Martín Carlos Ramales Osorio
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Hemos dicho anteriormente, que el banco central dispone de tres tipos de operaciones para influir sobre la cantidad de dinero en circulación (técnicamente conocida como oferta monetaria): operaciones de mercado abierto, que consisten en compra-venta de CETES; operaciones de ventanilla de descuento, que consisten en préstamos que los bancos centrales hacen al sector privado financiero y no financiero; y, bajo un régimen de tipos de cambio fijos, operaciones de cambio, mismas que consisten en compra-venta de divisas, en compra-venta de dólares para un país como México cuyo principal socio comercial es Estados Unidos.
Hemos visto anteriormente, que dados los poderosos efectos de retroalimentación que tienen lugar entre los mercados de productos (curva IS) y de dinero (curva LM), las políticas fiscal y monetaria deben acompañarse (o combinarse, o coordinarse) de tal manera que permitan superar rápidamente y de manera efectiva un fondo cíclico (mismo que se caracteriza por un elevado desempleo); o bien, una cima cíclica (en la cual la inflación es elevada).
Tal combinación de políticas económicas resulta de crucial importancia sobre todo cuando una economía funciona bajo tipos de cambio fijos, ya que las autoridades deben absorber cualquier exceso de oferta o de demanda de dólares con tal de evitar que el tipo de cambio varíe; es decir, las autoridades deben procurar que el tipo de cambio permanezca fijo, sin cambio, tal como su nombre lo indica.
Ahora bien, la compra o la venta de dólares que el banco central deba realizar depende, de manera crucial, del saldo de la balanza comercial, o del saldo de la cuenta corriente a un nivel más general; a su vez, el saldo de la balanza comercial y en cuenta corriente depende del nivel de actividad económica: a mayor crecimiento económico mayores importaciones y menores exportaciones y, por tanto, balanza comercial y en cuenta corriente deficitarias; y viceversa.
De manera tal que si el gobierno aumenta el gasto público para disminuir el desempleo, inducirá un mayor crecimiento económico y, por tanto, mayores importaciones y menores exportaciones; o sea, un déficit en balanza comercial y en cuenta corriente de balanza de pagos. Se dará un exceso de demanda de dólares (por parte de los importadores nacionales) al interior de la economía, exceso de demanda de dólares que deberá ser absorbida por parte del banco central a fin de evitar, en este caso en particular, un incremento en el tipo de cambio, o una devaluación del peso.
¿De qué manera absorbe el banco central el exceso de demanda de dólares producto del déficit en balanza comercial y en cuenta corriente? Vendiendo, precisamente, dólares a los importadores que los demandan para seguir importando maquinarias y equipos, y materias primas. El banco central vende dólares a cambio de moneda nacional (monedas y billetes de banco) por lo que disminuye la oferta monetaria nominal (M) y, en consecuencia, la tasa de interés se incrementaría todavía más (recuerde que la tasa de interés se incrementa por el sólo aumento de la renta de equilibrio que hace posible el aumento del gasto público, ), desalentando la demanda de bienes de inversión (y probablemente también la demanda de bienes de consumo), por lo que la economía podría regresar a sus niveles de producción y de empleo iniciales, o incluso caer todavía más.
En consecuencia, el banco central debe intervenir para dos cosas: uno, para contrarrestar el incremento de la tasa de interés ocasionado por el sólo aumento del gasto público (aspecto que ya hemos visto anteriormente); y dos, para contrarrestar la disminución de la oferta monetaria nominal (M) provocada por la venta de dólares al público como resultado del déficit externo (balanza comercial y en cuenta corriente) que, a su vez, es resultado directo del mayor nivel de actividad económica que hace posible un aumento de los gastos públicos .
¿De qué manera puede el banco central contrarrestar esa disminución de la oferta monetaria nominal (M), producto de la venta de dólares al público? La respuesta es: a través de políticas de esterilización, que pueden ser de tres tipos: esterilización total, esterilización parcial y esterilización nula. Veamos en qué consiste cada una de ellas:
En resumen, las políticas de esterilización (sobre todo la total y la parcial) consisten en operaciones de signo contrario (a través, por ejemplo, del mercado abierto) a las operaciones de cambio (que consisten en compra-venta de dólares, o de cualquier otra divisa internacional) realizadas por el banco central cuando la economía opera bajo un régimen de tipo de cambio fijo.