BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA PROFESIONAL DE LOS TRABAJADORES SOCIALES EN EL ÁMBITO ESTATAL

Andrea Antonia Oliva (editora)


 


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Asistencialismo versus Reivindicación

La larga trayectoria de políticas ligadas al clientelismo político-partidario, da como resultado la modalidad asistencialista-electoralista. Pero la asistencia no puede ser reducida a una derivación lineal, entre el diseño de las políticas sociales y la llamada ejecución. Si bien, existe una determinación en cuanto a la dirección de la política programada, también existe una presión objetiva en su puesta en práctica proveniente de los usuarios, así como entra en juego el propio posicionamiento del profesional 63. Así para introducirnos en la dinámica de la asistencia debemos revisar la contradicción que se da en su interior. No hay una sola forma de llevar adelante la asistencia en el quehacer cotidiano del Trabajador Social, los dos grandes polos en el desarrollo de la práctica son las tendencias asistencialistas y las reivindicativas.

La contradicción entre asistencialismo y reivindicación que se da en el seno de la política social de asistencia social es producto de las tensiones sociales.

Así, desde el punto de vista político, las intervenciones en el campo de la política social y, particularmente de la asistencia social, se vienen presentando como espacio propicio para que ocurran prácticas asistencialistas y clientelistas, sirviendo también al fisiologismo y a la formación de reductos electorales. Es importante tener presente que, en las relaciones clientelistas, no son reconocidos derechos y se espera la lealtad de los que reciben los servicios. Estos aparecen como inferiores y sin autonomía, no son interlocutores. Se trata de un padrón arcaico de relaciones que fragmenta y desorganiza los subalternizados al presentar como favor o como ventaja aquello que es derecho. Además de eso, las prácticas clientelistas personalizan las relaciones con los dominados, lo que acarrea su adhesión y complicidad, incluso cuando su necesidad no es atendida (Yazbek,1995:8).

El asistencialismo es la forma de asistencia que se caracteriza por negar las causas que generan las desigualdades sociales. Las demandas son 'atendidas' con respuestas inmediatas a las denominadas 'situaciones de carencia'. Contribuye a la reproducción del orden burgués en tanto la acción de asistir apunta a atenuar conflictos sociales de los sectores que demandan. En ella subyace una concepción de la sociedad basada en la inexistencia de contradicciones y, por ende, considera los estados de carencia como disfunciones que hay que corregir y que son atribuibles al individuo y a sus circunstancias (Ander Egg, 1988) 64 Desde la perspectiva asistencialista, el profesional se ubica en una posición de superioridad en relación a los usuarios, con una acción profesional que es entendida como ayuda a un necesitado. Esta ayuda implica que la asistencia se otorga como dádiva a quien no fue capaz de satisfacer sus necesidades en el mercado. Para caracterizar el asistencialismo no podemos prescindir de su connotación netamente electoralista, con sus mecanismos que generan clientela política. Al respecto una de las entrevistadas dice:

No hay definición de criterios, porque el director nuestro (que es un colega) tiende a externalizar. Es decir, que la definición de criterios no existe porque vienen los casos derivados de "fulano" o "mengano"65 donde rompen con todo, digamos[...] Y la gente, en el caso de la Capital, ya está muy acostumbrada entonces se da cuenta que si habla con "fulano" o con "mengano" le van a decir que si.[..] Por ejemplo ahora, como en dos meses hay elecciones, no hay que sacar a nadie de los hoteles [E-3].

En estas expresiones encontramos un clientelismo político que atraviesa la práctica de los Trabajadores Sociales, tanto desde el punto de vista de los funcionarios de la institución como de los propios usuarios que participan.

Claro, y para la estrategia de la gente[...]Es decir que la gente vive de la prestación. Claro que existe [el asistencialismo] en la gente, porque desde el punto de vista cultural se incorpora un tipo de práctica que conocen como exitosa. O sea lo hacen por eso. De todas maneras yo creo que es exitosa en el momento, porque esas familias (hay algunas que las reconozco porque ya hace años que viven asistidas), desde el punto de vista de la situación de las personas, es cada vez más deplorable [E-3]

Es decir que el asistencialismo también se expresa en la modalidad en que presentan las demandas los usuarios, que van en la búsqueda de una dádiva en el marco de las campañas electorales. Pero la asistencia está en tensión porque a su vez expresa un contenido reivindicativo. La perspectiva reivindicativa tiende a recuperar lo que por derecho le pertenece a un ciudadano pero que está en poder de otros. Esto significa que quien demanda los bienes y servicios de la "asistencia social", reclama lo que le corresponde por sus derechos. Es una fuerza objetiva que tiende a que las acciones de asistencia, por lo tanto signifiquen la devolución de una parte de lo que una clase social extrae como plusvalía a otra. Signados por determinaciones sociales y económicas, los subalternos son expropiados de sus derechos, no pueden acceder a los bienes y servicios que ha desarrollado la sociedad en un momento histórico dado. El profesional que trabaja desde esta perspectiva, tiende a establecer vínculos con los usuarios, desde un plano de igualdad, como sujetos dentro de una sociedad que les declara los mismos derechos. Es oportuno aclarar que, cuando nos estamos refiriendo a "derechos" nos remitimos los derechos en el actual orden, y no a una definición voluntarista de derechos. Lo que aparece en función al derecho es el del trabajo. Es decir la gente pide medicamento porque no tiene trabajo [...]lo que está de fondo es el asunto del trabajo. Y ahí yo creo que se sufre al no tener derecho al trabajo. Sea cual fuere la situación, siempre la explicación pasa por ahí. Y toda la idea de la gente, cuando se le plantea cómo piensa salir adelante, por ejemplo con mujeres recién separadas que no tienen casa y cargan con sus hijos, siempre dicen que cuando consigan trabajo[E-3].

La venta de la fuerza de trabajo es lo que permitiría cubrir las necesidades, esto es lo que se reconoce como derecho, de esta sociedad dividida en clases. Por eso la gente que vive de la venta de su fuerza de trabajo, lo que reconoce como derecho es el trabajo y no la prestación. Impedidos en el contexto actual, de recibir un salario que permita esa subsistencia, se ven obligados a dar ese paso de recurrir a las prestaciones de la política social.

La gente arma su futuro posible de mejora alrededor del trabajo. Esto es lo que piensa como derecho. Lo que recurrentemente dicen es me puede 'ayudar' más que plantear una cuestión de derecho [E-3].

Aquí se ve claramente, los usuarios plantean una ayuda que consideran temporaria, en tanto la solución está vinculada a vender su fuerza de trabajo. Por eso la demanda de la prestación no es verbalizada como derecho. Pero tampoco, podemos restringir solo a ello la consideración de los derechos dentro de nuestra sociedad, y principalmente en Argentina que ha tendido a un reconocimiento de la obligación del Estado en las necesidades no cubiertas por el salario y en prestaciones universales como educación y salud.

Pero yo creo que si para algo sirve el Trabajador Social en un hospital, es para facilitar la accesibilidad en todos los aspectos. [...] Cuando hablamos de accesibilidad: es garantizar el derecho del acceso a la atención de la salud pero en todas partes. Pero ingresa al hospital, así que de lo que nos ocupamos primero es del hospital [E-2].

Consideramos que hay que diferenciar asistencia de asistencialismo, rescatar la asistencia, sobre todo en momentos como los actuales donde existen reducciones del llamado gasto social. Pero bajo ningún punto de vista, hay que avalar su forma asistencialista, porque degrada a quienes son receptores de las prestaciones, siendo una tendencia que apunta a la reproducción del orden actual.

...las políticas de Asistencia, como las demás políticas en el ámbito de la gestión estatal de la reproducción de fuerza de trabajo, buscan responder a intereses contradictorios, engendrados por diferentes instancias de la sociedad, y así no se configuran como simple producto de los intereses de 'los de arriba', sino como espacios donde también están presentes los intereses de los subalternizados en la sociedad (Yazbek, 1995: 9).

De manera que la asistencia social contiene la tensión existente entre las clases sociales, que se puede expresar en la contradicción entre asistencialismo y reivindicación. Estos polos son inconciliables en tanto pugnan a intereses contrapuestos. Sintetizando gráficamente podemos encontramos en el ejercicio profesional dos claras tendencias al interior de la asistencia:

Asistencia

Asistencialista Reivindicativa ? ? basada en la dádiva basada en los derechos

Si bien las políticas sociales determinan el ejercicio profesional, existe una instancia que es la relación que el Trabajador Social establece con el usuario del servicio, que se inclina hacia la asistencia como una dádiva o como un derecho a ser reivindicado. Esto depende por una parte de la concepción del Trabajador Social para tender a una intervención asistencialista o reivindicativa; a la vez también depende de la concepción del usuario que demande como una dádiva o como un derecho. La acción profesional puede apuntar a cambiar la concepción de los usuarios que consideran que reciben una dádiva.

Le digo es que para eso estamos, que esto es lo que se hace desde aquí y que esto es el servicio que se presta para responder en estas situaciones. No uso mucho la cuestión de los derechos [E-3].

Si bien la entrevistada no habla derechos, en sus expresiones hacia los usuarios tiende a ello, en tanto apunta a que no le agradezcan como un favor que les esta haciendo, sino como parte del servicio que la institución estatal esta prestando. Claro que apuntar a cambiar esa tradición de dádiva no es una tarea fácil pero, es necesario poner como objeto la entrega de los recursos como un momento importante que expresa también las formas asistencialistas o reivindicativas. Entregar una orden que permite el acceso a un servicio (por ejemplo transporte, estudio radiológico, atención médica, etc.) o a bienes (por ejemplo alimentos, materiales de construcción, medicamentos, etc.), por supuesto que depende de las políticas delineadas, pero el Trabajador Social tiene la posibilidad de intervenir mediante su palabra y sus gestos, para que esta "ayuda directa" no sea ni entregada ni recibida como una dádiva. Existe poca investigación que exprima las formas de actuar del Trabajo Social, en definitiva, de su práctica profesional. En algunas instituciones el Trabajador Social entrega con sus propias manos la mercadería destinada a la asistencia, pero nos encontramos con una falta de recursos teóricos que aborden cómo se realizan estas acciones. Los estudios están basados en los aportes de la psicología con una orientación asistencialista66. Desde la perspectiva de la asistencia reivindicativa no se ha profundizado o por lo menos no hay difusión de material que aborde esta cuestión. Estas acciones también están en íntima relación con la función educativa que cumple el Trabajador Social, que puede tender a plantearse desde una posición de lucha por los derechos y el cambio social. Esto quiere decir que el punto está en la estrategia de acción que guía la intervención del profesional. Para los Trabajadores Sociales críticos del modelo neoliberal el desafío que se presenta es como pasar de una intervención basada en una crítica a la política vertical que asignaba bienes materiales para distribuir, a la modalidad de generar una demanda organizada para obtener los recursos que son reivindicados. Los trabajadores sociales más críticos, siempre han subestimados los recursos para la asistencia, presuponiendo una acción profesional estrictamente educativa. Considero que esta perspectiva pretende una fragmentación de la intervención, la labor educativa no se reduce a la organización de talleres de reflexión o a una tarea de transmisión de información y a la asistencia no es la tarea irremediable de entregar mercaderías para poner parches a los problemas sociales. Asistencia y educación son parte del mismo proceso de intervención profesional en el que se puede posibilitar una experiencia de lucha reivindicativa.


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