Laritza Guzmán Vilar y Gelmar García Vidal
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Un término muy utilizado actualmente e incluido en la gestión patrimonial es lo referente a la interpretación del patrimonio como “elemento clave a la hora de transmitir un mensaje a la sociedad sobre un bien patrimonial en un espacio determinado y asociado a un tiempo de ocio por parte del espectador” . La misma ha sido estudiada y definida de disímiles formas, a continuación se presentan las diferentes perspectivas de su conceptualización .
La interpretación del patrimonio es considerada como un método de dinamización de lugares históricos, monumentos y comprende el conjunto de dispositivos a través de los cuales se intenta dar vida o significado a los objetos patrimoniales que están separados o despojados de su contexto original. Dado que al patrimonio le son inherentes códigos difíciles de interpretar, su objetivo consiste en adecuar los mensajes al perfil y características del usuario, ofreciéndole la oportunidad de experimentar nuevas sensaciones, con el propósito de mejorar la calidad de su experiencia.
Se puntualiza que la interpretación del patrimonio es una disciplina que posee una amplia gama de pautas y directrices metodológicas para la comunicación con el público, para la presentación del patrimonio in situ a ese público, y para transmitir un mensaje impactante que, en lo posible, trascienda al mero hecho de la visita. Conjuntamente, se delimita como disciplina especial por los aspectos siguientes:
• Posee cuatro características básicas: comunicación atractiva, ofrece una información breve, es entregada en presencia del objeto en cuestión, y su objetivo es la revelación de un significado.
• Manifiesta una amplia gama de pautas y directrices metodológicas para la comunicación con el público, para la presentación del patrimonio (in situ) a ese público, y para transmitir un mensaje impactante que, en lo posible, trascienda al mero hecho de la visita e infunda actitudes y comportamientos positivos para con el patrimonio.
• Revela su acervo de conocimientos, teóricos y prácticos.
Algunas conceptualizaciones desbordan el marco disciplinar explicando la interpretación patrimonial como un sistema interdisciplinario para dar a conocer, hacer accesible y explicar el sentido y el significado de procesos naturales, históricos o culturales complejos.
La interpretación del patrimonio del mismo modo se ha considerado como el arte de revelar in situ el significado del legado natural y cultural explicando el lugar del hombre en su medio, especialmente a los visitantes casuales, de forma que tomen conciencia del significado del sitio que visitan y de la importancia de esa interacción y desarrollen el deseo de conservarlo.
Simultáneamente la interpretación del patrimonio es denominada como un proceso con dos aristas. Para los visitantes como un proceso de comunicación que permite desarrollar el interés, estimular y alentar el disfrute, comprensión y aprecio por su patrimonio natural y cultural, mediante la explicación de sus características y sus interrelaciones, además de comunicarles los ideales y las prácticas de conservación. Por otro lado, para los gestores, desde el punto de vista de la conservación, como el proceso analítico que permite tomar decisiones a la hora de intervenir sobre el bien sin alterar las manifestaciones materiales que lo definen.
En su concepción de actividad educativa y recreativa de explicación o presentación pública, la interpretación del patrimonio debe ser cuidadosamente planeada, y aborda el completo significado de un lugar con patrimonio cultural, tanto tangible como intangible. Los apoyos multimedia para su interpretación pueden abarcar desde carteles con textos explicativos hasta profesionales que actúen como guías e intérpretes culturales, e incluso sofisticadas aplicaciones de la realidad virtual; pero, sea cual fuere el medio específicamente seleccionado, deberá proporcionar una información sobre el lugar que no resultaría disponible de otro modo. La interpretación debe extenderse, de forma combinada, al tratamiento dado al componente material del lugar, así como a su uso y a las actividades relacionadas con el mismo, con información explicativa sobre las tareas de investigación y las colecciones.
La interpretación del patrimonio posee además una mirada técnica por ser un eficaz instrumento de gestión, substancial para el intercambio cultural, que merece ser bien planificado, para reducir los impactos negativos e infundir unas actitudes y comportamientos positivos para con el patrimonio, incluido el entorno social.
El triple objetivo de la interpretación se relaciona con “ilustrar, proteger y capitalizar” , dichos fines se encuentran íntimamente ligados a las necesidades inmediatas de la sociedad moderna, una de cuyas manifestaciones más auténticas es el turismo cultural.
1. Ilustrar, porque permite enriquecer el conocimiento en cuanto al pasado histórico de la comunidad a la cual se pertenece o sobre las raíces culturales a partir de las cuales se desarrolla. Dar a conocer el patrimonio a través de medios visuales y sensoriales crea efectos positivos para beneficio de la sociedad.
2. Proteger, porque el conocimiento permite valorar el patrimonio y despierta la necesidad de conservarlo para la posteridad. Proteger de la degradación al recurso cultural significa tomar conciencia no solo a nivel individual, sino a nivel de la administración y de las empresas que tienen interés en comercializar el objeto patrimonial.
3. Capitalizar, porque valorar el patrimonio también significa preservar un recurso económico importante para la sociedad. En forma directa o indirecta, el objeto patrimonial presentado en forma adecuada al público crea un contorno económico que favorece a los habitantes de la región y aporta fuentes de ingreso para la comunidad.
Los objetivos declarados anteriormente se pueden alcanzar a través de una serie de funciones tales como:
• Explicar al público aquello que normalmente está reservado a los eruditos y permitir así a los visitantes no iniciados, conocer el legado que les pertenece, no solo en cuanto a unos hechos, sino para poder establecer conexiones personales con las ideas que se le presentan.
• Reciclar los conocimientos científicos de tal manera que puedan ser entendidos por el gran público.
• Proporcionar un alto nivel de conciencia pública y el soporte necesario para la supervivencia del patrimonio natural y cultural a largo plazo.
• Revelar significados e interrelaciones a través del uso de objetos originales, por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos, no limitándose a dar una mera información de los hechos.
• Exponer a los visitantes los rasgos naturales y culturales, la gestión de los recursos y los elementos recreativos de un sitio patrimonial, de una forma emocionante y provocativa, de modo que incremente el disfrute de ese público y su aprecio por el mismo.
• Establecer una comunicación que produce conexiones emocionales y cognitivas entre los intereses del público y los significados inherentes al recurso.
• Mejorar la calidad de la experiencia recreativa del visitante, y para inspirar, de una forma agradable, un mayor aprecio por el recurso.
• Pretender que el visitante descubra el significado de cosas, lugares, personas y acontecimientos.
• Favorecer a que la gente cambie la forma que tiene de verse a ella misma y al mundo, a través de una mayor comprensión de sí misma y del mundo que le rodea.
• Ayudar a sensibilizar, el patrimonio natural y cultural necesita ser valorado. En ese sentido, no debería molestar a los intérpretes descubrir al visitante los más secretos atractivos y las más disimuladas virtudes del espacio que interpretan.
• Ofrecer al público una ilustración del legado natural y cultural a través de una narrativa que les confiera sentido y que les permita integrarlos en el momento histórico del que formaron parte.
El resultado final de la interpretación debe ser un estado de conciencia y un deseo de contribuir a la conservación del patrimonio. La interpretación, sea a través de charlas o por otros medios, es exactamente lo que la palabra quiere decir: la traducción del lenguaje técnico y a menudo complejo del ambiente, a una forma no técnica – sin por ello perder su significado y precisión-, con el fin de crear en el visitante una sensibilidad, conciencia, entendimiento, entusiasmo y compromiso.
La interpretación del patrimonio se basa en el estudio multidisciplinar del lugar y sus alrededores e indicar con claridad y veracidad dónde comienzan las conjeturas, hipótesis o reflexiones de carácter filosófico. La meta de la interpretación es mostrar el elenco de datos históricos, tradiciones y significados atribuidos al lugar.
La documentación relativa a todos los elementos integrantes de un programa de interpretación debe reunirse y ponerse a disposición de los visitantes e investigadores. Dicha documentación consistirá en informes de contenido analítico y crítico, adecuados a las reglas y los recursos locales, en los que se identificarán los fundamentos materiales e históricos de cada elemento empleado en el trabajo de interpretación.
Por otro lado la infraestructura interpretativa se refiere a todas las instalaciones de carácter material relacionadas con la interpretación de un lugar con valor patrimonial. Estos equipamientos pueden incluir medios para facilitar el acceso físico, espacios para la recepción de visitantes y actividades educativas, así como servicios y material de apoyo a la interpretación, tanto dentro como fuera del lugar.
El uso de figuraciones artísticas o de simulación informática deberá fundamentarse en un análisis detallado y sistemático de los restos existentes que incluya datos arqueológicos e históricos, el análisis de los materiales de construcción, los criterios de ingeniería de estructuras, las fuentes escritas y la iconografía. Dichas interpretaciones visuales son meras hipótesis figurativas, y deben ser consideradas como tales. La interpretación debe reconocer y respetar la coexistencia de valores científicos y culturales, ya que ambos pueden contribuir a que el visitante consiga una apreciación más rica y profunda del lugar.
La inmensa mayoría de los centros de interpretación no son interpretativos en su naturaleza, sino meramente informativos pero sin un mensaje claro en donde no se aprecia la aplicación de los principios ni las técnicas de la interpretación por parte de los diseñadores y no pocas veces la espectacularidad del medio enmascara el mensaje. No obstante, un centro de visitantes bien concebido es una buena ocasión para dar la bienvenida y para estimular al público a que salga y continúe afuera la interpretación que se inició en el centro.
De ahí que la interpretación del patrimonio para cumplir con los objetivos propuestos debe planificarse adecuadamente. La planificación interpretativa se trata de un proceso racional de formulación de objetivos, análisis del recurso - sus potencialidades y limitaciones -, análisis de los usuarios potenciales, definición de los mensajes a transmitir, elección de los medios de interpretación y definición de los equipamientos y servicios interpretativos necesarios, recomendaciones para la ejecución de programas, y sugerencias para evaluar la efectividad de la intervención. La interpretación de los lugares con patrimonio cultural debe planearse minuciosamente y en armonía con su entorno natural y cultural. Entre las metas principales de cualquier proyecto de interpretación debe contemplarse el desarrollo equilibrado y coherente, desde el punto de vista social, económico y medioambiental. La implementación y desarrollo de programas de interpretación debe ser parte integrante del plan global de gestión de un lugar con patrimonio cultural. Deberá considerarse en profundidad el impacto potencial de la afluencia de visitantes sobre su significado cultural, características físicas, integridad y entorno natural, así como el bienestar socioeconómico y cultural de la comunidad local.
En el proceso de planeamiento relativo a un lugar, deberán discutirse, desde la fase inicial, planes alternativos al programa de interpretación que permitan evaluar su viabilidad técnica y económica. La escala, el coste y la tecnología de los programas de interpretación deben adecuarse a las condiciones propias del emplazamiento y a los servicios disponibles. Es esencial que la infraestructura interpretativa esté bien construida, cuidadosamente mantenida y conservada en buen estado.
Los kioscos, sendas, paneles informativos, y cualquier otro soporte visible destinado a la interpretación deben ser respetuosos con las características del lugar y su entorno, sin dejar de ser fácilmente identificables. La luz y el sonido procedente de cabinas, pantallas y altavoces deberán circunscribirse al área de interpretación correspondiente, de tal forma que no afecten negativamente a los alrededores ni molesten a los vecinos de espacios circundantes. Puede resultar necesario establecer recorridos de interpretación fijos y determinados, a fin de reducir el impacto sobre la integridad espacial del lugar y su entramado físico.
Previamente es indispensable hacer una distinción entre, por un lado, la interpretación que practican los especialistas en sus trabajos de investigación, generando series de hipótesis, problemáticas y conocimientos - en este caso la interpretación se orienta hacia el objeto patrimonial -; y por otro, los dispositivos de interpretación, destinados al público, que pueden suscitar interés, provocar la emoción, permitir ir más allá de la reacción en el sentido estricto, incitar a la reflexión y a la imaginación, constituir unos conocimientos y contribuir a establecer unos valores que podrán ser compartidos por una comunidad. La realización de estos dispositivos pone en juego varios tipos de interpretación. Por lo que se propone tomar en consideración tres tipos de interpretación coexistentes:
• La interpretación emocional (estética o estetizante):
Toda representación que busca producir una sensación en el espectador, provocar su emotividad y despertar su emocionalidad - la sola mirada del objeto de estudio no es suficiente para ello. Diríamos que existe una interpretación emocional en toda presentación que pone de relieve un aspecto estético o lúdico.
La interpretación emocional tiene su origen en la materialización del decorado de la exposición, con el diseño del mobiliario de presentación, la elección de la tipografía de los escritos, de los materiales, de los colores, de la iluminación, con todo lo que une o aísla, lo que glorifica, sacraliza o trivializa, en definitiva, con todo lo que evoca. Todos estos efectos cambian y a veces cargan al objeto de estudio de significados que pueden llegar a ser como parásitos. A veces puede confundirse la interpretación emocional con la interpretación ideológica debido a manipulaciones de los sistemas de valores que hacen referencia al nacionalismo, al patriotismo, a las etnias, a las memorias identificativas a las conmemoraciones, a la religión, a la moral, etcétera.
• La interpretación ideológica:
Todo dispositivo que acompaña la presentación el objeto de estudio, y a todo instrumento que intente dar una explicación histórica, económica, sociológica, religiosa o cualquiera otra.
Es interpretación ideológica toda explicación o demostración que depende de un sistema de pensamiento, generalmente de carácter global, que intente dar al objeto de estudio su lugar dentro de un conjunto coherente construido o reconstruido, o a todo instrumentos que tienda a construir un universo comprensible por el público, por deducción o analogía, con la ayuda de la metáfora o de la alegoría.
Hacer una interpretación ideológica es construir un relato que integra el objeto de estudio, es construir una explicación, una cronología, un entorno, un contexto. Es narrar, contar, construir una ficción alimentada, dentro de lo posible, con las garantías científicas que se imponen para legitimar lo bien fundado de la actuación.
Podemos definir como ideológico toda integración en una explicación relevante de la nación, de la etnia, de la religión, tan pertinente como sea, y todo lo que depende de lo simbólico, de la convicción, de la fe, del museo de las ideas, aunque presente aspectos contradictorios y minoritarios.
• La interpretación instrumental (u operativa):
Toda presentación que tiene como objetivo ayudar al espectador en su capacidad de percibir y ver mejor, y que tiene como objetivo ayudarle a descifrar la complejidad de lo visible. Esto incluye todos los instrumentos y medios destinados a aprender, distinguir y aislar dentro de una realidad compleja, las huellas, los vestigios, los indicios, los signos, los elementos de estilística, los estratos históricos, etcétera, sin olvidar a todos aquellos que ayudan a comprender los conjuntos, a leer el paisaje, el urbanismo, la arquitectura, el monumento, los conocimientos técnicos, las técnicas empleadas, las cadenas de producción, entre otros.
Para poder localizar y situar un elemento dentro de un conjunto complejo, existen numerosos soportes de interpretación instrumental:
• La reconstitución analítica de un objeto o de un conjunto o de un contexto inicial.
• Los cambios de escala, los modelos reducidos y las ampliaciones.
• Las maquetas, animadas o inmóviles, interactivas, según los casos.
• Los equipos audiovisuales y las películas que descomponen el movimiento, las fases del proceso evolutivo o los elementos sucesivos de una cadena de producción.
• Los esquemas.
• Los planos analíticos, y los planos extraordinariamente detallados.
• Los dossiers fotográficos.
• Los escritos en su conjunto.
• Los diversos instrumentos interactivos cuando facilitan la representación y la comprensión de un sistema.
La interpretación de los lugares que forman parte del patrimonio cultural debe respetar su autenticidad, proteger la integridad de su estructura original y la transmisión de su significado, sin recurrir a alteraciones irreversibles de su configuración inicial. En un sitio patrimonial se debe hacer siempre evidente para el visitante cuáles son los materiales originales auténticos que perduran, e identificar claramente las recreaciones o reintegraciones posteriores de elementos desaparecidos. Los elementos propios de la infraestructura interpretativa que se superpongan a la fábrica original, no causarán daño a esta y podrán distinguirse fácilmente.
Si un programa de interpretación implicase la introducción de nuevos materiales, o cambios que afecten al marco físico en el que se asienta un lugar con valor patrimonial, dichas alteraciones deberán ser reversibles, pudiendo retirarse sin dejar huellas permanentes, para que la evidencia de la autenticidad de los materiales pueda ser reinterpretada en el futuro, de acuerdo con los cambios que puedan aportar los conocimientos y las pruebas ulteriores.
La autenticidad constituye una preocupación primordial que atañe tanto a las comunidades humanas como a los restos de índole material por lo que el diseño de un programa de interpretación del patrimonio deberá respetar y salvaguardar las funciones culturales tradicionales y asegurar la privacidad y dignidad de los habitantes locales. De ahí la necesidad de proteger la autenticidad y el significado de los lugares patrimoniales a través el respeto a los vestigios materiales originales y su emplazamiento natural y cultural, así como mediante la reversibilidad de las infraestructuras interpretativas y los servicios de acogida a los visitantes.