Laritza Guzmán Vilar y Gelmar García Vidal
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Por la envergadura de la autenticidad en el contexto ilustrado, se requiere de precisar quienes son los receptores y proveedores de la autenticidad. Al mismo tiempo se exponen algunos de los argumentos contenidos en otros estudios sobre consideraciones generales que poseen estos interventores relativos al tema.
En el turismo la autenticidad presenta dos actores esenciales: los proveedores y los turistas. Se considera a los proveedores como creadores de autenticidad y a los turistas como receptores o consumidores de esta. Chhabra (2005) denominó la anterior relación “flujo de autenticidad”. Alegando que los productores son los factores determinantes de la autenticidad y los vendedores actúan como enlaces entre productores y consumidores.
Sin embargo para (DeLyser, 1999; Littrell, Anderson y Brown, 1993) los turistas también son creadores de autenticidad, y además, la autenticidad comercializada, se basa en la demanda del consumidor.
Jules - Rosette (1984), declara que el comercio forja la autenticidad vendida en el ambiente del mercado, pero no dicta criterios del suministro de esta incorporada por productores. En este contexto la autenticidad fluye al productor para el consumidor con vendedores haciendo la función de mediador, y las condiciones están colocadas por los productores.
En un estudio realizado por Chhabra (2005), específicamente vinculado a la autenticidad en los productos vendidos a los consumidores, se pudo identificar factores determinantes de autenticidad, a través de las percepciones de los vendedores y los productores sobre el término estudiado. Estos factores son: conexión con el pasado, demanda del consumidor, proceso de negociación, representaciones de tradiciones, proceso de ilusión y hecho en el lugar de origen.
Para denominar los factores determinantes de la autenticidad Chhabra (2005) estructuró la investigación en tres fases:
Fase 1: Identificar la autenticidad según las definiciones que emitieron los vendedores entrevistados a partir de la literatura y obtener una lista de las mercancías originarias en la demanda (los vendedores realizaron una lista de los bienes populares vendidos). Esta lista clasifica los bienes en seis categorías: música, uso, joyería, comida, libros y recuerdos.
Fase 2: Se realizaron encuestas a los vendedores para obtener información sobre las características de los productos ofertados (longitud de tiempo en activo, números de tiendas en funcionamiento, renta porcentual ganada a través de los festivales, si la demanda para la mercancía originaria se había alterado en los últimos diez años y la percibida evaluación de popularidad de mercancía entre los turistas).
Luego Chhabra (2005) determinó el flujo de autenticidad a través de dos preguntas a los vendedores: ¿Quién según su opinión determinaba la autenticidad de los bienes originarios en términos de producción? (productor, vendedor, consumidor u otro). ¿Quién según su opción podía afectar la autenticidad de bienes originarios? (preocupaciones y modificaciones).
Fase 3: Se entrevistaron a los productores para que realizaran una valoración de la mercancía originaria. Se obtuvo información sobre la definición de autenticidad por parte de los productores y acerca de su opinión en los factores determinantes de autenticidad. En esta fase se utiliza el mismo procedimiento de la fase 1, con la diferencia de los encuestados.
Las fases anteriores le permitieron a Chhabra (2005) determinar que existe variedad en las definiciones de autenticidad, por lo que existe una necesidad permanente para examinar y reportar percepciones de autenticidad por parte de los jugadores cruciales que están incluidos en el proceso. Además resalta como los vendedores difieren de los productores en las cuestiones relacionadas con la autenticidad de sus productos. Incluso hay un porcentaje significativo de vendedores que entienden su papel pasivo en la autenticidad determinante.
Se precisa la existencia de estudios que se han dedicado a establecer determinas relaciones entre los interventores de la autenticidad, los cuales son denominados receptores y proveedores. Estos interventores por la incidencia que poseen directamente en la autenticidad de determinado producto, propiamente en el contexto turístico, deben admitir su papel protagónico en la autenticidad, y conjuntamente ser conocedores de sus factores determinantes.
1.5 Conclusiones
Una vez desarrollado el análisis teórico referencial de la presente investigación se puede arribar a las conclusiones siguientes basadas, en lo fundamental, en las ausencias teóricas tales como:
1. La definición de gestión turística del patrimonio cultural se encuentra difuminada dentro de la gestión de patrimonio apareciendo de forma implícita en los análisis de las relaciones entre turismo y patrimonio.
2. No existe un concepto de autenticidad multidimensional, sino perspectivas de análisis desde enfoques parciales del fenómeno.
3. La autenticidad emerge como el medio de expresión más directo del patrimonio.
4. Las últimas tendencias referentes al tema conducen al surgimiento de un nuevo concepto de autenticidad del patrimonio enmarcado en el turismo, que por su importancia en el recurso o atractivo turístico incide en los desplazamientos a un determinado destino.
5. Los temas antes comentados son asuntos a resolver en aras de lograr una mejora en la gestión turística del patrimonio cultural