LOS ABORÍGENES DE GRAN CANARIA EN TENERIFE
José Melchor Hernández Castilla
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Hemos utilizado diferentes autores de referencia. Hemos elegido los historiadores que, en nuestra opinión, puedan estar más cerca del contexto histórico de los aborígenes grancanarios y canarios. Este escrito trata de desvelar la realidad histórica tal y como sucedió, aunque no se nos escapa que puedan existir lagunas que otros autores tratarán de llenar.
Hemos tratado de compaginar texto histórico actual con la literalidad del lenguaje de la época (ésta última forma siempre irá en cursiva). Creemos que, de esta manera, el lector podrá hacerse una idea propia de lo aquí se expone.
Nos gustaría, en esta pequeña introducción, tratar el tema de la población de los aborígenes, mayormente de Tenerife. En los siguientes capítulos, hablaremos de la vida de los aborígenes grancanarios en Tenerife y su vinculación con Gran Canaria.
En cuanto al número de pobladores aborígenes antes de las conquistas de Gran Canaria y Tenerife, nos guiamos por la opinión de Juan Álvarez Delgado, que los sitúa, en su artículo Instituciones Políticas Indígenas de Gran Canaria: El Sabor, número 27 (1981), en Anuario de Estudios Atlánticos, entre 14.000 y 15.000 guanches en Tenerife, y 8.000-9.000 canarios en Gran Canaria.
Según Rumeu de Armas, en su libro, La Conquista de Tenerife: 1494-1496, de 1975, el número de guanches de paces que permanecen en la isla se estima en torno a 300; en cuanto al número de guanches esclavos en Tenerife se desconoce su número. El libro de Leopoldo de la Rosa Olivera, Canarios en la conquista y repoblación de Tenerife, de 1979, nos data el número de canarios indígenas residentes en Gran Canaria, en 1491, 150 personas; de los cuales por mandato real sólo deben permanecer 40 parientes de don Fernando Guanarteme - rey de Gáldar y de toda la isla de Gran Canaria en el momento de la conquista de Gran Canaria en 1478- en Gran Canaria. Por José Antonio Cebrían Latasa y su obra Ensayo para un Diccionario de Conquistadores de Canarias, de 2003, sabemos que los indígenas grancanarios son acogidos por cristianos viejos en Sevilla en 1483, de la mano del conquistador y obispo don Juan Frías (n.-1485/86), conquistador de Gran Canaria y protector de los indígenas de la isla.
Siguiendo con el libro del señor Cebrián Latasa, y como bien dice él, su libro trata de clasificar solamente los nombres de los conquistadores que se convirten en vecinos de la isla de Tenerife, y no otros; siguiendo esta misma línea, hemos encontrado que en la isla de Tenerife se avecinan los siguientes conquistadores:
I) Castellanos-andaluces: 102 conquistadores; de los que 11 son conversos o provienen de familia conversa: 7 judíos, 1 judío y morisco, 3 sin especificar. 12 conquistadores ya han luchado en la conquista de Gran Canaria, 2 en la de Granada, y 1 en la de Gran Canaria y en la de Granada.
II) Canarios: 86 conquistadores; que llegan de Gran Canaria o Andalucía.
III) Gomeros: 36 conquistadores; procedentes de Gran Canaria o Andalucía.
IV) De las islas –nacidos en Lanzarote y Fuerteventura y/o vecinos de ellas-: 10. Su oficio habitual es la Berbería, es decir el negocio de los esclavos: aborígenes, moriscos o negros.
V) Portugueses: 3.
VI) Borgoñones –Flandes- (actual Bélgica): 2.
VII) Genoveses: 2.
La suma de los conquistadores de la isla –una aproximación a la que realmente existió- es 241; 241 conquistadores que se avecinan en la isla de Tenerife solos o con su familia. En este contexto de conquistadores, que no de pobladores de la isla, los castellanos se cifran en 42´32%, canarios 35´68%, gomeros 14´94%, de las islas 4´15%, portugueses 1´25 %, borgoñones 0´83%, genoveses 0´83%.
Hay que incidir, a la luz de los datos, que los aborígenes –básicamente canarios y gomeros- que permanecen en Tenerife, después de la conquista de la isla, se estiman en la mitad de todos los conquistadores que optaron por residir en dicha isla.
Leopoldo de la Rosa Olivera nos recuerda, en su libro El Siglo de su Conquista, en el capítulo El Repoblamiento de los Reinos de Icod y Daute, del año 1978, que la repoblación de la isla de Tenerife se divide en dos periodos; el primero, con escasez de población, desde el final de la conquista hasta el final del año 1502 y, el segundo, desde la fecha anterior, donde el número de personas crece rápidamente; también nos indica que, hasta la mitad del siglo XVI, los nuevos vecinos recorren toda la isla buscando las tierras más fértiles, y que después de este este periodo ya los repobladores se asientan permanentemente en zonas determinadas.
Manuel Rodríguez Mesa, nos ilustra con su libro En El Pago de Higa, donde llaman La Perdoma, en la página 30, del año 1979, de lo que es la repoblación de las tierras en Tenerife y más concretamente de las del Valle de La Orotava: “… pues aunque somos conscientes de que la adjudicación de unas tierras, no prueba el establecimiento en ellas de sus receptores, también tenemos presente que los repartimientos exigían, a pesar de que no siempre se cumplió, la obligación ineludible de cultivarlas y de residir en la isla”.
Autores como Ana Viña Brito y Juan Ramón Núñez Pestano, en el capítulo La Conquista y La Colonización, del libro Los Realejos: una síntesis histórica, del año 1996, afirman que a partir de 1507 las tierras fértiles del Valle de La Orotava comienzan a escasear, por lo que se empiezan a conceder en Icode de los Trigos; en esa misma dirección, Leopoldo de La Rosa Olivera, en el capítulo nombrado anteriormente, comenta que a partir de 1502, el crecimiento es tan grande en la zona de Daute e Icod que ya no se encuentran solares para edificar en el puerto de Garachico.
Como hemos señalado, según Rumeu de Armas, los guanches de paces que restan en Tenerife son 300 alrededor en 1498, además de una cantidad de guanches esclavos sin determinar. A raíz de la información de Cebrián Latasa, concretamente de los conquistadores de Tenerife –anteriormente mencionados-, podemos obtener los siguientes datos: 102 castellanos-andaluces vecinos que se traducen en 408 personas; 86 canarios, 344 personas; 36 gomeros, 144 personas; 10 de las islas, 40 personas; 3 portugueses, 12 personas; 2 borgoñones, 8 personas; 2 genoveses, 8 personas; total, 964 personas por parte de los conquistadores. Así, la suma total de los guanches de paces y de los conquistadores de la Isla alcanzaría la cantidad de 1.264 personas.
Los demás repobladores (no conquistadores) que Cebrián Latasa nombra en su diccionario, la mayoría llegados a Tenerife en los primeros años después de la Conquista, son los siguientes: 64 castellanos-andaluces que se valoran en 256 personas; 45 de las islas, 180 personas; 13 portugueses, 52 personas; 8 genoveses, 32 personas; 7 canarios, 28 personas; 7 gomeros, 28 personas; 2 borgoñes, 8 personas; 1 flamenco, 4 personas; 1 romano, 4 personas; 1 florentino, 4 personas. Total, 596 personas repobladoras, no conquistadores.
Si sumamos las cantidades anteriores de los conquistadores de la isla avecinados y los repobladores de la isla más los guanches de paces la cantidad se elevaría a 1.860 personas; cantidad en la que vamos a considerar ya incluida los esclavos guanches, moriscos y negros. Esta cifra, alrededor de 2.000 personas, debe considerarse como una cantidad simplemente estimativa de los habitantes de la isla de Tenerife en los primeros años del siglo XVI, ya que la fuente de la que proceden, en principio, no fue hecha para realizar estos cálculos.
En cualquier caso, el conquistador de Tenerife Alonso de Las Hijas, de origen morisco y judío, acude en nuestro auxilio -en la Residencia al Adelantado hecha por el gobernador de Gran Canaria Lope de Sosa, en 1508-, para conocer el posible número de habitantes de la isla, calculándolo entre 300 ó 350 vecinos -aproximadamente entre 1200 y 1500 personas-.
Algunos autores, como José Pérez Vidal, en su estudio Aportación Portuguesa a la Población de Canarias, número 14 (1968), en Anuario de Estudios Atlánticos, consideran la época de 1483-1510 como el periodo clave para la influencia de los portugueses en Las Islas Canarias, por la continua llegada de éstos a las mismas. En los acuerdos del Cabildo de Tenerife, de 7 de septiembre de 1501 ya se nombran con entidad propia y en segundo lugar: todos los vecinos e moradores estantes e abitantes, asy castellanos como portugueses, canarios, gomeros e guanches –Acuerdos del Cabildo de Tenerife I, 1497-1507, número del acuerdo 243-. Según este mismo autor, la afluencia de los portugueses a las Islas Canarias debió seguir en aumento durante todo el siglo XVI, alcanzando su grado más alto con el imperio de Felipe II, cuando ambos reinos permanecieron unidos.
Elías Serrá Ráfols, en la introducción de Acuerdos del Cabildo de Tenerife IV, de 1970, relata que en El Cabildo de Tenerife, sus regidores, comentan que hay mucha cebada ese año, de la que se mantienen los naturales de Gran Canaria y gomeros y guanches y esclavos, que es la cuarte parte de la población. Así, la parte mayoritaria de la población estaría compuesta por castellanos-andaluces y portugueses.
Lothar Siemens Hernández y Liliana Barreto de Siemens, en su estudio Los Esclavos Aborígenes Canarios en la isla de la Madera (1455-1505), número 20 (1974), en Anuario de Estudios Atlánticos, nos indican que los contigentes de esclavos canarios llegados a la isla portuguesa de la Madera debieron ser muchos en la segunda mitad del siglo XV, procedentes de Gran Canaria, La Palma, Tenerife y La Gomera, con la tarea de ser pastores y elaboradores de azúcar. Se sabe que muchos de estos canarios, relacionados con el negocio del azúcar en la isla de Madera, retornaron a la isla de Gran Canaria, pasado 1483, ya como portugueses.
José Melchor Hernández Castilla, Puerto de la Cruz, 25 de julio de 2007.