EL LIBRO Y EL BIOS: ALGUNOS MOMENTOS EN SU HISTORIOGRAFÍA. LECTURA DESDE EL PARADIGMA ECOLÓGICO
Germán López Noreña
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Los rollos, como libros plantearon y propiciaron el desarrollo de dos tipos de forma de escritura llamados respectivamente Volumen y Rotulus, generando cada uno de ellos situaciones especiales en el proceso de la lectura de la información condensada en ellos:
"Libro De La Reina Ester", Siglos XIV-XV. http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Scroll.jpg
En el formato Volumen, o también llamado formato horizontal (del latín Volvere: arrollar), la acción de la lectura era paralela al lado largo de la tira o rollo. Siendo necesario el desplazamiento horizontal del rollo. Formato generalizado y usado exclusivamente, hasta aproximadamente el S. III d.C. en donde comenzaron a usarse los códices. La escritura se hacìa en forma de columnas cuidadosamente alineadas que iban formando las "páginas" del volumen.
La actividad de la lectura era supremamente difícil, en virtud del lector tener que sostener el libro-rollo con la mano derecha y para leerlo tenía que desenrollarlo tirando con la mano izquierda, en sincronía a su enrollamiento. Acción en este proceso de lectura que dificultaba el tener que consultar algo en las "paginas" anteriores, pues dada su forma cilíndrica, había que desenrollarlo de nuevo e irlo enrollando del otro extremo.
Los Dos Tipos De Códices, En Los Que Se Pueden Observar Los Diferentes Tipos De Lectura a Realizar http://wapedia.mobi/es/Rollo_(manuscrito)
La historiografía del libro nos dice, de los hebreos haber escrito generalmente en formato de rollos horizontales. Continuando con esta costumbre hasta más o menos la mitad del siglo X. Por ejemplo el rollo del Pentateuco es un escrito de este tipo y aún es usado en la liturgia hebrea de nuestros días. Un aspecto interesante a resaltar del rollo tipo Volumen para la historia del libro, es la de gestar en gran medida los insumos tecnológicos del siguiente paso evolutivo de la forma de él, El Códice.
El formato Rotulus, o formato vertical, del latín rotulus equivalente a la palabra cilindro en español, también denominado transversa charta, generaba un tipo de lectura paralela al lado corto de la tira o rollo y éste se desplegaba verticalmente:
Cuando Alejandro conquistó Egipto trajo consigo extensos textos de normas de gobierno, escritos en rollos de 30 cm de alto, en formato volumen, como era lo habitual. Durante el Helenismo, su transcripción fiel resultaba muy onerosa por la escasez de hojas de 30 cm. Los griegos lo resolvieron rotando 90 grados el sentido de la escritura en los rollos. Cuando los Romanos conquistaron el Egipto ptolemaico continuaron esa norma, pero aumentaron el ancho de sus documentos legales para demostrar "quién estaba a cargo".
Aunque la lectura, y aún la escritura de rollos en formato rotulus era más cómoda en algunos casos (listas, registros - tax rolls, rollos obituarios del medioevo, p.ej.), eran incómodos - al igual que los volumen - cuando durante la lectura o escritura, quería consultarse cualquier parte del texto.
En el S. III d.C. la diversidad de los dos formatos cristalizó en dos grandes corrientes: la semítica y la grecorromana. La corriente semítica conservó la tradición fenicia del formato volumen (estrechas columnas como suspendidas del límite superior).
Pese a que los manuscritos más antiguos del Corán fueron escritos en su mayoría en el formato "códice", se recuperaron algunos en rollos de pergamino en el formato "rotulus". (Como expresión de respeto se continuó escribiéndolo sólo en pergamino hasta el S. XIV.) Un completo manuscrito del Corán requería entre 500 y 700 pieles. Los rollos se dividían en varios tomos. La preferencia de un material más pesado y grueso y del formato vertical (rotulus) sobre el horizontal (volumen), puede haber sido dictada tanto para demostrar la mayor autoridad sobre las tradiciones Judeo Cristianas, como para diferenciarse de ellas. 35
Ahora, ya se ha escrito en este apartado de este libro algunos elementos sobre del cómo se lee y, con que aditamentos se lee; en justicia ya es necesario en este episodio histórico del Libro-rollo, hablar sobre quien escribe. Pues bien, estamos hablando del Escriba, personaje de gran importancia, no solamente en la cultura egipcia, sino, también en otras como la sumeria, la hebrea, la romana, la árabe, etc.
4.4 EL OFICIO DE ESCRIBA EN LA ANTIGUEDAD
El escriba era el sinónimo del copista, o escribiente de la Antigüedad. Etimológicamente la palabra española escriba deriva del latín: scriba. En hebrea so·fér, procede de una raíz que significa "contar", y se traduce "secretario", "escribano", "copista"; y la palabra griega gram·ma·téus traduciéndose en "escriba", "instructor público"; y generalmente el término hace referencia a una persona instruida.
Era en las diferentes civilizaciones de la Antigüedad un personaje altamente significativo y fundamental para la sociedad. Eran cultos, conocedores en profundidad de las escrituras jeroglíficas, la griega y algunas veces la cuneiforme, de gran sapiencia en los secretos del cálculo, siendo casi siempre los únicos capaces de evaluar los impuestos, asegurar los trabajos de construcción y transcribir las órdenes de faraones, reyes y emperadores; y a la vez eran concientes de su papel. Para la cultura hebrea era el escribano de las Sagradas Escrituras y, posteriormente, incluso el doctor e intérprete de la ley.
A decir de Cristian Jacq en El Enigma de la Piedra:
"Los antiguos sabios describían a Thot [precedente de Hermes] como el ''corazón de la luz'', la ''lengua del creador'', el escriba erudito capaz de redactar los anales de los dioses. Cualquier escriba, antes de escribir, debía dirigirle una oración; éste es un fragmento de la misma:
" ¡Oh, Thot, presérvame de las palabras vanas! Ponte detrás de mí por la mañana. Ven, tú que eres la palabra divina. Eres una dulce fuente para el viajero sediento del desierto. Fuente cegada para el hablador, que mana para el que sabe callar". (Papiro Sallier).
A continuación en esta breve semblanza del escriba como elemento fundamental de la triada escribano-libro-lector, veamos algunas características de su oficio, de su formación, y de su papel para con la sociedad, en varias culturas antiguas.
4.4.1 El Escriba Egipcio
Digamos por tanto que el escriba egipcio solía proceder de la clase baja pero conformaban una casta especial, era inteligente y educado. Sus utensilios de trabajo normales eran una paleta con huecos para tintas de diferentes colores, una jarra de agua y un cálamo de papiro con su estuche. Tenía un profundo conocimiento de los documentos legales y comerciales de la época, y los preparaba al dictado o de otras maneras. Su medio de sustento lo obtenía del producto de la renumeración de su trabajo.
Le correspondía al escriba del antiguo Egipto, inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, haciendo uso varios tipos de escritura, tales como la hierática o demótica, permitiéndole desarrollar una escritura con mayor rapidez, lográndola con la ayuda de un cálamo sobre papiros u ostracas.
Escriba Egipcio http://www.peacmexico.mex.tl/images/
A nivel general, el buen funcionamiento del Estado egipcio recaía en el diligente y efectivo trabajo de los escribas. El prestigio y poder de los Administradores, contables, literatos o escribanos públicos, de estos maestros del cálculo aritmético e incluso geométrico y astronómico y de la escritura fue grande; llegando a ser omnipresentes para la estructura social y política del pueblo egipcio. Su labor se realizaba al interior y exterior de todos los departamentos de la administración estatal, llegando incluso a ser escribas reales, logrando muchas veces dominio sobre la administración central.
Inicialmente, los escribas vivieron un proceso de selección en el que se le daba prelación a aquellos privilegiados que presentasen cercanía y formación a la familia real. Situación que varió en los últimos tiempos del Antiguo Imperio. Las necesidades administrativas del imperio determinó la aparición de una casta de escribas36. Los cargos se convirtieron en hereditarios en las familias, de padres a hijos. Aspecto mencionado y comentado en el célebre texto titulado "De la enseñanza de Jety", en el que habla de un oficio noble.
Gran numero de padres de familia propendían en que sus hijos se hiciesen expertos en este oficio, conceptuando el que para sus hijos, "no había trabajo más hermoso que el de escriba". Su proceso de formación se iniciaba con una educación en una casa de vida, que dependía de un templo. Los iniciados en este oficio estudiaban, de los cinco años a los diecisiete años, la escritura jeroglífica e hierática, gramática y textos clásicos, además de aprender Derecho, idiomas, historia, geografía y contabilidad.
Paradójicamente, el faraón, quien casi siempre no sabía leer y escribir dada su supuesta condición divina, era considerado el primer escriba. En ese orden le seguía el escriba real o también llamado escriba de Los Archivos Reales, del que la historiográfica egipcia data a partir del reinado de Neferirkara (dinastía V); le era asignada la responsabilidad del departamento de los documentos reales. También se le sumaba a sus tareas otros servicios de archivos y bibliotecas:
Las competencias del escriba de los archivos reales eran múltiples: cuidaba, controlaba y registraba todas las acciones de las demás instituciones. La importancia de su cargo demuestra, desde épocas remotas, la trascendencia que el Estado concedía a la escritura, que es el testimonio indispensable de todo aquello que constituía la vida de un país, en el que el gobierno basaba el conocimiento preciso de personas, bienes y aconteceres cotidianos.
El escriba Jupuiu, que vivió durante la dinastía V, desempeñó, al mismo tiempo, el cargo de ministro de asuntos del rey, escriba de los documentos reales y director de los escribas. Durante la dinastía VI, Dyau, cuya tumba se encontró en Abidos, era escriba de rollos divinos, director de los escribas reales y sacerdote lector. 37