ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA PROFESIONAL DE LOS TRABAJADORES SOCIALES EN EL ÁMBITO ESTATAL
Andrea Antonia Oliva (editora)
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Finalizando este trabajo, que consideramos una etapa dentro del camino de la investigación, queremos remarcar que se ha intentado plasmar una modalidad de análisis de la práctica profesional, que tienda a superar la lógica formal, aspirando a incorporar elementos de la lógica dialéctica.
Las determinaciones histórico-sociales que operan en la práctica profesional, que generan toda una gama de posibilidades de desarrollo de procesos adaptativos o de lucha. Siempre ha existido la tensión entre las fuerzas que tienden a reproducir el orden establecido y su opuesto, las fuerzas que pujan para la superación de ese orden. En este sentido, no se puede atribuir todo el peso de la direccionalidad que sigue la práctica solo a los Trabajadores Sociales, pero tampoco es cuestión de quedar en una dimensión universal que desresponsabilice por completo a los individuos. Es una relación donde, entra en juego la propia concepción del Trabajador Social que se pone de relieve en la mediación del trabajo cotidiano a partir de un posicionamiento. En este sentido hemos puesto en consideración el interjuego de presiones objetivas que están condicionando el accionar profesional. Llegamos de este modo a una concepción de arsenal operativo, que contiene base material y es mediación, en un proceso de síntesis singular que contiene aspectos particulares y universales. Esa síntesis singular está determinada fundamentalmente por los recursos profesionales, a partir de los que se construyen las mediaciones particulares. A su vez el profesional no cuenta con "un" arsenal operativo para todo, sino que tiene una interdependencia con las tareas de asistencia, gestión y educación, que ponen de manifiesto la dimensión particular y universal de la práctica profesional. Las tendencias a la dádiva o a la reivindicación, las inclinaciones para actuar burocráticamente o buscar la participación y las aspiraciones de cambio de la sociedad o su conservación están presentes en la práctica cotidiana, que no se exime de esas contradicciones. Obedece a fuerzas presentes, es decir que no derivan mecánicamente de un posicionamiento individual del Trabajador Social, ni una cuestión de voluntad.
El arsenal operativo es la articulación de tantas simples determinaciones que combinan tantas cuestiones singulares que ellas parecen indecibles. En este sentido consideramos que a ello se deben las dificultades para aproximarnos a los instrumentos de trabajo, y se atribuye a la experiencia gran parte del peso del conocimiento de la práctica cotidiana. Los Trabajadores Sociales no escriben sobre las mediaciones que ocurren en su cotidiano, no encuentran las herramientas para hacer el análisis y convertirlo en producción escrita y conocimiento teórico. Por ello, las técnicas se asientan principalmente en el producto de la experiencia y no de los recursos teóricos.
El arsenal operativo está determinando el desarrollo de estrategias, que solo vamos a comprender si partimos de la base material, pero indudablemente no se reduce a ello y es necesario volver sobre la base material con un sistema de mediaciones. En la misma institución y con similar formación académica aparecen criterios de intervención totalmente opuestos, esto se debe a las otras mediaciones que se dan en la práctica, que no se entienden solo por las determinaciones institucionales, ni la coyuntura, ni la disponibilidad de recursos, sino que es necesario incorporar el bagaje socio-cultural, la experiencia de vida y profesional, las determinaciones de clase, las aspiraciones, la posición política de los Trabajadores Sociales. Dicho de otro modo, la mediación del trabajo profesional también esta determinada por la capacidad de aprehensión de elementos teóricos, la capacidad de escuchar, de observar, de analizar, de comunicar, la capacitación política, el posicionamiento ético-político, etc. La estrategia es la combinación de múltiples acciones destinadas a un fin en un campo contradictorio, que en la particularidad del Trabajo Social, se puede analizar desde las categorías de Asistencia, Gestión y Educación. El desarrollo de estrategias requiere definir objetivos y poner en movimiento recursos, pero consideramos que hay que profundizar sobre qué momentos son fundantes y cuáles son fundados. De modo que nos cuestionamos sobre hasta qué punto la existencia de recursos está condicionando las posibilidades de intervención, ya que es posible que se encuentren en condición de ser asequibles pero no sean aprovechados, entre otros motivos, por falta de decisión. Si nos posicionamos en un ejercicio profesional educador para el cambio social, que tienda a la reivindicación de los derechos sociales por medio del desarrollo de la gestión participativa, es intrínseco a esta práctica la necesidad de contar con recursos teóricos que sirvan de instrumentos a la intervención. Debemos emprender un camino, como profesionales del Trabajo Social, de captar la dinámica de nuestras formas de abordaje dentro del entramado de determinaciones, contradicciones y mediaciones
Consideramos que sobre la base de lo que se ha profundizado, en la investigación y producción teórica, sobre las determinaciones institucionales, el análisis de la dirección de las políticas sociales, los intereses que atraviesan la institución, el campo de acción de la institución, la organización interna los programas, etc. se puede continuar en la aproximación del conocimiento sobre el ejercicio de la profesión. Entender la propia práctica como mediación dentro de un proceso mayor de vinculación totalidad/particularidad/singularidad, implica un salto cualitativo en la comprensión de la relación teoría-práctica.
Por ello, decimos que es necesario profundizar sobre cómo se entrega el recurso, cómo se establece el vínculo; qué y cómo se dice; cómo se garantiza la participación, buscando acuerdos donde todos puedan expresarse; cómo se problematiza la vida cotidiana; cómo se utilizan los recursos prestaciones que están determinando la Asistencia para que sirvan de mediación en la tarea educativa emancipatoria; cómo se establece el vínculo de confianza que permite avanzar en esta sociedad que aliena para que el usuario pueda realizar un análisis sobre su problema; una nueva visión de lo que le pasa; una superación de la práctica cotidiana que tienda a desalienar, etc. En este sentido, en la continuidad de la temática que se investiga, pretendemos avanzar en nuestro abordaje a nivel de doctorado sobre las modalidades de trabajo, tendiendo a captar las particularidades. Consideramos que es necesario contribuir en la investigación que aporte a la creación de instrumentos para gestionar recursos, para observar, para escuchar, conversar, para hacer informes, etc. Nos preguntamos: cuáles son las soluciones que busca el Trabajo Social?; En qué medida los recursos que son utilizados para la intervención profesional se convierten en instrumentos?; Cómo superar la concepción tradicional de técnicas para pasar a una de instrumentos de trabajo que incorpore la complejidad? La cuestión de los instrumentos ha estado erróneamente comprendida en el análisis sobre la acción política del Trabajador Social; creemos que la cuestión de la práctica política debe ser analizada dentro de la contradicción principal que genera la sociedad dividida en clases. Por ello se debe tener presente la polarización entre las fuerzas que tienden a la reproducción o al cambio de este orden burgués. En este sentido consideramos importante que desde la vertiente marxista se busquen las relaciones, conexiones, contradicciones presentes en la práctica profesional para aportar elementos que sirvan a la formación de futuros Trabajadores Sociales y en la capacitación/actualización de quienes ya están ejerciendo la profesión. La práctica del Trabajador Social es una práctica política. No existe un solo Trabajo Social, sino distintas concepciones y prácticas de Trabajo Social que están determinadas por las contradicciones que existen en la sociedad. Hacer política, desde nuestra perspectiva, es estar dispuesto a tomar cada momento de la práctica cotidiana como una posibilidad de lucha y de cambio hacia una sociedad mas justa. Con esto no se pretende suprimir ni suplantar los hechos políticos que producen los cambios cualitativamente necesarios en la superación del modo de producción, significa presentar la batalla desde el espacio del Trabajo Social . Sabemos que nuestra reflexión es un producto histórico, la misma sociedad nos posibilita pensar en cambiarla, hay gente que se expresa, que lucha, que busca crear otras formas de relacionarse que no se asientan en la propiedad privada de los medios de producción, en definitiva, son las personas las que construyen la historia. Estamos convencidos de que es necesario desarrollar una práctica profesional ubicando nuestra acción dentro de la totalidad social del devenir histórico, teniendo a la vez esperanza histórica y responsabilidad cotidiana.