EL LIBRO Y EL BIOS: ALGUNOS MOMENTOS EN SU HISTORIOGRAF�A. LECTURA DESDE EL PARADIGMA ECOL�GICO
(VOLUMEN II)
Germ�n L�pez Nore�a
Esta p�gina muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (254 p�ginas, 7,58 Mb) pulsando aqu�
6.1 LA IMPRENTA Y EL LIBRO EN ESPA�A EN EL SIGLO XV: CRUCE DE LOS PIRINEOS Y LOS PRIMEROS INCUNABLES IBERICOS
Segovia En El Siglo XV Lugar De Establecimiento de La Primera Imprenta En Espa�a
www.lacriatura.es/.../feria.htm
En t�rminos generales no hay un consenso unificado por parte de los investigadores del establecimiento de la imprenta y el primer libro impreso en Espa�a. Las versiones giran alrededor de los a�os 1472, 1473 y 1474.
Veamos la versi�n escrita por Antonio Aranda Rasc�n (2000), quien en su libro sobre la evoluci�n de las t�cnicas de impresi�n en la ciudad de M�laga y sobre su imprenta, escribe:
El arte de imprimir llega a Espa�a con la subida al trono de Isabel de Castilla en 1474, ya que el primer libro conocido impreso en Espa�a vio la luz a finales de 1473. No era, sin embargo el primer libro impreso en castellano, pues estaba en lat�n. Los primeros impresores de Espa�a fueron alemanes que, procedentes de su pa�s y siguiendo la ruta del Mediterr�neo para evitar la barrera de los Pirineos, se asentaron cerca de lo que actualmente se conoce como Costa Brava, y establecieron sus talleres en Barcelona, Gerona, L�rida, Tarragona, Tortosa y, m�s hacia el interior en Zaragoza. Durante varios a�os, al desconocer en gran medida la lengua de su pa�s de adopci�n imprimieron principalmente libros en lat�n.
Ahora, conozcamos lo que al respecto de este �tem en el establecimiento de la imprenta y el libro en Espa�a, nos dice el Gobierno a trav�s del Ministerio de Educaci�n Nacional, con su �rgano Media Prensa:
A finales del siglo XV ya se conocen talleres de imprenta en Espa�a que utilizaban tipos propios, punzones y prensas de madera similares a la de una que modific� Gutenberg. En Segovia, en 1472, se imprime El Sinodal de Aguilafuente, y unos a�os despu�s otras imprentas se instalan en Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Le�n o Salamanca, desde donde se imprimir�n las primeras Relaciones y diarios espa�oles.
Y finalmente, d�monos de cuenta lo que alrededor de esta cuesti�n, nos dice Wikipedia La Enciclopedia Ilustrada:
La imprenta lleg� a Espa�a en 1472 de la mano del impresor Juan P�rix de Heidelberg, que fue llamado por el obispo de Segovia Juan Arias D�vila, casi diecisiete a�os despu�s de que Johannes Gutenberg sacara a la luz su primer libro impreso (Biblia). Se cree que el primer incunable espa�ol fue el Sinodal de Aguilafuente, impreso por Juan P�rix en 1472; y la primera obra literaria impresa, Obres o trobes en lahors de la Verge Maria, por el impresor Lambert Palmart, el 25 de marzo de 1474 en la ciudad de Valencia.
Ahora, en estas tres argumentaciones, de un investigador, de una fuente oficial de tipo estatal, y la de una enciclopedia, en torno a la fecha del establecimiento de la imprenta y de los primeros incunables en el siglo XV en suelo ib�rico, vemos aspectos de mucha similitud, pero tambi�n algunas diferencias.
Dos de ellas son enf�ticas en la fecha, y la restante se distancia de las dos. Ello prueba y corrobora, lo planteado en el estudio del papel en cap�tulos anteriores; sobre la imposibilidad en este campo de investigaci�n de lograr establecer fechas con precisi�n, en la que a veces prima subjetividades localistas. De todas maneras, se es posible determinar que la imprenta ingres� en la pen�nsula Ib�rica a mediados de la d�cada del 70-80 en las postrimer�as del siglo XV. De la misma manera, en los tres p�rrafos se observa el no existir uniformidad en el orden de las ciudades espa�olas en las que cronol�gicamente se instituy� la imprenta.
Remit�monos a la apreciaci�n sobre los anteriores aspectos, dada por el investigador de la Universidad Complutense de Madrid, Ferm�n De Los Reyes G�mez (2005):
El conocimiento de los or�genes de la imprenta en Espa�a ha suscitado numerosos esfuerzos y, c�mo no, ha dado lugar a la publicaci�n de abundantes trabajos, a veces bastante apasionados. Todo se explica, como bien es sabido, por las caracter�sticas de los primeros productos de la imprenta, que suelen carecer de datos de identificaci�n (lugar de impresi�n, nombre de impresor y, sobre todo, el a�o). Si a ello se le a�aden la ausencia de documentaci�n o su desconocimiento, el misterio y el componente localista, tenemos los ingredientes para una trama de intriga.
Un aspecto positivo de todo es que ha movido a especialistas (y no tanto) a la investigaci�n hist�rica, que ha llevado a la proliferaci�n de publicaciones durante d�cadas. Lamentablemente, el escaso n�mero de investigadores dedicados a los or�genes de la imprenta en Espa�a y la superaci�n de la pol�mica localista nos mantiene en un conocimiento a�n parcial de este apasionante cap�tulo de nuestra historia.
En algo si existe un consenso generalizado entre los estudiosos del tema, y lo es que durante la segunda mitad del siglo XV en la biblioteca de los humanistas espa�oles se inventariaron libros �de molde� procedentes de Italia o de Alemania junto a los libros �de mano�.
La apreciaci�n del p�rrafo anterior nos da a pensar con grandes probabilidades, que los libros impresos eran conocidos en Espa�a mucho antes de la introducci�n de la imprenta. No obstante, son escasos los registros escritos que se tienen respecto a esta cuesti�n. Pero se es claro, el haber sido los alemanes los maestros del arte de la impresi�n en Espa�a.
Los primeros incunables fueron compuestos con variedad de tipos romanos y despu�s g�ticos, predominando sobre el lat�n los textos en lenguas vern�culas -castellanos, catal�n y valenciano-. Gran parte de los primeros impresores fueron ambulantes y se instalaban donde hab�a probabilidades de encontrar trabajo, creando sociedades o firmando contratos por unos a�os. Debido a los pocos utensilios y caracteres necesarios para esta profesi�n, se trasladaban de una ciudad a otra con relativa facilidad, como claramente se desprende de la fecha de los libros impresos por un mismo impresor durante un breve per�odo en localidades diferentes.
Al finalizar el siglo XV hab�a en Espa�a m�s de treinta talleres de impresi�n repartidos en ciudades, monasterios y pueblos peque�os: Segovia, Valencia, Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Salamanca, Valladolid, Zamora, Burgos, Toledo, Guadalajara, Pamplona, Granada, Palma de Mallorca, Murcia, Mondo�edo, Tarragona, Santiago de Compostela, Coria, Gerona, Tortosa, Huete, Hijar, Montalb�n, Montserrat y San Cugat. En Madrid, tal y como la conocemos actualmente no existieron industrias relacionadas con la imprenta hasta el segundo tercio del siglo XVI.