German Lopez Noreña
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El Estoicismo , uno de los movimientos de mayor difusión en el Helenismo, fue fundado por Zenón de Kitión (Chipre, 336-264 a.C. llamado muchas veces Zenón el estoico, para diferenciarlo del matemático Zenón de Elea) , iniciándose con la apertura en el 306 a. de C. de su escuela en Atenas. Ubicada en un lugar llamado Stóa poikilé (Pórtico pintado), del que de acuerdo a la tradición de dárseles el nombre a las escuelas, dependiendo del lugar de ubicación, tomó el nombre la escuela.
La escuela estoica, en su filosofía proclamó el ser posible alcanzar la libertad y la tranquilidad condenando al ostracismo las comodidades materiales, la fortuna externa; dedicándose por completo a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es la idea de la imperturbabilidad o ataraxia). Esta escuela asumió desde una perspectiva conceptual materialista de la naturaleza, siguiendo a Heráclito en la creencia de que la sustancia primera se halla en el fuego y en la veneración del logos, identificándolas con la energía, la ley, la razón y la providencia encontradas en la naturaleza.
La doctrina estoica consideraba esencial cada persona como una parte de un todo Universal. En este sentido, dio apertura a ruptura de barreras regionales, sociales y raciales, preparando así las posibilidades de la emergencia y propagación de una religión universal. La concepción de los estoicos de la ley natural, en la que convierte la naturaleza humana en un canon insalvable para la evaluación de las leyes e instituciones sociales. Doctrina de inusitada influencia en Roma y en las legislaciones posteriores de Occidente, como también fue de gran importancia en corrientes y filósofos posteriores como Descartes y Kant; Siendo hoy en día utilizado el término estoico como sinónimo de actitud de resignación y fortaleza ante las adversidades de la vida.
En lo que a la lógica concierne, a nivel de síntesis, desarrollaron la lógica inductiva, dividiendo la lógica en Retórica (ciencia del recto decir) y Dialéctica. La lógica de Zenón o mejor dicho de los estoicos —en oposición a la canónica de Epicuro y su escuela— establece la obtención del conocimiento a partir de los sentidos —de esta manera negando la concepción platónica de las existencia de las ideas innatas. Dándose consecutivamente después de lograr esta primera fase del conocimiento, la percepción del hombre de los conceptos comunes, es decir los conceptos morales universales. Por ende, para los estoicos los conocimientos lógicos en ningún momento no son innatos, sino, simplemente comunes a todos los seres humanos; es decir son el resultado de hechos particulares y no de intuiciones divinas, como en Sócrates y Platón.
Los estoicos en la física enseñan a conocer la naturaleza. En la física retrospectivamente vuelven a Parménides –en la unidad del ser-, y a Heráclito. La física para el estoicismo es el estudio de la naturaleza como un ente integral, en el que tiene importancia cada uno de los elementos que lo componen, incluyéndose lo divino, lo humano y lo animal. Algo parecido por lo que en los siglos XX y XXI han propendido, inicialmente los movimientos ecológico, la teoría de la nueva concepción de la vida, y la de la complejidad.
El universo, desde la concepción estoicista, es un todo armonioso, articulado (lo que en tiempos actuales se concebiría como un complexus de redes), regido por un principio activo, el Lógos cósmico (también llamado Pneuma, equivalente a soplo, fatum en latín). El aliento ígneo, ley natural, naturaleza (physis), necesidad y moira (destino, Fatum en latín), nombres de referentes todos ellos a un poder que crea, cohesiona y aglutina todas las cosas y que no es simplemente un poder físico: el pneuma o lógos universal es una entidad fundamentalmente racional: es Dios.
La Ética, en esta escuela fue el núcleo fundamental de su doctrina. De la misma manera que la física enseña a conocer la naturaleza, la ética estoica se concibe como una didáctica para vivir en armonía con la naturaleza. A decir de los mismos estoicos, la ética de Zenón se constituye en “la recompensa de la doctrina del pórtico”.
La ética del Estoicismo, en contraste a la del Epicureismo —a diferencia del epicureísmo, es una ética de la adversidad. La lógica, nos lleva a comprender y en cierta manera hacer inteligible la normatividad intrínseca, la física realiza una descripción de lo divino de la materia y la ética nos hace acordes a la divinidad, oponiéndose con una resistente y constante fuerza a las pasiones o sentimientos nocivos a la felicidad y el bien estar del hombre.
Pero ¿Para el logro de la tan anhelada felicidad estoica, basta los preceptos teóricos? ¡Claro que no! Para ello, se es necesario instrumentos, técnicas y maneras concretas de luchar con ellas; en razón de lo anterior, se puede afirmar el ser la naturaleza de la ética estoica fundamentalmente práctica. Por lo tanto, todo su andamiaje didáctico se centra en dotar a las personas de recursos y herramientas para enfrentarse con probable éxito a sus conflictos y problemas. No en vano para la ética estoica, su creador, Zenón, solía explicar que la vida es un escenario continuo de aprendizaje y los seres siempre seremos aprendices en el transito por ella.
El Estoicismo, vivió después de su fundación varios períodos matizados ellos con características especiales. A la muerte de Zenón en el 261 a. de C., le es encargada la escuela a Creantes y Crisipo, comentando Laercio del último, el haber hecho posible que el Estoicismo no se extinguiera. Crisipo quien dirigió la Stoa del 232 a, de C. hasta su muerte en el 208 a, d C., fijó el canon del Estoicismo, cualificó y le dio rigor a las investigaciones lógicas y sistematizó las enseñanzas de su maestro. Con la muerte de Crisipo se da por terminado el período del estoicismo llamado Estoicismo Antiguo.
Después de Crisipo, la dirección de la escuela le correspondió a Diógenes de Babilonia y Antipater de Tarso, dándose inicio al período llamado Estoicismo Medio. En esta fase del Estoicismo se destaca la expansión de su doctrina, y muy especialmente en el Mediterráneo. Considerándose el hecho más importante de esta escuela filosófica, la introducción en la clase alta romana. Se erigen como las figuras más significativas de este periodo a Panecio de Rodas y, especialmente a su discípulo Posidonio de Apamea .
Los estudios historiográficos del estoicismo, nos dice que dicha escuela filosófica, con la ética de Zenón a bordo pero con notables modificaciones, perduró y tuvo vigencia durante varios siglos en la Roma imperial. La ética aprehendida y circulante en Roma, abandonó las connotaciones teóricas de la lógica y la física, haciéndose más pragmática, atemperándose a la naturaleza del imperio romano; convirtiéndose prácticamente en una ética del esfuerzo y la disciplina, allanando de manera especial el camino a la posterior victoria del cristianismo. El estoicismo de la época imperial tuvo como figuras destacadas al cordobés Séneca (4a.C.-65 d.C.), tutor de Nerón; Epicteto (50-130) y Marco Aurelio (121-180).
De ellos merece mención especial en el seno del estoicismo de la Roma Imperial, por sus repercusiones en la moral y la política de su era y los siglos venideros Lucio Anneo Séneca, llamado el cordobés .
Son citas celebres de Séneca:
“Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida.”
“Niego que las riquezas sean un bien: pues si lo fuesen, harían hombres buenos; ahora bien, como lo que se encuentra entre los malos no puede llamarse un bien, les niego ese nombre. Por lo demás, concedo que han de tenerse, que son útiles y proporcionan grandes comodidades a la vida.”
“Esto dirá aquél a quien ha sido dada la sabiduría, a quien su alma libre de vicios ordena reprender a los demás, no porque los odie, sino para curarlos: “Vuestra opinión me afecta, no por mí sino por vosotros: odiar y atacar la virtud es renunciar a la esperanza de enmienda” No me hacéis ninguna injuria, como no la hace a los dioses los que derriban sus altares.”
“Seguir la vida mejor, no la más agradable, de modo que el placer no sea el guía, sino el compañero de la voluntad recta y buena. Pues es la naturaleza quien tiene que guiarnos; la razón la observa y la consulta. Si conservamos con cuidado y sin temor nuestras dotes corporales y nuestras aptitudes naturales, como bienes fugaces y dados para un día, si no sufrimos su servidumbre y no nos dominan las cosas externas; si los placeres fortuitos del cuerpo tienen para nosotros el mismo puesto que en campaña los auxiliares y las tropas ligeras (sirven para servir, no mandar).”.
Loa autores antes mencionados, del período estoicista Nuevo o Romano, se centraron y sobresalieron en los temas morales. Es en las obras de ellos donde encontramos las doctrinas estoicas de toda la escuela, junto a la producción escrita de Cicerón, Plutarco, Diógenes Laercio y otros. Sin embargo, el estoicismo retomar pensamientos de filósofos anteriores (Heráclito, Platón, Aristóteles, los cínicos, etc.) también tributa elementos originales.
En justicia, es necesario reconocerle a la escuela estoica, el gestar una síntesis nueva, muy sistemática y coherente, cuya influencia se mantuvo durante muchos siglos. Volviendo a ponerse de moda en los siglos XVI y XVII en Europa, influyendo en pensadores del talante como Descartes, Kant y Hegel, por ejemplo.
Cabe pues preguntarnos qué tipo de incidencia presentó para el siglo XX y para el comienzo del siglo XXI, en el desarrollo de la ciencia y la educación esta corriente filosófica. En verdad el Estoicismo no ha fenecido para los tiempos modernos y posmodernos; la actual Teoría Gaia de J. Lovelock Y Lin Margulis presenta su fundamentación biológica y epistemológica en esta corriente filosófica.
Siendo ingente el desarrollo de una pedagogía ecológica, la cual ya se inició con el trabajo de Fritjof Capra en el Center Literal Ecology, en aras de la socialización y aprehensión del Paradigma Ecológico en las y para las nuevas generaciones. Aspecto del cual hablo en los siguientes términos, en un ensayo sobre las Conexiones Ocultas de Fritjof Capra:
Para la educación de la humanidad en todos los niveles, el programa de investigación de Fritjof Capra, magistralmente sistematizado y sintetizado en Las Conexiones Ocultas marca un reto de magnas proporciones. Los procesos formativos y educacionales han sido para el gestor del paradigma ecológico una de sus mayores preocupaciones, en aras de consolidar comunidades sostenibles como valor agregado de la implementación de una pedagogía para la vida sostenible. Ya en el tema de la ecoalfabetización [refiriéndome a uno de los apartados del libro Las Conexiones Ocultas] nos hacia un breve bosquejo de la actividad didáctica de algunas instituciones que han empezado a desarrollar instancias curriculares, con claras directrices hacia la aprehensión por parte del estudiantado de los principios básicos de la ecología.
López Noreña (2010, Pág. 50)