Mart�n Carlos Ramales Osorio
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METODOLOG�A DE LA ECONOM�A
Tenemos que la realidad econ�mica es muy compleja y que por ello debemos simplificarla a trav�s de la construcci�n de modelos (como el modelo simple de la determinaci�n de la renta, como el modelo IS-LM, como el modelo neocl�sico de precios y salarios flexibles y la teor�a cuantitativa del dinero, como el modelo keynesiano de precios y salarios r�gidos y la curva de Phillips, y algunos otros que veremos m�s adelante). En la construcci�n de modelos econ�micos se toman los supuestos m�s relevantes acerca de la realidad econ�mica que se quiere conocer. Desde esa perspectiva, existen dos m�todos (o v�as) para construir modelos econ�micos: el m�todo te�rico (o cualitativo) y el m�todo estad�stico (o cuantitativo). Como bien lo expresan Fergunson y Gould:
�Quien observe el mundo real de los fen�menos econ�micos se enfrentar� a un conjunto de datos que, por lo menos a simple vista, carecen de sentido. Para descubrir un orden en esta masa informe de hechos, y arreglarlos en una forma inteligible, se requiere elaborar teor�as que expliquen varios aspectos del comportamiento humano. Al abstraernos del mundo real podemos llegar a un nivel de sencillez en el que se pueden analizar las acciones humanas. Pero en este proceso debe el analista cuidarse de conservar las caracter�sticas esenciales del problema del mundo real del que se ocupa. Es decir, que la simplificaci�n es necesaria, pero al mismo tiempo se requiere una teor�a que capte la esencia del problema econ�mico fundamental que se debe resolver�.
En el siguiente diagrama mostramos la metodolog�a de la econom�a para construir modelos econ�micos que simplifiquen el complicado mundo econ�mico real. El punto de partida (o la materia prima b�sica del economista) es siempre el mundo econ�mico real.
Del lado derecho (visto de frente) tenemos el m�todo te�rico (o cualitativo) y del lado izquierdo el m�todo estad�stico (o cuantitativo). Mediante el primer m�todo se hace abstracci�n te�rica para deducir acerca del mundo econ�mico real, es importante la observaci�n para establecer regularidades en cuanto a ciertos hechos o fen�menos econ�micos. En la medida en que, por ejemplo, partimos del mundo econ�mico real (lo general) para construir el modelo de la conducta del consumidor y de la demanda (lo particular) se dice que en econom�a se emplea el m�todo deductivo:
Para algunos autores, es el m�todo deductivo el �nico camino del conocimiento econ�mico. Dice Von Mises: �El m�todo basado en las construcciones imaginarias resulta imprescindible en praxeolog�a (tratado de la acci�n humana); constituye la �nica sistem�tica que permite la investigaci�n praxeol�gica y econ�mica. Desde luego, se trata de un m�todo dif�cil en extremo de manejar por cuanto f�cilmente induce al paralogismo (falso razonamiento)�.
Por contraposici�n al m�todo deductivo:
� M�todo inductivo: De lo particular a lo general. Inducir es elevar el entendimiento de hechos o fen�menos singulares a principios, proposiciones o leyes. De la observaci�n directa de varios fen�menos se inducen caracter�sticas aplicables a todos ellos. Este m�todo es esencial en las ciencias experimentales. Aunque en la ciencia econ�mica no se puede recurrir a los experimentos, ya que no se pueden aislar los fen�menos econ�micos en un laboratorio, el m�todo inductivo presta sus servicios a la econom�a a trav�s de la estad�stica (o sea, el m�todo del lado izquierdo del diagrama).
As� pues, en econom�a se emplean ambos m�todos para obtener conclusiones acerca de determinado segmento de la realidad econ�mica.
Pero dejemos que sigan hablando Fergunson y Gould:
�El mundo real es de ordinario el punto de partida. Un problema particular, o simplemente un deseo de entender, nos mueve a trasladarnos del complicado mundo de la realidad al dominio de la sencillez l�gica. Por medio de una abstracci�n te�rica reducimos las complejidades del mundo real a proporciones manejables. El resultado es un modelo l�gico que presumiblemente sirve para explicar el fen�meno que se observa. Por medio de un argumento tambi�n l�gico (o sea, la deducci�n), llegamos a conclusiones l�gicas o de modelo. Pero �stas deben transformarse, por medio de una interpretaci�n te�rica, en conclusiones relativas al mundo real... Es posible que el mismo resultado se obtenga con otro m�todo. Llam�moslo el m�todo estad�stico, para distinguirlo del m�todo educativo que acabamos de examinar. Partiendo igualmente del mundo real, por medio de una abstracci�n experimental podemos llegar a elaborar un experimento. Es decir, que por medio de un proceso de simplificaci�n podemos elaborar un modelo estad�stico (o econom�trico) que nos sirva para analizar el mundo real. Pero en este caso obtenemos observaciones por medio de la experimentaci�n, en lugar de elaborar teoremas por medio de la deducci�n l�gica. Con una adecuada interpretaci�n estad�stica, estas observaciones nos llevan a conclusiones sobre el mundo real�.
�No hay acuerdo completo sobre el criterio relativo de estos dos m�todos, pero ahora se piensa que ambos son complementarios. Esto es, que el m�todo deductivo y el estad�stico se refuerzan mutuamente, en lugar de ser instrumentos de an�lisis completamente excluyentes�.
Ahora ilustremos sobre la naturaleza y la complementariedad de ambos m�todos mediante un ejemplo.
Keynes (1936) a trav�s del m�todo deductivo (o sea, el del lado derecho del diagrama) lleg� a establecer mediante la observaci�n su ahora famosa hip�tesis de la funci�n consumo: �La ley sicol�gica fundamental consiste en que los hombres (y las mujeres) est�n dispuestos, por regla general y en promedio, a aumentar su consumo a medida que aumenta su ingreso, aunque no en la misma proporci�n al incremento en dicho ingreso�.
O sea, Keynes nos dice que conforme aumenta el ingreso de las personas aumenta el gasto en consumo de las mismas, pero que ese aumento en el gasto de consumo es menos que proporcional al incremento de la renta (o del ingreso). �Por qu� es menos que proporcional? Porque de cada peso de incremento de la renta s�lo una fracci�n se gasta en consumo y la otra parte se ahorra. �C�mo lleg� Keynes a establecer esa hip�tesis tan l�gica, sencilla y evidente? Pues simple y sencillamente a trav�s de la observaci�n de c�mo actuamos todos y cada uno de nosotros como perceptores de ingresos, de los cuales una parte la gastamos en consumo y otra parte la ahorramos, Keynes llega a establecer esa hip�tesis a trav�s del m�todo deductivo (que tambi�n lo hemos llamado te�rico o cualitativo).
Para un economista matem�tico, y en pocas palabras, Keynes afirma que la propensi�n marginal a consumir (PMgC), la tasa de cambio del consumo ante un cambio de una unidad (por ejemplo, un peso) en el ingreso (o sea, una derivada), es mayor que cero pero menor que 1. �Por qu� es mayor a cero la PMgC? Porque por l�gica los individuos gastamos siempre y en promedio una determinada fracci�n, por muy peque�a que �sta sea, de nuestro ingreso en consumo, si fuera exactamente igual a cero ello significar�a que no consumimos pr�cticamente nada; por otro lado, �por qu� es menor a uno? De manera similar, porque los individuos ahorramos siempre y en promedio una determinada fracci�n, por m�nima que �sta sea, de nuestro ingreso. �Se da cuenta? Pero tambi�n Keynes pudo haber llegado a la misma conclusi�n mediante el m�todo estad�stico o cuantitativo, �qu� necesitaba para ello? Datos estad�sticos para un periodo de por lo menos 10 a�os, sobre gastos en consumo e ingresos (datos que elaboran y publican oficinas gubernamentales como el INEGI, Banco de M�xico, etc.). Una vez con esos datos a la mano, enunciar, primero, un modelo matem�tico, tomando al consumo como la variable dependiente y al ingreso como la variable independiente, en s�mbolos:
, el consumo es una funci�n (o depende)
del ingreso menos que proporcionalmente. Pero dado que un modelo matem�tico es
determinista (en el sentido de que dos m�s dos es igual a cuatro) conviene mejor
escribir una ecuaci�n econom�trica (econometr�a: de metros medir, medici�n
econ�mica que emplea m�todos estad�sticos de an�lisis) ya que la relaci�n entre
las dos variables no es exacta, y no es exacta porque el ingreso no es el �nico
factor (o variable) que influye sobre el consumo; adem�s del ingreso hay otras
variables que explican el gasto en consumo como lo es el ahorro, la venta de
activos o los pr�stamos.
Ecuaci�n
matem�tica si la relaci�n entre las dos variables fuera exacta:
Ecuaci�n
econom�trica dado que la relaci�n es inexacta:
En donde: Y =
gastos en consumo, X = ingreso, = intersecci�n con el eje Y (o de
ordenadas),
= la pendiente (que en este caso
particular equivale a la propensi�n marginal a consumir), y e es el
t�rmino de error, es decir, el factor que mide que tan inexacta es la relaci�n
entre las dos variables.
Damodar Gujarati resuelve el modelo (con los instrumentos estad�sticos apropiados) con datos hipot�ticos de gastos en consumo e ingresos para un periodo de diez a�os, y obtiene los siguientes resultados:
Y = 24.4545 + 0.5091X, R2 = 0.9621, �qu� tenemos? Una pendiente (o una propensi�n marginal a consumir) de 0.51 (ya redondeando). �Y c�mo la interpretamos? Que de cada incremento del ingreso en un peso, 51 centavos se gastan en consumo y el resto (49 centavos) se ahorran. Ahora bien, el R2 (llamado coeficiente de determinaci�n) nos indica que el gasto en consumo es determinado (o explicado) en un 96.21 por ciento por el ingreso y el resto (el 3.79%) por variables como el ahorro, la venta de activos o los pr�stamos. Es decir, el valor del R2 nos dice que la relaci�n entre las dos variables si bien es directa es inexacta. �Se da cuenta? Existen diversos caminos para llegar a la verdad del conocimiento. Keynes pudo llegar a esa conclusi�n empleando uno u otro m�todo, pero como buen te�rico de la econom�a prefiri� el m�todo deductivo. Si bien los m�todos pueden ser independientes, son extremadamente complementarios como lo hemos podido constatar. Luego entonces, la estad�stica tambi�n es importante. Pero bien, no se preocupe, aqu� haremos referencia a modelos construidos a partir del m�todo te�rico o cualitativo (dado que nuestra materia se llama teor�a econ�mica) y s�lo espor�dicamente haremos referencia al m�todo estad�stico o cuantitativo. Es hora de pasar a las cuestiones de los grandes indicadores macroecon�micos.
A veces, como durante el �desarrollo estabilizador� (etapa del �desarrollo� econ�mico de M�xico que se ubica entre 1956 y 1970, caracterizada por la combinaci�n de un alto crecimiento econ�mico y una baja y estable inflaci�n), la econom�a est� en expansi�n, las empresas son boyantes, es f�cil encontrar empleo, las rentas (en t�rminos reales) est�n aumentando, la gente se muestra optimista y los pol�ticos tratan de atribuirse (como siempre) los m�ritos de la prosperidad. Otras, como en 1982, la econom�a se encuentra en una recesi�n, los trabajadores pierden su empleo, las empresas reducen la producci�n y quiebran, el clima es sombr�o y los pol�ticos se dedican a culparse unos a otros de los problemas de la econom�a.
A veces, como a principios de los ochenta, los precios suben (en promedio) deprisa y la mayor�a de la gente se muestra preocupada por la inflaci�n (incremento persistente y continuo de todos los precios de la econom�a durante un periodo largo de tiempo). En otras ocasiones, como en el periodo 1956-1970, los precios son bastante estables y la gente se siente m�s confiada respecto a los resultados de la econom�a.
�Por qu� se producen estos cambios de la inflaci�n, el empleo y la producci�n en el conjunto de la econom�a? La macroeconom�a trata de responder a esta interrogante.
La microeconom�a se ocupa, por el contrario, de la determinaci�n de los precios en mercados espec�ficos y de la asignaci�n de los recursos escasos entre los diversos usos posibles. La microeconom�a nos ayuda a comprender por qu� la producci�n de computadoras, por ejemplo, ha aumentado r�pidamente y por qu� su precio ha bajado tan deprisa. En macroeconom�a, por el contrario, nos preguntamos por qu� la producci�n total de la econom�a est� aumentando deprisa o despacio y por qu� los precios, en promedio, est�n subiendo m�s o menos deprisa. Haciendo un s�mil, cuando estudiamos uno de tantos �rboles (que es parte de un bosque y que en promedio es m�s o menos igual a todos los dem�s �rboles) estamos en el campo de la microeconom�a, pero cuando estudiamos a todos los �rboles (o sea, al bosque en su conjunto) estamos en el campo de la macroeconom�a. Si la microeconom�a es como el estudio de un �rbol o de �rboles espec�ficos, la macroeconom�a es una visi�n del bosque. Obviamente, viendo el bosque en su conjunto perdemos los detalles (microecon�micos). La microeconom�a y la macroeconom�a utilizan los mismos conceptos econ�micos b�sicos, lo mismo que los estudios de los �rboles y de los bosques utilizan ambos los principios b�sicos de la biolog�a, pero se fijan en cuestiones distintas y, por tanto, utilizan herramientas anal�ticas algo distintas.