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MOMENTOS EN LA HISTORIOGRÁFICA DE LA PAIDEIA GRIEGA Y LECTURAS DE ELLA EN LOS TIEMPOS DE LA POSMODERNIDAD

German Lopez Noreña


 


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CAPITULO I LA PAIDEIA Y LA ARETÈ DE LA ANTIGUA GRECIA

La indagación de la educación en la civilización de la antigua Grecia , induce a incursionar y repensar cuatro modelos o paideias educativas: la arcaica, entre los siglos VIII y VI a. de C., la espartana y la ateniense, ubicada en el periodo clásico, del siglo VI a. de C., y la enkiklios paideia Helenística en el seno del mundo Helenístico gestado por Alejandro Magno.

Es de común aceptación en el campo historiográfico de la antigua Grecia y de la Pedagogía, concebir el termino Paideia como aquel que en su significado aglutina diversos aspectos de la alta formación como justificación última de la existencia de la comunidad y la individualidad humana del antiguo hombre griego. Ello nos conmina a pensar sobre su significado para el hombre griego de ese entonces, sus pilares fundamentales y la adopción de este concepto en la evolución misma de la educación en las diferentes épocas de la historia del hombre y las culturas.

El hablar de la Paideia y rastrear su proceso histórico como elemento propiciador de hermeneusis –aspecto por cierto de suma complejidad-, en y de la educación griega, posiblemente conlleva a imprecisiones en esta develaciòn y visibilizaciòn investigativa .

Pero el concepto Paideia, conlleva una intrincada complejidad polisemica y mucho más aun las aproximaciones a su definición. En razón de la dificultad de precisar conceptualmente el significado del término Paideia, el filólogo alemán Werner Jaeger (2001) estudioso de este tema, en su obra Paideia: Los Ideales de la Cultura Griega, en el libro primero, nos ilustra al respecto en los siguientes términos:

Paideia, la palabra que sirve de titulo a esta obra, no es simplemente un nombre simbólico, sino la única designación exacta del tema histórico estudiado en ella. Este tema, es, en realidad, difícil de definir; como otros conceptos muy amplios (por ejemplo, los de Filosofía, o Cultura).Se resiste a ser encerrado en una fórmula abstracta. Su contenido y su significado sólo se revelan plenamente ante nosotros cuando leemos su historia y seguimos sus esfuerzos por llegar a plasmarse en la realidad. Al emplear un término griego para expresar una cosa griega, quiero dar a entender que esta cosa se contempla, no con los ojos del hombre moderno, sino con los del hombre griego. Es imposible rehuir el empleo de expresiones modernas tales como Civilización, Cultura, Tradición, Literatura o Educación. Pero ninguna de ellas coincide realmente con lo que los griegos entendían por Paideia. Cada uno de estos términos se reduce a expresar un aspecto de aquel concepto general, y para abarcar el campo de conjunto de el concepto griego sería necesario emplearlos todos a la vez.

La Aretè, es un término concomitante y esencial, y de mayor pertinencia para lograr la comprensión de la educación griega. Este termino arropa de una manera más efectiva la esencia de la educación griega, pues el hace presencia desde tiempos antiguos en la cultura griega.

El anterior vocablo en cuestión, se erige como la encarnación de la totalidad de la persona griega en cuanto a su calidad, su clase y sus virtudes. En el convergen en una especie de imaginario de formación para el griego antiguo - tan perseguido a alcanzar por el hombre moderno -, la excelencia, pensada como el más hermoso (kalòs), el ideal de ser bueno (agazòs), el mejor (aristòs), el combatiente noble, el de mayor grandeza en cuanto al alma concierne (megalopsychos).

CAPITULO II TIPOS FUNDAMENTALES DE PAIDEIA

2.1 La Paideia Arcaica en el Periodo Homérico: La Iliada y La Odisea. Hesiodo y la clase campesina

Apruebo todos los discursos que pueden sernos útiles hasta en las cosas más mínimas; pero en verdad juzgo, que los más excelentes, más dignos de un rey y más propios de mi condición, son aquellos que aconsejan, ya sobre las costumbres, ya sobre la administración del Estado. Y todavía más: de éstos, prefiero aquellos que enseñan a los gobernantes cómo conviene tratar con la muchedumbre y, a los particulares, qué disposición de ánimo deben tener con los que gobiernan. Porque veo que es por esto que las ciudades llegan a ser muy felices y poderosas.

Isocràtes (436 – 338 a. de C.)

El Pensar en los fundamentos de la Paideia Arcaica, necesariamente se erige como un ejercicio investigativo que debe partir en un volver en el análisis de la Iliada y la Odisea de Homero y su papel en lo pedagógico y lo formativo en el antiguo hombre griego, en simbiosis de articulación con los trabajos de Hesiodo.

La historia ha demostrado en los tiempos modernos y posmodernos el como La Iliada y la Odisea se ha constituido en la más referenciada fuente documental de la antigua cultura griega, y en ella hace presencia el concepto de Arete:

El concepto de arete es usado con frecuencia por Homero, así como en los siglos posteriores, en su más amplio sentido, no sólo para designar la excelencia humana, sino también la superioridad de seres no humanos, como la fuerza de los dioses o el valor y la rapidez de los caballos nobles. El hombre ordinario, en cambio, no tiene arete, y si el esclavo procede acaso de una raza de alta estirpe, le quita Zeus la mitad de su agrete y no es ya el mismo que era. La arete es el atributo propio de la nobleza. Los griegos consideraron siempre la destreza y la fuerza sobresalientes como el supuesto evidente de toda posición dominante. Señorío y arete se hallaban inseparablemente unidos. La raíz de la palabra es la misma que la de a)/ristoj, el superlativo de distinguido y selecto, el cual en plural era constantemente usado para designar la nobleza. Era natural para el griego, que valoraba el hombre por sus aptitudes, considerar al mundo en general desde el mismo punto de vista. En ello se funda el empleo de la palabra en el reino de las cosas no humanas, así como el enriquecimiento y la ampliación del sentido del concepto en el curso del desarrollo posterior. Pues es posible pensar distintas medidas para la valoración de la aptitud de un hombre según sea la tarea que debe cumplir. Sólo alguna vez, en los últimos libros, entiende Homero por arete las cualidades morales o espirituales. En general designa, de acuerdo con la modalidad de pensamiento de los tiempos primitivos, la fuerza y la destreza de los guerreros o de los luchadores, y ante todo el valor heroico considerado no en nuestro sentido de la acción moral y separada de la fuerza, sino íntimamente unido.

(Werner Jaeger: 2001; Pág. 24)

El periodo Homérico de la historia Griega, ha permitido establecer como La Iliada es testimonio de la presencia de un alto nivel de conciencia educadora en la antigua nobleza griega primitiva. En ella es de fácil percepción de cómo el ancestral concepto guerrero de la arete, no satisfacía a los nuevos poeta griegos; se requería de uno que fuera más allá de la acción e involucrara la nobleza del espíritu, la virtud y el deber, en pos de delinear el hombre perfecto. (Jaeger 2001; Pág. 26).

Capitulo especial en el hombre Homérico lo fue la cuestión del honor, íntimamente relacionado con el concepto de la arete, además del deber . El honor fue para Aristóteles la antesala para llegar al arete por parte del griego. Este valor fue uno de los elementos a tratar de lograr en el proceso de educación y de formación del joven en la antigua cultura griega. En este periodo el honor se constituye en un tipo de reconocimiento ante la sociedad:

Las componentes del honor son los sacrificios (hechos al benefactor después de su muerte), las inscripciones memoriales en verso o en prosa, la recepción de recompensas especiales, la concesión de tierra, los asientos centrales en los festivales, la sepultura a expensas públicas, las estatuas, comida gratis en el comedor estatal; y entre los bárbaros, cosas tales como la proskynesis y los derechos de precedencia y los obsequios que son tenidos como honorables en cada sociedad.

Noción de Honor, que siglos más tarde en los periodos de la historia de Grecia y en su educación, gracias a la filosofía cambia de concepción, es decir, que “Mientras el pensamiento filosófico posterior sitúa la medida en la propia intimidad y enseña a considerar el honor como el reflejo del valor interno en el espejo de la estimación social, el hombre homérico adquiere exclusivamente conciencia de su valor por el reconocimiento de la sociedad a que pertenece. Era un producto de su clase y mide su propia arete por la opinión que merece a sus semejantes. El hombre filosófico de los tiempos posteriores puede prescindir del reconocimiento exterior, aunque —de acuerdo también con Aristóteles— no puede serle del todo indiferente.” (Jaeger; 2001 Pág. 27).

Es necesario mencionar que para Homero y los griegos de su tiempo, no existía mayor desgracia que la negación del honor. Los héroes de ese entonces, se prodigaban por la obtención de la mayor honra posible.

Ya trasegados, estos elementos del Periodo histórico en ciernes de esta parte del ensayo, nos es posible determinar como las dos epopeyas mencionadas, se centra exclusivamente en la antigua nobleza griega. En este sentido surge la pregunta ¿y qué fue de la clase campesina ? ¿Qué parte de la historia del periodo Homérico da cuenta de la educación y la formación del hombre del campo? en aras de develar las aproximaciones a la respuesta de este cuestionamiento se es necesario recurrir al beocio Hesiodo, posterior a Homero.

Hesiodo, transforma a finales del siglo VIII a. de C., la hasta entonces predominante épica griega de Homero dándole un sentido religioso y didáctico, en sus tres obras más conocidas La Teogonía, Los Trabajos y Los Días, y El Escudo de Heracles.

Los inicios de la epopeya didáctica tuvieron su origen y alcanzó su auge en Beocia. Ella fue producto de las migraciones tribales que sucedieron durante aquellos tiempos en esa región, a la transformación política y a la corrupción social; lo que precisaba en el proceso de educación y de formación del hombre griego de ese entonces de una poesía de este género.

A nivel de síntesis, la epopeya didáctica aborda específicamente dos temas: a) un primer momento consiste en el enseñar sobre la creación del mundo, del conocimiento de los dioses y de sus actos; b) o dar consejos altamente significativos para la vida.

En el primer momento, se fundamenta en la poesía religiosa; y en el segundo, su objetivo central lo es el desarrollo de moral práctica y de la experiencia vital. La epopeya didáctica nos presenta como la más notable diferencia con la epopeya épica, el no ser el agradar y generar sentidas emociones como en la épica, sino, el enseñar a los hombres. Objetivo de orden pragmático y no ideal. El poeta de la epopeya didáctica, argumenta del presente, no del pasado, expresando directa o indirectamente sus propios sentimientos y pensamientos, de la misma manera que sucede en la poesía lírica.

La formación técnica de la epopeya didáctica en Boecia, se constituye en lograr cristalizar algunos fallidos intentos ya realizados en Grecia y Asia Menor, y muy especialmente gracias a Hesiodo, considerado como el "[…] el primer europeo que se ocupa de la naturaleza en sí misma...; su progenie literaria fue prolífica" (Bowra; 1948).

Ahora, para entender la incidencia de los trabajos de Hesiodo en la educación y la formación del hombre griego de ese entonces, se hace necesario visibilizar algunos aspectos de su temporalidad existencial, pues ella lo fue en la que el griego consolida la Polis, es decir, las causas de la transición de la Grecia monárquica enaltecida en los poemas Homéricos hasta el establecimiento de la Aristocracia griega (750-650 a.C.).

Es preciso entonces mencionar que al tenor de la historia, los elementos de mayor influencia en la transformación de una monarquía griega a la consolidación de la clase aristocrática, a saber fueron los siguientes:

• La emergencia del fenómeno mercantil del intercambio comercial y el artesanado como actividades normales, en detrimento del predominio de la agricultura, como eje central de la economía griega de ese entonces. Aspecto que favorece el proceso de las colonizaciones griegas, dando apertura a las importaciones y a las exportaciones, y erigiéndose el oráculo de Delfos como el orientador de la política interna y externa de Grecia.

• De el régimen monárquico de los reinos micénicos, característicos en La Iliada y La Odisea de Homero, se da inicio a principios del siglo VIII a. de C. a la hegemonía de la aristocracia griega.

• La actividad colonizadora propicia una nueva forma de enriquecimiento rápido. Las clase favorecidas retan y desafían el hasta entonces no discutido poder de la monarquía Griega. Se inicia una lucha por la igualdad entre el noble de sangre y el hombre griego acaudalado.

Ya mencionados los anteriores elementos fúndantes para el establecimiento hegemónico de la aristocracia en la Grecia antigua, veamos pues la incidencia de las tres más importantes obras de Hesiodo, en la educación y la formación del hombre griego.

La obra La Teogonía , ha sido concebida por muchos estudiosos de la mitología griega en analogía al antiguo testamento de la religión cristiana, como la génesis de la misma. En ella se narra el origen del cosmos y se establece el linaje de los dioses.

Dice Hesiodo a las musas del Olimpo Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Caliope :

¡Salve hijas de Zeus! ¡Dadme vuestro canto que entusiasma! Celebrad a la raza sagrada de los inmortales que siempre viven y nacieron de Gea y de Urano y del manto estrellado, y de los tenebrosa Nix, Dioses a quienes alimentaron las saladas olas del Ponto.

Decid cómo nacieron en un principio con los Dioses, la tierra y los ríos, y el inmenso Ponto que bate furioso y los astros resplandecientes y, por encima el anchuroso rano. Decid también que Dioses, manantial de bienes nacieron de ellos; y cómo tras repartirse en el origen honores y riquezas, se apoderaron del Olimpo, el de numerosas cimas.

Decidme estas cosas, Musas de moradas olímpicas, y cuáles de entre ellas fueron las primeras en un principio.

Antes que todas las cosas fue Caos; y después Gea la de amplio seno, asiento siempre sólido de todos los inmortales que habitan las cumbres del nevado Olimpo y el Tártaro sombrío enclavado en las profundidades de la Tierra espaciosa y después Eros, el más hermoso entre los Dioses inmortales, que rompe las fuerzas, y que de todos los Dioses y de todos los hombres domeña la inteligencia y la sabiduría en sus pechos.

Escrita esta obra en primera persona, prepara el camino para el trabajo posterior de Hesiodo, más moralista, con una clara intencionalidad de que fuera asumido como una guía practica en la vida diaria de la formación del joven griego.

Gracias a lo expuesto anteriormente, nos es posible argumentar el ser La Teogonía el poema de los dioses, y que la sucesión progresiva en el orden jerárquico de las deidades explicitada en la obra, nos da la idea del ordenamiento del caos gracias a la divinidad y el juicio de Zeus. En suma es una explicación divina del orden del mundo, fundamentado en el triunfo del bien sobre el mal, en donde el gran éxito de este poema consiste, además de la ya mencionada divinización del mundo que nos rodea, en la personificación de los fenómenos y actividades conducentes al éxito y al fracaso, la alegría y el dolor, es decir en síntesis, la vida.

En la obra Los Trabajos y Los Días, se enaltece uno de los grandes valores en importancia en la cultura griega, el valor del trabajo y está dedicado a Perses su hermano para aconsejarle sobre la virtud del trabajo:

[…] El titulo Los Trabajos Y Los Días, que la posteridad ha dado al poema didáctico y campesino de Hesiodo, expresa esto de modo perfecto. El heroísmo no se manifiesta sólo en las luchas a campo abierto de los caballeros nobles con sus adversarios. También tiene su heroísmo la lucha tenaz y silenciosa de los trabajadores con la dura tierra y con los elementos, y disciplina cualidades de valor eterno para la formación del hombre. No en vano ha sido Grecia la cuna de la humanidad que sitúa en lo más alto la estimación del trabajo. No debe inducirnos a error la vida libre de cuidados de la clase señorial en Homero: Grecia exige de sus habitantes una vida de trabajo.

(Jaeger Werner; 2001 Pág. 65)

Hesiodo, en esta obra traza la continuidad del modelo Homérico, pero democratizándolo. Propende por la extensión de los beneficios de la educación a los ciudadanos, eliminando al máximo el fenómeno de exclusión y de elite al cual tenía únicamente acceso la nobleza. No se elimina la Arete heroica de Homero, pero como lo resalta Jaeger, el estudioso de la paideia griega en la anterior cita; Hesiodo canta y alaba el silencioso y arduo trabajo, como también a la sapiencia del artesano y el trabajador griego.

Siendo este escrito pilar fundamental de la Paideia Arcaica, en él Hesiodo partiendo de la contemplación de la realidad humana de esos tiempos, plantea la situación de la responsabilidad del mal en el mundo a través de tres mitos . El de Prometeo, el de Pandora, y finalmente el de las Cinco Edades. Nuestro autor concluye a través de estos tres mitos el de ser responsable del mal en la tierra la propia naturaleza humana con su torpe necedad e injusticia.

Prometeo quien amaba a los mortales y les había enseñado muchas cosas básicas para su existencia, hijo de la ninfa del océano Climenes, y del titán Japeto, roba el fuego a Helios; suspendido por Zeus a los mortales en castigo al engaño del que fue objeto por el titán en cuestión.

Pero Zeus […], irritado en su corazón porque el sagaz prometeo le había engañado. Por eso preparó a los hombres males lamentables, y escondió el fuego que el excelente hijo de Yapeto robara en una caña hueca abierta para dárselo a los hombres, engañando así a Zeus que disfruta del rayo. Entonces, Zeus que amootona las nubes dijo indignado:

¡Yapetionida! Más sagaz que ninguno, te alegras de haber hurtado el fuego y engañado a mi espíritu; pero eso constituirá una gran desdicha para ti, así como para los hombres futuros .(Hesiodo, pag 3)

De la misma manera que Zeus castiga a los mortales, también le infringe un terrible castigo a Prometeo, capturándole y encadenándole a una montaña por medio de Hefesto, dios del fuego y de los metales forjados. Prometeo, benefactor de la humanidad, es sometido a serle continuamente devorado su hígado por un águila y gracias a su inmortalidad, su órgano martirizado en el día por la ave de rapiña presenta un regeneramiento continuo en la noche. Heracles , a quien los romanos llamarían Hércules e hijo de Zeus y de Alcmena princesa de Tebas, le libraría de ese suplicio al dar muerte a la mencionada ave.

Otro aspecto interesante a resaltar en el mito de Prometeo y con repercusiones en la formación del griego, lo fue, el denodado reclamo al derecho, es decir lo relacionado con la justicia. Situación encarnada en su pleito con el holgazán de su hermano Perses, quien no contento con despilfarrar su herencia, toma la parte de Hesiodo, gracias a la corrupción de los hombres de leyes, al ser sobornados por él. ¡He aquí un reclamo exarcebado a la injusticia del hombre!

¡Oh Perses! escucha la justicia y no medites la injuria, porque la injuria es funesta para el miserable, y ni siquiera el hombre irreprochable la soporta fácilmente; está abrumado y perdido por ella. Hay otra vía mejor que lleva a la justicia, y ésta se halla siempre por encima de la injuria; pero el insensato no se instruye hasta después de haber sufrido. El Dios testigo de los juramentos se aparta de los juicios inicuos. La justicia se irrita, sea cualquiera el lugar adonde la conduzcan hombres devoradores de presentes que ultrajan las leyes con juicios inicuos. Vestida de tinieblas, recorre, llorando, las ciudades y las moradas de los pueblos, llevando la desdicha a los hombres que la han ahuyentado y no han juzgado equitativamente. Pero los que hacen una justicia recta a los extranjeros, como a sus conciudadanos, y no se salen de lo que es justo, contribuyen a que prosperen las ciudades y los pueblos. La paz, mantenedora de hombres jóvenes, está sobre la tierra, y Zeus que mira a lo lejos, no les envía jamás la guerra lamentable. Jamás el hambre ni la injuria ponen a prueba a los hombres justos, que gozan de sus riquezas en los festines. La tierra les da alimento abundante; en las montañas, la encina tiene bellotas en su copa y panales en la mitad de su altura. Sus ovejas están cargadas de lana y sus mujeres paren hijos semejantes a sus padres. Abundan perpetuamente en bienes y no tienen que navegar en naves, porque la tierra fecunda les prodiga sus frutos. Pero a los que se entregan a la injuria, a la husca del mal y a las malas acciones, Zeus que mira a lo lejos, el Cronida, les prepara un castigo; y con frecuencia es castigada toda una ciudad a causa del crimen de un solo hombre que ha meditado la iniquidad y que ha obrado mal. El Cronión, desde lo alto del Urano. envía una gran calamidad: el hambre y la peste a la vez, y perecen los puehlos. Las mujeres no paren ya, y decrecen las familias. por voluntad de Zeus Olímpico; o bien les destruye el Cronión su gran ejército, o sus murallas, o hunde sus naves en el mar. (Hesiodo; pag 4)

En suma la justicia, conocida como el concepto de diké entre los griegos, promulgada por Hesiodo, se constituye en la antitesis del postulado de formación Homérica, ella la fundamentaba y personificaba la arete traducida en el valor, la audacia y la guerra. La justicia del Beocio se centra en valores, tales como la igualdad y la paz. Justicia fundamentada en los anteriores elementos axiológicos, la cual se opone a la justicia esclava impuesta por un héroe vencedor a sus súbditos.

Como se puede observar los temas centrales de Los Trabajos y Los Días de Hesiodo (1997), son el trabajo y la Justicia. En este sentido el mito de las cinco edades, es precisamente el medio que él utiliza para justificar y explicar el trabajo humano; desde una época de magnificencia y esplendor en que no era necesario el esfuerzo físico y no se conocía la fatiga, la miseria y la enfermedad, llamada época dorada; hasta la de los tiempos de Hesiodo, saturada por la degradación humana y, caracterizada por la dureza existencial.


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