BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PATRIMONIO NATURAL Y TERRITORIO

Coordinadores: León Enrique Ávila Romero y Giovanni Pardini




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Campesinos y empresas mineras. Conflictos en torno a la defensa del territorio en la zona minera de Mezcala, Guerrero

Carlos Rodríguez Wallenius

Resumen

En los últimos años se han incrementado los conflictos entre las comunidades campesinas de Mezcala, Mazapa, Carrizalillo y Xochipala del municipio de Eduardo Neri y la empresa minera de capital canadiense Goldcorp - LuisMin, debido al aumento de las actividades extractivas de oro de la compañía y que realiza en tierras ejidales y comunales bajo el sistema de “tajo abierto”.

En este contexto, algunos grupos de ejidatarios y comuneros de las cuatro comunidades han realizado una serie de acciones colectivas exigiendo mejores condiciones en los contratos de renta de sus tierras, de manera que le sean devueltos a la población parte de los beneficios económicos que se lleva la empresa minera. El escenario se hace más complejo con la intervención de partidos políticos y del gobierno municipal de Eduardo Neri y del gobierno del estado de Guerrero que buscan fortalecer sus intereses y proyectos en la zona.

Con base en un análisis geopolítico, se estudian las estrategias sociales, así como los mecanismos de movilización y negociación que impulsan los grupos de campesinos, en términos de conservar su territorio y de buscar alternativas para la producción agropecuaria, que les permita vivir dignamente en sus poblados.

Palabras Clave: Acción colectiva, minería, territorio

Introducción

Los habitantes de la zona de Mezcala , en el municipio de Eduardo Neri, tienen algunas proximidades que han marcando su vida cotidiana: están a las orillas del río Balsas , el más grande del estado de Guerrero y en donde se construyó en la década de 1980 un proyecto hidroeléctrico de gran magnitud, conocido como la presa “El Caracol” y que afectó a parte de la comunidad de Mezcala. Además está a unos 40 km de Chilpancingo, capital del estado y a un lado de la carretera libre México – Acapulco, lo que los posiciona en uno de los ejes carreteros más importantes del sur del país. Pero, también, está encima de uno de los yacimientos de oro más importantes de México .

La existencia de mineral de oro y su extracción no es algo nuevo para las comunidades, pues desde hace varias décadas existe cerca de la comunidad de Mezcala una mina, la Nucay, sin embargo, su producción fue por mucho tiempo moderada (Noguez,2006:56).

Ahora la proximidad a este sustrato minero, toma otra connotación, pues los precios del oro a nivel internacional se han incrementado notablemente desde el 2000. Esto ha provocado que la empresa LuisMin haya intensificado sus operaciones en la región, a partir de la adquisición de la mina Nukay en el 2003 y el inicio de dos proyectos mineros de gran magnitud: Los Filos y El Bermejal, los cuales colindan con las cuatro comunidades.

Ello ha significado una profunda transformación de las relaciones sociales, económicas y políticas que se habían construido entre los ejidatarios y comuneros que habitan la zona de Mezcala, en tanto la rápida y agresiva intervención de la minera ha producido una intensa y compleja confrontación por el territorio, en la que se disputan los recursos minerales y naturales (en especial la tierra y el agua). Es, en este campo de conflicto , en el que expresan diferentes intereses y proyectos de sociedad entre los actores internos y externos en torno al uso y aprovechamiento de los recursos (Rodríguez, 2005).

La definición de actores que inciden en el territorio y de los frentes de conflicto, están caracterizados por dos polos extremos del espacio social. Por un lado, familias campesinas de origen náhuatl que habitan las cuatro comunidades, que tienen propiedad social sobre la tierra (ya sea comunal o ejidal) y cuya subsistencia se basa en la economía campesina, fundamentalmente a partir de la producción agrícola (maíz, calabaza y fríjol), la producción de animales (chivos, bovinos, aves) para abasto familiar y para el mercado regional, y pesca en el caso de Mezcala.

En el otro extremo, se encuentra la empresa minera transnacional Goldcorp, de capital canadiense y una de las empresas más importantes en este ramo a nivel mundial , con inversiones en varios países (Australia, Argentina, Brasil, Canadá y Estados Unidos) y en México en los estados de Durango, Querétaro, Estado de México, Zacatecas. La empresa minera, bajo la denominación de su subsidiaria en México LuisMin, ha tejido su red de alianzas, fundamentalmente con los gobiernos federal y estatal para implantarse en el territorio de Mezcala, con la estrategia de extraer la mayor cantidad de mineral oro en el menor tiempo posible, aprovechando los altos precios internacionales del metal. Las ampliaciones del 2006 y 2008 del proyecto minero con dos nuevas minas a cielo abierto (Los Filos y El Bermejal) harán que la producción anual de esta zona pase de 10,000 onzas en 2004 a 320,000 onzas en el 2008, lo que convierte al estado de Guerrero como el primer productor de oro del país. De estas minas saldrá el 96% del metal este estado, dando empleo directo a 1,500 personas de la región (Asure,2006:35-38).

Esta intensa actividad extractiva está teniendo impactos en la destrucción del paisaje, deterioro ambiental y contaminación del territorio, así como una cruenta disputa por el control tanto de los terrenos ejidales y comunales de las cuatro poblaciones, además del usufructo del agua en la zona, pues el líquido es fundamental para los procesos de explotación y transformación del mineral.

Campesinos y empresa minera actores centran su conflicto en lo que Zambrano (2001) denomina el control y ejercicio de soberanía sobre el suelo y subsuelo, en tanto la propiedad de los terrenos donde está el mineral es de los ejidatarios y comuneros, así como uno recursos necesarios para el proceso de beneficio del mineral como es el agua, es también requerido para el abastecimiento de las comunidades.

Para analizar este proceso de disputa territorial, lo haremos desde un enfoque geopolítico en una escala local. Sobre este enfoque cabe hacer aquí una acotación, pues durante muchos años, en plena época de la guerra fría, en el análisis geopolítico privó una tendencia que estudiaba principalmente las acciones y estrategias de los Estados nacionales respecto a sus intereses económicos, sociales y culturales, tomando en cuenta los factores geográficos y territoriales (Lorot, 1995). Este enfoque fue muy criticado al centrarse en la escala internacional y tomar a los grandes intereses económicos como determinantes de las relaciones entre Estados, por lo que se relegaba a los procesos políticos y culturales que se producen a escala regional y local como si fueran subordinados a los procesos globales y a los intereses económicos.

Recientemente se han realizado esfuerzos por darle a la geopolítica una perspectiva diferente, sobre todo a partir de la influencia del pensamiento sociológico que ha generado una geopolítica crítica (Castro, 2006:191). En particular, resaltamos algunos esfuerzos por aplicar el enfoque geopolítico a espacios regionales y locales (Barton, 1997) en la idea de analizar los conflictos que distintos actores expresan en los escenarios locales y en los cuales se disputan la posesión y control de recursos, ya sea naturales, económicos, culturales e identitarios en un territorio determinado (Dehouve, 2001).

De esta manera, el enfoque geopolítico para los espacios locales, permite analizar las disputas entre diferentes actores sociales en el contexto de ciertas tendencias dominantes y de acciones colectivas de los actores en el territorio, cuando estos desarrollan un campo de conflicto, debido a que tratan de impulsar un determinado estilo de desarrollo apegado a sus necesidades e intereses, utilizando para ello los recursos de su territorio (Rodríguez, 2007).

Bajo este enfoque, los actores definen un adversario u opositor, al que se le adjudica una responsabilidad sobre las decisiones vinculadas al recurso necesitado o demandado. Los actores sociales entablan relaciones de negociación y/o enfrentamiento con sus adversarios, y que pueden estar expresando un conflicto antagónico (Bolos, 2003:27).

Desde el planteamiento de la geopolítica a escala local, se retoma una concepción política de las relaciones que se establecen en el territorio, en particular, resaltamos las propuestas que hace Zambrano (2001) sobre el territorio y las disputas que se generan sobre su control. En este sentido, compartimos la idea del territorio, entendido como espacio terrestre, real o imaginado, que una serie de actores sociales ocupan o utilizan para la generación de un sentido de pertenencia; lo organizan según producción social diferenciada, diversidad cultural, relaciones de género, ejerciendo jurisdicción sobre él.

Así, las luchas por el territorio son la expresión de las disputas de los actores sociales por la hegemonía de una forma particular de ejercer legítimamente la soberanía sobre el territorio, es decir, de ejercer una acción de dominio sobre el espacio de pertenencia.

De ahí que el análisis de las luchas territoriales permite ubicar las disputas que tienen los actores por el control político, económico, cultural y fiscal de un espacio estratégico y que determinan las percepciones espaciales sobre pertenencia, dominio y soberanía, es decir, en el fondo, la disputa está expresando una territorialización que se despliega sobre la sedimentación de las luchas por el poder jurisdiccional para ejercer autoridad e imponer el dominio.

Si bien el análisis geopolítico a escala local parte de una crítica de las posturas economicistas de la geopolítica clásica, no se debe dejar de lado la presión estructurante sobre el territorio que tienen las tendencias dominantes, entre ellas, la economía. Para nuestro caso, será fundamental el papel que tiene la empresa minera para entender la dinámica local. Por ello, vamos a subrayar que el modelo de explotación que está vinculada a la minería, pues ésta se inscribe dentro de una típica economía de enclave, la cual se caracteriza por la situación paradójica en una región: que entre más explotan sus recursos naturales, más pobreza se genera para la población , es decir, es un modelo de explotación de los recursos naturales que proporciona a las empresas excepcionales condiciones de rentabilidad, pero sin desarrollo al interior del territorio explotado, ni mejoría en los condiciones de vida de sus habitantes.

Con los referentes teóricos conceptuales expuestos: geopolítica espacio local, disputas territoriales y economía de enclave; vamos a abordar los procesos de conflicto social en la zona minera de Mezcala. Ello lo haremos en los siguientes cuatro apartados. El primero se refiere al contexto y tendencias dominantes, donde se indican los impactos para los habitantes de la zona debido al incremento de la actividad minera, propiciada por el aumento en los precios del oro y la consiguiente apropiación de la empresa LuisMin de los terrenos ejidales y comunales. A esta situación hay que sumarle otras acciones que acervan las tensiones sociales como el acaparamiento del agua o el incremento de la inmigración de personas de otros estados. El siguiente apartado se aborda la definición de los actores y del campo de conflicto. Los actores se articulan en torno a dos grupos antagónicos, uno referido a los grupos de ejidatarios y comuneros que quieren vivir dignamente de sus tierras frente a un segundo conjunto encabezado por la empresa transnacional Goldcorp y sus aliados gubernamentales, que pretenden explotar intensivamente los recursos auríferos.

En el tercer apartado, se analizan las respuestas campesinas a la intervención de la empresa minera, en términos de las movilizaciones, negociaciones y acuerdos en que los diferentes grupos campesinos quieren incidir en el territorio.

Finalmente, en las conclusiones se hacen una serie de reflexiones sobre la acción social frente a este tipo de proyectos, así como las perspectivas que se plantean en el escenario regional.

Contexto y tendencias dominantes

Mezcala es una antigua localidad de origen náhuatl, que en tiempos prehispánicos pertenecía a la provincia de Tepecuacuilco, tributaria del imperio Mexica. Durante la época de la Colonia fue un paso obligado para atravesar el río Balsas, como parte de Camino Real entre México y Acapulco, por donde iban y veían hombres y las mercancías que traía la Nao de China (Noguez, 2006:52-53).

A pesar de interrumpirse el comercio con las Filipinas, al inicio de la Independencia, Mezcala siguió siendo punto de paso en la comunicación entre la Ciudad de México y el Puerto de Acapulco De esta manera, las labores agrícolas campesinas y el pequeño comercio fueron las actividades que regularon la vida durante el siglo XIX, sin que hubiera actividad minera relevante.

Después de la Revolución fue cuando se comenzaron a dar cambios que incidirían de forma definitiva a la población de Mezcala. En efecto, la zona fue afectada por la construcción de la carretera federal México Acapulco, en los años 30 del siglo XX, ya que el puente para cruzar el río Balsas se construyó a un costado del poblado.

Otra obra que tuvo repercusiones, fue la construcción durante la década de los 80 de la presa Hidroeléctrica Ing. Carlos Ramírez Ulloa (El Caracol), unos 30 km río abajo, pero la elevación del nivel del agua se provocó que se anegaran tierras de cultivo y casa de labor en la rivera cercana a Mezcala. La Comisión Federal de Electricidad construyó algunas casas para solventar los daños, pero el conflicto por la falta de pago a los afectados sigue hasta nuestros días.

Pero será la minería la actividad que tendrá los impactos más importantes para la población de Mezcala. Los antecedentes de la minería en la zona datan de 1924 cuando se dan los primeros beneficios de oro, aunque es a partir de la década de los años 40 mediante la mina “La Carmen” cuando se envía regularmente el mineral de oro fuera de la región, (Noguez, 2006:56). En la siguiente década cambia de dueños y de nombre, pasándose a denominar “La Guadalupe” y en los años 80 es comprada por la minera Nukay. Este constante cambio de dueños hace evidente las dificultades para lograr la rentabilidad en las extracciones del mineral áureo.

En todo caso, durante todos esos años las actividades mineras fueron limitadas y se integraron a la dinámica económica y social de Mezcala y sus comunidades cercanas. Los vínculos entre las empresas mineras y la población fueron mediadas por relaciones corporativas y clientelares que ejercían los comisariados de bienes comunales, quienes daban los permisos a las mineras y controlaban sus apoyos y recursos (Noguez,2006:57).

Sin embargo, a partir del año 2000 el precio internacional de los metales preciosos se ha incrementado notablemente. En particular, el oro aumento en 250% sus precios de 2001 al 2008 se debe a varios factores, pero podemos señalar el crecimiento de la demanda (sobre todo de los países emergentes como China e India), la incertidumbre económica, las especulaciones sobre la perspectiva para el dólar, y al incremento del precio del petróleo.

Con precios del metal en los $550 dólares la onza, se ha incentivado la exploración y explotación de yacimientos que antes no eran redituables, lo que ha provocado un aumento de la minería en varias partes del mundo. Este auge también ha traído aparejado prácticas extractivas para sacar el mineral en menos tiempo, como la técnica de tajo o minado a cielo abierto , pero que es altamente destructivo del hábitat y requiere del uso intensivo de recursos naturales asociados como el agua, de manera de acelerar los procesos de extracción y beneficio del mineral.

La intensificación del método de tajo ha sido denunciado por varias organizaciones y comunidades en nuestro país, por ejemplo, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) resalta que las empresas mineras aprovechan:

la obsoleta Ley Minera[…] y la debilidad de las normas ambientales para realizar explotaciones mineras a gran escala, “a cielo abierto”, remueven cerros, rellenan barrancas, destruyen sembradíos, desplazan pueblos, envenenan manantiales, ríos y cuencas, cancelando alternativas de bienestar de nuestros pueblos; y cuando abandonan sus fundos, sólo dejan a nuestros pueblos su rastro de destrucción de todo tipo, enormes tiraderos de desechos y residuos, tierras estériles, aguas contaminadas, enfermedad y desolación (Castro, 2008:6)

En el caso de la zona de Mezcala, según los datos de la minera LuisMin (2006:8) la actividad se vuelve rentable cuando el precio del oro esté por encima de $350 dólares la onza (lo que ocurrió en el 2004), lo que implica extraer 1 gramo de oro removiendo 1 tonelada de tierra. La tendencia alcista en el mercado del oro ha provocado que se redoblen las actividades extractivas, pues la zona de Mezcala, en específico la mina de Los Filos – El Bermejal tiene importantes reservas del metal: 5,64 millones de onzas , por lo que se espera una producción anual de 315,220 onzas al año (Goldcorp, 2005), 2/3 de la producción de la empresa minera en nuestro país.

Adicionalmente la zona tiene dos elementos clave para apuntalar el método de explotación intensiva, una es la disposición de agua, la cual es necesaria para el proceso de lixiviación, absorción y refinación del mineral, pues el río Balsas, del cual toca parte del embalse de la presa de El Caracol, está a 10 kilómetros de las instalaciones para el beneficio del mineral. El otro elemento fundamental es la cercanía de la carretera libre Chilpancingo Iguala, que permite ser una vía de comunicación para el transporte del oro al puerto de Acapulco o a los principales ejes carreteros del país del centro del país.

De esta manera, las amplias reservas, su posesión de recursos naturales y humanos necesarios para la transformación del metal y su acceso a vías de comunicación hicieron que Mezcala fuera centro de una intensa estrategia por parte de Goldcorp por controlar su territorio y extraer de él la mayor cantidad posible del mineral.

El proceso de apropiación tiene como referente inicial a la empresa canadiense Wheaton River Mineral (WRM) que en el 2002 compra a la empresa minera de capital mexicano LuisMin. Con este nuevo dueño, LuisMin adquiere el siguiente año la mina Nukay., que existía desde 1962 y era de capital norteamericano. En el 2004 LuisMin-WRM negocian permisos y las condiciones con las comunidades de Mezcala y el ejido Carrizalillo. En el 2005 la WRM fue absorbida por la Goldcorp, también de capital canadiense, y se inicia una nueva mina, el proyecto “Los Filos” a 3 km de la Nukay. El siguiente año se inicia la exploración de otro proyecto minero: “El Bermejal”, como un anexo de la mina de “Los Filos”, además comienzan los tratos con la comunidad de Xochipala. En el 2008 la mina “El Bermejal” inicia actividades.

La rápida apropiación del territorio de Mezcala y su anexo agrario Mazapa, así como las afectaciones a las tierras de Carrizalillo y Xochipala debido a los nuevos proyectos, fue acompañada de una serie de negociaciones con los responsables de los bienes comunales y de los ejidos, para concertar la renta y/o compra de la tierra. Aquí hay que señalar que la tenencia de la tierra en Mezcala, Mazapa y Xochipala es de tipo comunal, mientras Carrizalillo es ejidal. La minera llegó en el 2004 a un acuerdo de renta por la explotación de tierra, en el cual cada comunidad recibiría $1,400 pesos por hectárea al año. En el caso de Carrizalillo, la empresa logró comprar algunas parcelas a $10,000 pesos la hectárea.

En 2006 LuisMin tenía rentadas y compradas 2,600 hectáreas para el desarrollo de las minas Los Filos y El Bermejal, adicionales a los 590 hectareas de la Nukay, como se expresa en la siguiente tabla:

Poblado Hectáreas

Mezcala 1,300

Carrizalillo 700

Xochipala 450

Compra 150

Fuente: elaboración propia

Actores sociales y campo de conflictos en la zona de Mezcala

La vertiginosa apropiación del territorio por parte de la minera LuisMin en el periodo 2002-2006, modificó las alianzas tradicionales entre los actores sociales de la región y dinamizó las contradicciones entre los viejos y nuevos actores, transformando con ello el campo de poder.

En efecto, mientras la minería se mantuvo de bajo perfil en la zona en las épocas de la Nucay, la base de la organización social y productiva estaba referida a la vida campesina complementada con las actividades mineras. En efecto, los habitantes de Mezcala, su anexo agrario Mazapa, Carrizalillo y Xochipala tradicionalmente basaban su subsistencia en actividades de producción agrícola, sobre todo la siembra de maíz de temporal, fríjol y calabaza, la cría de animales (chivos, bovinos, aves) para abasto regional y, en el caso de Mezcala, la pesca. Adicionalmente existen actividades como la producción artesanal de mezcal o los servicios de comedores a la orilla de la carretera libre Iguala a Chilpancingo. Para el año 2005 las cuatro comunidades tenían una población cercana a los 5,000 habitantes, de los cuales 2,900 vivían en Mezcala.

La producción campesina de la zona, en concordancia con la situación agrícola en Guerrero, ha estado inmersa en una constante crisis por la falta de apoyos para la producción, la dificultad en comercialización de sus productos y la degradación de sus suelos.

Junto a ello, están las condiciones de marginación que comparte con varias de las regiones del estado y que se expresa en la poca cobertura de los servicios públicos e infraestructura social y su deficiente operación, como en el caso del agua potable, drenaje, energía eléctrica, servicios de salud y educación. Ello se refleja en los indicadores de marginación, los cuales se han incrementado en las últimas décadas:

Cuadro 1.- Grado e índice de marginación en Eduardo Neri.

MUNICIPIO Grado de marginación Índice de marginación

1995 2000 2005 1995 2000 2005

Eduardo Neri 0,21 0,22 0.23 Media Alta Alta

Fuente: Elaboración propia en base a la información del Sistema Nacional de Información Municipal, 2007.

Cuadro 2 .- Lugar de marginación a nivel nacional de Eduardo Neri

MUNICIPIO Lugar de marginación a nivel nacional

1980 1990 2000 2005

Eduardo Neri 1692 1118 994 990

Fuente: Elaboración propia en base a la información del Sistema Nacional de Información Municipal, 2007.

Los efectos combinados de una producción campesina sin apoyos para producir lo suficiente y los crecientes niveles de marginación relativa, propiciaron la migración de la población hacia otras partes del país, en ciudades como Acapulco, Chilpancingo, Distrito Federal o hacia los campos agrícolas de Sonora y Sinaloa, y hasta los Estados Unidos, particularmente a Los Ángeles, California.

En este contexto, la organización de los campesinos se centraba en las figuras asociativas agrarias formales, básicamente el Comisariado de Bienes Comunales y el Comisario Ejidal, los cuales atienden los asuntos de tenencia y organización para la producción, como gestores para créditos, fertilizantes y comercialización de sus productos agrícolas.

En la medida que se fue limitando los apoyos a la producción campesina, los espacios del Comisariado de Bienes Comunales y el Comisario Ejidal fueron perdiendo relevancia. Frente a ello, una figura que crecientemente adquirió importancia fueron las comisarías municipales, las cuales son representaciones honorarias de los ayuntamientos, cuyo encargado, el comisario municipal, es electo por su comunidad cada tres años . El comisario municipal se convirtió en gestor de la obra pública de las comunidades, sobre todo la relacionada al ramo 33 de infraestructura social municipal, así como de los programas sociales, como oportunidades y otros vinculados a la política social.

Vinculado a la figura del Comisario Municipal, aparece otro grupo de actores que interviene en el escenario regional son los partidos políticos. El PRI ha tenido presencia importante en la zona durante todo el periodo del Régimen de Partido Hegemónico (1940-1997), pero otras expresiones partidarias toman relevancia en la zona a principios década de los 90, cuando aparecen los partidos de oposición al PRI, en particular el PRD. La incidencia de los partidos en las comunidades se centra en la disputa de las comisarias municipales de Mezcala y Xochipala, dentro de las estrategias políticas para competir por la presidencia municipal de Eduardo Neri. También la disputa política se traslada a la elección del presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Mezcala, donde el PRD tendrá presencia, mientras el PRI mantiene su influencia en el comisario municipal .

Es a partir del 2002, cuando se comienza a trastocar seriamente el mapa de actores de la zona, ya que es en este periodo en que se expresan claramente los intereses y alcances de los nuevos proyectos de la empresa LuisMin, modificando con ello las relaciones entre los actores tradicionales, lo que dará pie a que surjan algunos nuevos.

En efecto, los espacios agrarios que venían perdiendo importancia, volvieron a adquirir peso, pues la renta de las tierras comunales y ejidales, así como la venta de parcelas ejidales dependían, en buena medida, del comisariado de bienes comunales y del comisario ejidal. Ello incrementa la disputa de los grupos y familias de comuneros y ejidatarios por lograr la representación en sus espacios agrarios.

Aquí la figura de los partidos políticos (fundamentalmente los comités locales y municipales del PRI y el PRD) adquieren un nuevo cariz y tratan de incidir en las decisiones de las representaciones agrarias respecto a la mina, así como el manejo de los recursos de la renta de tierras y donaciones de la empresa que llegan al Presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Mezcala y al Comisario Ejidal de Carrizalillo.

Tabla Apoyos de LuisMin a localidades en el 2005

Fuente: Goldcorp (2005)

En este sentido, los partidos políticos entran de lleno en la disputa de las representaciones ejidales o de bienes comunales, pero también mantiene sus intereses sobre los comisarios municipales. Estas pugnas por espacios de poder, se acrecientan en época electoral y van dividiendo a las comunidades en torno a los proyectos e intereses partidistas del PRI y el PRD.

Otro de los efectos del incremento en la actividad minera es que se ha atenuado la migración de las comunidades, en la medida que ha aumentado la demanda de fuerza de trabajo, pues el tipo de explotación bajo el sistema de tajo requiere abundante mano de obra, tanto para actividades generales como profesionales calificados. Así la gente joven ya no se dedica a actividades de producción de la tierra y se está dejando solo en manos de las personas mayores, que en su mayoría ya no son aceptados por la compañía para trabajar.

Además, a partir del 2004 se inicio un paulatino proceso de inmigración de trabajadores y profesionistas de fuera de la región, básicamente de Durango (donde se ubica la sede principal de la LuisMin), Chihuahua, Zacatecas, Michoacán y la Ciudad de México. Son, sobre todo, técnicos y profesionistas que tienen una mayor capacitación y entrenamiento, y que están obteniendo salarios mejores respecto al común de los trabajadores mineros. Por su parte, los trabajadores mineros de base, que en su mayor parte son de la región y pertenecen a la sección 270 del sindicato minero SNTMMSRM

Por su parte LuisMin, subcontrata a 18 compañías para que trabajen directa e indirectamente en las actividades mineras, como la trituración del material, renta de maquinaria, construcción, etcétera. Estas empresas traen, en su mayor parte, a su personal.

En este sentido, tanto trabajadores técnicos y profesionistas de LuisMin, como de las empresas subcontratadas han constituido en un nuevo grupo social: los “fuereños”, que presentan grandes diferencias económicas, sociales y culturales con los ejidatarios y comuneros. Además nuevos actores toman relevancia, podemos señalar a los transportistas (dueños de vehículos y choferes) que trasladan a empleados y trabajadores, que transportan materiales, agua y realizan otras actividades necesarias para el proceso minero. En particular, los piperos tienen mucha demanda pues acarrean agua constantemente a la mina, ya que el proceso de beneficio requiere mucho líquido para la limpieza de los minerales de oro.

Asimismo, la renta de vivienda se ha vuelto buen negocio, pues la empresa minera paga la renta de las casas de ingenieros y técnicos que vienen de fuera, y también hay una gran demanda por la renta directa que hacen los trabajadores.

De esta manera, la construcción de las minas de Filos y Bermejal está generando una mayor circulación de dinero para la zona, calculada en $800 millones de pesos anuales (LuisMin), los que está incentivando la apertura de pequeños negocios relacionados directa e indirectamente con servicios para los trabajadores y profesionistas de las minas, como comercios de abarrotes, restaurantes, fondas, con lo que se está conformando un grupo importante de comerciantes.

Actividad 2000 2005

Trabajadores mina 202 560

Campesinos 225 77

Choferes 30 59

Comerciantes 51 80

Amas de casa 433 380

Fuente: Elaboración propia a partir de LuisMin (2005)

De esta manera, podemos observar los cambios que está provocando la actividad minera y que está propiciando el surgimiento de nuevos grupos sociales y fortaleciendo a otros actores, ya sea por su incidencia política (partidos), la diferenciación económica (transportistas y comerciantes) o social y cultural (fuereños), le está dando un perfil distinto a las relaciones sociales y políticas en Mezcala, pues antes se centraban en los espacios agrarios y el comisario municipal, ahora el mapa de actores se hace más complejo y donde la minera ha tomado un papel protagónico.

Por su parte, la empresa minera ha tejido una red de intereses y complicidades para irse apropiando de los recursos de la zona, ello lo realiza en varios niveles y con actores clave. Primero, estableció una relación muy cercana a las autoridades de los tres ámbitos de gobierno, en particular el gobierno del estado, que ha tomado el proyecto minero como uno de los proyectos estratégicos de su gobierno (Gobierno de Guerrero, 2005:84) y le ha servido de gestor y negociador con los actores locales, en particular con el gobierno municipal, los comisarios municipales y los representantes agrarios. Por su parte, el gobierno federal, con la Secretaría de Economía facilitando trámites, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha otorgado las facilidades para dar los permisosde explotación minera a partir de la Manifestación de Impacto Ambiental y la Conagua para los permisos de extracción del líquido del río Mezcala.

Los vínculos con el gobierno municipal de Eduardo Neri son poco frecuentes, lo que lo hace estar ausente en el escenario y en la gestión de recursos con la minera, para orientarlos hacia áreas prioritarias de las necesidades municipales. Un ejemplo de ello es que en el Plan de Desarrollo Municipal (2006-2008) el tema de la minería es mínimo y son inexistentes los instrumentos para su gestión.

La empresa minera logró acceder a los recursos naturales de las comunidades con diferentes arreglos contractuales, negociando por separado con los representantes agrarios y mediante el pago de arrendamientos y donativos para las localidades. Esto marcará desde un inicio una relación subordinada de las autoridades agrarias de Mezcala con la empresa y de cierta tensión con Carrizalillo y Xochipala, con las cuales las relaciones de propiedad de la tierra, irán marcando sus posicionamientos ante estos conflictos, así como la poca claridad y transparencia en los donativos.

Adicionalmente, LuisMin desplegó una estrategia de promoción social y apoyo comunitario, estableciendo una relación directa con los representantes de las comunidades cercanas a la mina, mediante los comisarios municipales, representantes agrarios y grupos de mayordomos de las fiestas patronales, a los cuales les apoyo con recursos de asistencia social (materiales y pintura para edificios y espacios públicos, pequeñas obras de infraestructura, cooperaciones para fiestas y conmemoraciones, etc.)

La gestión y destino de los apoyos ha sido un elemento de división y conflicto al interior de las comunidades, por ejemplo entre el Presidente del Comisariado de Bienes Comunales y el Comisario Municipal de Xochipala.

De esta forma, la intervención de LuisMin en la construcción de su red de grupos aliados en la zona ha privilegiado la alianza con instancias del gobierno federal, una vinculación estrecha con el gobierno estatal. Además ha manteniendo a raya al municipio y logrando el acuerdo con los representantes agrarios e impulsando una estrategia de apoyos para ganarse a la población.

Sin embargo, la estrategia de intervención que impulsó inicialmente LuisMin para apropiarse del territorio y construirse legitimidad, no pudo evitar que se fueran creando diferentes “frentes” de conflicto con los actores sociales, particularmente se resaltan dos ámbitos que definen el campo de conflictos entre la minera y los actores locales, en términos de la defensa del territorio:

1) El punto central de las contradicciones está expresado en el control y aprovechamiento de la tierra, pues esta es la base de las actividades productivas de las familias campesinas en la región y, además, es el principal recurso que le interesa a la empresa minera. LuisMin tuvo que hacer una negociación diferenciada para cada comunidad, aprovechando el tipo de tenencia de la tierra y autoridades agrarias, con lo cual logró un precio estándar de $1,400 por hectárea. En el caso de Carrizalillo se dieron las condiciones para que algunas parcelas fuera vendida por los ejidatarios, al principio a precios muy bajos ($10,000 por hectárea) y los últimos, con asesoría de un abogado, pudieron obtener precios mayores por sus terrenos.

Pero no sólo la tierra para la extracción de minerales por el sistema de tajo abierto, sino que la actividad minera está provocando una importante afectación ambiental sobre el territorio de Mezcala, por la instalación de las plantas para el beneficio del metal y del tanque de lixiviación, cuyos residuos del trabajo (como el cianuro) puedan ser arrastrados por las aguas hacia los mantos acuíferos y contaminen a animales, plantas y humanos.

Tabla Superficies de las obras del proyecto minero Los Filos.

Obra o actividad Hectáreas

Tajo 65.59

Depósitos superficiales de tepetate 145.81

Patio de lixiviación 174.58

Caminos nuevos 38.50

Piletas 12.22

Planta ADR 6.10

Infraestructura de servicios 5.26

Banco Los Viejitos 10.00

Almacenamiento de suelos 87.27

Planta de trituración y aglomeración 1.67

TOTALES 547.00

Fuente: LuisMin (2005)

2) La falta de acceso al agua es otro de los recursos que está en conflicto y en el cual hace evidente la disfuncionalidad de la economía de enclave, pues ante una necesidad tan sentida para la población como es el agua, la riqueza que se genera por la minería no sólo no está solucionando dicha problemática sino que la ha incrementado. Damos un dato clave: a pesar de estar a un lado del río Balsas el 27,19% de la población de Mezcala no cuenta con agua entubada y “en la mayoría de las localidades y en la cabecera municipal el abastecimiento de agua se suministra por tandeos, es decir, únicamente en días determinados. No existen plantas potabilizadoras y el agua se surte prácticamente como se obtiene de las fuentes de abastecimiento” (Cesem,2006:35). En cambio, la empresa construyó para el abastecimiento de sus minas y su planta de procesamiento, una línea de conducción de agua con capacidad de 4 millones de m3 anuales, eso representa 10 veces las necesidades de abastecimiento de toda la población del municipio .

Se debe agregar que la empresa minera ha incrementado la extracción de agua en la zona, pues además de su abastecimiento propio, utiliza liquido de pozos para algunos de sus trabajos de exploración y explotación, la cual es transportada por pipas. Sumándole a lo anterior, está el aumento en el abasto a las viviendas de trabajadores y técnicos de reciente incorporación.

Respuestas campesinas

La dinámica estructurante que impuso la minería en la zona de Mezcala con la apropiación de la tierra y el agua, así como el mercado de trabajo para las actividades extractivas. Generó una serie de respuestas diferenciadas de los grupos de campesinos (ejidatarios, comuneros y aparceros) a partir de los primeros acuerdos. Los frentes de conflicto fueron, poco a poco, tomando relevancia e hicieron que se generara entre algunos ejidatarios y comuneros un sentimiento de injusticia (Moore,1989).

En Mezcala, la conflictividad interna se acrecienta debido a la disputa por la representación del Comisario de Bienes Comunales, definiéndose dos fracciones: el bloque priista, vinculado a la CNC y con Evencio Romero como cabeza del grupo, y el PRD con Fernando Ávalos, que había ganó la presidencia de comisariado para el periodo 2004-2007, con el voto de la mayoría de los 343 comuneros. La estrategia de este grupo fue mantenerse cercanos a la empresa de manera de mantener los apoyos y beneficios.

Por su parte, los ejidatarios de Carrizalillo que habían llegado a un acuerdo inicial de arrendamiento de 700 hectáreas en 2004 y por lo cual recibían cerca de 800,000 pesos anuales. Sin embargo, algunos ejidatarios comenzaron a cuestionar dicho acuerdo, primero por la situación en cómo se vendieron las parcelas a la empresa, ya que consideraban que se había aprovechado de la desinformación de los campesinos en términos de las riquezas que se iban a extraer. Después hubo quejas por las dificultades que personal de LuisMin ponía para el corte leña y de frutos silvestres en los terrenos arrendados. Finalmente se puso en entre dicho la justeza de los precios de la renta de las parcelas. De esta manera, paulatinamente, un grupo de ejidatarios encabezado por Crisóforo Guzmán generó la discusión sobre estos temas a finales del 2006, lo que provocó que un grupo de campesinos se instalaran en plantón en los accesos que dan entrada a la mina de Los Filos – Bermejal el 8 de enero del 2007, exigiendo a la empresa mejores precios por la renta de sus tierras.

El 25 enero, la policía estatal y municipal desalojan el plantón, reprimiendo violentamente a los manifestantes con un saldo de 70 detenidos, que son llevados a Zunpango, cabecera municipal. Es entonces que se radicalizan las posiciones y un numero mayor de ejidatarios vuelve a instalar el plantón y se constituyen en Asamblea permanente de Ejidatarios de Carrizalillo, aumentando su pliego de peticiones. Además se vinculan a la Asamblea Popular de Pueblos de Guerrero, una coordinadora de lucha y organizaciones sociales a nivel estatal. se crea simbólicamente en el espacio del plantón el poblado de Nuevo Carrizalillo del Oro, La protesta se extiende hasta abril cuando la empresa cede y negocia un precio de renta de la tierra a $13,500 por hectárea , deshace los contratos de compra venta que había realizado con los campesinos y aumenta el número de hectáreas arrendadas a 970.

Este proceso de movilización y resistencia provoca que la empresa LuisMin posponga por casi un año la explotación de la mina Los Filos y el Bermejal, Mientras tanto el bloque de Crisóforo Guzmán gana la Comisaria Ejidal.

Siguiendo el ejemplo de Carizalillo, los comuneros de Xochipala, que tenian arrendados 450 hectáreas en el 2006 a $1,400 la hectárea, también se inconforman por el precio y por una serie de daños a las parcelas y cortes de árboles debido a obras en caminos para le exploración que hace la empresa. Se constituye el Comité de Defensa de las Tierras de Xochipala el 24 de mayo del 2007 e impiden ingresar a los técnicos de LuisMin para hacer labores de exploración, exigiendo negociaciones con la gerencia de la mina para que les solvente los daños causados y les aumente el pago de la renta por las tierras. La empresa trata de calmar los ánimos donando $1,000,000 a representantes de la comunidad por los daños causados, pero se niega a negociar un aumento en la renta.

Ante ello, el 15 de enero del 2008 una parte de los comuneros cierra los tres accesos a la mina de Los Filos – Bermejal, exigiendo que se iguale la renta como a los de Carrizalillo. Pero ahora son los comuneros de Mezcala los que salen en defensa de la minera, argumentando que no iban a permitir que LuisMin se fuera de Mezcala pues “es su principal fuente de ingresos”.

De esta manera, ante el peligro de un conflicto intercomunitario, los de Xochipala retiran su plantón el 22 de enero. Por su parte, la empresa abandona sus actividades en Xochipala y cancela el contrato de renta de las 450 hectáreas. Con ello se provoca la división de la población de 142 comuneros, en el que el grupo de Salustio López mantiene su cercanía con la minera y el grupo de Samuel Jiménez, ex comisariado municipal y que encabeza al Comité de Defensa, es encarcelado, debido a una acusación por malversación de fondos.

Con estos referentes, el nuevo presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Mezcala Jesús Ramírez, trata de impulsar un nuevo tipo de estrategia ante el malestar de los comuneros por los bajos precios de la renta de sus tierras y sobre todo respecto a lo logrado por los ejidatarios de Carrizalillo. Por ello, empieza una serie de negociaciones con la empresa para que les iguale la renta y, además, realiza una demanda ante el tribunal agrario en contra de Carrizalillo para que les devuelva 170 hectáreas que consideran suyos.

Conclusiones

Hemos abordado en un proceso que inserción rápida e intensa en el territorio de Mezcala por parte de la minera Goldcorp, una de las empresas globales más importantes en su ramo que, a partir de los altos precios del oro, propiciaron un renovado interés con el fin de apropiarse de los recursos naturales, en particular de las importantes reservas auríferas de la zona. Mediante diferentes arreglos y negociaciones, LuisMin fue controlando el territorio y sus recursos, pero a costa de una irreversible devastación ambiental y del paisaje.

Frente a esta situación, los campesinos de la zona de Mezcala se posicionaron de forma diferenciada, en un inicio a través de sus representantes agrarios y comunitarios, llegando a acuerdos de arrendamiento en condiciones desventajosas para ejidatarios y comuneros. En pocos años, la percepción de las familias campesinas cambió respecto a los acuerdos con la minera y se sucintaron acciones colectivas centradas en lograr mejores precios para la renta de sus tierras. El hecho de cuestionar la jurisdicción sobre el territorio que había obtenido la empresa representa un logro para cada una de las movilizaciones comunitarias, pero poner a renegociar a LuisMin e imponerle la agenda de discusión como lo hicieron los ejidatarios de Carrizalillo, es una acción que reconfigura el campo de poder en la zona.

A pesar de estos logros, la discusión de los campesinos no ha puesto el acento en un punto fundamental para su reproducción en el largo plazo: las tierras que ahora rentan a LuisMin serán devastadas por la actividad minera. Aunque la propaganda de LuisMin y del gobierno de Guerrero es que la minería va a traer riquezas a la zona y que los daños causados se pueden mitigar o remediar, la realidad es que la explotación minera se basa en un estilo de desarrollo que destruye al territorio y lo contamina.

De forma adicional, las formas de protesta social están mostrando los límites a los que puede ceder la empresa para pactar nuevos precios, como se muestra en el caso de Xochipala, donde prefieren retirarse (al menos momentáneamente) antes que incrementar los pagos que le hacen a los comuneros.

En este contexto, se puede resaltar la falta de unidad entre las comunidades para presentar un frente común ante un mismo problema y adversario. La desunión tiene su expresión más clara con el papel que han asumido los comuneros Mezcala, que fueron los beneficiarios iniciales de los apoyos de la empresa, y cuyos habitantes son cada vez más dependientes de la dinámica económica que se desprende de la actividad minera. De esta manera los nuevos actores (comerciantes, rentistas, transportistas) presionan para que no se creen condiciones adversas para LuisMin.

Cabe preguntarse perspectiva de futuro de los campesinos, con jóvenes que prefieren trabajar en la mina o en las actividades vinculadas a ella, comuneros y ejidatarios que prefieren rentar a cultivar la tierra, cuando una explotación minera que tiene 10 años de vida, dejará un territorio devastado y contaminado, un enclave minero que abandonará su infraestructura y se llevará su gente. En este sentido, las rentas o las donaciones que hace LuisMin pueden representar una salida momentánea para algunas familias campesinas, pero el futuro será más difícil si tierras y sin agua.

Por ello, un reto para la acción social en la zona es reflexionar sobre los problemas económicos, sociales y ambientales que va a provocar la minería, y que para enfrentarlos se requiere de alianzas y unidad, ello implica consolidar las luchas comunitarias, pero fortaleciendo una organización regional. Además, en la medida que los efectos de la actividad minera impactan a todos los habitantes dentro del territorio, la acción social tendría que ir involucrando a todos los sectores.

En este sentido, las respuestas aquí mostradas son la expresión de un primer nivel de reacción frente a la actividad minera, pero al seguir tensándose el campo de conflictos, es previsible en el mediano plazo otro ciclo de protestas y movilizaciones que pongan en el centro la conservación del territorio y sus recursos naturales.


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