cultura con formas de organizaci�n social especificas, un manejo de un medio natural lacustre y de monta�a, una concepci�n y distribuci�n del espacio, costumbres y las pr�cticas religiosas arraigadas, han dotado de fortalezas a los xochimilcas para resistir, apropiar y desarrollar nuevas formas y pr�cticas productivas en diferentes per�odos hist�ricos para su subsistencia. A�n aquellos instaurados por el avance del capitalismo, en donde han logrado ajustarse a la modernizaci�n integr�ndolo sus tradiciones.
Los procesos de cambio y permanencia, que tienen que ver con formas espec�ficas de desarrollo y de historicidad, en la complejidad que implica los modos de producci�n social, econ�mica y cultural, para ello nos remitiremos al espacio en donde se despliegan esas pr�cticas, la territorialidad que ocupan y usan los sujetos de Xochimilco.
La idea de que los pueblos hacen de su espacio un entorno m�s productivo, lo conservan m�s y en lugar de sembrar casas, siembran productos agr�colas como �rboles frutales y ma�z, es sin duda una ventaja de posicionamiento e imagen que refleja al resto de los pobladores de la ciudad, sin embargo en lo concreto no todo evoca la imagen rom�ntica del territorio y los sujetos en armon�a con su ambiente.
En estos espacios, el reconocimiento del tiempo y la forma de comprender los problemas es visto de una manera particular, considerando la complejidad del entorno y las relaciones que se tejen a su alrededor, debi�ndose planificar las soluciones en el largo plazo por el crecimiento de la mancha urbana; sus habitantes saben que la ciudad amenaza su forma de vida y producci�n; le dan un nuevo sentido al valor de la tierra sobre la base de la historia y al futuro de sus generaciones. Consideran que la tierra vale m�s que el precio urbano porque de ella pueden subsistir ellos, sus hijos y las dem�s generaciones por venir.
Estas formas de pensar-se en su situaci�n urbana-rural y las alternativas que podr�an tener, est�n siendo generalizadas a todos aquellos que todav�a producen; as� ellos van construyendo organizaciones y grupos con nuevas miras hacia el desarrollo, inmersos en una nueva ruralidad en la que la integralidad de sus diversos componentes pueda reconocerse como un valioso aporte para el desarrollo de la ciudad de M�xico y podr�a ser el inicio catalizador de una diferente manera de ver la situaci�n de estos sujetos.