Walter Fernando Brites
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En los últimos años, la puesta en marcha de nuevas políticas habitacionales en el marco de grandes transformaciones y redefiniciones de las políticas sociales, se ha encontrado, íntimamente relacionada con aquellos postulados eficientistas, en el que las acciones e intervenciones del Estado han venido incidiendo en el tipo de respuesta que se pretende dar a los problemas del déficit habitacional, fundamentalmente de los sectores populares.
En el caso de las políticas habitacionales implementadas en la ciudad de Posadas, Argentina, por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha), la lógica eficientista en el interés por maximizar el número de viviendas construidas con recursos limitados, ha generado modelos de intervención en materia habitacional que han olvidado la importancia de la dimensión del habitar para las familias: se han creado grandes complejos habitacionales, establecidos en los márgenes más periférico de la ciudad donde no hay servicios ni infraestructura básica. La implementación de estas políticas ha desatado un conjunto de problemáticas y desafíos para los habitantes de estos barrios, especialmente en relación con todas aquellas variables que involucran la calidad de vida de las familias.
En este contexto el complejo habitacional de Itaembé Miní, localizado a 10 km. del centro urbano de Posadas, representa el caso testigo más emblemático, de un acervo habitacional que desde el primer momento de su creación, ha atravesado por una serie de problemas y conflictos debido a la ausencia de componentes sociales y urbanos en el diseño de las políticas implementadas, dificultando un desarrollo habitacional sustentable.
A partir de la situación planteada en el complejo habitacional de Itaembé Miní, surge la cuestión acerca de la implicancia que tuvo la construcción de un mega complejo habitacional que en su diseño no ha incorporado los componentes sociales y urbanos más allá de algunos elementos de gestión social que intentaron acompañar el proceso de instalación de la población en el nuevo asentamiento. Los componentes sociales y urbanos constituyen elementos indisociables en el conjunto de las políticas de viviendas, en tanto determinarían la calidad del tipo de respuesta que se considera adecuada a la necesidad y la organización de las relaciones sociales para las actividades correspondientes a satisfacerla (Feijoo 1984: 7).